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El aire está compuesto por varios gases; los más importantes son el [[nitrógeno]] y el [[oxígeno]], pero también contiene en menores concentraciones gases como [[dióxido de carbono]], [[argón]], [[neón]], [[helio]], [[criptón]], [[xenón]], [[hidrógeno]], [[metano]], [[óxido nitroso]] y [[vapor de agua]]. |
El aire está compuesto por varios gases; los más importantes son el [[nitrógeno]] y el [[oxígeno]], pero también contiene en menores concentraciones gases como [[dióxido de carbono]], [[argón]], [[neón]], [[helio]], [[criptón]], [[xenón]], [[hidrógeno]], [[metano]], [[óxido nitroso]] y [[vapor de agua]]. |
Revisión del 20:23 28 feb 2013
El vacío (del latín vacīvus) es la ausencia total de material en los elementos (materia) en un determinado espacio o lugar, o la falta de contenido en el interior de un recipiente. Por extensión, se denomina también vacío a la condición de una región donde la densidad de partículas es muy baja, como por ejemplo el espacio interestelar; o la de una cavidad cerrada donde la presión de aire u otros gases es menor que la atmosférica.
Puede existir naturalmente o ser provocado en forma artificial, ya sea para usos tecnológicos o científicos, o en la vida diaria. Se aprovecha en diversas industrias, como la alimentaria, la automovilística o la farmacéutica.
Definición
De acuerdo con la definición de la Sociedad Estadounidense del Vacío o AVS (1958), el término se refiere a cierto espacio lleno con gases a una presión total menor que la presión atmosférica, por lo que el grado de vacío se incrementa en relación directa con la disminución de presión del gas residual. Esto significa que cuanto más disminuyamos la presión, mayor vacío obtendremos, lo que nos permite clasificar el grado de vacío en correspondencia con intervalos de presiones cada vez menores. Cada intervalo tiene características propias.
Medición del vacío
La presión atmosférica es la que ejerce la atmósfera o aire sobre la Tierra. A temperatura ambiente y presión atmosférica normal, un metro cúbico de aire contiene aproximadamente 2 × 1025 moléculas en movimiento a una velocidad promedio de 1600 kilómetros por hora. Una manera de medir la presión atmosférica es con un barómetro de mercurio; su valor se expresa en términos de la altura de la columna de mercurio de sección transversal unitaria y 760 mm de alto. Con base en esto, decimos que una atmósfera estándar es igual a 760 mmHg. Utilizaremos por conveniencia la unidad torricelli (símbolo, Torr) como medida de presión; 1 Torr = 1 mmHg, por lo que 1 atm = 760 Torr; por lo tanto 1 Torr = 1/760 de una atmósfera estándar, o sea 1 Torr = 1,136 × 10–3 atm.
Medición de bajas presiones
Pirani construyó el primer aparato capaz de medir presiones muy pequeñas, menores de 10–5 Torr. Para entender como funciona debemos pensar que en la zona donde se ha producido el vacío tenemos un filamento metálico por el que pasa una corriente. La resistencia eléctrica de ese filamento depende de la temperatura. La temperatura que alcanza el filamento para un voltaje dado depende de la cantidad de moléculas de gas que hay a su alrededor. Esas moléculas actúan como «abrigo» del metal. Por lo tanto, la temperatura del filamento depende del abrigo: más moléculas ―> más abrigo ―> más temperatura. Menos moléculas ―> mayor vacío ―> menor temperatura. Como la resistencia depende de la temperatura nos basta medirla para saber el nivel de vacío que hay. Para medir la resistencia basta medir el voltaje aplicado y la intensidad resultante.
Medidas de ionización
Tienen el mismo fundamento que las bomnbas de ionización, hasta el punto que éstas pueden considerarse como una consecuencia de aquéllas. Cuando se trata de medir presiones de vacío muy bajas, se utilizan las variantes propuestas por Bayard-Alpert de aquellos aparatos capaces de suministrar con gran exactitud presiones de hasta 10–12 Torr.
El aire está compuesto por varios gases; los más importantes son el nitrógeno y el oxígeno, pero también contiene en menores concentraciones gases como dióxido de carbono, argón, neón, helio, criptón, xenón, hidrógeno, metano, óxido nitroso y vapor de agua.
