Diferencia entre revisiones de «Panthera atrox»

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En el caso del león, los registros históricos de esta especie demuestran que su enorme rango de distribución, el mayor de todos los carnivoros actuales, se redujo drásticamente a medida que nuestra especie colonizaba Eurasia y América. Los últimos leones europeos, de cuya caza a manos del hombre quedaron pruebas gráficas en las pinturas rupestres y las pilas de huesos acumulados en varias cuevas, sobrevivieron hasta tiempos históricos de la Grecia clásica, hasta el punto de que los autores griegos dejaron descritas dos posibles subespecies distintas (una carente de melena como las pintadas en las cuevas francesas) y que la marcha de [[Jerjes]] para conquistar [[Reino de Macedonia|Macedonia]] fue retrasada por el gran número de [[Camelus|camellos]] de carga que fueron devorados por los leones griegos. La [[extinción]] de éstos se fecha entre el 80 y el 100 d. C. Hacia el [[siglo X]] los leones desaparecieron del [[Cáucaso]] y en el [[siglo XII]], en plena época de las [[Cruzada|Cruzadas]], lo hicieron de Palestina, donde habían sido comunes durante siglos. Pocos animales son tantas veces mencionados en la [[Biblia]] como el león. Hacia [[1800]] desaparecieron de Anatolia, y para [[1810]] ya se habían extinguido en el actual [[Pakistán]] y probablemente también en [[Afganistán]]. Los últimos datos sobre leones en el [[Kurdistán]] turco, [[Siria]], [[Irak]], [[Arabia Saudí]] e [[Irán]] datan respectivamente de [[1870]], [[1891]], [[1918]], [[1923]] y [[1942]].
En el caso del león, los registros históricos de esta especie demuestran que su enorme rango de distribución, el mayor de todos los carnivoros actuales, se redujo drásticamente a medida que nuestra especie colonizaba Eurasia y América. Los últimos leones europeos, de cuya caza a manos del hombre quedaron pruebas gráficas en las pinturas rupestres y las pilas de huesos acumulados en varias cuevas, sobrevivieron hasta tiempos históricos de la Grecia clásica, hasta el punto de que los autores griegos dejaron descritas dos posibles subespecies distintas (una carente de melena como las pintadas en las cuevas francesas) y que la marcha de [[Jerjes]] para conquistar [[Reino de Macedonia|Macedonia]] fue retrasada por el gran número de [[Camelus|camellos]] de carga que fueron devorados por los leones griegos. La [[extinción]] de éstos se fecha entre el 80 y el 100 d. C. Hacia el [[siglo X]] los leones desaparecieron del [[Cáucaso]] y en el [[siglo XII]], en plena época de las [[Cruzada|Cruzadas]], lo hicieron de Palestina, donde habían sido comunes durante siglos. Pocos animales son tantas veces mencionados en la [[Biblia]] como el león. Hacia [[1800]] desaparecieron de Anatolia, y para [[1810]] ya se habían extinguido en el actual [[Pakistán]] y probablemente también en [[Afganistán]]. Los últimos datos sobre leones en el [[Kurdistán]] turco, [[Siria]], [[Irak]], [[Arabia Saudí]] e [[Irán]] datan respectivamente de [[1870]], [[1891]], [[1918]], [[1923]] y [[1942]].


