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Un día, a finales de 1888, cuando pasaba ante una de las cuevas en el Sacromonte, oyó a unos niños gitanos analfabetos recitar el [[Ave María]], lo que le llevó a iniciar su obra pedagógica con aquellos niños, acompañando en un principio a la maestra que les enseñaba. Allí mismo funda las Escuelas del Ave-María, su obra capital, a las que les dedica todo su dinero, su empeño y su tiempo. Allí comenzó don Andrés Manjón su obra revolucionadora de los métodos pedagógicos.
Un día, a finales de 1888, cuando pasaba ante una de las cuevas en el Sacromonte, oyó a unos niños gitanos analfabetos recitar el [[Ave María]], lo que le llevó a iniciar su obra pedagógica con aquellos niños, acompañando en un principio a la maestra que les enseñaba. Allí mismo funda las Escuelas del Ave-María, su obra capital, a las que les dedica todo su dinero, su empeño y su tiempo. Allí comenzó don Andrés Manjón su obra revolucionadora de los métodos pedagógicos.


El proyecto avemariano lo trasladó a su pueblo natal. En [[1918]] había escuelas del Ave-María en 36 provincias españolas. A lo largo de su vida, se abrieron unas 400 escuelas por todo el mundo. Fundó, además, el “Seminario de Maestros” para formar a los futuros responsables de las escuelas del Ave María: "no hay escuela sin maestro". Manjón daba mucha importancia a la formación de los maestros, pues decía que el maestro podía ser formador o deformador de caracteres. La inauguración del seminario de maestros tuvo lugar el 12 de octubre de 1905. Fue una obra muy querida por él.
El proyecto avemariano lo trasladó a su pueblo natal. En [[1918]] había escuelas del Ave-María en 36 provincias españolas. A lo largo de su vida, se abrieron unas 400 escuelas por todo el mundo. Fundó, además, el “Seminario de Maestros” para formar a los futuros responsables de las escuelas del Ave María: "no hay escuela sin maestro". Manjón daba mucha importancia a la formación de los maestros, pues decía que el maestro podía ser formador o deformador de caracteres. La inauguración del seminario de maestros tuvo lugar el 12 de octubre de 1905. Fue una obra muy querida por él.Recalca la alumna Cristina Rodriguez Mena, nombrada delegada por el comite de segundo A en 2017. No dimisión!


Durante los primeros años de su estancia en [[Granada]] escribe un tratado sobre Derecho Canónico, considerado uno de los mejores de su época. Escribe, a lo largo de su vida, muchas obras (más abajo se señalan algunas) de carácter pedagógico, al servicio de la educación y de su ministerio sacerdotal, con un estilo carente de florituras, sin alardes de erudito. Todos ellos están llenos de sencillez y claridad.
Durante los primeros años de su estancia en [[Granada]] escribe un tratado sobre Derecho Canónico, considerado uno de los mejores de su época. Escribe, a lo largo de su vida, muchas obras (más abajo se señalan algunas) de carácter pedagógico, al servicio de la educación y de su ministerio sacerdotal, con un estilo carente de florituras, sin alardes de erudito. Todos ellos están llenos de sencillez y claridad.

Revisión del 10:01 9 oct 2017

Andrés Manjón
Información personal
Nacimiento 30 de noviembre de 1846 Ver y modificar los datos en Wikidata
Sargentes de la Lora (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 10 de julio de 1923 Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educación catedrático de universidad Ver y modificar los datos en Wikidata
Educado en Universidad de Valladolid Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Pedagogo, jurista, profesor universitario, escritor y sacerdote Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados Catedrático de universidad Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador
Distinciones
Monumento al Padre Manjón en Burgos

Andrés Manjón y Manjón (Sargentes de la Lora, 30 de noviembre de 1846 - Granada, 10 de julio de 1923) fue un sacerdote, jurista y pedagogo español, fundador de las Escuelas del Ave María con las que enseñó a los gitanos de Granada y que se extendieron luego por todo el mundo.