Aplicaciones de las técnicas de vacío
Aplicaciones técnicas del vacío | ||
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Situación física | Objetivo | Aplicaciones |
Baja presión | Se obtiene una diferencia de presión | Sostenimiento, elevación, transporte (neumático, aspiradores, filtrado), moldeado |
Baja densidad molecular | Eliminar los componentes activos de la atmósfera | Lámparas (incandescentes, fluorescentes, tubos eléctricos), fusión, sinterización, empaquetado, encapsulado, detección de fugas |
Extracción del gas ocluido o disuelto | Desecación, deshidratación, concentración, liofilización, degasificación, impregnación | |
Disminución de la transferencia de energía | Aislamiento térmico, aislamiento eléctrico, microbalanza de vacío, simulación espacial | |
Gran recorrido libre medio | Evitar colisiones | Tubos electrónicos, rayos catódicos, TV, fotocélulas, fotomultiplicadores, tubos de rayos X, aceleradores de partículas, espectrómetros de masas, separadores de isótopos, microscopios electrónicos, soldadura por haz de electrones, metalización (evaporación, pulverización catódica), destilación molecular |
Tiempo largo de formación de una monocapa | Superficies limpias | Estudio de la fricción, adhesión, corrosión de superficies. Prueba de materiales para experiencias espaciales. |
Historia
Durante toda la Antigüedad y hasta el Renacimiento se desconocía la existencia de la presión atmosférica. No podían por tanto dar una explicación de los fenómenos debidos al vacío. En Grecia se enfrentaron por ello dos teorías. Para Epicuro y sobre todo para Demócrito (420 a. C.) y su escuela, la materia no era un todo continuo sino que estaba compuesta por pequeñas partículas indivisibles (átomos) que se movían en un espacio vacío y que con su distinto ordenamiento daban lugar a los distintos estados físicos. Por el contrario, Aristóteles excluía la noción de vacío y para justificar los fenómenos que su propia Física no podía explicar recurría al célebre aforismo según el cual «la Naturaleza siente horror al vacío» (teoría que resultó dominante durante la Edad Media y hasta el descubrimiento de la presión).
Este término de horror vacui fue el utilizado incluso por el propio Galileo a comienzos del siglo XVII al no poder explicar ante sus discípulos el hecho de que una columna de agua en un tubo cerrado por su extremo no se desprenda, si el tubo ha sido invertido estando sumergido el extremo libre del mismo dentro de agua. Sin embargo, supo transmitir a sus discípulos la inquietud por explicar el hecho anterior y asociado a él, por qué las bombas aspirantes-impelentes (órgano hidráulico inventado por el alejandrino Ctesibio, contemporáneo de Arquímedes) no podían hacer subir el agua de los pozos a una altura superior a los 10 m.
En 1630 Giovanni Battista Baliani envió una carta a Galileo Galilei donde le notificaba que no lograba que el agua en los sifones subiera más allá de 10 m. Galileo le propuso que la explicación era que el vacío no tenía fuerza suficiente nada más que para levantar esa cantidad de agua. En 1640 el italiano Gasparo Berti tratando de explicar lo que ocurría con los sifones realizó el primer experimento con el vacío. Creó lo que constituye, primordialmente, un barómetro de agua, el cual resultó capaz de producir vacío.
Al analizar el informe experimental de Berti, Evangelista Torricelli captó con claridad el concepto de presión de aire, por lo que diseñó, en 1644, un dispositivo para demostrar los cambios de presión en el aire. Construyó un barómetro que en lugar de agua empleaba mercurio, y de esta manera, sin proponérselo, comprobó la existencia del vacío.
El barómetro de Torricelli constaba de un recipiente y un tubo lleno de mercurio (Hg) cerrado en uno de sus extremos. Al invertir el tubo dentro del recipiente se formaba vacío en la parte superior del tubo. Esto era algo difícil de entender en su época, por lo que se intentó explicarlo diciendo que esa región del tubo contenía vapor de mercurio, argumento poco aceptable ya que el nivel de mercurio en el tubo era independiente del volumen del mismo utilizado en el experimento.
La aceptación del concepto de vacío se dio cuando en 1648, Blaise Pascal subió un barómetro con 4 kg de mercurio a una montaña a 1000 metros sobre el nivel del mar. Sorprendentemente, cuando el barómetro estaba en la cima, el nivel de la columna de Hg en el tubo era mucho menor que al pie de la montaña. Torricelli aseguraba la existencia de la presión de aire y decía que debido a ella el nivel de Hg en el recipiente no descendía, lo cual hacía que el tamaño de la columna de mercurio permaneciera constante dentro del tubo. Así pues, al disminuir la presión del aire en la cima de la montaña, el nivel de Hg en el recipiente subió y en la columna dentro del tubo bajó inmediatamente (se vació de manera parcial).
El paso final que dio Torricelli fue la construcción de un barómetro de mercurio que contenía en la parte vacía del tubo otro barómetro para medir la presión de aire en esa región. Se hicieron muchas mediciones y el resultado fue que no había una columna de Hg en el tubo del barómetro pequeño porque no se tenía presión de aire. Esto aclaró que no existía vapor de mercurio en la parte vacía del tubo. Así, se puso en evidencia la presión del aire y, lo más importante, la producción y existencia del vacío.