A finales del siglo XIX, las [[Imperio Británico|autoridades coloniales británicas]] comenzaron a considerar que el león indio caminaba directamente hacia la [[extinción]]. En [[1900]], sus presiones consiguieron que el ''nawab'' (gobernador) de [[Junagadh]] declarara una reserva de 5,600 km² alrededor del Bosque de Gir, donde se agrupaban los últimos leones indios. A pesar de ello, en [[1913]] sólo quedaban 20 leones en India, los últimos leones de toda Eurasia, una especie que había conquistado el continente entero desde la península ibérica hasta Siberia y a través de Beringia, Nortemaérica. El el SXX se mataron los últimos leones del Atlas.
A finales del siglo XIX, las [[Imperio Británico|autoridades coloniales británicas]] comenzaron a considerar que el león indio caminaba directamente hacia la [[extinción]]. En [[1900]], sus presiones consiguieron que el ''nawab'' (gobernador) de [[Junagadh]] declarara una reserva de 5,600 km² alrededor del Bosque de Gir, donde se agrupaban los últimos leones indios. A pesar de ello, en [[1913]] sólo quedaban 20 leones en India, los últimos leones de toda Eurasia, una especie que había conquistado el continente entero desde la península ibérica hasta Siberia y a través de Beringia, Nortemaérica, y desde Sudáfrica hasta el círculo polar ártico, donde se han encontrado huellas fósiles junto a las de renos. En 1922 se abatió a tiros el último león del Atlas, con lo que la región holártica perdió definitivamente a un predador clave que había llegado a ocuparla en su práctica totalidad.


Así la mayoría de autores actuales señalan al Homo sapiens como el causante principal de la extinción en masa de megafauna del Cuaternario☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃ario<ref name="sudden death">{{cita libro|título=American Megafaunal Extinctions at the End of the Pleistocene|año=2009|isbn=978-1-4020-8792-9|doi=10.1007/978-1-4020-8793-6_2|páginas=21-37|capítulo=Sudden Deaths: The Chronology of Terminal Pleistocene Megafaunal Extinction|series=Vertebrate Paleobiology and Paleoanthropology|apellido1=Fiedel|nombre1=S.}}</ref><ref name=":2">{{cita publicación|título=Redefining the Age of Clovis: Implications for the Peopling of the Americas|nombre2=T. W.|publicación=Science|volumen=315|número=5815|páginas=1122-1126|bibcode=2007Sci...315.1122W|doi=10.1126/science.1137166|año=2007|apellido1=Waters|nombre1=M. R.|apellido2=Stafford}}</ref><ref name=":13">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/305489176_Human_Dispersal_and_Late_Quaternary_Megafaunal_Extinctions_the_Role_of_the_Americas_in_the_Global_Puzzle|título=Human Dispersal and Late Quaternary Megafaunal Extinctions: the Role of the Americas in the Global Puzzle (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-23|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":13" /><ref name=":4">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/230623983_Human_arrival_scenarios_have_a_strong_influence_on_interpretations_of_the_late_Quaternary_extinctions?el=1_x_8&enrichId=rgreq-16602a991402369d07b9bdaa63d27f85-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzMwNTQ4OTE3NjtBUzozODYzMzYzNDAxMDMxNjhAMTQ2OTEyMTE2OTAyNA==|título=Human arrival scenarios have a strong influence on interpretations of the late Quaternary extinctions (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-23|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":0">{{cita publicación|url=http://www.uwyo.edu/surovell/pdfs/qi%202008.pdf|título=How many elephant kills are 14?: Clovis mammoth and mastodon kills in context|apellidos=|nombre2=N. M.|fecha=15 de noviembre de 2008|publicación=[[Quaternary International]]|editorial=|volumen=191|número=1|páginas=82–97|fechaacceso=|formato=|bibcode=2008QuInt.191...82S|doi=10.1016/j.quaint.2007.12.001|pmid=|apellido1=Surovell|nombre1=T. A.