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Los Suicidas del Sisga[editar]

Imagen de la obra


Los Suicidas del Sisga es una obra de arte realizada en 1965 por la pintora, historiadora y crítica del arte, Beatriz González . Esta obra consiste en el retrato de una pareja de enamorados que decidieron perder la vida antes de “sucumbir en el pecado y la crueldad”[1]​ . Dicho retrato fue ganador del segundo premio especial de pintura en el salón de artistas nacionales de 1965 y actualmente se encuentra en una colección privada. Este retrato fue realizado en tres versiones diferentes: la segunda versión se encuentra en el Museo La Tertulia en Cali y la tercera en el Museo Nacional de Colombia[2]​.

La obra inicialmente fue rechazada por el jurado oficial del salón de artistas nacionales de 1965. Sin embargo, Marta Traba (crítica de arte argentino-colombiano) rechazó la decisión interpuesta por el jurado, lo que llevó a que la pintura fuera aceptada más adelante y obtuviera el segundo lugar. La pintura se ubicó detrás de Pedro Alcántara Herrán con su obra De esta tumba, de estas benditas cenizas no nacerán violetas, Feliza Bursztyn con Mirando al norte y Norman Mejía y su obra La horrible mujer castigadora[3]​ .

Esta obra refleja la libertad en cuanto a técnica y temática por parte de Gonzalez, puesto que, en sus comienzos, se dedicó exclusivamente a realizar arte tradicional. Esta propuesta representó una brecha en su carrera y dio inicio a un estilo propio con el cual ella se caracterizaría durante toda su carrera. Además, el gran impacto que se generó fue producto de la poca relevancia que tenían las clases de bajos recursos de Colombia en el mundo del arte, por lo que se observa una apuesta creativa por parte de la artista[4]​ . Estos elementos como los grupos vulnerables, la violencia social y una cultura patriarcal serían protagonistas durante toda la carrera artística de Gonzalez [5]​ y la llevarían a ser destacada como una de los grandes referentes del arte de su país.


Autora[editar]

Para empezar, Beatriz Gonzalez es una reconocida artista colombiana, la cual cuenta con obras que se caracterizan principalmente por la implementación de colores vivos, el uso de fotografías de prensa o cromos populares y la relación entre su obra y el contexto colombiano, entre otros componentes. Estos elementos dan forma a su estilo que como ella relata: "A mí lo que me interesa es el gusto. Me interesa el porqué una persona coloca estas cosas y no otras en su casa […] En mí hay una predisposición a mirar el gusto de la gente" [6]​.

Por otra parte, Gonzalez nació en 1938 en la ciudad Bucaramanga. En 1956 inicia sus estudios en la Universidad Nacional de Colombia y continua su educación en 1959 en la Universidad de los Andes. Es pintora y grabadora de dicha universidad y de la academia de artes visuales de Ámsterdam. Entre sus exposiciones más importantes destacan El museo del Barrio (1998) en New York y Retrospectiva (2010-2012) en el museo de arte Moderno de Medellín [7]​.

Finalmente, las obras más representativas posteriores a “Los Suicidas del Sisga” de esta artista son: “Jackeline Oasis” (1975) retratando a la esposa del magnate Aristóteles Onassis, en donde reflexiona acerca de la elite local, “La Iglesia está en Peligro” (1976) en donde retrata la imagen de un monarca europeo, proporcionada de la sección de farándula de la prensa colombiana, entre otras obras [8]​. En ellas se puede ver la similaridad en cuanto a la técnica utilizada en su obra sobre los suicidas. Esto ha llevado a que sea una de las artistas más reconocidas de su país y sea protagonista de uno de los principales movimientos artísticos del siglo XX.

