Ofensiva de Segovia

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Ofensiva de Segovia
la Guerra Civil Española
Parte de Guerra civil española
Fecha 30 de mayo a 2 de junio de 1937
Lugar Segovia, Cabeza Grande, Revenga, La Granja de San Ildefonso
Resultado Derrota de la ofensiva republicana
Beligerantes
Fuerzas sublevadas II República española
Comandantes
José Enrique Varela Manuel Matallana Gómez
General Walter
Bajas
1.100 muertos 1.500 muertos

En el contexto de la Guerra Civil Española, la ofensiva republicana contra Segovia tuvo lugar del 30 de mayo al 4 de junio de 1937, cuando el primer gobierno de Juan Negrín, con Indalecio Prieto como ministro de Defensa Nacional, decidió emplear el naciente Ejército Popular de la República en ofensivas cuya finalidad era evitar la caída de la zona norte republicana, entreteniendo en otros frentes a las tropas franquistas. Estas ofensivas fueron las dirigidas a la conquista de Segovia y de Huesca.

Situación previa

En los días siguientes al golpe de estado del 18 de julio de 1936, los sublevados, siguiendo los planes trazados por el general Mola, organizaron una columna desde Valladolid, mandada por el coronel Serrador, que se dirigió a Madrid por el Alto del León (puerto de Guadarrama), por el que pasaba la carretera de Villalba a San Rafael (general N-VI Madrid-La Coruña). Una columna gubernamental mixta de soldados y milicianos, procedente de Madrid, ocupó los puertos de Guadarrama y de Navacerrada el día 22. La columna Serrador, que había salido de Valladolid en la noche del 21 al 22, llegó al Alto del León a las dos de la tarde del 22 e inició inmediatamente el asalto, conquistándolo unas horas después. Las fuerzas gubernamentales lanzaron en días sucesivos fortísimos ataques para recuperar el Alto del León, sin conseguirlo.

En la mañana del día 22 de julio, fuerzas del regimiento de artillería ligera de Segovia habían intentado ocupar el puerto de Navacerrada, sin éxito. Por ese puerto pasaba la carretera de Villalba a Segovia y Valladolid. A partir de ahí el frente se estabilizó a la altura de Valsaín y los jardines de La Granja. El terreno accidentado y con densos bosques retraía a las dos partes de lanzarse a un ataque de infantería.

En la primera quincena de agosto de 1936 el frente de la sierra madrileña estaba completamente parado. Los rebeldes ocupaban los puertos de Somosierra (carretera N-I Madrid-Irún) y de Guadarrama, pero eran incapaces de continuar su marcha hacia Madrid. El gobierno, por su parte, también carecía de fuerzas para intentar la recuperación de los puertos. Así se mantuvo la situación, sin apenas actividad, hasta mayo de 1937.

El grueso de las tropas nacionalistas se encontraba en Cabeza Grande (junto a Revenga) y lo formaba la 1ª Brigada de la 75 División, mandada por el general Varela, con cuartel general en Ávila. Durante el combate fueron reforzados por el 5º Tabor de Regulares de Melilla. Frente a ellos se encontraba (en Cuatro Caminos, El Berrueco y El Bardal) la 29 Brigada de la 2ª División del I Cuerpo de Ejército, mandada por el coronel Moriones.

La Mujer Muerta vista desde las cercanías de Revenga. La cabeza de la mujer está en el centro de la imagen, a continuación el pecho y a la derecha el vientre.

La ofensiva

El gobierno de la República (presidente Negrín) necesitaba con urgencia una victoria significativa, de modo que encomendó al coronel Matallana un plan de ataque por sorpresa a Segovia, con intención de conquistar la capital de la provincia y profundizar en terreno enemigo hacia Valladolid. El mando de las operaciones recayó en el general Walter, con participación preferente de las Brigadas Internacionales y gran apoyo aéreo (150 cazas). El avance hacia Cabeza Grande y La Granja se encargó a la 35 División. El ataque a La Granja sería secundado por una operación de distracción sobre el Alto del León a cargo del coronel Barceló con tres brigadas de la 2ª División.

Pero la operación se preparó con demasiado apresuramiento, de tal modo que los nacionalistas se percataron de los movimientos de las tropas republicanas, desapareciendo el factor sorpresa. Al mismo tiempo, la 35 División llegó a sus posiciones de ataque muy cansada, tras agotadoras marchas a pie por la sierra.

El domingo 30 de mayo de 1937, a las 6 de la mañana, tras un bombardeo de aviación, comenzó el ataque republicano hacia Cabeza Grande y la Cruz de la Gallega, con enorme lentitud. Participaron la 14 Brigada Internacional y la 21, la 31 y la 69 Brigadas Mixtas, en todos los sectores de la línea del Guadarrama, desde La Granja al Alto del León. Hasta las 14 horas no llegaron a Cabeza Grande, que resistió bien. La 21 BM estuvo a punto de tomar La Granja, impidiéndolo los regulares llegados como refuerzo desde la Casa de Campo de Madrid. Esa misma tarde del día 30 el general Varela se trasladó a Segovia para hacerse cargo de la defensa.

La maniobra de distracción contra el Alto del León fue un fracaso por la falta de apoyo aéreo, de forma que las unidades republicanas apenas pudieron salir de sus bases de partida.

El 31 de mayo tuvo lugar un fuerte ataque republicano contra Cabeza Grande, con una continua acción artillera y de carros de combate, hasta que al caer la noche los nacionalistas perdieron la posición. Mientras tanto, el general Varela organizó personalmente la defensa de La Granja, logrando mantenerla bajo su control.

El 1 de junio las tropas republicanas iniciaron el despliegue para tomar el cerro de Matabueyes y cortar la carretera de Segovia a La Granja, pero los nacionalistas recibieron importantes refuerzos: la aviación franquista se hizo con el dominio del aire, al tiempo que llegaba la 1ª Bandera del Tercio y el 3er Batallón del Regimiento de Infantería La Victoria. A lo largo de todo el día hubo furiosos combates. Los republicanos perdieron Cabeza Grande y no lograron tomar La Granja.

El miércoles 2, los republicanos hicieron un último y gran esfuerzo para que la ofensiva tuviera éxito. El general Miaja ordenó al teniente coronel Galán que se hiciera cargo del mando y dirigiera un nuevo asalto contra Cabeza Grande y Matabueyes. Entre las 14:30 y las 23 horas los republicanos lanzaron ataques muy violentos con infantería, carros y artillería, pero fueron rechazados.

Al día siguiente la ofensiva dio sus últimos coletazos y el día 4 ya no hubo apenas actividad, retirándose las fuerzas republicanas a sus posiciones primitivas. Los nacionalistas tampoco intentaron explotar la victoria para ampliar la zona bajo su control.

El factor decisivo para decantar la victoria fue el control absoluto del aire por la aviación franquista a partir del 1 de junio. La aviación republicana actuó en esa ofensiva tarde y mal, sin coordinarse con las fuerzas de tierra gubernamentales.

Bibliografía

  • Martín Herrero, José Luis. "La ofensiva republicana contra Segovia", en: Historia 16, v. 22, n. 265 (1998), p. 28-36.
  • Puell, Fernando, y Huerta, Justo A. Atlas de la Guerra Civil española : antecedentes, operaciones y secuelas militares (1931-1945). Madrid, Síntesis, 2007. ISBN 978-84-9756-429-8.

Véase también

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