|apellido2=Waguespack|jstor=}}</ref><ref name=":5">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/313113052_Paleoindians_Proboscideans_and_Phytotoxins_Exploring_the_Feasibility_of_Poison_Hunting_During_the_Last_Glacial-Interglacial_Transition|título=Paleoindians, Proboscideans, and Phytotoxins: Exploring the Feasibility of Poison Hunting During the Last Glacial-Interglacial Transition|fechaacceso=2017-02-23|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":7">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/305687531_Saving_the_World's_Terrestrial_Megafauna|título=Saving the World's Terrestrial Megafauna (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-24|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":8">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/256669183_The_shifted_baseline_Prehistoric_defaunation_in_the_tropics_and_its_consequences_for_biodiversity_conservation|título=The shifted baseline: Prehistoric defaunation in the tropics and its consequences for biodiversity conservation (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-24|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":9">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/282715371_The_role_of_mammoths_in_rapid_Clovis_dispersal|título=The role of mammoths in rapid Clovis dispersal (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-25|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":10">{{Cita web|url=http://www.cambridge.org/es/academic/subjects/archaeology/archaeology-americas/early-settlement-north-america-clovis-era?format=PB&isbn=9780521524636|título=The Early Settlement of North America|fechaacceso=2017-02-25|sitioweb=Cambridge University Press}}</ref><ref name=":11">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/8510828_Exceptional_record_of_mid-Pleistocene_vertebrates_helps_differentiate_climatic_from_anthropogenic_ecosystem_perturbations|título=Exceptional record of mid-Pleistocene vertebrates helps differentiate climatic from anthropogenic ecosystem perturbations (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-25|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":14">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/29458752_Environmental_Values_in_a_globalising_World|título=Environmental Values in a globalising World (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-25|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref><ref name=":122">{{Cita web|url=https://www.researchgate.net/publication/265605015_Megafaunal_extinctions_and_their_consequences_in_the_tropical_Indo-Pacific|título=Megafaunal extinctions and their consequences in the tropical Indo-Pacific (PDF Download Available)|fechaacceso=2017-02-25|idioma=en|sitioweb=ResearchGate}}</ref>. Los primeros humanos entraron en América desde Siberia hace unos 15&nbsp;000 años y se expandieron rápidamente hasta alcanzar la [[Archipiélago de Tierra del Fuego|Tierra del Fuego]] hace 8&nbsp;000 años. Al contrario que en otros lugares, la megafauna americana no había sufrido nunca antes la depredación de algún [[Hominidae|homínido]] y habría sucumbido fácilmente a las trampas, las [[azagaya]]s y las [[flecha]]s de los nuevos invasores. La relación entre los paleoamerindios y los leones era bastante ambigua a este respecto, puesto que parece que se cazaban los unos a los otros. La Cueva del Jaguar, en [[Idaho]], muestra los restos de leones cavernarios muertos y consumidos por humanos hace 10&nbsp;300 años.<ref name="Barnett" />
Así la mayoría de autores actuales señalan al Homo sapiens como el causante principale de la extinción en masa de megafaunadel Cuaternarioque entraron en América desde Siberia hace unos 15&nbsp;000 años y se expandieron rápidamente hasta alcanzar la [[Archipiélago de Tierra del Fuego|Tierra del Fuego]] hace 8&nbsp;000 años. Al contrario que en otros lugares, la megafauna americana no había sufrido nunca antes la depredación de algún [[Hominidae|homínido]] y habría sucumbido fácilmente a las trampas, las [[azagaya]]s y las [[flecha]]s de los nuevos invasores. La relación entre los paleoamerindios y los leones era bastante ambigua a este respecto, puesto que parece que se cazaban los unos a los otros. La Cueva del Jaguar, en [[Idaho]], muestra los restos de leones cavernarios muertos y consumidos por humanos hace 10&nbsp;300 años.<ref name="Barnett" />


