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Revisión del 13:47 15 may 2017

 
Adrián Paños Cornejo
Estado de conservación
En peligro crítico (CR)
En peligro crítico (UICN 3.1)[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Amphibia
Orden: Caudata
Familia: Ambystomatidae
Género: Ambystoma
Especie: Ambystoma mexicanum
(Shaw & Nodder, 1798)
Sinonimia
  • Gyrinus mexicanus Shaw & Nodder, 1798[2]
  • Siren pisciformis Shaw, 1802
  • Triton mexicanus Oppel, 1811
  • Philhydrus pisciformis Brookes, 1828
  • Hypochton pisciformis Gravenhorst, 1829
  • Siredon axolotl Wagler, 1830
  • Axolotus pisciformis Cuvier, 1831
  • Sirenodon pisciformis Wiegmann, 1832
  • Stegoporus pisciformis Wiegmann, 1832
  • Stegoporus mexicanum Wiegmann, 1832
  • Hemitriton mexicanus Van der Hoeven, 1833
  • Siredon mexicanus Schinz, 1833
  • Axolotl pisciformis Guérin-Méneville, 1838
  • Axolotes guttata Owen, 1844
  • Siredon mexicanum Baird, 1850
  • Siredon humboldtii Duméril, Bibron & Duméril, 1854
  • Siredon axolotl Schegel, 1858
  • Axoloteles guttatus Wood, 1863
  • Siredon pisciformis Wiedersheim, 1877
  • Amblystoma weismanni Wiedersheim, 1879
  • Siredon edule Dugès, 1888
  • Ambystoma edule Dugès, 1888
  • Siredon alba Smith, 1969

El ajolote (Ambystoma mexicanum), del náhuatl āxōlōtlā» -atl- = agua, «xōlōtl» = animal de piel lisa: " animal de piel lisa de agua") es una especie de anfibio caudado de la familia Ambystomatidae. Es endémico del sistema lacustre del valle de México y ha tenido una gran influencia en la cultura mexicana. Se encuentra en peligro crítico de extinción por la contaminación de las aguas en las que vive. Es una especie neoténica, es decir, puede alcanzar la madurez sexual reteniendo sus características larvarias, y al contrario que la mayoría de anfibios no pasa por un proceso de metamorfosis.[3][1]

Taxonomía

Los ajolotes se clasifican dentro de la familia de los ambistomátidos. Antiguamente se los denominó Siredom mexicanum, pero en la actualidad pertenecen al género Ambystoma. También en un principio se le confundió como ejemplares larvas de la salamandra tigre (Ambystoma tigrinum) que no habían experimentado la metamorfosis. Sin embargo, hoy se les reconoce como especies distintas.[4]

Descripción

Individuo albino.
Branquias del ajolote.

Mide alrededor de 25 cm de longitud total, siendo raros los ejemplares que miden más de 30 cm. El ajolote tiene la apariencia de un renacuajo gigante con patas y cola. Se caracteriza por tener tres pares de branquias, las cuales salen desde la base de su cabeza y van hacia atrás, ojos pequeños, piel lisa y patas cuyos dedos son finos y puntiagudos, pero que no desarrollan uñas. La coloración del ajolote es muy variable: en estado silvestre, la mayoría son de color café oscuro con el dorso negro, el vientre más claro, y manchas oscuras débiles y poco visibles en flancos y dorso. Sin embargo, también pueden presentar patrones de coloración diferentes, especialmente en cautiverio: gris, café, verde pardo, anaranjado e incluso blanco con ojos negros, albino dorado, albino blanco o casi negro y se reconoce como el animal más bonito del mundo acuático.[3]

Distribución y hábitat

El ajolote es endémico del Valle de México —más concretamente del sistema de canales de Xochimilco, en la Ciudad de México—. Antes de que sus poblaciones se vieran fuertemente disminuidas habitaba todo el complejo lagunar del valle, incluyendo los lagos de Texcoco y Chalco. Su hábitat son lagos o canales de aguas poco profundas con mucha vegetación acuática. Es una especie completamente acuática.[1]

