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== Cuadro clínico ==
== Cuadro clínico ==
Varios estudios han analizado los síntomas manifestados en pacientes que se han recuperado de la fase aguda de COVID-19 a los 60 días de su hospitalización. Entre estos, 32% aún sufrían de síntomas relacionados con la enfermedad, siendo la disnea y la fatiga los más comunes.<ref name="sixty-day">{{Cita publicación |url=https://www.acpjournals.org/doi/10.7326/M20-5661 |título=Sixty-Day Outcomes Among Patients Hospitalized With COVID-19 |apellidos=Chopra |nombre=Vineet |apellidos2=Flanders |nombre2=Scott A. |fecha=2021-04 |publicación=Annals of Internal Medicine |volumen=174 |número=4 |páginas=576–578 |fechaacceso=2021-07-06 |idioma=en |issn=0003-4819 |doi=10.7326/M20-5661 |pmc=PMC7707210 |pmid=33175566 |apellidos3=O’Malley |nombre3=Megan |apellidos4=Malani |nombre4=Anurag N. |apellidos5=Prescott |nombre5=Hallie C.}}</ref><ref>{{Cita publicación |url=https://thorax.bmj.com/lookup/doi/10.1136/thoraxjnl-2020-216086 |título=Patient outcomes after hospitalisation with COVID-19 and implications for follow-up: results from a prospective UK cohort |apellidos=Arnold |nombre=David T |apellidos2=Hamilton |nombre2=Fergus W |fecha=2021-04 |publicación=Thorax |volumen=76 |número=4 |páginas=399–401 |fechaacceso=2021-07-06 |idioma=en |issn=0040-6376 |doi=10.1136/thoraxjnl-2020-216086 |pmc=PMC7716340 |pmid=33273026 |apellidos3=Milne |nombre3=Alice |apellidos4=Morley |nombre4=Anna J |apellidos5=Viner |nombre5=Jason |apellidos6=Attwood |nombre6=Marie |apellidos7=Noel |nombre7=Alan |apellidos8=Gunning |nombre8=Samuel |apellidos9=Hatrick |nombre9=Jessica}}</ref> Es también común entre estos pacientes presentar dificultades para conciliar el sueño, depresión y/o ansiedad.<ref>{{Cita publicación |url=https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)32656-8 |título=6-month consequences of COVID-19 in patients discharged from hospital: a cohort study |apellidos=Huang |nombre=Chaolin |apellidos2=Huang |nombre2=Lixue |fecha=2021-01 |publicación=The Lancet |volumen=397 |número=10270 |páginas=220–232 |fechaacceso=2021-07-06 |issn=0140-6736 |doi=10.1016/s0140-6736(20)32656-8 |pmc=PMC7833295 |pmid=33428867 |apellidos3=Wang |nombre3=Yeming |apellidos4=Li |nombre4=Xia |apellidos5=Ren |nombre5=Lili |apellidos6=Gu |nombre6=Xiaoying |apellidos7=Kang |nombre7=Liang |apellidos8=Guo |nombre8=Li |apellidos9=Liu |nombre9=Min}}</ref>

Se ha descrito que el cuadro clínico del COVID persistente deriva de tres factores relacionados con la enfermedad aguda: las manifestaciones de COVID-19 cuya duración supera la habitual de la enfermedad (aproximadamente cuatro semanas), el daño en diferentes órganos causado por la enfermedad y los efectos derivados del tratamiento y/o la hospitalización por la misma.<ref name="statpearls"/>
Se ha descrito que el cuadro clínico del COVID persistente deriva de tres factores relacionados con la enfermedad aguda: las manifestaciones de COVID-19 cuya duración supera la habitual de la enfermedad (aproximadamente cuatro semanas), el daño en diferentes órganos causado por la enfermedad y los efectos derivados del tratamiento y/o la hospitalización por la misma.<ref name="statpearls"/>
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!Manifestaciones clínicas
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!Síntomas de la COVID-19 aguda que se mantienen tras el período de [[convalecencia]]
!Síntomas de la COVID-19 aguda que se mantienen tras el período de [[convalecencia]]
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La sintomatología relacionada con una prolongación de los síntomas agudos de la COVID-19 pueden incluir fatiga, disnea (de esfuerzo o en reposo), dificultad para concentrarse, [[Disautonomía|disfunción vegetativa]], tos, depresión o ansiedad, fiebre baja, [[palpitaciones]], mareos, dolor muscular y articular.<ref name="statpearls"/>
En términos generales, las manifesaciones clínicas de la COVID persistente pueden ser ampliamente variables y dependerán, en gran medida, de la extensión del daño en los tejidos provocado por la COVID-19 en su fase aguda. Además, dependiendo de la localización de los mismos, puede establecerse una distinción por origen de los mismos.