Los restos de leones americanos más recientes se encuentran cada vez más al sur, como en México. Algo que encaja bastante bien con la idea de un exterminio de origen humano iniciado con la llegada de los cazadores desde el norte.
Los restos de leones americanos más recientes se encuentran cada vez más al sur, como en México. Algo que encaja bastante bien con la idea de un exterminio de origen humano iniciado con la llegada de los cazadores desde el norte.

Revisión del 17:02 26 feb 2017

 
León americano
Rango temporal: Pleistoceno

Reconstrucción del león americano
Estado de conservación
Extinto en época prehistórica desde c. 8000 a.C.
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Carnivora
Familia: Felidae
Género: Panthera
Especie: P. leo
Subespecie: P. l. atrox
(Leidy, 1853)
Distribución
Rango máximo de distribución de las especies de leones: en rojo, Panthera spelaea; en azul Panthera atrox; y en verde, Panthera leo leo/Panthera leo persica.
Rango máximo de distribución de las especies de leones: en rojo, Panthera spelaea; en azul Panthera atrox; y en verde, Panthera leo leo/Panthera leo persica.
Sinonimia
  • Felis atrox Leidy, 1853

Panthera leo atrox es el nombre científico de una subespecie extinta de león que habitó en el oeste de América durante el Pleistoceno, extendiéndose su área de distribución desde Alaska hasta el estado de Chiapas en México.[1]​ Existe la creencia que su distribución abarcó hasta el sur de Perú e incluso el norte de Chile, sin embargo los restos encontrados en estas regiones corresponden en realidad a jaguares de gran tamaño.[2][3][4]

Suele recibir los nombres comunes de león americano o león de las cavernas, los cuales, fuera de contexto, pueden llevar a confusiones con el puma (Puma concolor) y el león cavernario de Eurasia (Panthera leo spelaea), que también son conocidos por esos nombres. P. l. spelaea estaba estrechamente emparentado con P. l. atrox, que probablemente se originó a partir de una población de leones cavernarios que cruzaron el puente de Beringia, puente de tierra que, durante la última glaciación, comunicaba Siberia con Alaska.

Descripción

Reconstrucción digital de un Panthera leo atrox.

Probablemente fueron los felinos más grandes que han existido jamás, los leones americanos eran enormes, en torno a un 25 % más grandes que los leones africanos actuales, puesto que estos últimos, en sus ejemplares más grandes, la altura al hombro supera el metro con hasta 4 centímetros más una melena que lleva la cifra hasta 1,20 m.; el león americano que probablemente no contaba con melena, llegaba a 1,27 m de altura al hombro; la longitud de cabeza y cuerpo se estima entre 2.5 - 3.5 metros.[5]​ Los machos tenían un peso de entre 272 y 363 kg y las hembras pesaban unos 215 kg, con un promedio de 256 kg.[6]​ El león americano no era de constitución tan pesada como la del felino dientes de sable Smilodon populator de Sudamérica, el cual pudo haber pesado entre 360 - 470 kg.[7]​ Sorkin (2008) estimó que podrían llegar hasta más o menos 420 kg,[8][9]​Superaban en tamaño a todos los carnívoros del subcontinente, con la sola excepción de los osos de cara corta del género Arctodus. Dado que éstos eran tanto o más carroñeros que cazadores, se puede decir que los leones eran los depredadores dominantes en la América glacial, por encima de animales como los lobos gigantes, los felinos dientes de sable, los felinos dientes de cimitarra, los osos grizzly y los lobos grises.

Además del tamaño, se da el caso de que los leones americanos tenían el cerebro más grande en relación al resto del cuerpo de todos los leones, lo que les haría particularmente inteligentes y capaces de llevar a cabo complejas tácticas de caza en manada. Su conducta social queda probada también por el frecuente hallazgo de manadas enteras en cuevas y pozos de brea como los de Los Ángeles, donde se han recuperado cerca de 100 esqueletos completos de estos animales,que han permitido establecer las características de su estructura corporal. Sus rasgos y dientes son bastante parecidos a los de los leones modernos, pero son considerablemente mayores.

Al contrario que Europa, la Norteamérica del Paleolítico carece de pinturas rupestres que permitan conocer el aspecto en vida de la megafauna local. La mayoría de las reconstrucciones pictóricas suelen representar los leones americanos con un aspecto muy similar al de sus parientes africanos, pero es más probable que fuesen bastante diferentes en su aspecto externo, como ocurre con los leones cavernarios de Eurasia. Las representaciones prehistóricas de éstos dibujan machos sin melena, y en algunos casos se aprecian unas pocas manchas o rayas cortas en la cola o cuartos traseros (se ha sugerido que el arte rupestre no dibuja melenas porque los hombres primitivos sólo representaban hembras, pero hay casos como el del león de la cueva francesa de Combarelles donde se aprecia claramente el sexo masculino del animal).

La caza en manada y su robusta constitución física les permitía capturar todo tipo de grandes animales, principalmente asnos, caballos, ciervos y bisontes, que entonces abundaban en América. También abatían jóvenes mamuts y mastodontes.

