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Paranthropus boisei

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Paranthropus boisei
Rango temporal: Pleistoceno Inferior - Pleistoceno Medio

Reconstrucción de un Paranthropus boisei (Museo de Arqueología de Westfalia)
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Familia: Hominidae
Tribu: Hominini
Género: Paranthropus
Especie: P. boisei
(Louis Leakey, 1959)
Sinonimia

Zinjanthropus boisei Louis Leakey, 1959
Australopithecus boisei Leakey et al., 1964

Réplicas del cráneo de Australopithecus boisei descubierto por Mary Leakey en Olduvai (Tanzania), en 1959 y de la mandíbula descubierta por Kamoya Kimeu en 1964. Museo del Hombre, San Diego, California.

Paranthropus boisei es una especie de homínido extinta de África Oriental, que vivió en un entorno seco y se alimentaba de vegetales duros, para lo que desarrolló un potente aparato masticador destinado a triturar semillas y raíces. Aparece en el registro fósil en sedimentos del Pleistoceno inferior, de hace entre 2,3 (Gelasiense) y 1,3 millones de años (Calabriense).[1]

El primer ejemplar conocido fue un cráneo (OH 5), descubierto por Mary Leakey el 17 de julio de 1959 en la garganta de Olduvai, Tanzania; datado en 1,75 millones de años. Louis Leakey clasificó inicialmente la especie como Zinjanthropus boisei; "boisei" por el antropólogo Charles Boise; "zinj", una antigua palabra para designar a África Oriental, y "anthropus", hombre. Otro cráneo fue encontrado en 1969 por Richard Leakey en Koobi Fora cerca del lago Turkana.

La especie fue adscrita al género Paranthropus por Robinson en 1960, y posteriormente al género Australopithecus por Leakey et al. en 1964, sin embargo ha prevalecido la adscripción de Robinson.

Morfología

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Su capacidad craneal era de alrededor de 515 cm³, la cara está muy ancha y redondeada, con unos incisivos muy pequeños, pero unos enormes molares y una cresta sagital a la que debían unirse unos grandes músculos masticadores. Su foramen magnum está más adelantado que en Australopithecus (como en el género Homo).

KNM-ER 101000 es un esqueleto parcial de homínido de hace 1,52 millones de años recuperado entre 2019 y 2021 en Koobi Fora. Incluye huesos fósiles de manos y pies asociados inequívocamente con material craneodental de P. boisei y demuestra que esta especie compartía adaptaciones manipulativas y bípedas clave con el género Homo. Gracias a KNM-ER 101000 sabemos que P.  boisei tenía proporciones intrínsecas de mano esencialmente similares a las de los humanos modernos. Sin embargo, la morfología de la mano de KNM-ER 101000 converge con la de los gorilas en formas que son consistentes con el procesamiento manual de alimentos y habrían facilitado un agarre poderoso, como el utilizado para escalar. Estos fósiles sugieren que P. boisei era capaz de fabricar y usar herramientas en cierta medida.[2][3]

A diferencia de las especies de Australopithecus, KNM-ER 101000 exhibe un pulgar robusto, con evidencia de musculatura tenar bien desarrollada. El primer hueso metacarpiano o hueso largo del pulgar es excepcionalmente robusto, considerablemente más grande en tamaño relativo y absoluto que cualquiera de los conocidos para Australopitecos, incluyendo KNM-ER 47000.[2]

Por lo demás, el peso, estatura y aspecto general es muy parecido a los Australopithecus. Hallazgos de restos parciales del esqueleto postcraneal, como OH 80 de Olduvai, muestran unas características muy robustas, como unos brazos largos y fuertes con el radio y la ulna muy robustos. Los machos pesaban en promedio de 49 a 61,7 kg, según diferentes cálculos, y las hembras 34 kg, reflejando un claro dimorfismo sexual, y la altura mínima se ha calculado en 1,56 ± 0,039 m.[1][4]

Hábitat

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Paranthropus boisei - reconstrucción forense por Cícero Moraes

Paranthropus boisei vivía en zonas llanas de África Oriental, donde, a causa del ccambio climático, los bosques habían desaparecido reemplazados por sabanas y llanuras extensas, así como valles fluviales donde se concentraba gran cantidad de vida terrestre y semiacuática.