Vida

Hijo de Lino y Sebastiana Manjón, una familia de origen humilde, fue educado por su tío, párroco de Sargentes, y por su madre, quien lo indujo a ir a la escuela y recibir la enseñanza básica, pues, aunque era remiso a ir siempre había demostrado grandes cualidades para el estudio, lo que sus padres y su tío vieron con la intención de encaminarlo hacia el sacerdocio. Así que en verano de 1858, Andrés comienza los estudios de latín. Fueron unos años difíciles debido a la dureza con que se aplicaban sus profesores con él, así que Andrés tuvo tentaciones de volverse al campo.

No obstante, en 1861 su tío lo condujo al Seminario de Burgos donde tras mucho trabajo y enfrentamientos (le suspendieron en la asignatura de derecho natural, y este desaire le hizo abandonar los estudios por un año) superó el primer curso con excelentes calificaciones. Estudió luego Filosofía y Derecho también con resultados superiores hasta que en 1868 cerraron el Seminario. Abandonó entonces la carrera eclesiástica y fue a Valladolid, donde abrió una escuela de enseñanza secundaria en que practicar métodos pedagógicos menos arcaicos que los que él había sufrido, doctorándose de paso en Derecho Civil en su Universidad. Tras opositar dos veces a la Universidad de Salamanca ocupó su Cátedra de Derecho Romano. En 1874 llega a Madrid al Colegio San Isidoro y continuó sus estudios en la Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1878 ganó por oposiciones la cátedra de Disciplina Eclesiástica en la Universidad de Santiago de Compostela. En 1880, y tras una vacante, le conceden la misma cátedra en la Universidad de Granada, ciudad donde se instaló ya para el resto de sus días.

Es elegido por el cabildo de la Abadía del Sacromonte para dar la asignatura de Derecho Canónico y por entonces decide encaminarse al sacerdocio. El 19 de junio de 1885 se ordena sacerdote y es nombrado canónigo de la Abadía.

Un día, a finales de 1888, cuando pasaba ante una de las cuevas en el Sacromonte, oyó a unos niños gitanos analfabetos recitar el Ave María, lo que le llevó a iniciar su obra pedagógica con aquellos niños, acompañando en un principio a la maestra que les enseñaba. Allí mismo funda las Escuelas del Ave-María, su obra capital, a las que les dedica todo su dinero, su empeño y su tiempo. Allí comenzó don Andrés Manjón su obra revolucionadora de los métodos pedagógicos.

El proyecto avemariano lo trasladó a su pueblo natal. En 1918 había escuelas del Ave-María en 36 provincias españolas. A lo largo de su vida, se abrieron unas 400 escuelas por todo el mundo. Fundó, además, el “Seminario de Maestros” para formar a los futuros responsables de las escuelas del Ave María: "no hay escuela sin maestro". Manjón daba mucha importancia a la formación de los maestros, pues decía que el maestro podía ser formador o deformador de caracteres. La inauguración del seminario de maestros tuvo lugar el 12 de octubre de 1905. Fue una obra muy querida por él.Recalca la alumna Cristina Rodriguez Mena, nombrada delegada por el comite de segundo A en 2017. No dimisión!

Durante los primeros años de su estancia en Granada escribe un tratado sobre Derecho Canónico, considerado uno de los mejores de su época. Escribe, a lo largo de su vida, muchas obras (más abajo se señalan algunas) de carácter pedagógico, al servicio de la educación y de su ministerio sacerdotal, con un estilo carente de florituras, sin alardes de erudito. Todos ellos están llenos de sencillez y claridad.

En 1900 es nombrado Hijo Predilecto de Granada y en 1909 Hijo Predilecto de la Provincia de Burgos. Su humildad hacen que no asistiera a ninguno de estos actos. Don Andrés mereció los elogios como persona responsable, sencilla y seria desde su juventud, fue profesor concienzudo y sacerdote humilde y ejemplar. Su personalidad sobria, hizo que los honores que en vida le rindieron, no hiciesen mella en él.

Al morir fue enterrado en una sencilla cripta en la capilla de la Casa Madre del Ave-María. En su lápida están escritas las letras “A. M.” que rubrican su vida humilde y sencilla.

En la casa madre se encuentra su museo personal con todo lo relacionado con él, túnicas, etc. En la Archidiócesis de Granada tiene causa de beatificación abierta.

