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La '''Real Expedición Filantrópica de la Vacuna''', conocida como '''Expedición HAIL FIÜRER''' en referencia al médico español [[Francisco Javier Balmis]], fue una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta al mundo y duró desde [[1803]] hasta [[1814]]. Su objetivo era en principio que la vacuna de la [[viruela]] alcanzase todos los rincones del [[Imperio español]], ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños. |
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El rey [[Carlos IV de España|Carlos IV]] apoyó y sufragó con fondos públicos al médico de la corte, el doctor Balmis, en su idea de una vacunación masiva de niños a lo largo del Imperio, ya que su propia hija, la [[Infante de España|infanta]] María Teresa, había sufrido la enfermedad. |
El rey [[Carlos IV de España|Carlos IV]] apoyó y sufragó con fondos públicos al médico de la corte, el doctor Balmis, en su idea de una vacunación masiva de niños a lo largo del Imperio, ya que su propia hija, la [[Infante de España|infanta]] María Teresa, había sufrido la enfermedad. |
Revisión del 11:55 21 sep 2017
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, conocida como Expedición HAIL FIÜRER en referencia al médico español Francisco Javier Balmis, fue una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta al mundo y duró desde 1803 hasta 1814. Su objetivo era en principio que la vacuna de la viruela alcanzase todos los rincones del Imperio español, ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños.
El rey Carlos IV apoyó y sufragó con fondos públicos al médico de la corte, el doctor Balmis, en su idea de una vacunación masiva de niños a lo largo del Imperio, ya que su propia hija, la infanta María Teresa, había sufrido la enfermedad.
La expedición salió del puerto de La Coruña un 30 de noviembre de 1803. Se considera la primera expedición sanitaria internacional de la historia.[1]
Antecedentes
En 1796 durante el momento de mayor extensión del virus de la viruela en Europa, un médico rural de Inglaterra, Edward Jenner, observó que las ordeñadoras de vacas lecheras adquirían ocasionalmente una especie de «viruela de vaca» o «viruela vacuna» (cowpox) por el contacto continuado con estos animales, y que era una variante leve de la mortífera viruela «humana» contra la que quedaban así inmunizadas. Tomó suero de esta vacuna y consiguió inocular a James Philips, un niño de 8 años. El pequeño mostró síntomas de la infección de viruela vacuna, pero mucho más leve y no murió. El resto de los niños inoculados respondieron sorprendentemente bien.
Jenner publica finalmente sus trabajos en 1798 y ya en diciembre de 1800, la vacuna había llegado a España, concretamente a Puigcerdá, de la mano del doctor Francesc Piguillem y Verdacer.[2] Tanta celeridad, en un tiempo en que las noticias viajaban a caballo o en barco de vela da una imagen de la gravedad de los hechos. Rápidamente el método de Jenner se difundió por Europa, y Francisco Javier de Balmis traduce al español el libro del francés Moreau donde se detallaba el procedimiento para vacunar (las patentes farmacéuticas no existían por entonces).
Cinco años después de la publicación de este descubrimiento, en 1803, el rey de España Carlos IV, que había perdido a una de sus hijas por la viruela, María Teresa (1791-1794), aconsejado por su médico de corte Balmis, mandó organizar una expedición para extender la vacuna a todos los dominios de Ultramar (América y Filipinas). Además en 1805 se promulga una Real cédula mandando que en todos los hospitales se destinase una sala para conservar el fluido vacuno. El elegido para esta misión es el alicantino Balmis, que partió de La Coruña con los 22 niños que iban a llevar el fluido vacuno en sus brazos hasta América, y 2000 ejemplares del libro sobre la vacuna, para establecer juntas de vacunación en las ciudades visitadas que garantizaran la conservación del fluido y la vacunación a las generaciones futuras. Era la primera vez en la historia que se preparaba lo que ahora llamaríamos una misión humanitaria de medicina preventiva, y que dio el primer paso para la erradicación de la enfermedad en el futuro.[3]
Uno de los principales problemas que se presentaron a la hora de idear la expedición fue cómo conseguir que la vacuna resistiese todo el trayecto en perfecto estado. La solución se le ocurrió al mismo Balmis: llevar en el viaje a un número de niños, e ir pasando cada cierto tiempo la vacuna de uno a otro, mediante el contacto de las heridas.
