Tarta salada
Las tartas saladas son una preparación culinaria dentro de la familia de las tartas, cuyos ingredientes se caracterizan principalmente por tener sabor salado.[1] Se caracterizan por tener un aporte proteínico mayor que las variantes dulces. Suelen llevar en su interior masas elaboradas con carnes (de cerdo, de vaca, de pollo), pescados y mariscos, generalmente picados o molidos, generalmente cocinados mediante cocción, bien sea estofados o guisados. A diferencia de las tartas dulces, las saladas suelen servirse al comienzo de los platos bien sea como aperitivo, entremés o tapa, pudiendo llegar en ciertos casos a ser un plato principal. En muchas gastronomías suelen ir unidas al concepto de comida aprovechable, es decir que utiliza los restos de otras comidas o alimentos.[2]
Características
[editar]Entre las principales características de este tipo de tarta se encuentra su sabor: que preponderantemente por la composición de sus ingredientes es salado. Las masas que recubren las tartas saladas suelen ser fuertes, debido en parte a la mayor densidad de sus ingredientes, es por esta razón por la que se considera el empleo de masas quebradas u hojaldradas que soportan. Al igual que las variantes dulces pueden clasificarse en tartas abiertas o cerradas. En muchas gastronomías se emplea puré de patatas. Las carnes empleadas en los pasteles salados, en muchos casos, se han cocinado previamente y provienen de restos (es decir de entresijos y asaduras).
Tipos de Tartas
[editar]Las tartas saladas tienen diversos ejemplos a lo largo de la cocina de varios países a lo largo del mundo. Algunos de los ejemplos más relevantes se pueden encontrar en:
Referencias
[editar]- ↑ Millicent Souris, (2012), How to Build a Better Pie: Sweet and Savory Recipes for Flaky Crusts, Toppers, and the Things in Between, Quayside, Primera edición, ISBN 1610583965, pág. 56
- ↑ Andrew F. Smith, (2011), The Oxford Companion to American Food and Drink, pág. 23