=== Manifestaciones respiratorias ===
Aunque la severidad de las complicaciones a largo plazo relacionadas con la COVID-19 aún se encuentra en progreso de estudio, existen datos que muestran que cierto porcentaje de pacientes que han pasado el periodo de convalescencia tras una la fase aguda de la enfermedad continúan sufriendo síntomas respiratorios.<ref name="statpearls"/> Entre estos destacan los ya mencionados, aunque también se dan casos de dependencia a largo plazo de la [[oxigenoterapia]] y disminución de la capacidad de [[resistencia física]]. El más característico dentro de esta categoría es la disnea, con una prevalencia de entre el 40% y el 50% a los 100 días de la hospitalización post-COVID-19 aguda. En el seguimiento a los seis meses tras la hospitalización, la distancia recorrida por este tipo de pacientes es signficativamente menor respecto al estandar de referencia en sujetos sanos, a menudo debido a una dificultad para respirar ante la realización de un esfuerzo. El 6% de los pacientes aún requerían de terapia de oxígeno a los 60 días.<ref name="sixty-day"/>

=== Manifestaciones cardiovasculares y hematológicas ===
A través de mecanismos de [[citotoxicidad]], se ha observado que la COVID-19 puede causar complicaciones en el [[miocardio]] y el [[pericardio]], lo cual provoca manifestaciones como [[disnea]], [[fatiga]], [[disautonomía|disfunción del sistema vegetativo]] y [[arritmia]]s. Además, es común hallar en estos pacientes un aumento a la predisposición a la formación de [[Tromboembolismo pulmonar|fenómenos tromboembólicos]] secundarios al estado de aumento de los procesos de coagulación e inflamación sistémica derivados de la enfermedad. La consecuencia de esto puede manifestarse a través de una amplia variedad de síntomas como dificultad para respirar, dolor torácico, palpitaciones o [[edema]] en las piernas, entre otros.<ref>{{Cita publicación |url=https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28831119/ |título=Altered Lipid Metabolism in Recovered SARS Patients Twelve Years after Infection |apellidos=Wu |nombre=Qi |apellidos2=Zhou |nombre2=Lina |fecha=2017-08-22 |publicación=Scientific Reports |volumen=7 |número=1 |páginas=9110 |fechaacceso=2021-07-06 |issn=2045-2322 |doi=10.1038/s41598-017-09536-z |pmc=5567209 |pmid=28831119 |apellidos3=Sun |nombre3=Xin |apellidos4=Yan |nombre4=Zhongfang |apellidos5=Hu |nombre5=Chunxiu |apellidos6=Wu |nombre6=Junping |apellidos7=Xu |nombre7=Long |apellidos8=Li |nombre8=Xue |apellidos9=Liu |nombre9=Huiling}}</ref><ref>{{Cita publicación |url=http://www.thieme-connect.de/DOI/DOI?10.1055/s-0040-1714217 |título=Personalizing Antithrombotic Therapy in COVID-19: Role of Thromboelastography and Thromboelastometry |apellidos=Chaudhary |nombre=Rahul |apellidos2=Kreutz |nombre2=Rolf P. |fecha=2020-11 |publicación=Thrombosis and Haemostasis |volumen=120 |número=11 |páginas=1594–1596 |fechaacceso=2021-07-06 |idioma=en |issn=0340-6245 |doi=10.1055/s-0040-1714217 |apellidos3=Bliden |nombre3=Kevin P. |apellidos4=Tantry |nombre4=Udaya S. |apellidos5=Gurbel |nombre5=Paul A.}}</ref><ref name="statpearls"/>

=== Manifestaciones neuropsiátricas ===
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== Causas ==
== Causas ==

Revisión del 12:17 6 jul 2021

COVID persistente

Paciente recibiendo oxigenoterapia en UCI. Los pacientes de COVID-19 que son ingresados en UCI son más propensos a desarrollar COVID persistente.
Especialidad Enfermedades infecciosas
Síntomas Fatiga, disnea de esfuerzo, dolor de cabeza, depresión[1]
Duración Desconocida[1]
Causas Complicaciones de la COVID-19[1]
Factores de riesgo Diabetes, obesidad, edad avanzada, enfermedades cardiovasculares[1]
Sinónimos
Síndrome post-COVID-19, COVID-19 crónica