Escritos pedagógicos

Toda la pedagogía manjoniana debe ser entendida como una reacción contra la pasividad del alumno; como él mismo dice, "El ejercicio es necesario y en la calidad y modo de él está la ciencia del desarrollo y de la educación"[1]​ Repudia los símiles ya tópicos que venían repitiéndose desde la antigüedad y aun fueron tomados después por John Locke y Johann Friedrich Herbart: ni cera que se funda, ni barro que se modela, ni tabla que se pinte, ni vaso que se llena, ni hoja que se escribe. El niño no es nada de esto, y con ninguna de estas cosas se le puede comparar; es, por el contrario, "un ser activo con destino propio que nadie más que él tiene que cumplir, y con facultades propias que ningún otro puede permutar: al educador toca tomarle tal cual es, para perfeccionarle y ayudarle; pero de modo alguno puede reemplazarle y ocupar su puesto".[2]

Se suele considerar su obra maestra El maestro mirando hacia fuera o de dentro afuera (1923); considera a este como luz de las virtudes y formador de hombres conscientes de sus deberes. En Hojas paterno-escolares trata sobre la educación en el seno de la familia, en El catequista sitúa al catecismo como eje en torno al cual gira toda la educación y en Hojas históricas del Ave-María habla con amenidad sobre la fundación de sus escuelas con interesantes notas sociales y pedagógicas.

Canciones:

Don Andrés Manjón fundó, sus escuelas con alegría

Don Andrés Manjón fundó, las escuelas del Ave María (Bis)

La pedagogía de su tiempo

A finales del siglo XIX y a comienzos del XX, tienen lugar cuatro sucesos relevantes para la pedagogía europea: la Escuela activa, la Educación cívica, la tutela de la juventud y el movimiento novel, también conocido como autoeducación o Asamblea de Meissner.

La idea fundamental de la Escuela activa la dio a conocer Pestalozzi, influido por la filosofía de Kant y Fichte, la empezó a aplicar en los jardines de infancia, intentando despertar la actividad propia del niño en diversos sectores. Pero el impulso de la escuela activa vino de la mano de la educadora italiana María Montessori y del alemán Georg Kerschensteiner, el cual trató de aplicarla en los institutos de Múnich oponiéndose a la ‘escuela libresca’ que dominaba hasta entonces. Kerchensteiner definió que la escuela activa es aquella que ‘mediante sus métodos y con todos sus procedimientos de actuación realiza en el orden práctico los valores culturales inmanentes de los elementos de la cultura’, o lo que es lo mismo, la escuela activa es para él ‘la escuela de la elaboración autónoma de los elementos de cultura’ y propone que debe ponerse al servicio de la educación cívica.

La educación cívica, que había tenido un gran impulso entre los siglos XVIII y XIX a raíz de la Revolución Francesa y convertía a los jóvenes en ciudadanos había quedado relegada a un último término con el posterior restablecimiento del absolutismo. La pedagogía de la Ilustración tendía a liberar a los hombres del dominio de las autoridades políticas y eclesiásticas y a asegurarles los derechos que como hombres poseían. Sin embargo, los períodos de reacción del siglo XX fueron desfavorables para el desarrollo de este sector de la educación, ya que no se querían "ciudadanos", sino ‘súbditos obedientes’.

No obstante, a finales del siglo XIX, pareció producirse una transformación en lo referente a la educación cívica, en especial a partir de 1872 cuando tuvo lugar una conferencia escolar en la que Federico Guillermo se pronunció a favor de una enseñanza elemental de carácter social. En 1889, hizo un escrito que suscitó gran interés y atención titulado La enseñanza de carácter social, complemento necesario de la enseñanza de la historia. Los pedagogos de la época, hablaban de un ‘desierto de la juventud’, que iba de los 14 a los 20 años, etapa peligrosa, pues era el momento de abandonar la escuela e ingresar en el ejército, quedando la juventud abandonada, sin disfrutar de la tutela educadora de ninguna clase. Este mal se pretendió remediar con la tutela política de la juventud.