Desarrollo
La operación se comenzó con el flete del navío María Pita que llevaba a 22 niños huérfanos (de entre 8 y 10 años) que habían sido inoculados con la vacuna aún viva en su cuerpo; Balmis, un prestigioso cirujano; 2 médicos asistentes, 2 prácticos, 3 enfermeras y la rectora del orfanato Casa de Expósitos de La Coruña,[4] Isabel Zendal Gómez. Se puede entender globalmente como «una caravana infantil con rumbo al Nuevo Mundo para transportar la vacuna y prevenir las epidemias de viruelas. Dando como resultado uno de los viajes más extraños que tiene como protagonista a la medicina y a la ciencia en el siglo XIX».[5]
El 30 de noviembre de 1803 zarpa el navío con 37 personas desde el puerto de La Coruña. Entre los 22 niños hay 6 venidos de la Casa de Desamparados de Madrid, otros 11 del Hospital de la Caridad de La Coruña y 5 de Santiago. La vacuna debía ser llevada por niños que no hubieran pasado la viruela y se transmitía de uno a otro cada 9 o 10 días. Niños entre los que se encontraba el hijo de Isabel, Benito Vélez, de nueve años, Andrés Naya (8 años), Antonio Veredia (7 años), Cándido (7 años), Clemente (6 años), Domingo Naya (6 años), Francisco Antonio (9 años), Francisco Florencio (5 años), Gerónimo María (7 años), Jacinto (6 años), José (3 años), Juan Antonio (5 años), Juan Francisco (9 años), José Jorge Nicolás de los Dolores (3 años), José Manuel María (6 años), Manuel María (3 años), Martín (3 años), Pascual Aniceto (3 años), Tomás Melitón (3 años), Vicente Ferrer (7 años), Vicente María Sale y Bellido (3 años) y un niño más que falleció durante el viaje.[6]
Las normas de la expedición indicaban claramente el cuidado que los niños debían recibir. Ninguno de ellos regresó a Galicia.
"...serán bien tratados, mantenidos y educados, hasta que tengan ocupación o destino con que vivir, conforme a su clase y devueltos a los pueblos de su naturaleza, los que se hubiesen sacado con esa condición".Normas que regulaban cuestiones de la Real Expedición
Cada niño recibía un hatillo que contenía: dos pares de zapatos, seis camisas, un sombrero, tres pantalones con sus respectivas chaquetas de lienzo y otro pantalón más de paño para los días más fríos. Para el aseo personal: tres pañuelos para el cuello, otros tres para la nariz y un peine; y para comer: un vaso, un plato y un juego completo de cubiertos.[7]
La misión consiguió llevar la vacuna hasta las islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Nueva España, las Filipinas y China.[8] El barco llevaba instrumental quirúrgico e instrumentos científicos, así como la traducción del Tratado práctico e histórico de la vacuna, de Louis-Jacques Moreau de la Sarthe, para ser distribuido por las comisiones de vacunación que se fundaran.
La expedición llega a Santa Cruz de Tenerife, donde pasan un mes vacunando y sale de Canarias el 6 de enero de 1804, llegando a Puerto Rico el 9 de febrero de 1804. No se necesitó vacunar a la población de Puerto Rico ya que la vacuna fue llevada a la isla desde la colonia danesa de Saint Thomas. El 26 de mayo de 1804 llegó al puerto de La Habana, quedando sorprendido al observar que la vacunación contra la viruela ya había ocurrido gracias a la actividad de Tomás Romay.
La expedición se dividió en La Guaira:
- Balmis se trasladó a Caracas donde instaló la Junta Central de la Vacuna con el apoyo de José Domingo Díaz y Vicente Salias antes de marchar a Puerto Cabello y La Habana. El poeta venezolano Andrés Bello incluso escribió en 1804 una Oda a la Vacuna.
- José Salvany y Lleopart, el segundo cirujano, se adentró en la Nueva Granada (actual Colombia) y el Virreinato del Perú (actualmente Ecuador, Perú, Chile y Bolivia). Les tomo siete años recorrer el territorio y los esfuerzos del viaje se llevaron la vida del propio Salvany, que murió en Cochabamba en 1810.
Nueva España (1805)
En el territorio del actual México, Balmis recogió 25 huérfanos para que mantuvieran la vacuna viva durante la travesía del océano Pacífico, a bordo del navío Magallanes. Partieron el 8 de febrero de 1805 del puerto de Acapulco rumbo a Manila, llegando a dicha ciudad el 15 de abril de 1805.
En las Filipinas la expedición recibió una importante ayuda de la Iglesia para organizar las vacunaciones de indígenas. El 14 de agosto de 1809 la expedición regresa a Acapulco, aunque Balmis descartó volver a tierras novohispanas con el grueso de la expedición y siguió avanzando hacia la China. Isabel permanece en Puebla con su hijo; ya no volverían a España.