Gonzalez, su obra y el Pop Art[editar]

Ahora bien, Beatriz Gonzalez es reconocida nacional e internacionalmente, puesto que se le considera una de los mayores exponentes del Pop Art en Colombia. Gonzalez en sus comienzos se dedicaba a realizar arte tradicional, realizando obras de artistas famosos tales como Picasso, Vermeer, entre otros. No obstante, a partir de la ejecución de su obra Los Suicidas del Sisga, se da una transición entre el arte clásico y lo que se conoce como Pop Art [9]​. En consecuencia, Gonzalez empieza a emplear esta técnica con la cual recrea otras imágenes periodísticas de tonos grises con retratos en los cuales resaltan los colores vistosos. Es por esto que varios críticos tales como Marta Traba, hacen la analogía entre el trabajo de Gonzalez y las obras de Pop Art estadounidense[10]​.

Esta comparación entre el arte de Gonzalez y el Pop art norteamericano, surge a partir del uso de colores vivos que tienen como fin llamar la atención del público. Incluso, en ambos casos se puede ver el uso de ciertos elementos característicos de la cultura de cada sociedad en particular. No obstante, la obra de Gonzalez resulta estar dirigida hacia aspectos soterrados y peculiares de su país. Además, su obra es realizada a mano, por lo que se le considera como una "artesana" del Pop, ya que no utiliza pintura a escala ni tampoco procedimientos industriales tal y como lo usaron diferentes artistas norteamericanos pertenecientes a este movimiento[11]​. Es por esto que su obra sobre los suicidas refleja esta técnica artesanal.

De esta manera, Gonzalez expone la vida particular a partir de la representación del contexto social tragicómico de su país de origen[12]​ . Sin embargo, públicamente ha manifestado que no cree que su arte pertenezca a este género [13]​, ya que ha sido mínima la influencia de artistas reconocidos pertenecientes a este movimiento, tales como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, James Rosenquist, entre otros. Ahora bien, en el 2015 recibió una invitación para exponer las tres versiones de los suicidas del Sisga en una galería bajo el concepto de arte Pop en el museo Tate en Londres. Esto llevo a que la artista aceptara la invitación y participara de dicha exposición [14]​.

Siguiendo con esta línea, Gonzalez no retrata objetos icónicos del capitalismo, por lo cual se basa principalmente en situaciones regionales que reflejan ciertas concepciones humanas y estéticas de la sociedad colombiana, hechos en los que se enmarca la obra en cuestión[15]​. En el caso particular de Latinoamérica, las situaciones sociopolíticas que azotaban a cada uno de los países fueron fundamentales para que diferentes artistas, dentro de los que se encuentra Gonzalez, generaran una manera de expresar su posición frente a estos hechos a través del arte. La artista colombiana plasma una construcción social a partir de diferentes estereotipos y mecanismos coloniales con los que se creó una identidad cultural colombiana. De la misma forma, ella expone su percepción frente a la identidad femenina en América Latina determinada desde el discurso político y religioso la manera en que este método opresivo limitaba el desarrollo de la mujer culturalmente [16]​.


Historia[editar]

La Tragedia de la Represa del Sisga[editar]

Ahora bien, la obra refleja una humilde pareja joven: Antonio Maria Martinez Bonza (jardinero) de 25 años y Tulia Vargas (empleada doméstica) de 20 años, los cuales fueron encontrados sin vida la tarde del 21 de junio de 1965 en la represa del Sisga. Ambos, en búsqueda de mantener la castidad de Tulia y la pureza de su amor, deciden dirigirse a dicha represa y arrojarse al vacío, argumentando que "el mundo está impregnado de pecado y se debe preservar su pureza (refiriéndose a Tulia) del mal con la muerte"[17]​. La foto con la cual se realiza esta obra fue extraída de una noticia publicada días después por periódico El Tiempo, donde se hace alusión al suceso.

No obstante, la pareja, momentos antes de realizar este acto, se dirige a Bogotá a tomarse una foto, tipo matrimonio, en la tienda de fotografía “La industria”[18]​ . Así mismo, les escriben a sus familias las razones por las cuales decidieron suicidarse. El suicidio fue realizado el 16 de junio de 1965 y fueron encontrados muertos cinco días después por un habitante del municipio de Chocontá, Cundinamarca. Tiempo después, se da a conocer la noticia en todo el territorio nacional, por lo que Beatriz Gonzalez descubre la noticia.

