Usuario:Manartias/Taller

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Información personal
Nombre de nacimiento Mariano Matarranz de Santos
Nacimiento 26 de octubre de 1952
Madrid España
Nacionalidad Español
Educación
Educación Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid
Información profesional
Ocupación Pintor, Arista, Alquimista
Años activo 50
Seudónimo Matarranz
Obras notables Monólogos (1984)
Colección Walden (1985-1987)
En Vertical (2000)
Senderos y Símbolos (2001)
El Todo de los instantes (2010)
La Huella del Aire (2014)
Memoria de los Signos (2016)
Trilogía Inédita (2016-2019)
Sitio web
Firma

Mariano Matarranz de Santos (Madrid, 26 de octubre de 1953-Madrid es un pintor español cuyas obras se caracterizan por una marcada presencia de óxidos y otros materiales que dotan a sus obras de un aspecto natural, mineral, provocando en el espectador un gran impacto visual.

Cuadro de la colección Ineludible Erosión en sala de colección privada en Portugal

Biografía[editar]

Matarranz es un artista precoz y desde su infancia muestra una clara vocación hacia el dibujo y la pintura, prueba de ello es el retrato de su abuela, obra que realiza con solo 16 años.

Escuela de Bellas Artes[editar]

Después de varios años de formación entra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Corre el año 1972 y hace su primera exposición individual en el Asociación de la Prensa de Madrid (España). Al año siguiente se le concede el Premio Extraordinario de pintura Molina Higueras de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid por su trayectoria a lo largo del curso académico. Poco después decidirá abandonar la Escuela de Bellas Artes, en el año 1974.

Obra de Mariano Matarranz correspondiente a la época de docencia en la Real Escuela de Bellas Artes de Madrid

Taller en Madrid[editar]

Corre el año 1975 cuando abre su primer taller en la Calle de Hermosilla de Madrid. Presenta un cuadro a un concurso de pintura en el Círculo de Bellas Artes y es seleccionado y expuesto. El pintor Antonio López García asiste a la exposición y se fija en su obra. Poco más tarde se conocerán personalmente y ambos visitarán sus respectivos talleres.

El cuadro representa a una persona acompañada de unos perros.

Lanzarote[editar]

En 1977 viaja a la isla de Lanzarote y se queda impresionado por la materia y el color de la tierra volcánica, decide quedarse varias semanas y aprovechar para tomar apuntes que le servirán para desarrollar su obra futura. Son acaso los días que marcarán su obra para siempre: la materia, la naturaleza, los minerales son recurrentes en sus pinturas. Durante su estancia allí conoce a César Manrique que le hace partícipe de sus técnicas. Le sorprenden los paisajes, los colores, las texturas, los ríos de lava volcánica. Todo ello le sugiere una materia durmiente de un gran atractivo plástico.

Finales de los años 70 y años 80[editar]

Lleva a cabo exposiciones individuales en Madrid (Galería Propac, 1979, Promoción del patrimonio cultural), Roma (Galería Akka, 1982) y, de nuevo, Madrid (Galería Egam, 1984). Entre medias viaja a Leeds y permanece varios meses en las islas, visitando ciudades, museos, exposiciones, contempla obras de Johannes Vermeer y Diego Velázquez -uno de sus grandes referentes-.

Época Pictórica (1984-2002)[editar]

A lo largo de esta épico Matarranz consigue un estilo original de cierre de los materiales pictóricos y se introduce en la realidad, se libera, y experimenta un cambio de sensaciones. Se trata de la consecución de un estilo propio, de una manera de lenguaje pictórico particular que según los críticos lo distinguirá del resto de pintores.

Las obras de Matarranz consiguen verificar la definición teórica de lo que es el arte en su vertiente primera, la experiencia artística una obra de arte es un constructo cerrado de fantasías perceptivas que, en su recepción, pueden dar lugar a una posterior experiencia estética

Monólogos (1984)[editar]

Una de sus exposiciones de juventud más destacadas, realizada en la galería Egam en Madrid. Consta de varias pinturas con acrílico y 6 pinturas de gran formato sobre papel con la temática del pintor en su taller.

Serie Walden (1985-1987)[editar]

De nuevo en Egam en 1986 realiza una exposición inspirada en el libro de Henry David Thoreau, Walden, con varios cuadros de grandes dimensiones. La repercusión de su obra traspasa fronteras y dos coleccionistas de Zúrich le visitan para proponerle la difusión de su obra en Europa y Estados Unidos.