Clasificación

Ilustración del espécimen tipo por Leidy, 1852

El primer resto conocido (media mandíbula) fue estudiado en 1853 por Joseph Leidy, que lo adscribió a una nueva especie, Felis atrox (que significa "cruel" o "temible" en latín). La reestructuración de la clasificación de los felinos trasladó a todos los grandes gatos (tigres, leones, leopardos y jaguares) a un género propio, Panthera. Pronto se descubrieron muchos más restos que permitieron identificar al Panthera atrox como una subespecie americana del león, y por tanto perteneciente a la especie Panthera leo.

Sin embargo, en 1996, Groiss detectó una serie de semejanzas craneales entre los leones cavernarios y los tigres, y enunció la posibilidad de que estos animales fuesen en realidad subespecies de Panthera tigris y no Panthera leo.[10]​ Se da el caso además, de que se han descubierto algunos restos similares a tigres en yacimientos del Pleistoceno temprano de Alaska, en torno a los 100 000 años de antigüedad. Aunque aún no han sido clasificados debidamente, estos restos se interpretan como pertenecientes a una especie cercana al tigre o quizás una subespecie primitiva de él relacionada con el actual tigre siberiano, lo que planteó la duda si era una subespecie de león o de tigre.

Aunque no muy desarrollada, se generó una pequeña polémica a este respecto entre diferentes autores. En 2004, los análisis moleculares de Burger indicaron que los leones cavernarios de Europa y Asia no eran tigres, sino leones (aunque no estaban emparentados con ninguna subespecie actual de león en particular). Dado el fuerte parecido entre los leones eurasiáticos y los americanos, lo más probable es que los americanos sean también auténticos leones y que las semejanzas con los tigres notadas por Groiss sean en realidad caracteres primitivos que se han mantenido en estas subespecies pero que se han perdido en las otras. También se ha sugerido que el cráneo tiene características en común con el del jaguar (P. onca).

Estudios cladísticos usando características morfológicas han sido incapaces de resolver la posición filogenética de este animal. Se ha sugerido que el león americano y el león de las cavernas euroasiático eran ramas sucesivas de un linaje que conduce al actual clado formado por el león y el leopardo.[11]​ Un estudio más reciente que comparó el cráneo, mandíbulas y dientes del león americano con otros panterinos concluyó que no era un león y era distinto de las especies actuales. Los autores sugirieron que pudo haberse originado de panterinos que migraron a América del Norte a mediados del Pleistoceno y que también dieron origen a los jaguares.[6]​ Otro estudio morfológico agrupó al león americano con P. leo y P. tigris, y se atribuyeron las similitudes con P. onca a una evolución convergente.[12]

Sin embargo, datos provenientes de secuencias del ADN mitocondrial de restos de leones americanos de Wyoming y Alberta muestran que es un linaje hermano del león de las cavernas, y probablemente se originó de una población temprana de leones cavernarios que quedó aislada al sur de la Placa de hielo continental americana. El más reciente antepasado común de ambas poblaciones aparentemente vivió hace unos 340 000 (194 000-489 000) años.[13]​ Se estima que el más reciente ancestro común del linaje L. atrox vivió hace 200 000 (118 000-246 000) años. Estos datos implican que el aislamiento genético de P. spelaea habría comenzado por la época de la glaciación Illinoiense, hace ~300 000–130 000 años (se sabe que una población de P. spelaea estuvo presente en el oriente de Beringia en ese período, y estuvo presente hasta hace al menos 11 925 ± 70 años[13]​). Esta separación se mantuvo durante el interglacial Sangamon, hace ~130 000–110 000 años, así como durante los interestadiales tardíos de la glaciación inicial y aquellos de la siguiente glaciación de Wisconsin, hace ~110 000-10 000 años. Se ha sugerido que el bosque boreal puede haber contribuido a la separación durante los intervalos cálidos; de forma alternativa, también puede haber existido ya una separación de especies.[13]​ El estudio también indicó que el león actual es el pariente vivo más cercano de P. atrox y P. spelaea.[13]​ (En el mismo estudio, se encontró que el león de las cavernas y el león de Beringia son genéticamente indistinguibles.[13]​)

