Usuario:Antagonica/Taller

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Los cuidados engloban todo trabajo necesario para el bienestar y la reproducción de la vida de sujetos dependientes e independientes. El trabajo de cuidados se puede ejercer tanto de manera remunerada como no remunerada. Gran parte del trabajo de cuidados se realiza en el ámbito doméstico y se da de manera no remunerada ni reconocida, mayormente por mujeres[1]​. Los ejemplos primordiales de este tipo de trabajo son: la limpieza del hogar, el cuidado y crianza de menores de edad, la preparación de alimentos y el cuidado de familiares enfermos o dependientes.

En el ámbito remunerado, el trabajo de cuidados se ocupa ante todo de personas dependientes, tal como niños, ancianos y enfermos. Es un campo de empleo ocupado en su mayoría por mujeres, por lo que su estudio suele vincularse con el feminismo. Algunos ejemplos de trabajo de cuidados remunerado son la enfermería, la enseñanza a niños y el trabajo en residencias de adultos mayores.

Trabajo de cuidados desde la perspectiva feminista[editar]

El término "trabajo de cuidados" surge en el marco de un cuestionamiento más amplio al concepto de trabajo. Éste ya no se entiende únicamente como aquel que se realiza fuera del espacio privado y a cambio de un salario, lo cual más bien refiere al empleo. Las redefiniciones del trabajo conllevan la ampliación del término, a partir de lo cual puede ser también entendido como una actividad que se realiza de manera no remunerada y en el ámbito doméstico.[2]

El trabajo de cuidados se acuña desde la teoría feminista y se vincula sobre todo con la economía feminista, que propone que el trabajo de cuidados es esencial para la reproducción de la fuerza de trabajo[3]​. Se plantea, en este sentido, que la estructura laboral del capitalismo moderno depende de que haya trabajo no remunerado y no reconocido, hecho sobre todo en el espacio cotidiano, que posibilita que el capital disponga del tiempo y la energía de los trabajadores asalariados. Así, si en el ámbito doméstico hay alguien garantizando que el trabajador esté alimentado, tenga ropa limpia y pueda llegar a descansar a un espacio limpio, su empleador podrá asignarle jornadas más largas y tareas más pesadas[3]​.

Esta estructuración de la vida laboral depende en gran parte de la división sexual del trabajo, que asigna a los hombres actividades en el espacio público y a las mujeres en el espacio privado[4]​. Dentro de los estudios feministas se analiza, en este sentido, la dicotomía de esposo sustentador (o gana pan) y esposa ama de casa[1]​. No obstante, la inserción de la mujer en el mercado de trabajo no modifica esta división de las tareas, sino que implica una doble jornada: por una parte, las actividades propias del empleo, por otra, las del espacio doméstico, que como no son reconocidas como trabajo, se asumen como inherentes a la mujer y parte de sus obligaciones dentro del espacio doméstico[4]​.

Otro aspecto importante del planteamiento hecho desde la perspectiva económica es que el trabajo de cuidados hecho en el ámbito doméstico hace una aportación económica importante, que se invisibiliza porque no se da siguiendo la estructura del trabajo asalariado[5]​.

En cuanto al trabajo de cuidados remunerado se ha planteado, retomando el término de Donna Haraway, que es un campo de trabajo sumamente feminizado[6]​. Esto implica que, sean hombres o mujeres quienes ocupan los puestos particulares, hay ocupaciones que se asocian a la feminidad y en consecuencia son sujeto de vulneración de derechos laborales, de salarios menores, de precarización y de situaciones de acoso laboral. Otras perspectivas plantean más bien estudiar este fenómeno a partir del término "domesticación del trabajo"[5]​ con la finalidad de situar la problemática no a partir de quién ejerce el trabajo sino a partir de las características del mismo. Asimismo, se remarca que hay campos de trabajo típicamente asociados con la masculinidad que están sufriendo los mismos efectos que se pensaban propios de la feminización.

Estudios sobre el trabajo de cuidados en México[editar]

En el 2014, el INEGI, en conjunto con el INMUJERES, realizó la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT). La ONU retoma esta encuesta en un estudio centrado en el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo de cuidados[7]​, enfatizando lo siguiente:

[L]a contribución que realiza cada mujer mexicana de 12 años o más de manera cotidiana para garantizar bienestar y desarrollo a su familia, a través de labores domésticas y de cuidado no remuneradas, equivale a $42,500 pesos al año. Para las mujeres que habitan en las áreas rurales esta contribución se eleva a $49,700 pesos al año, y para las mujeres casadas a $57,600 pesos, en comparación con los 13,900 pesos de los hombres en promedio en el mismo periodo.
ONU Mujeres

De igual manera, remarca que la contribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado fue equivalente al 20.5% del PIB nacional durante el 2013, superando la aportación de sectores como la industria manufacturera y el comercio. En México es claramente observable la doble jornada asumida por un gran número de mujeres. Las mujeres mexicanas dedicaron, en promedio, 28.8 horas a la semana a las labores de cuidado, en contraste con el tiempo dedicado por hombres, que fue de 12.4 horas a la semana. En cuanto a actividades domésticas, las mujeres dedicaron 29.8 horas semanales, mientras que los hombres dedicaron 9.7.[7]

Véase también[editar]

Trabajo reproductivo

Trabajador doméstico

Referencias[editar]

  1. a b Oto, Pilar Carrasquer (1 de abril de 2013). «El redescubrimiento del trabajo de cuidados: algunas reflexiones desde la sociología». Cuadernos de Relaciones Laborales 31 (1): 91-113. ISSN 1988-2572. doi:10.5209/rev_CRLA.2013.v31.n1.41633. Consultado el 27 de mayo de 2022. 
  2. Lanari, María Estela (2005). Lanari, María Estela, ed. Acerca de la naturaleza del trabajo. Suárez. pp. 11-20. ISBN 978-987-9494-68-4. Consultado el 27 de mayo de 2022. 
  3. a b «Economía feminista y economía del cuidado. Aportes conceptuales para el estudio de la desigualdad | Nueva Sociedad». Nueva Sociedad | Democracia y política en América Latina. 1 de marzo de 2015. Consultado el 26 de mayo de 2022. 
  4. a b Gómez Bueno, Carmuca (1 de enero de 2001). «Mujeres y trabajo: principales ejes de análisis». Papers. Revista de Sociologia 63: 123. ISSN 2013-9004. doi:10.5565/rev/papers/v63n0.1210. Consultado el 27 de mayo de 2022. 
  5. a b Palomo, María Teresa Martín (2008). «Domesticar el trabajo: una reflexión a partir de los cuidados». Cuadernos de Relaciones Laborales 26 (2): 13-44. ISSN 1988-2572. Consultado el 27 de mayo de 2022. 
  6. Haraway, Donna (13 de mayo de 2013). Simians, Cyborgs, and Women. doi:10.4324/9780203873106. Consultado el 27 de mayo de 2022. 
  7. a b «Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado». ONU Mujeres – México. Consultado el 27 de mayo de 2022.