Se hizo cada vez más necesaria la preocupación del Estado por la juventud, ya que las iglesias se habían hecho cargo de la misión educativa desde mediados del siglo XIX hasta entonces y se iba apartando con mayor frecuencia a la iglesia por parte amplios círculos populares. Esto contribuyó a la tutela política de la juventud, aunque no con el carácter neutral y antipartidista que se deseaba, pues estaba de antemano inspirada por la idea de lucha contra la democracia social, exponiéndose en numerosas ocasiones a la violencia de ciertas medidas de policía. Además, la tutela política de la juventud recibió un cierto carácter militar, ya que la mayoría de sus jefes eran oficiales del ejército, matiz militarista de la educación que aumentó en grado considerable durante la Primera Guerra Mundial.

Independientemente de esta "tutela de la juventud" dirigida por adultos, se desarrolló desde finales del siglo XIX en Alemania un movimiento juvenil debido a la libre iniciativa de los jóvenes mismos. En este movimiento se expresaba un sentido romántico de la juventud, se insinuaba hostilidad a la vida de la gran ciudad, un cierto sentido revolucionario contra la casa paterna, la escuela y la violencia, proclamando el derecho de la juventud a una existencia más ponderada, a una especie de ‘cultura juvenil’. El movimiento mostró tendencias bastante útiles que la escuela no sólo soportó, sino que además llegó a fomentar.

A medida que los individuos afiliados a dicho movimiento crecían en edad, la tendencia se transmitió también a la juventud que estudiaba en las universidades. Se planteó la autoeducación a partir de 1913 al cabo de un encuentro en la cumbre del Alto Meissner o asamblea de Meissner, donde se puso de manifiesto que “la juventud libre quiere formarse su vida por su propia determinación y con vistas a una responsabilidad personal.” Sin embargo este modelo, que inspiro el del padre Manjón, fue destruido poco después por los nacionalsocialistas alemanes.

Colegios

A lo largo del siglo XX se han construido colegios en Granada que pertenecen al Patronato de las Escuelas del Ave María.

La primera escuela fundada por Don Andrés Manjón fue Colegio Ave María Casa Madre,

Más tarde se construyeron otros colegios rodeando Granada:

  • San Cristóbal
  • La Quinta
  • Vistillas
  • San Isidro

Y otros que están en la provincia:

  • Albolote
  • Esparraguera (Motril)
  • Varadero (Motril)

Obras

Pedagógicas

  • Edición nacional de las Obras selectas. Patronato de las Escuelas del Ave María, 1945-1956, 10 vols.
  • Discurso leído en la solmene apertura del curso académico de 1897-1899 en la Universidad literaria de Granada, 4.ª ed. Granada: Imprenta de las Escuelas del Ave María, 1905.
  • El Catecismo como asignatura céntrica. Granada: Escuelas del Ave María, 1927, 2.ª ed.
  • El Catequista. Hojas meramente catequistas del Ave María, Granada, Imprenta de las Escuelas del Ave María, 1927.
  • El gitano et ultra. Hojas de educación social et ultra del Ave-María, Granada: Imprenta de las Escuelas del Ave María, 1921.
  • El Maestro mirando hacia afuera o de dentro afuera, Madrid: Imprenta de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1923.
  • El pensamiento del Ave-María, Granada: Imp. de las Escuelas del Ave-María, 1935-1936, 3 vols.
  • Hojas catequistas y pedagógicas del Ave-María, Granada: Imprenta de las Escuelas del Ave-María, 1921. 5 vols.
  • Hojas históricas del Ave-María. Granada: Imprenta de las Escuelas del Ave-María, 1921.
  • Hojas paterno-escolares del Ave-María, Granada, Imprenta de las Escuelas del Ave-María, 1916.

Religiosas

  • Visitas al Santísimo Sacramento (1916)

Jurídicas

  • Derecho eclesiástico (1879-1881)
  • Instituciones de derecho canónico (1895)
  • Instituciones de Derecho Público Eclesiástico (1899).

Referencias

  • PERAMOS, Francisco (1954): El padre Manjón: un gran pedagogo. Madrid, Publicaciones españolas.
  • GALINO, Ángeles, (1982, 4.ª ed.), "Andrés Manjón", en VV. AA., Textos pedagógicos hispanoamericanos, pp. 1080-1122.
  1. Andrés Manjón, El maestro mirando hacia fuera, 1.ª parte, p. 328.
  2. Andrés Manjón, Discurso leído en la solemene apertura del curso académico de 1897-1899..., p. 24

Enlaces externos