En esa ciudad Suiza expondrá en al año siguiente, en 1987, un total de 52 cuadros de la serie Walden. Dentro de los propietarios de esta colección están importantes coleccionistas de centro europa así como grandes empresarios.

Es quizá su obra cumbre hasta esa fecha, al menos en lo que se refiere a repercusión internacional. En esa misma época sale a la venta un libro publicado en Suiza en edición limitada de 500 ejemplares de la serie Walden firmados a mano por el autor, considerado un objeto de coleccionista muy codiciado por sus seguidores.

El Bosque Imaginado (1988)[editar]

Es seleccionado por uno de los críticos de arte más importantes de Madrid, Miguel Logroño|url=http://www.circulobellasartes.com/biografia/miguel-logrono/ , para participar en una exposición colectiva, Acta 88, en el Palacio de Velázquez en el Parque del Retiro de Madrid. Para la ocasión presenta 3 obras de grandes dimensiones tituladas “El bosque imaginado” en las que incorpora una nueva técnica compuesta por fibra de vidrio coloreada con algunos elementos figurativos.

Este cuadro representa a un artista en medio de un bosque en llamas.

Playas (1989 – 1998)[editar]

Matarranz decide apartarse de la vida pública varios años para investigar sobre nuevas técnicas con las que desarrollar su obra. Se traslada a la Sierra de Guadarrama en un intento de estar más en contacto con la naturaleza. En 1992 viaja a Gijón, visita algunas playas y encuentra una, la Playa de la Ñora, que reúne las características apropiadas que le permitan seguir evolucionando su obra. Para poder seguir investigando decide coger fragmentos naturales de piedras y rocas oxidadas, junto con algas y otros elementos naturales, llevándoselos para Madrid a fin de investigar sobre cómo conseguir esos matices naturales mineralizados.

Con la ayuda de un químico consigue afianzar las investigaciones sobre espumas, lodos, óxidos, transparencias y efectos orgánicos. Toda esta investigación culmina en una serie de cuadros que se expondrían en la Galería Vértice, en Oviedo (1998).

En Vertical (2000)[editar]

Nueva exposición en el año 2000 en el Instituto Jovellanos en Gijón, la componen 50 obras entre dibujos y telas con una parte de cuadros blancos y otra parte azules con fondos elaborados con la técnica de pastel.

El cuadro de la Ilustración 13 fue utilizado por el poeta [Ángel González] para su libro Tiempo Inseguro, estando presente sobre el Epistolario.  

Estructuras Luminosas (2000)[editar]

Esta serie constaba de obras inspiradas sobre las vidrieras de la Catedral de León, que tuvo su orígen tras una visita por parte del pintor a la ciudad. Al quedar sobrecogido por la luz y presencia decide crear una colección que se caracteriza por la geometría y la luminiscencia.

Senderos y Símbolos (2001)[editar]

Se trata de una serie de piezas donde Matarranz contrapone las tres últimas etapas de su obra y de una forma coherente se va desprendiendo de los últimos vestigios figurativos, dejando que sea la pintura por sí misma la auténtica protagonista de sus trabajos. Ahondando en lo que esencialmente le interesa y despojándose de toda narrativa, profundiza en la selección de materiales para ir conformando el desarrollo de futuras obras.

Devenir (2002)[editar]

Exposición en la galería Pedro Peña de Marbella donde el autor elabora obras con técnica mixta sobre tela. Son cuadros de una gran variedad cromática y de textura con sugerencias de materia tras sus procesos de oxidación, evocando buques abandonados tras largas singladuras de mar y lluvia.  

Época Escultórica (2002-2006)[editar]

A lo largo de esta época Matarranz guía de su propia experiencia estética, su obra artística ya cerrada, hasta el punto de que lo que consigue romper los límites clásicos, que se supone existen, entre la pintura y la escultura.

La Piel del Tiempo (2005-2006)[editar]

Se trata de un conjunto de ocho lienzos pegados sobre madera con técnica mixta. En esta serie se aprecia cómo los cuadros pierden su unidad primigenia para cuartearse y disgregarse -como si se desestructurase- haciendo que la superficie muestre las marcas del tiempo sobre la materia lacerada y erosionada cuya estratificación el ojo confirma continuamente.

