Ir al contenido

Diferencia entre revisiones de «La última cena (Leonardo da Vinci)»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Línea 45: Línea 45:
=== Dibujos preparatorios ===
=== Dibujos preparatorios ===
<center>
<center>
<gallery>
Image:Study for the Last Supper.jpg|Estudio para la Última Cena, uno de los Apóstoles
Image:Stiudium do Ostatniej Wieczerzy.jpg|Estudio sobre la disposición de los Apóstoles en torno a la mesa
Image:Leonardo study Christ lastsupper.JPG|Estudio sobre el rostro de Cristo
</gallery>
</center>


=== Otras ''Últimas Cenas'' de la época ===
=== Otras ''Últimas Cenas'' de la época ===

Revisión del 12:34 19 ene 2009

La Última Cena
(L'ultima cena)
Año años 1490juliano
Autor Leonardo da Vinci
Técnica Temple y óleo sobre yeso
Estilo Renacimiento
Tamaño 460 cm × 880 cm
Localización Santa María de las Gracias
Iglesia y convento dominico de «La última cena» de Leonardo da Vinci

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Jesucristo, detalle de la Última Cena
Localización
País Italia Italia
Coordenadas 45°28′00″N 9°10′15″E / 45.466666666667, 9.1708333333333
Datos generales
Tipo Cultural
Criterios (i)(ii)
Identificación 93
Región Europa y
América del Norte
Inscripción 1980 (IV sesión)
Sitio web oficial
Archivo:SMGrazie.jpg
El que era comedor de los monjes (refectorio) del convento dominico de Santa Maria de las Gracias en Milan con la Última Cena en el muro del fondo. Mediante varios recursos de perspectiva parece que la pintura muestra otra estancia contigua al comedor.

La Última Cena (en italiano, Il cenacolo o L’ultima cena) es una pintura mural original de Leonardo da Vinci ejecutada entre 1494 y 1498), se encuentra en la pared sobre la que se pintó originariamente, en el refectorio del convento dominico de Santa María de las Gracias en Milán (Italia). La pintura fue elaborada, para su patrón, el duque Ludovico Sforza de Milán. No es un fresco tradicional, sino un mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido. Mide 460 cm. de alto por 880 cm. de ancho.

Historia

Se cree que en 1494 el duque de Milán Ludovico Sforza, llamado "el Moro" encargó a Leonardo la realización de un fresco para el refectorio de la iglesia dominica de Santa Maria delle Grazie, Milán. Ello explicaría las insignias ducales que hay pintadas en las tres lunetas superiores.

En su novella LVIII, Matteo Bandello, que conoció bien a Leonardo, escribe que lo observó muchas veces

«a la mañana temprano subir al andamio, porque la Última Cena estaba un poco en alto; desde que salía el Sol hasta la última hora de la tarde estaba allí, sin quitarse nunca el pincel de la mano, olvidándose de comer y de beber, pintando continuamente. Después sabía estarse dos, tres o cuatro días, que no pintaba, y aún así se quedaba allí una o dos horas cada día y solamente contemplaba, consideraba y examinando para sí, las figuras que había pintado. También lo ví, lo que parecía caso de simpleza o excentricidad, cuando el Sol está en lo alto, salir de su taller en la corte vieja» - sobre el lugar del actual Palazzo Reale - «donde estaba aquel asombroso Caballo compuesto de tierra, y venirse derecho al convento de las Gracias: y subiéndose al andamio tomar el pincel, y dar una o dos pinceladas a una de aquellas figuras, y marcharse sin entretenerse».

Esta forma de pintar, tan distinta de la rapidez y seguridad que exige la tradicional pintura al fresco, explican que el pintor optara por una técnica distinta y también que se demorase durante años su acabado.

Giorgio Vasari en sus Vite también describe en detalle cómo lo trabajó, cómo algunos días pintaría como una furia, y otros pasaría horas sólo mirándolo, y cómo paseaba por las calles de la ciudad buscando una cara para Judas, el traidor; al respecto cuénta la anécdota de que esta forma de trabajar impacientaba al prior del convento y éste fue a quejarse al duque, quien llamó al pintor para pedirle que acelerara el trabajo:

«Leonardo explicó que los hombres de su genio a veces producen más cuando trabajan menos, por tener la mente ocupada en precisar ideas que acababan por resolverse en forma y expresión. Además, informó al duque que carecía todavía de modelos para las figuras del Salvador y de Judas; (...) temía que no fuera posible encontrar nadie que, habiendo recibido tantos beneficios de su Señor, como Judas, poseyera un corazón tan depravado hasta hacerle traición. Añadió que si, continuando su esfuerzo, no podía encontrarlo, tendría que poner como la cara de Judas el retrato del impertinente y quisquilloso prior».[1]

En 1497 el duque de Milán solicitó al artista que concluyera la Última Cena, que terminó, probablemente, a finales de año.