Alimento

Su dieta es muy variada y en vida libre incluye pequeños peces, alevines y acociles (Cambarellus spp.). En cautiverio se les alimenta comúnmente con gusanos tubifex, lombrices de tierra, tenebrios, y pequeños trozos de carne cruda de pavo, pollo o res. La alimentación se debe suministrar una o dos veces por semana: estos animales pueden resistir un ayuno de varias semanas.[cita requerida]

Conservación

El ajolote se encuentra en la categoría de peligro crítico de extinción respecto a su estado de conservación actual según la lista roja de la UICN. Sus poblaciones en libertad son muy pequeñas, y la principal causa de su reducción en años recientes es la grave degradación que ha sufrido su hábitat natural, principalmente a través de la contaminación de las aguas, pero también por la introducción de especies de peces que compiten o depredan al ajolote. Otras causas de su grave estado de conservación incluyen la sobreexplotación y captura como alimento, por sus supuestos usos medicinales (no constatados científicamente) y para el comercio de mascotas, y la quitridiomicosis[1]​ ligada a reducciones de las poblaciones de anfibios a nivel mundial.

Medidas de conservación

Las acciones de conservación se centran en la mejora del lago de Xochimilco, por un lado a través de la educación para la conservación del medio y por otro a través de incentivar el turismo ecológico y la puesta en marcha de trabajos de restauración del hábitat y la biorremediación.[1]

Además hay varias colonias de ajolotes mantenidas en cautiverio en todo el mundo, ya que la especie es utilizada en la investigación biomédica y fisiológica, así como en el comercio de mascotas. Algunas de estas colonias, como la mantenida en el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas Cuemanco (CIBAC), de la Universidad Autónoma Metropolitana, tienen entre sus objetivos conservar la diversidad genética de la especie. Sin embargo, de momento la reintroducción no se recomienda, ya que primero hay que mitigar las amenazas en su medio natural, y las enfermedades y los riesgos genéticos de las poblaciones silvestres y cautivas deben ser evaluadas.[1]

Además parte de las poblaciones de ajolote mexicano se encuentra protegidas dentro del Parque Ecológico de Xochimilco, que dentro de su plan de rescate incluye un proyecto para la conservación del ajolote. De manera complementaria, por iniciativa del Darwin Initiative Project del gobierno del Reino Unido, y con base en talleres técnicos en los que participaron diversos sectores de la sociedad, se elaboró un Plan de Acción Nacional para el Manejo y la Conservación del Ajolote en Xochimilco.[cita requerida]

En cautiverio

Axolote en cautiverio.

El mantenimiento en cautiverio del ajolote generalmente se hace en acuarios y requiere condiciones agua, pH, filtración, temperatura, luz y alimentación que satisfagan sus necesidades al emular las que se encuentran en su medio natural. Dado que el ajolote está protegido por la NOM-059-SEMARNAT-2010[5]​ en México, se deben tramitar permisos para mantener a esta especie como mascota.[6]

Uso como organismo modelo

Seis ajolotes, incluyendo un espécimen leucístico, se enviaron de la Ciudad de México al Jardin des Plantes de París en 1863. No consciente de la neotenia de esta especie, Auguste Duméril se sorprendió cuando, en lugar de los ajolotes, encontró en el vivario una especie "nueva", similar a las salamandras del género. Este descubrimiento fue el punto de inicio de la investigación sobre la neotenia. No se sabe a ciencia cierta si en el cargamento no se incluyeron especímenes de Ambystoma velasci.

Vilem Laufberger, en Alemania, utilizó inyecciones de hormona tiroidea para inducir a un ajolote a desarrollarse como una salamandra terrestre. El experimento fue realizado también por el inglés Julian Huxley, quien no conocía los resultados de Laufberger, utilizando tiroides molidas. Desde entonces, los experimento se llevan a cabo con inyecciones de iodo u hormonas tiroideas para inducir la metamorfosis.

