Ofensiva de Asturias

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Ofensiva de Asturias
la Guerra Civil Española
Parte de Guerra civil española

Frente del Norte. Asturias se aprecia en el extremo oeste de la zona republicana.
Fecha 1 de septiembre - 21 de octubre de 1937
Lugar Asturias y parte de León (España)
Resultado Decisiva victoria sublevada
Consecuencias
Cambios territoriales Asturias queda bajo control de los sublevados.
Beligerantes
República española
Consejo Soberano
de Asturias y León

Bandera de las fuerzas sublevadas en 1937. Fuerzas sublevadas
Bandera de la Alemania Nazi. III Reich
Reino de Italia
Comandantes
Adolfo Prada
Francisco Ciutat
Francisco Galán
Belarmino Tomás
Fidel Dávila Arrondo
Antonio Aranda
José Solchaga
Fuerzas en combate
Ejército del Norte (republicano)
• 45.000 hombres
• 180 piezas de artillería
Aviación Republicana
(F.A.R.E.)

• Unos pocos aviones
Armada republicana
• 1 Destructor
• 1 Submarino
Ejército del Norte (sublevado)
• 90.000 hombres
• 250 piezas de artillería
Legión Cóndor
• 70 aviones
Aviación Legionaria
• 80 aviones
Armada Nacional
• 2 Cruceros
• 1 destructor

La Ofensiva de Asturias fue el ataque ejecutado durante la Guerra Civil Española por las tropas sublevadas en septiembre de 1937 contra el reducto republicano situado en la región de Asturias, último territorio leal a la República en la costa del Mar Cantábrico. En inferioridad numérica y atrapadas en una zona de reducida extensión (aunque de agrestes montañas) las fuerzas del Ejército Popular no pudieron resistir por mucho tiempo el avance franquista que disponía de mayores medios de combate en cuanto a artillería y aviación.

Antecedentes

Tras las derrotas republicanas en Bilbao y en Santander, el territorio leal a la República en la costa contábrica, popularmente denominado Frente del Norte por ambos bandos, quedó reducido a un enclave constituido por la casi totalidad de Asturias, a excepción de Oviedo y corredor terrestre que conectaba esta ciudad con Galicia, territorio en poder de los sublevados desde octubre de 1936.

Desde marzo de 1937 los rebeldes habían iniciado su ofensiva en el Norte en dirección este-oeste causaba que su avance alejase cada vez más al enclave republicano cantábrico del resto de la zona bajo control de la República. Asimismo, las ofensivas del bando republicano de junio y julio de 1937 (Batalla de Brunete primero y Batalla de Belchite después) no habían aliviado la presión de los sublevados sobre el Frente Norte. La caída de Santander en poder de los rebeldes el 26 de agosto de 1937 concentró a todos los sobrevivientes republicanos de la zona norte en Asturias, la región más alejada del resto de la España republicana, lo cual dificultaba sobremanera la comunicación rápida y el envío de refuerzos de aviación y artillería para resistir.

Desarrollo de las operaciones

Ofensiva sobre Asturias

Los mandos del bando nacional tomaron un descanso muy breve tras entrar en Santander y ya a fines de agosto inicaron su marcha sobre la montañosa Asturias. Mientras tanto, en Gijón los líderes republicanos asturianos forman el Consejo Soberano de Asturias y León, dirigido por Belarmino Tomás, considerando que las urgencias bélicas les impedían conducirse en el normal acatamiento a la autoridad del gobierno republicano de Juan Negrín. De inmediato el nuevo Consejo instala una autoridad unificada en la zona bajo su mando por encima de los antiguos consejos regionales de Santander y Euskadi, y reuniendo las tropas republicanas de toda procedencia bajo el mando del coronel Adolfo Prada Vaquero, que desde el 29 de agosto sustituye al general Mariano Gamir Ulibarri.