Cuando acabó, la pintura fue alabada como una obra maestra de diseño y caracterización. Pero también se denunció que nada más acabarse ya empezaba a desprenderse de la pared. Desgraciadamente, el empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro hacia el año 1500. Leonardo, en lugar de usar la fiable técnica del fresco, que exigía una rapidez de ejecución impropia de él, había experimentado con diferentes agentes aglutinadores de la pintura, que fueron afectados por moho y se escamaron.

Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación y en 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras. Aunque la mayor parte de la superficie original se ha perdido, la grandiosidad de la composición y la penetración fisonómica y psicológica de los personajes dan una vaga visión de su pasado esplendor.

La pintura se ha mantenido como una de las obras de arte más reproducidas, con innumerables copias realizadas en todo tipo de medios, desde alfombras hasta camafeo.


Personajes

Los apóstoles se agrupan en cuatro grupos de tres, dejando a Cristo relativamente aislado. De izquierda a derecha según las cabezas, son: Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés en el primer grupo; en el segundo Judas Iscariote con pelo y barba negra, Simón Pedro y Juan, el único imberbe del grupo; Cristo en el centro; Tomás, Santiago el Mayor y Felipe, también sin barba en el tercer grupo; Mateo, aparentemente sin barba o con barba rala, Judas Tadeo y Simón el Celote en el último. Todas las identificaciones provienen de un manuscrito autógrafo de Leonardo hallado durante el siglo XIX.

Dibujos preparatorios

Otras Últimas Cenas de la época

Última Cena, de Andrea del Castagno, 1445-1450, fresco, 453 × 975 cm, Cenáculo de Santa Apolonia, Florencia
Archivo:Cenacolo di san marco di domenico ghirlandaio.JPG
Última Cena, de Ghirlandaio, h. 1480, fresco, en el refectorio del Convento de San Marcos, Florencia

Puede compararse la versión de Leonardo con otras renacentistas inmediatamente anteriores, para advertir las innovaciones que Leonardo introduce en el tema. En ambas se comprueba la postura tradicional con Judas de espaldas y separado del resto. En los dibujos preparatorios Leonardo copió incluso la posición del apóstol Juan recostado sobre el pecho de Jesús, como aparece el en Evangelio de Juan.

Observaciones finales

Lo que es un hecho a comentar sobre la pintura en cuestión, "La Última Cena", es lo siguiente: Si bien es cierto que Leonardo tomó personas reales para sus modelos de los apóstoles (aunque se rumorea que el apóstol Simón fue hecho con el busto de Platón), en ningún caso es cierto que él mismo se pintara en la escena (supuestamente el segundo apóstol por la derecha), ya que si bien el parecido es real, en ningún caso coincide por fechas. La pintura data de 1494-1498, y en ese tiempo Leonardo tenía 45 años, mientras que el aspecto del apóstol es de mucha más edad. Además, en aquella época, el maestro aún no lucía barba ni un cabello tan cano.

En 1993, la escritora y abogada Vittoria Haziel publicó un pequeño trabajo en el que mostraba un documento de Leonardo Da Vinci en el que el genio del renacimiento "reconocía" la existencia de una mujer al lado de Cristo. Pese a que la investigación de la autora romana comenzó hace 14 años, su trabajo ha ido cayendo en el olvido y pocos son los que le reconocen este hallazgo.

Como comentario adicional, para visitar y contemplar la pintura en el convento de Santa María de la Gracia hay que hacer una reserva previa, que debido a que se visita en grupos limitados y con pocas personas, y a que no se ha podido visitar en casi 20 años, puede ser de bastantes semanas de espera. Durante la visita, que dura unos 10 minutos, está prohibido filmar o sacar fotografías.

Referencias

  • "Leonardo", Los grandes genios del arte, n.º 17, Eileen Romano (dir.), Unidad Editorial, S.A., 2005, ISBN 84-89780-69-2
  1. Pijoán, J., "Los últimos cuatrocentistas", en Summa Artis, Antología, V, Espasa, pág. 62; ISBN 84-670-1356-7

Véase también

Enlaces externos