Pinturas (2007)[editar]

Esta colección estuvo expuesta en la galería Fruela de Madrid. Obedece a una serie de pinturas elaboradas con tonos óxidos, dorados, rojos y negros. Esta serie está tratada con el desplazamiento de pigmentos sobre estas superficies, consiguiendo matizaciones, relieves y texturas de gran plasticidad.

Ineludible Erosión (2008)[editar]

Son cuadros como fragmentos de la naturaleza misma. Orgánica y mineral, agrietada y horadada, aparentemente degradada por múltiples factores confluyentes. Parece arrancada, salvada y puesta en pie, en ese instante único, donde aún permanece su inquebrantable esencia y energía. Así, nos describe y evoca, ese momento de aquietar el fuego, en el ineludible proceso de desgaste y erosión. La transmutación de la materia. Cada pieza es parte y todo, por tanto tiene su propio tiempo, su lenguaje, de ahí que conserven su singularidad.

El todo de los instantes (2010)[editar]

Esta colección expuesta en la Caja de Guadalajara muestra contraste entre jugosidad y desnudez formal, entre la riqueza y la pobreza que se puede encontrar dentro de una misma obra.

En el Recuerdo (2013)[editar]

Obra conformada por cuadros que evocan a fragmentos hallados en el fondo del mar con toques rojizos, dorados y azules, dejando huellas y surcos en aquellos lugares donde la materia se ha ido transformando, siendo la tela el soporte sobre el que permanece el rastro de su metamorfosis.

La Huella del Aire (2014)[editar]

Esta muestra pone de manifiesto la traducción plástica de ese universo tan personal del artista. Sin más pretexto que el convencimiento de la obra comprometida y arriesgada. Sin sesgo para la elucubración. Las obras de esta colección invitan a contemplarlas sintiéndonos partícipes de ese halo de misterio y solemnidad que transmiten las obras del autor.

Memoria de los Signos (2015-2016)[editar]

Esta colección surgió a raíz de un proyecto presentado y posteriormente expuesto en la Capilla de la Trinidad del Museo Juan Barjola en el 2016. En ella, un cuadro de grandes dimensiones (560x400cm) presidió el altar de la Capilla. La obra versaba sobre el tema de los signos alquímicos, azufre y mercurio, y poseía la representación de un caparazón de tortuga en su parte inferior. Junto con ella, se exhibieron otras piezas en este espacio.

Cuadro de Mariano Matarranz en la Capilla de la Trinidad
Cuadro de Mariano Matarranz en la Capilla de la Trinidad

Trilogía Inédita (2016-Actualidad)[editar]

Tras otro retiro del circuito habitual del arte y exposiciones, al igual que sucedió en los años 90, Matarranz vuelve a sumergirse en la investigación que le caracteriza para evolucionar su obra y marcar aún más distancia con los trabajos previos.

La culminación de estos tres años de trabajo incesante darán forma a las colecciones Rígida Levedad (2017), Luz Coagulada (2018) y Materismo (2019) que serán presentadas a mediados del año 2019.

Rígida Levedad (2016-2017)[editar]

A través del uso de materiales transformados en piezas de carácter industrial mediante técnica mixta sobre tela, o bien sobre madera, las piezas parecen planchas de metal en donde el marco es la propia obra. Gracias a la técnica empleada los cuadros no adquieren la pesadez y volumen de una pieza de hierro.

Luz Coagulada (2017-2018)[editar]

Son cuadros luminosos que componen una obra de tiras unidas de una manera especial, desarrollada tras años de investigación, que hace que la obra muestre superficies onduladas con gran luminosidad y trasparencia mediante el empleo de técnica mixta de resina y pigmentos sobre tela.  

Materismo (2018 – 2019)[editar]

Esta serie emplea una técnica con base de papel, transformado, trasmutado, que pasa de ser una superficie lisa frágil y sutil a ser transformado en superficies abruptas en donde el marco es parte de la propia obra. Tienen una gran textura y los colores son muy mineralizados evocando nuevamente a tonalidades de la naturaleza. Aquí Matarranz profundiza aún más en su técnica única, fruto de muchos años de investigación y experimentación, a través de un proceso de superposición capas de pigmentos y técnicas sobre el propio papel.

Estas obras ya no son pinturas, ni esculturas. Sus materiales desbordan el plano e irrumpen en la tercera dimensión. No se resignan a la superficie tradicional. Nos provocan, nos interpelan violentamente, sin necesidad de forzar el color. Y obligan al espectador a reformar el gusto, seguramente ya fatigado en el mundo del arte.

Referencias[editar]