Conociendo que la vacuna no había alcanzado China, Balmis solicitó y le fue concedido el permiso para marchar hacia Macao, partiendo de Manila el 3 de septiembre de 1805.
Balmis arribó finalmente y tras un accidentado viaje a la colonia portuguesa de Macao, el 5 de octubre de ese mismo año se adentró en territorio chino. Vacunó a la población de varias ciudades hasta llegar a la provincia de Cantón.[9]
Regreso a España
En su camino de vuelta a España, Balmis consiguió convencer a las autoridades británicas de la isla Santa Elena (1806) para que tomasen la vacuna.
El propio descubridor de la vacuna de la viruela Edward Jenner escribió sobre la expedición:
No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este.[10]
Sobre el mismo hecho Alexander von Humboldt escribía en 1825:
Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia.[10]
La expedición en la ficción
- La novelista dominicano-estadounidense Julia Álvarez escribió un relato de ficción sobre la expedición desde la perspectiva de la rectora del orfanato, Isabel Zendal Gómez, en "Saving the World" (2006), ISBN 978-1-56512-510-0.
- La expedición fue recreada también por la escritora madrileña Almudena de Arteaga en su novela "Ángeles custodios", de 2010.[11] La película de RTVE 22 Ángeles, de Miguel Bardem, de 2016, está basada en esta novela.[12] En ella el actor Pedro Casablanc encarna a Balmis, Octavi Pujades a Salvany, y María Castro a la enfermera Isabel Cendal.
- Esta expedición es el tema central de la novela de Antonio Villanueva Edo "Los héroes olvidados" (2011), ISBN 9788499182162.
- El ganador del Premio Planeta, Javier Moro, cuenta en clave novelística la historia de estos niños en su libro "A flor de Piel" (2015) ISBN 9788432224942.
Referencias
- ↑ La Coruña: A progressive city, información histórica sobre la Coruña.
- ↑ Balaguer Perigüell, Emilio; Ballester Añon, Rosa (2003). «En el nombre de los Niños. Real Expedición Filantrópica de la Vacuna 1803-1806, Capítulo 4. Viruela y vacuna en España y en los territorios coloniales de ultramar antes de la llegada de la expedición». Asociación española de pediatría (Madrid): 86. Consultado el 31 de julio de 2015.
- ↑ José Salvany y la expedición de la vacuna de la viruela por Sudamérica.
- ↑ De Romo, Ana Cecilia Rodríguez (1997). «Inoculation in the 1799 smallpox epidemic in México: Myth or real solution?». Antilia: Spanish Journal of History of Natural Sciences and Technology.
- ↑ Con estas palabras comienza el libro de Díaz de Yraola, Gonzalo: La vuelta al mundo de la expedición de la vacuna. Sevilla. Escuela de Estudios Hispanoamericanos, C.S.I.C. 1948, p. 1.
- ↑ Coruña, La Opinión de A. «La rectora Isabel, al descubierto». Consultado el 14 de enero de 2017.
- ↑ "Isabel Cendala y Gómez. Primera Enfermera de Salud Pública de México." blog
- ↑ McIntyre, John W.R. MB BS; and Houston, C. Stuart MD (1999). «Medicine in Canada: Smallpox and its control in Canada». Canadian Medical Association Journal 161 (12), 1543–1547. PMID 10624414.
- ↑ Balaguer Perigüell, Emilio; Ballester Añon, Rosa (2003). «En el nombre de los Niños. Real Expedición Filantrópica de la Vacuna 1803-1806, Capítulo 5. La Real Expedición Filantrópica de la vacuna y su significado histórico». Asociación española de pediatría (Madrid): 165-170. Consultado el 31 de julio de 2015.
- ↑ a b Consorcio para el Parque de las Ciencias. Avd. del Mediterráneo s/n 18006 Granada. España. Vacunas Para Todos. Bicentenario de la Real Expedición
- ↑ Los ángeles custodios, Almudena de Arteaga.
- ↑ «22 ángeles», los niños de ocho años que llevaron la vacuna de la viruela a América, Diario ABC (12 de diciembre de 2016).
Enlaces externos
- Balaguer Perigüell, Emilio; Ballester Añon, Rosa (2003): En el nombre de los Niños. Real Expedición Filantrópica de la Vacuna 1803-1806, libro electrónico sobre la Expedición Balmis. Asociación Española de Pediatría.
- Susana María RAMÍREZ MARTÍN: El niño y la vacuna de la viruela rumbo a América: La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1806)
- La real expedición filantrópica de la vacuna en Vacunas.org
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