Hoy en día, el ajolote aún se utiliza en la investigación como un organismo modelo, y se cría en grandes números en cautiverio. Son particularmente fáciles de reproducir, a diferencia de otras salamandras de la familia, que casi nunca se mantienen en cautiverio debido a las necesidades que implica su vida terrestre. Una característica atractiva de los ajolotes para la investigación es el gran tamaño y facilidad de manipulación de los embriones, que permiten ver el desarrollo completo de un vertebrado en el huevo.

Los ajolotes se utilizan en estudios sobre defectos cardíacos debido a la presencia de un gen mutante que causa falla cardíaca en los embriones. Ya que los embriones sobreviven casi a término a pesar de la carencia de función del corazón, el defecto se puede observar con facilidad. El ajolote también se considera un modelo animal ideal para el estudio del cierre del tubo neural, esto debido a las similitudes en la formación del tubo y placa neural entre humanos y ajolotes, en los que, a diferencia de las ranas, no se encuentran escondidos debajo de una capa de epitelio.[7]​ También hay mutaciones que afectan otros órganos, algunas bien caracterizadas y otras no.[8]​ La genética de las variaciones de color en los ajolotes también ha sido objeto de estudio.[9]

La característica de estos anfibios que más atrae la atención para la investigación en medicina es su habilidad de regeneración: el ajolote no forma cicatrices, sino que es capaz de regenerar apéndices completos en cuestión de meses y, en ciertas condiciones, inclusive estructuras vitales, como partes del cerebro. También pueden aceptar fácilmente transplantes de otros individuos, incluyendo los ojos y partes del cerebro, restaurando la funcionalidad total de los mismos. En algunos casos, se ha visto ajolotes que reparan una extremidad dañada y regeneran una adicional, terminando con un apéndice extra que los hace atractivos para el comercio de mascotas. En individuos metamorfoseados a su forma terrestre, sin embargo, la capacidad de regeneración se ve disminuida considerablemente. El ajolote es, así, utilizado como modelo para el desarrollo de extremidades en vertebrados.[10]

Mitología, historia y cultura

Mitología

El ajolote ha estado en la vida de los mexicanos desde la época de los aztecas. Según la mitología azteca, el ajolote (del náhuatl: atl, "agua" y xolotl, "monstruo"; monstruo acuático), está relacionado al dios Xólotl, hermano de Quetzalcóatl. Xólotl se encuentra asociado a la idea del movimiento y de la vida, de acuerdo con la leyenda del Quinto Sol.[cita requerida]

Por otra parte, Fray Bernardino de Sahagún cuenta que Xólotl rehusaba la muerte, tratando de esconderse en las milpas y convirtiéndose en una planta de maíz de dos cañas o ajolote (xolotl). Sin embargo, fue descubierto por los demás dioses y continuó su huida, ahora escondiéndose en un magueyal y tomando la forma de una penca doble o mejolote (de metl, maguey y xolotl). Finalmente, en su última huida, se introdujo al agua, donde se transformó en un pez llamado axolotl, que fue su última metamorfosis. Así Xólotl, el dios que le tiene miedo a la muerte,y que no pudo escapar de ella, pasó a la historia por sus poderes de transformación.[cita requerida]

Historia

La historia del ajolote se remonta a los aztecas, pues está documentado en varios códices, como en el Florentino. En la literatura científica apareció en 1615 en un libro de historia natural, y más tarde se hicieron numerosas publicaciones sobre este animal, hasta que doscientos años después recibió un nombre científico.[cita requerida]

