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El acorazado Yamato en sus pruebas de mar, el 30 de octubre de 1941. El Yamato, junto con su buque gemelo Musashi, fue el acorazado más pesado y fuertemente armado jamás construido

La Armada Imperial Japonesa construyó una serie de acorazados para expandir su flota y obtener la hegemonía naval entre las décadas de 1890 y 1940, motivada inicialmente por la Flota de Beiyang de la Armada Imperial China, durante la primera guerra sino-japonesa. Los buques iniciales de la serie japonesa fueron el Yashima y el Fuji, pertenecientes a la clase Fuji.

Previo al conflicto bélico con China, el Imperio del Japón mantenía una doctrina naval que priorizaba el uso de buques torpederos económicos. Además no contaba con los recursos ni la capacidad tecnológica para construir sus propios buques de guerra. Tras la conclusión de la primera guerra sino-japonesa, la Armada Imperial desarrolló un programa de expansión naval que derivó en la construcción, en territorio británico, de nuevos buques y cruceros acorazados que pasarían a ser la clase Shikishima, el Asahi y el Mikasa. La serie de acorazados japoneses habría de extenderse durante la guerra ruso-japonesa, aunque la introducción de los dreadnoughts a principios de los años 1900 supuso un cambio en su estrategia militar, lo cual llevó a la inclusión de este tipo de embarcaciones en su flota. Los primeros dreadnoughts japoneses fueron el Kawachi y el Settsu. La serie de acorazados se vio completada finalmente por la clase Yamato, mientras que el desarrollo de los buques de diseño A-150 quedó inconcluso a finales de los años 1930.

Si bien el tamaño de la flota Imperial siempre fue notablemente inferior a las de otras potencias rivales en esa época, la calidad de sus acorazados representó un epítome de la ingeniería naval japonesa y los llevó a consolidarse como «símbolos del poder naval que proporcionaron a los oficiales y hombres por igual [en el Imperio del Japón] un profundo sentido de confianza en su armada».[1]​ Su historia y legado han sido representados en la cultura popular, a través de producciones como el anime Space Battleship Yamato y la película Otoko-tachi no Yamato.

  1. Evans and Peattie, pp. 298, 378