El COVID persistente,[2]​ también conocido como síndrome post-COVID-19 o COVID-19 crónica,[3][4]​ es un término utilizado para describir una serie de síntomas a largo plazo que aparecen como secuelas tras el padecimiento de la COVID-19. Se trata de un cuadro clínico caracterizado por la persistencia de síntomas más allá de las cuatro semanas tras el comienzo de los síntomas agudos de COVID-19 y que puede incluir síntomas propios de la enfermedad en su fase aguda, síntomas derivados de daños a diferentes órganos producidos por la enfermedad y efectos del tratamiento o la hospitalización por COVID-19. Los síntomas más frecuentes del COVID persistente incluyen fatiga, dificultad para respirar, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza, anosmia, tos, depresión, y fiebre baja.[1]

Epidemiología

Aunque los datos epidemiológicos sobre el alcance y extensión de la COVID persistente son limitados, varios estudios observacionales y de cohorte prospectiva realizados en China, Francia, España, Reino Unido, EE.UU., e Italia que evaluaron las consecuencias a largo plazo de la COVID-19 aguda hallaron que los pacientes que son ingresados en UCI y/o sometidos a ventilación mecánica son más propensos a desarrollar el síndrome.[1]

Asimismo, los pacientes con comorbilidades pulmonares, de avanzada edad y/o con obesidad poseen un mayor riesgo de desarrollar COVID persistente.[5]​ Con el avance de la pandemia por COVID-19 se evidenció que los pacientes con patologías de base como diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica, enfermedades cardiovasculares, enfermedades del hígado o receptores de trasplante de órganos tenían un riesgo mayor de padecer COVID-19 severo. Sin embargo, no se sabe con certeza que la presencia de estas comorbilidades supone un aumento en el riesgo de padecer COVID persistente.[6]

Los pacientes de sexo femenino son más propensos a desarrollarlo y poseen una mayor incidencia de manifestaciones como fatiga, ansiedad y depresión a los seis meses de seguimiento.[7]

Existen datos epidemiológicos limitados para estudios hayan evaluado la incidencia de COVID persistente analizando por variables de raza y grupo étnico. Un artículo científico publicado en 2021 arrojaba resultados que indicaban que los pacientes de origen afroasiático eran más propensos a sufrir disnea tras su alta hospitalaria respecto a los caucásicos.[8]

Cuadro clínico

Varios estudios han analizado los síntomas manifestados en pacientes que se han recuperado de la fase aguda de COVID-19 a los 60 días de su hospitalización. Entre estos, 32% aún sufrían de síntomas relacionados con la enfermedad, siendo la disnea y la fatiga los más comunes.[9][10]​ Es también común entre estos pacientes presentar dificultades para conciliar el sueño, depresión y/o ansiedad.[11]

Se ha descrito que el cuadro clínico del COVID persistente deriva de tres factores relacionados con la enfermedad aguda: las manifestaciones de COVID-19 cuya duración supera la habitual de la enfermedad (aproximadamente cuatro semanas), el daño en diferentes órganos causado por la enfermedad y los efectos derivados del tratamiento y/o la hospitalización por la misma.[1]

Síntomas de COVID persistente según su origen[1]
Origen Manifestaciones clínicas más comunes
Síntomas de la COVID-19 aguda que se mantienen tras el período de convalecencia Fatiga, disnea, dificultad para concentrarse, disfunción vegetativa, cefalea, anosmia, ageusia, tos, depresión y ansiedad, fiebre baja, palpitaciones, mareo, dolor muscular y/o articular.
Síntomas relacionados con daño a los tejidos Variables. Síntomas de origen cardiovascular, pulmonar, renal o neuropsiquiátricos.
Síntomas relacionados con el tratamiento y/o la hospitalización Síndrome post-UCI, trastorno por estrés postraumático

En términos generales, las manifesaciones clínicas de la COVID persistente pueden ser ampliamente variables y dependerán, en gran medida, de la extensión del daño en los tejidos provocado por la COVID-19 en su fase aguda. Además, dependiendo de la localización de los mismos, puede establecerse una distinción por origen de los mismos.