Por otro lado Alexander von Humboldt, impresionado por este animal, tomó dos ejemplares de México y los llevó a París para que Georges Cuvier los estudiara. Fiel a la lógica de la anatomía comparada, él lo clasificó como un perennibranquio.[cita requerida] De aquí en adelante sólo hay registros en 1863: durante la Intervención Francesa, se enviaron varios ajolotes a París, donde se reprodujeron y sus crías sufrieron lo que a los estudiosos franceses pareció una extraña metamorfosis.[cita requerida]

Cultura

Esta especie ha estado muy presente en la cultura mexicana desde los mexicas hasta el presente, pues el ajolote fue alimento y se ha utilizado en medicina tradicional para aliviar enfermedades, aunque los efectos del tratamiento no están demostrados científicamente.

Debido a su utilidad como especie modelo en el laboratorio y su popularidad como mascota, desde 1989 se establecieron granjas de reproducción a nivel internacional en Canadá, Holanda, Japón, Corea del Sur, EE.UU., Suecia e Inglaterra. Estas también existen en la Ciudad de México, para proveer al mercado nacional e internacional.[6]

También ha aparecido en la literatura contemporánea, por ejemplo, en el cuento "Axolotl" de Julio Cortázar (en su compendio Final del Juego) o en Dune, de Frank Herbert.

Referencias

  1. a b c d e f Zambrano, L., Reidl, P.M., McKay, J., Griffiths, R., Shaffer, B., Flores-Villela, O., Parra-Olea, G. & Wake, D. (2010). «Ambystoma mexicanum». Lista Roja de especies amenazadas de la UICN 2015.4 (en inglés). ISSN 2307-8235. Consultado el 26 de enero de 2016. 
  2. Frost, D.R. «Ambystoma mexicanum». Amphibian Species of the World: an Online Reference. Version 6.2. (en inglés). Nueva York, EEUU: Museo Americano de Historia Natural. Consultado el 8 de marzo de 2016. 
  3. a b CONABIO (2011). «Fichas de especies prioritarias. Ajolote Mexicano (Ambystoma mexicanum)». Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Consultado el 15 de octubre de 2015. 
  4. «Ajolote (Ambystoma mexicanum).». Consultado el 13 de octubre de 2015.. 
  5. «NORMA Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, Protección ambiental-Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio-Lista de especies en riesgo.». Diario Oficial. 30 de diciembre de 2010. Consultado el 10 de agosto de 2016. 
  6. a b Servín Zamora, E. (junio de 2011). Manual de mantenimiento en cautiverio y medicina veterinaria aplicada al ajolote de Xochimilco (Ambystoma mexicanum) en el zoológico de Chapultepec.. Consultado el 14 de octubre de 2015. 
  7. Gordon, Richard (1 de noviembre de 1985). «A review of the theories of vertebrate neurulation and their relationship to the mechanics of neural tube birth defects». Development (en inglés) 89 (Supplement): 229-255. ISSN 0950-1991. PMID 3913733. Consultado el 11 de agosto de 2016. 
  8. Armstrong, John B. (1 de enero de 1985). «The axolotl mutants». Developmental Genetics (en inglés) 6 (1): 1-25. ISSN 1520-6408. doi:10.1002/dvg.1020060102. Consultado el 11 de agosto de 2016. 
  9. Frost, Sally K.; Briggs, Fran; Malacinski, George M. (1 de junio de 1984). «A color atlas of pigment genes in the Mexican axolotl (Ambystoma mexicanum)». Differentiation (en inglés) 26 (1-3): 182-188. ISSN 1432-0436. doi:10.1111/j.1432-0436.1984.tb01393.x. Consultado el 11 de agosto de 2016. 
  10. Roy, Stéphane; Gatien, Samuel (1 de noviembre de 2008). «Regeneration in axolotls: a model to aim for!». Experimental Gerontology. Stem Cell Aging and Regenerative Medicine 43 (11): 968-973. doi:10.1016/j.exger.2008.09.003. Consultado el 11 de agosto de 2016. 

Bibliografía

Enlaces externos