La Noticia, su Obra y el Contexto Colombiano[editar]

Siguiendo con esta línea, Beatriz Gonzalez decide pintar la obra no por la historia detrás de la fotografía y la conmoción que le pudo haber generado, sino por el interés que le surgió al ver la mala calidad de los rostros en la imagen que hacía parecer a la pareja casi deforme[19]​ . Incluso, las tonalidades grises de dicha foto generaron cierta intriga en la artista, puesto que el carácter plano y la ausencia de contrastes representaban la manera particular en la que, no solo medios, sino también la sociedad colombiana en si percibía y afrontaba diferentes eventos trágicos. Esta obra es la representa la realidad del país en ese momento, donde se mezclaban la simultaneidad de sucesos infortunados y la alegría con la que la gente vivía pese a estos hechos [20]​.

Colombia no había culminado el fenómeno sociopolítico conocido como La Violencia, el cual todavía estaba afectando las zonas rurales del territorio. Esta problemática, fue causante de diferentes eventos trágicos que azotaron al país desde 1925 hasta comienzos del siglo XX[21]​ . Sin embargo, existía un sentimiento de felicidad, característico de la cultura del país . Es por esto que Gonzalez expresa en esta obra la “alegría del subdesarrollo”[22]​, frase en la que varias de sus obras se ven enmarcadas, ya que estas exponen con un carácter irónico los valores de la sociedad colombiana que tienden a ser ridículos e inexplicables para la artista.

De igual forma, en la pintura se destaca la importancia de la religión dentro de la sociedad colombiana. Como se mencionó anteriormente, estas personas deciden suicidarse buscando proteger la castidad de Tulia, por lo que se puede observar un elemento característico del catolicismo donde la mujer debe ser pura hasta contraer matrimonio. Es claro que este tipo de ideales provenientes de la biblia fueron rechazados por parte de Gonzalez puesto que apoyan esa construcción social patriarcal con la que ella lidio a través de su arte[23]​ . Ahora bien, con respecto a la obra ella establece lo siguiente: “Yo me pregunto por qué diablos me llamó la atención la foto de los suicidas en el periódico […] Era la foto, el sombrero que él llevaba, en fin”[24]​. Esto permite percibir un tono irónico en Gonzalez, donde destaca sus prendas antes que el suceso como tal, representando ese pensamiento compartido de indiferencia de la sociedad frente a los problemas de las clases bajas.


Técnica y Características[editar]

La obra fue realizada en óleo sobre lienzo y tiene una dimensión 120 x 100 cm. Esta presenta un fuerte contraste entre los grises de la fotografía original y los colores usados en su pintura. Asimismo, se puede resaltar el particular cambio de color entre las rosas blancas de la foto y el rojo llamativo de las rosas expuestas en el retrato. Incluso, se puede ver que la obra tiene ciertas imperfecciones en el rostro de Antonio y en el abrigo de Tulia, rasgos adversos a la técnica tradicional de la academia. De igual forma, no es notorio hasta dónde llega la mano del hombre y en dónde comienza la de la mujer, puesto que ambas tienen en el mismo tono.

Incluso, se puede afirmar que, estos desaciertos reflejan una inconformidad por parte de Gonzalez, ya que surgen dos versiones posteriores al original en donde, no solo se ve un mayor rigor en la realización de estas, también más detalle en cuanto a las flores, el rostro y la vestimenta de los protagonistas. Sin embargo, en las tres obras se encuentra una tendencia de hacer el fondo con figuras casi rectangulares, con colores sobrepuestos en los bordes que le dan más profundidad y prolijidad a la pintura.

Además, el fondo posee un color más oscuro frente al de la pareja, contrastando las tonalidades en las que está pintada la obra y causando cierto impacto en los espectadores. Ahora bien, en la obra se puede destacar la manera en que desaparece el volumen y el protagonismo que toma la frontalidad en todo el espacio [25]​. A partir de esto se evidencia el desinterés de Gonzalez por destacar a los rostros de los personajes y dar énfasis en los objetos que los visten, tal como lo son el sombrero del hombre y la mantilla de la mujer. Esto se explica por los tonos brillantes que estas prendas tienen, frente al tono pálido de las caras de Tulia y Antonio.