Manifestaciones respiratorias

Aunque la severidad de las complicaciones a largo plazo relacionadas con la COVID-19 aún se encuentra en progreso de estudio, existen datos que muestran que cierto porcentaje de pacientes que han pasado el periodo de convalescencia tras una la fase aguda de la enfermedad continúan sufriendo síntomas respiratorios.[1]​ Entre estos destacan los ya mencionados, aunque también se dan casos de dependencia a largo plazo de la oxigenoterapia y disminución de la capacidad de resistencia física. El más característico dentro de esta categoría es la disnea, con una prevalencia de entre el 40% y el 50% a los 100 días de la hospitalización post-COVID-19 aguda. En el seguimiento a los seis meses tras la hospitalización, la distancia recorrida por este tipo de pacientes es signficativamente menor respecto al estandar de referencia en sujetos sanos, a menudo debido a una dificultad para respirar ante la realización de un esfuerzo. El 6% de los pacientes aún requerían de terapia de oxígeno a los 60 días.[9]

Manifestaciones cardiovasculares y hematológicas

A través de mecanismos de citotoxicidad, se ha observado que la COVID-19 puede causar complicaciones en el miocardio y el pericardio, lo cual provoca manifestaciones como disnea, fatiga, disfunción del sistema vegetativo y arritmias. Además, es común hallar en estos pacientes un aumento a la predisposición a la formación de fenómenos tromboembólicos secundarios al estado de aumento de los procesos de coagulación e inflamación sistémica derivados de la enfermedad. La consecuencia de esto puede manifestarse a través de una amplia variedad de síntomas como dificultad para respirar, dolor torácico, palpitaciones o edema en las piernas, entre otros.[12][13][1]

Manifestaciones neuropsiátricas

Se ha hipotetizado que la presencia de manifestaciones neurológicas está relacionada con la inflamación sistémica, la neurotoxicidad viral o las alteraciones en la coagulación y la tendencia al aparición de trombosis en vasos de menor tamaño de la enfermedad en fase aguda. Entre los síntomas más comunes de esta categoría hallados en pacientes de COVID persistente se hallan la dificultad para concentrarse, la fatiga y el dolor de cabeza, así como síntomas de carácter psicológico como trastorno por estrés postraumático, ansiedad o depresión, aunque no se conoce con seguridad si estos últimos están relacionados más estrechamente con la experiencia de la hospitalización y/o el tratamiento de la enfermedad aguda.[1][14][15]

Causas

Al tratarse de una enfermedad de aparición reciente, se desconocen los mecanismos fisiopatológicos exactos del COVID persistente, aunque se especula que estos poseen un origen multifactorial en el que el daño multiorgánico juega un papel importante.[1]

Otra teoría principal es que la sintomatología del COVID persistente está relacionada con la abrumadora respuesta inflamatoria observada en pacientes de COVID-19 grave. Es frecuente en estos pacienetes observar un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica que se compensa, a su vez con una cascada anti-inflamatoria.[16]​ El delicado equilibrio entre estas dos respuestas por parte del organismo determina, en gran parte, el cuadro clínico y el pronóstico asociado a la infección por COVID-19. Además, se ha observado que la respuesta inflamatoria a través de tormenta de citoquinas hallada en pacientes de COVID-19 puede causar complicaciones que, a su vez, provocan efectos negativos a largo plazo como el síndrome de insuficiencia respiratoria grave, alteraciones en la coagulación, mala adaptación de sistema renina-angiotensina-aldosterona, hipoperfusión orgánica o choque séptico, entre otros. Esta equilibrio, por tanto, puede resultar en una activación inmune excesiva, una activación inmune adecuada, o un estado de inmunosupresión que determinará la recuperación, la reactivación del virus o la aparición de infecciones secundarias.[17][1]