Entonces, después de varios experimentos se puede explicar bien el funcionamiento del barómetro de Torricelli: la atmósfera ejerce una presión, lo cual impide que el mercurio salga del tubo y del recipiente; es decir, cuando la presión atmosférica se iguale a la presión ejercida por la columna de mercurio, el mercurio no podrá salir del tubo. Cuando el aire pesa más, soporta una columna mayor de mercurio; y cuando pesa menos, no es capaz de resistir la misma columna de mercurio, así que se escapa un poco de mercurio del tubo.
Tabla de descubrimientos sobre la tecnología de vacío | ||
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Autor | Descubrimiento o trabajo | Año |
Evangelista Torricelli | El vacío en la columna de 760 mm de mercurio | 1643 |
Blaise Pascal | Variación de la columna de Hg con la altura | 1650 |
Otto von Guericke | Bombas de vacío de pistón. Hemisferio de Magdeburgo | 1654 |
Robert Boyle | Ley presión-volumen de los gases ideales | 1662 |
Edme Mariotte | Ley presión-volumen de los gases ideales | 1679 |
A. L. Lavoisier | El aire fomado por una mezcla de O2 y N2 | 1775 |
Daniel Bernouilli | Teoría cinética de los gases | 1783 |
J.A. Charles-J. Gay Lussac | Ley volumen-temperatura de los gases ideales | 1802 |
William Henry | Ley de Henry:a una temperatura constante, la cantidad de gas disuelta en un líquido es directamente proporcional a la presión parcial que ejerce ese gas sobre el líquido | 1803 |
Medhurst | Propone la primera línea neumática de vacío entre oficinas de correos | 1810 |
Amadeo Avogadro | La densidad molecular de los gases es corriente | 1811 |
Geissler y Toepler | Bomba de vacío mediante columna de mercurio | 1850 |
J. K. Maxwell | Leyes de la distribución de velocidades en un gas molecular | 1859 |
Sprengel | Bomba de vacío por caída de mercurio | 1865 |
H. Mc Leod | Vacuómetro de compresión de mercurio (McLeod) | 1874 |
T. A. Edison | Lámpara de incandescencia con filamento de C | 1879 |
W. Crookes | Tubo de rayos catódicos | 1879 |
J. Van der Waals | Ecuación de estado de los gases reales | 1881 |
James Dewar | Aislamiento térmico bajo vacío | 1893 |
Wilhem Roentgen | Rayos X | 1895 |
A. Fleming | Diodo de vacío | 1902 |
Arthur Wehnelt | Cátodo recubierto por óxido | 1904 |
Wolfgang Gaede | Bomba de vacío rotativa | 1905 |
Marcelo Pirani | Vacuómetro de conductividad térmica | 1906 |
Lee the Forest | Triodo de vacío | 1907 |
W. D. Coolidge | Lámpara de filamento de tungsteno | 1909 |
M. Knudsen | El flujo molecular de los gases | 1909 |
W. Gaede | Bomba de vacío molecular | 1913 |
W. D. Coolidge | Tubos de rayos X | 1915 |
W. Gaede | Bomba difusora de mercurio | 1915 |
Irving Langmuir | Lámpara incandescente llena de gas inerte | 1915 |
Irving Langmuir | Bomba difusora de condensación de mercurio | 1916 |
O. E. Buckley | Galga de ionización de cátodo caliente | 1916 |
F. Holweck | Bomba molecular | 1923 |
W. Gaede | El gas-ballast en las bombas rotativas | 1935 |
Kenneth Hickman | Bomba difusora de aceite | 1936 |
F. M. Penning | Vacuómetro de ionización de cátodo frío | 1937 |
R. T. Bayard y D. Alpert | Galga de ionización para ultra alto vacío | 1950 |
H. J. Schwarz, R. G. Herb | Bombas iónicas | 1953 |
Véase también
- Camino libre medio
- Creación de pares
- Energía del punto cero
- Energía del vacío
- Vacío cuántico
- Válvula termoiónica
- Vacuómetro de McLeod
Bibliografía
- Talavera, Laura; Mario Farías (1990). El vacío y sus aplicaciones. México: La Ciencia para Todos. ISBN 978-968-16-7032-0.
- Ribas, Albert (2008). Biografía del vacío. Su historia filosófica y científica desde la Antigüedad a la Edad Moderna (4.ª ed. edición). Barcelona: Sunya. ISBN 978-846-1239-252.
Enlaces externos
- EditorialSunya.com (la web del vacío)