Representación de su Estilo en la Obra[editar]

Los colores vivos en la obra, opuestos a los tonos grises de la foto original, son originarios de la visión que tenía Gonzalez sobre el hogar colombiano y los elementos que ella percibía de su entorno. Estos colores eran característicos de muebles, almanaques y demás objetos utilizados por las personas para decorar sus casas. Con esto buscaba representar la cultura del país y esta dualidad emocional con la que vivía la sociedad en aquel momento [26]​. Esta obra genera una nueva perspectiva frente al suceso y expone los patrones de comportamiento que ella destacaba de la sociedad.

Siguiendo con esta línea, como ella lo argumentaba, el significado de una imagen cambia una vez es observado en un contexto diferente al original [10]​, lo que permitía que cada persona interpretara su obra de manera singular. Estas imágenes extraídas de periódicos y demás medios de comunicación solían ser olvidados por la gente, por lo que estas representaciones artísticas generaban un conflicto al evidenciar la indiferencia social y la falta de empatía de un pueblo que ha sido víctima por la violencia en diferentes regiones del país.

  1. «Los suicidas del Sisga’ cumplen 50 años». 29 de agosto de 2015. 
  2. Meneses, Felipe (23 de marzo de 2018). «Los suicidas del Sisga. La artista colombiana retrata un suceso local que hoy roza lo mitológico». 
  3. «Beatriz Gonzalez». 2017. 
  4. Malagón, Maria Margarita (2010). Arte como presencia indéxica. Capitulo: Beatriz González: el poder revelador de las actitudes y los gestos humanos. Colombia: Universidad de los Andees. p. 323. 
  5. Ibid
  6. «Beatriz Gonzalez». 2017. 
  7. Ibid
  8. «Who is Beatriz González?». 2015. 
  9. Ibid
  10. a b Traba, Marta (2016). Historia abierta del arte colombiano. Colombia: Biblioteca Básica de Cultura Colombiana. 
  11. Ibid
  12. Loiseau, Benoit (1 de noviembre de 2016). «Beatriz Gonzalez , Colombia’s Queen of Pop Art». 
  13. «Los suicidas del Sisga’ cumplen 50 años». 29 de agosto de 2015. 
  14. «“Los suicidas del Sisga III” se exhibe en el Tate Museum de Londres». 18 de septiembre de 2015. 
  15. Rodriguez, Victor (1996). Los Espejos de Beatriz González Modernismo, Post-colonialidad e Identificación. Universidad de los Andees. 
  16. Ibid
  17. Aguilar, Jaime (septiembre 2015). «Los suicidas del Sisga». 
  18. Ibid
  19. «Who is Beatriz González?». 2015. 
  20. Malagón, Maria Margarita (2010). Arte como presencia indéxica. Capitulo: Beatriz González: el poder revelador de las actitudes y los gestos humanos. Colombia: Universidad de los Andees. p. 323. 
  21. Gomez, Leonardo (2014). «BIOGRAFÍA CONTEXTO E HISTORIA: LA VIOLENCIA EN COLOMBIA, 1946-1965». 
  22. Malagón, Maria Margarita (2010). Arte como presencia indéxica. Capitulo: Beatriz González: el poder revelador de las actitudes y los gestos humanos. Colombia: Universidad de los Andees. p. 323. 
  23. Rodriguez, Victor (1996). Los Espejos de Beatriz González Modernismo, Post-colonialidad e Identificación. Universidad de los Andees. 
  24. «) Recorrido con Beatriz González por la sala "Rupturas y continuidades"». 8 de octubre de 2013. 
  25. [de https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-111/los-suicidas-del-sisga-beatriz-gonzalez «Los Suicidas del Sisga»]. 2017. 
  26. Malagón, Maria Margarita (2010). Arte como presencia indéxica. Capitulo: Beatriz González: el poder revelador de las actitudes y los gestos humanos. Colombia: Universidad de los Andees. p. 323.