Paranthropus boisei vivió en un medio ambiente más seco que sus ancestros Australopithecus. Ante el cambio climático, las especies de este género recurrieron a la especialización de su aparato masticador para poder sobrevivir en un medio más seco. Así, con unas poderosas mandíbulas pudo tener acceso a raíces, tallos gruesos, etc.[5]

La especialización alimentaria ante este cambio climático se vio demostrada de otra forma con el descubrimiento de un cráneo con mandíbula completo, en 1997, en Konso (Etiopía). En ese mismo yacimiento se encontraron muchos huesos de bóvidos alcelafinos, que se sabe que se alimentan de plantas del tipo C4, que se trata de matorrales de clima seco y semiseco. Por lo tanto, se sabe que los Paranthropus boisei vivieron en una sabana.[6]

Paranthropus, con cierto parecido a los gorilas, compartió su hábitat con otros tres homininos: Homo habilis, Homo rudolfensis y Homo erectus. A diferencia de estos, P. boisei tenía una dieta más herbívora, mientras que los otros eran más oportunistas: comían carne y alimentos proteínicos que les permitieron desarrollar más la inteligencia e impulsó a un cada vez mayor uso de herramientas. Sin embargo, P. boisei también comía termitas y hormigas, como lo hacen los actuales simios.

Al no estar en la cima de la cadena alimenticia era vulnerable al ataque de los depredadores. Un depredador que sobresalió en su época fue Crocodylus anthropophagus, un cocodrilo conocido por haber atacado a homínidos, que les acechaba bajo el agua cuando se acercaban a beber. Otros, como los felinos dientes de sable, los perseguían ocultos bajo la maleza, y estos, al no tener la suficiente velocidad para escapar, caían víctimas de estos depredadores.

Referencias

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  1. a b Domínguez-Rodrigo, M.; Pickering, T. R., Baquedano, E.; Mabulla. A.; Mark, D. F. et al. (2013). «First partial skeleton of a 1.34-million-year-old Paranthropus boisei from Bed II, Olduvai Gorge, Tanzania». PLoS ONE 8 (12): e80347. doi:10.1371/journal.pone.0080347. 
  2. a b Mongle, Carrie S. et al. (2025). «New fossils reveal the hand of Paranthropus boisei». Nature. ISSN 1476-4687. doi:10.1038/s41586-025-09594-8. 
  3. Vargas Reátegui, selva (15 de octubre de 2025). «Unos fósiles hallados en Kenia iluminan el origen de las manos humanas». El País. Consultado el 16 de octubre de 2025. 
  4. McHenry, H. M. (abril de 1992). «Body size and proportions in early hominids». Am. J. Phys. Anthropol. (en inglés) 87 (4): 407-31. PMID 1580350. 
  5. Libro "La especie elegida", 1998, de Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez. Capítulo 6 "Los parántropos, homínidos de campo abierto", subtítulo "Origen y distribución del Paranthropus", aproximadamente en el sitio 27% del libro
  6. Libro "La especie elegida", 1998, de Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez. Capítulo 6 «Los parántropos homínidos de campo abierto.», subtítulo «Origen y distribución del Paranthropus». Sitio 30% (aproximadamente) al final del subtítulo citado.

Bibliografía

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  • Leakey, L.S.B. (1959). «A new fossil skull from Olduvai». Nature 184: 491-493. 
  • Leakey, L.S.B.; Evernden, J.F. y Curtis, G.H. (1961). «Age of Bed I, Olduvai Gorge, Tanganyika». Nature 191: 478-479. 
  • Leakey, L.S.B.; Tobias, Ph.V. y Napier, J.R. (1964). «A new species of the genus Homo from Olduvai gorge». Nature 202 (4927): 3-9. 
  • Leakey, M.D. (1979). Olduvai Gorge: My Search for Early Man. Londres: Collins. 
  • Reader, John (1981 [1982]). «El Zinjanthropus boisei (1959)». Eslabones Perdidos. En busca del hombre primigenio. México: Fondo Educativo Interamericano. pp. 128-153. ISBN 0-201-10850-X.  (trad. de Missing Links: The Hunt for Earliest Man. Penguin Press Science, 1981 ISBN 0140139737)
  • Robinson, J.T. (1960). «The affinities of the new Olduvai Australopithecinae». Nature 185 (4723): 456-458. 

Véase también

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Enlaces externos

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