Extinción del león: un fenómeno correlativo a nuestra expansión por el planeta

Esqueleto de Panthera leo atrox (Museo George C. Page)

Los leones americanos son una de las "'víctimas" de la gran extinción americana de finales del Pleistoceno, que se engloba dentro del evento de extinción masiva del Cuaternario. Las causas de esta extinción masiva, que acabó con el 73% de las especies norteamericanas de megafauna y el 80% de las sudamericanas, inclyendo a todos los proboscídeos americanos, los caballos, los bisontes gigantes, los lobos gigantes, los camellos, los tigres de dientes de sable, los megaterios, los armadillos gigantes y muchos más animales, solía interpretarse durante el SXX como el resultado de una conjunción de catástrofes climáticas ocurridas al final de la última glaciación. Hoy esa hipótesis muestra numerosas inconsistencias que los científicos están poniendo de manifiesto y que ponen de manifesto que el cambio climático como causa principal de la extinción masiva de megafauna no se sostiene:

• Hubo docenas de otros ciclos glaciales a lo largo del Pleistoceno, sin extinciones masivas asociadas en el registro fósil. Las extinciones en Oceanía y en las islas de todo el planeta no coincidíeron con los picos glaciales ni con cambios climáticos.

• Las extinciones presentan una selectividad de tamaño sin precedentes en el registro fósil, ya que afectan casi exclusivamente a especies de megafauna (mayores de 44 kilos), cuando los últimos estudios han revelado que son las especies más pequeñas las más vulnerables y las que se extinguen en mayor proporción bajo perturbaciones medioambientales provocadas por el clima[14][15]​.

• Los fósiles muestran en el periodo inmediatamente anterior a la extinción una reducción drástica en la edad de madurez sexual de las especies de megafauna, que no se corresponde con lo registrado en extinciones debida a factores climáticos, pero que sí se ha estudiado y comprobado en repetidas ocasiones en poblaciones de mamíferos sujetos a una elevada presión cinegética[16]​.

• Por último los cambios climáticos no pueden explicar por qué las extinciones han sido sistemáticamente más recientes en las islas que en los continentes, cuando ante un cambio climatico lo esperado es justo lo contrario: las poblaciones insulares, sin posibilidades de emigrar como las continentales, y con un número de ejemplares y un pool genético mucho menores, debieron extinguirse en primer lugar. Por el contrario, sí parece existir una correspondencia cada vez más clara entre las fechas de llegada de los humanos con las de la extinción de la megafauna en cada masa terrestre[14]​.

Así la megafauna sobrevivió a través de muchos otros ciclos glaciales intensos a lo largo de todo el Pleistoceno, como se ha comentado, pero además también persistió hasta bien entrado el Holoceno en islas que habían permanecido fuera del alcance de nuestra especie (hasta hace 4000 años en el caso de los mamuts siberianos en islas del Ártico o de los perezosos gigantes en las Antillas del Caribe, y hasta el SXVIII en el caso de la vaca marina de Steller en el Mar de Bering) y su extinción además parece coincidir con los primeros registros humanos en todas estas islas. Ambas líneas de evidencias muestran que si no fuera por los impactos antropogénicos, es poco probable que la megafauna se hubiera extinguido. Por lo tanto, en la mayor parte de los casos de extinción masiva de megafauna los cambios climáticos parecen haber actuado principalmente como intensificadores, cuando coincideron con la llegada de los humanos a una masa terrestre determinada[14]​.