No obstante, el 5 de septiembre de 1937 las avanzadas de los sublevados, formadas por la 1° Brigada Navarra del general José Solchaga, chocaron contra una feroz resistencia republicana en el paso monañoso de El Mazuco, iniciando la Batalla de El Mazuco ese mismo día. Tras una tenaz resistencia republicana, los franquistas pudieron eliminar las defensas republicanas tras muchos días de combate y el 22 de septiembre las últimas tropas republicanas debieron retroceder, dejando abierta la vía de Asturias a los sublevados. La esperanza republicana de contener a los atacantes al menos hasta la llegada del invierno en el mes de diciembre se torna prácticamente inviable.

La aplastante superioridad numérica de las tropas nacionales, junto con una acertada estrategia lograron abrir el avance de las tropas nacionales, favorecidas por la casi total ausencia de aviación republicana que pudiera detenerlos, pese a que en el montañoso relieve asturiano la aviación nacional debiese esperar que sus enemigos se concentrasen en una zona despejada para poder atacarlos eficientemente.

Al cesar la resistencia republicana en El Mazuco, los nacionales avanzan hacia el centro mismo de la zona republicana en Asturias y el 18 de septiembre las tropas de la 1° Brigada Navarra toman Ribadesella, luego el 1 de octubre los nacionales entran en Covadonga, pudiendo amenazar el camino de todas las tropas de la República que se replieguen hacia Gijón.

La defensa republicana se endurece, favorecida por el terreno montañoso, pero la inferioridad numérica, y la falta de municiones y protección aérea no permite detener por mucho tiempo a los ataques de los nacionales: el 10 de octubre las tropas franquistas ocupan las dos márgenes del río Sella y al día siguiente los republicanos pierden Cangas de Onís, mientras en la mañana del día 20 de octubre los nacionales dirigidos por el general Antonio Aranda se unen a las fuerzas de Solchaga en Infiesto, arrinconando a los republicanos entre Pola de Laviana y Villaviciosa.

Fin del Frente del Norte

Desde el 17 de octubre el Consejo Soberano de Asturias y León había calculado la posibilidad de una evacuación final, pero el acelerado avance de los rebeldes impide sostener la resistencia. Tras la caída de Infiesto y la unificación de las dos columnas de tropas franquistas, Gijón se hallaba vulnerable a un ataque directo de los sublevados, sin opciones viables de sostener la defensa por más tiempo ante la falta de municiones y la desmoralización de los soldados, con incidentes de insubordinación de reclutas que se niegan a luchar.

En la mañana del 20 de octubre resulta evidente que la caída de Gijón es cuestión de horas y el Consejo Soberano de Asturias y León convoca a su última reunión al mediodía, con la presencia del propio coronel Prada. El Consejo ordena la evacuación inmediata por vía marítima a las 14 horas del mismo 20 de octubre, comprendiendo refugiados civiles y jefes militares, lo cual se cumple pese al hostigamiento de la flota de los nacionales.

Fotografía del Destructor Císcar, hundido en el puerto de El Musel el 20 de octubre.

El mismo 21 de octubre, por la tarde, los nacionales de la 4° Brigada Navarra toman los últimos bastiones republicanos de Avilés y de Gijón, donde reducen los nidos de resistencia desesperada de los soldados republicanos que no pudieron ser evacuados. Algunos supervivientes que se hallaban en los alrededores de la ciudad se esconden en las montañas al sur de la ciudad, y forman partidas de guerrillas que mantendrán un hostigamiento severo y constante contra las autoridades franquistas, al punto que el orden público en la zona recién ocupada quedará en manos del ejército nacional por seis meses más.

Bibiliografía

  • Thomas, Hugh The Spanish Civil War. New York: Harper & Row. ISBN 0-06-014278-2.
  • Beevor, Antony (2005). La Guerra Civil Española. Barcelona : Crítica. ISBN 8484326653 |isbn= incorrecto (ayuda). 

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