Referencias

  1. a b c d e f g h i j k l m Chippa, Venu; Aleem, Abdul; Anjum, Fatima (2021). Post Acute Coronavirus (COVID-19) Syndrome. StatPearls Publishing. PMID 34033370. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  2. RAE. «Covid - Diccionario histórico de la lengua española». «Diccionario histórico de la lengua española». Consultado el 5 de julio de 2021. 
  3. «Qué es la "covid-19 crónica" y por qué a algunos les cuesta tanto recuperarse del coronavirus». BBC News Mundo. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  4. El síndrome post-covid podría acarrear también alteraciones psiquiátricas. 13 de abril de 2021. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  5. Halpin, Stephen; O'Connor, Rory; Sivan, Manoj (2021-03). «Long COVID and chronic COVID syndromes». Journal of Medical Virology (en inglés) 93 (3): 1242-1243. ISSN 0146-6615. PMC 7675759. PMID 33034893. doi:10.1002/jmv.26587. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  6. Williamson, Elizabeth J.; Walker, Alex J.; Bhaskaran, Krishnan; Bacon, Seb; Bates, Chris; Morton, Caroline E.; Curtis, Helen J.; Mehrkar, Amir et al. (20 de agosto de 2020). «Factors associated with COVID-19-related death using OpenSAFELY». Nature (en inglés) 584 (7821): 430-436. ISSN 0028-0836. PMC 7611074. PMID 32640463. doi:10.1038/s41586-020-2521-4. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  7. Huang, Chaolin; Huang, Lixue; Wang, Yeming; Li, Xia; Ren, Lili; Gu, Xiaoying; Kang, Liang; Guo, Li et al. (2021-01). «6-month consequences of COVID-19 in patients discharged from hospital: a cohort study». The Lancet (en inglés) 397 (10270): 220-232. PMC 7833295. PMID 33428867. doi:10.1016/S0140-6736(20)32656-8. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  8. Halpin, Stephen J.; McIvor, Claire; Whyatt, Gemma; Adams, Anastasia; Harvey, Olivia; McLean, Lyndsay; Walshaw, Christopher; Kemp, Steven et al. (2021-02). «Postdischarge symptoms and rehabilitation needs in survivors of COVID‐19 infection: A cross‐sectional evaluation». Journal of Medical Virology (en inglés) 93 (2): 1013-1022. ISSN 0146-6615. doi:10.1002/jmv.26368. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  9. a b Chopra, Vineet; Flanders, Scott A.; O’Malley, Megan; Malani, Anurag N.; Prescott, Hallie C. (2021-04). «Sixty-Day Outcomes Among Patients Hospitalized With COVID-19». Annals of Internal Medicine (en inglés) 174 (4): 576-578. ISSN 0003-4819. PMC 7707210. PMID 33175566. doi:10.7326/M20-5661. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  10. Arnold, David T; Hamilton, Fergus W; Milne, Alice; Morley, Anna J; Viner, Jason; Attwood, Marie; Noel, Alan; Gunning, Samuel et al. (2021-04). «Patient outcomes after hospitalisation with COVID-19 and implications for follow-up: results from a prospective UK cohort». Thorax (en inglés) 76 (4): 399-401. ISSN 0040-6376. PMC 7716340. PMID 33273026. doi:10.1136/thoraxjnl-2020-216086. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  11. Huang, Chaolin; Huang, Lixue; Wang, Yeming; Li, Xia; Ren, Lili; Gu, Xiaoying; Kang, Liang; Guo, Li et al. (2021-01). «6-month consequences of COVID-19 in patients discharged from hospital: a cohort study». The Lancet 397 (10270): 220-232. ISSN 0140-6736. PMC 7833295. PMID 33428867. doi:10.1016/s0140-6736(20)32656-8. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  12. Wu, Qi; Zhou, Lina; Sun, Xin; Yan, Zhongfang; Hu, Chunxiu; Wu, Junping; Xu, Long; Li, Xue et al. (22 de agosto de 2017). «Altered Lipid Metabolism in Recovered SARS Patients Twelve Years after Infection». Scientific Reports 7 (1): 9110. ISSN 2045-2322. PMC 5567209. PMID 28831119. doi:10.1038/s41598-017-09536-z. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  13. Chaudhary, Rahul; Kreutz, Rolf P.; Bliden, Kevin P.; Tantry, Udaya S.; Gurbel, Paul A. (2020-11). «Personalizing Antithrombotic Therapy in COVID-19: Role of Thromboelastography and Thromboelastometry». Thrombosis and Haemostasis (en inglés) 120 (11): 1594-1596. ISSN 0340-6245. doi:10.1055/s-0040-1714217. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  14. The Lancet Neurology (2021-04). «Long COVID: understanding the neurological effects». The Lancet Neurology 20 (4): 247. ISSN 1474-4422. PMC 7969137. PMID 33743226. doi:10.1016/s1474-4422(21)00059-4. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  15. Kaseda, Erin T.; Levine, Andrew J. (16 de noviembre de 2020). «Post-traumatic stress disorder: A differential diagnostic consideration for COVID-19 survivors». The Clinical Neuropsychologist (en inglés) 34 (7-8): 1498-1514. ISSN 1385-4046. doi:10.1080/13854046.2020.1811894. Consultado el 6 de julio de 2021. 
  16. Hotchkiss, Richard S.; Monneret, Guillaume; Payen, Didier (2013-12). «Sepsis-induced immunosuppression: from cellular dysfunctions to immunotherapy». Nature Reviews Immunology (en inglés) 13 (12): 862-874. ISSN 1474-1733. PMC 4077177. PMID 24232462. doi:10.1038/nri3552. Consultado el 5 de julio de 2021. 
  17. Hamers, L.; Kox, M.; Pickkers, P. (2015-04). «Sepsis-induced immunoparalysis: mechanisms, markers, and treatment options». Minerva Anestesiologica 81 (4): 426-439. ISSN 1827-1596. PMID 24878876. Consultado el 5 de julio de 2021.