En el caso del león, los registros históricos de esta especie demuestran que su enorme rango de distribución, el mayor de todos los carnivoros actuales, se redujo drásticamente a medida que nuestra especie colonizaba Eurasia y América. Los últimos leones europeos, de cuya caza a manos del hombre quedaron pruebas gráficas en las pinturas rupestres y las pilas de huesos acumulados en varias cuevas, sobrevivieron hasta tiempos históricos de la Grecia clásica, hasta el punto de que los autores griegos dejaron descritas dos posibles subespecies distintas (una carente de melena como las pintadas en las cuevas francesas) y que la marcha de Jerjes para conquistar Macedonia fue retrasada por el gran número de camellos de carga que fueron devorados por los leones griegos. La extinción de éstos se fecha entre el 80 y el 100 d. C. Hacia el siglo X los leones desaparecieron del Cáucaso y en el siglo XII, en plena época de las Cruzadas, lo hicieron de Palestina, donde habían sido comunes durante siglos. Pocos animales son tantas veces mencionados en la Biblia como el león. Hacia 1800 desaparecieron de Anatolia, y para 1810 ya se habían extinguido en el actual Pakistán y probablemente también en Afganistán. Los últimos datos sobre leones en el Kurdistán turco, SiriaIrakArabia Saudí e Irán datan respectivamente de 1870189119181923 y 1942.

A finales del siglo XIX, las autoridades coloniales británicas comenzaron a considerar que el león indio caminaba directamente hacia la extinción. En 1900, sus presiones consiguieron que el nawab (gobernador) de Junagadh declarara una reserva de 5,600 km² alrededor del Bosque de Gir, donde se agrupaban los últimos leones indios. A pesar de ello, en 1913 sólo quedaban 20 leones en India, los últimos leones de toda Eurasia, una especie que había conquistado el continente entero desde la península ibérica hasta Siberia y a través de Beringia, Nortemaérica, y desde Sudáfrica hasta el círculo polar ártico, donde se han encontrado huellas fósiles junto a las de renos. En 1922 se abatió a tiros el último león del Atlas, con lo que la región holártica perdió definitivamente a un predador clave que había llegado a ocuparla en su práctica totalidad.

Así la mayoría de autores actuales señalan al Homo sapiens como el causante principal de la extinción en masa de megafauna del Cuaternario☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃☃ario[17][18][19][19][20][21][22][23][24][25][26][27][28][29]​. Los primeros humanos entraron en América desde Siberia hace unos 15 000 años y se expandieron rápidamente hasta alcanzar la Tierra del Fuego hace 8 000 años. Al contrario que en otros lugares, la megafauna americana no había sufrido nunca antes la depredación de algún homínido y habría sucumbido fácilmente a las trampas, las azagayas y las flechas de los nuevos invasores. La relación entre los paleoamerindios y los leones era bastante ambigua a este respecto, puesto que parece que se cazaban los unos a los otros. La Cueva del Jaguar, en Idaho, muestra los restos de leones cavernarios muertos y consumidos por humanos hace 10 300 años.[13]

Los restos de leones americanos más recientes se encuentran cada vez más al sur, como en México. Algo que encaja bastante bien con la idea de un exterminio de origen humano iniciado con la llegada de los cazadores desde el norte.

Referencias

  1. Marisol Montellano Ballesteros and Gerardo Carbot-Chanona. Panthera leo atrox (Mammalia: Carnivora: Felidae) in Chiapas, Mexico. The Southwestern Naturalist vol. 54, no. 2, 217-222.
  2. Seymour, K. L. (1983). The Felinae (Mammalia: Felidae) from the Late Pleistocene tar seeps at Talara, Peru, with a critical examination of the fossil and recent felines of North and South America. MSc thesis, University of Toronto.
  3. Nobuyuki Yamaguchi, Alan Cooper, Lars Werdelin and David W. Macdonald (2004). Evolution of the mane and group-living in the lion (Panthera leo): a review. Journal of Zoology, Volume 263, Issue 4, Article first published online: 28 FEB 2006.
  4. Seymour, K. 2015. Perusing Talara: Overview of the Late Pleistocene fossils from the tar seeps of Peru. Natural History Museum of Los Angeles County Science Series, 42: 97-109
  5. Anderson, Elaine (1984), «Who's Who in the Pleistocene: A Mammalian Bestiary», en Martin, P. S.; Klein, R. G., eds., Quaternary Extinctions, The University of Arizona Press, ISBN 0-8165-1100-4 .
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