Tightlacing

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Dos bocetos de 1884 que representan lo que, en su momento, se creía era la forma en que el interior del cuerpo se veía cuando se llevaba un corsé.

El tightlacing, corseting o entrenamiento de la cintura como se le conoce a menudo en Hispanoamérica,[1][2]​ es el hábito o la práctica de usar un corsé permanentemente. Las personas que siguen esta tendencia son conocidas como «tightlacers y practicantes del tightlacing»[3]​ y suelen usar el corsé durante más de veinte horas al día, lo que deriva en una modificación corporal.[4][5]​ Esta práctica puede ser con fines estéticos o fetichistas.[6]

La mayoría de especialistas coinciden en que el uso prolongado del corsé puede ocasionar graves problemas a la salud, algunos pueden ser irreversibles. A las personas que practican este método se les suele comparar con un reloj de arena debido a la silueta del cuerpo, aunque otros son conocidos por tener la «cintura de avispa».[7]

Entre las personalidades que practica el tightlacing destaca la actriz y modelo erótica Dita Von Teese, quien ha utilizado esta prenda desde los 18 años. Asimismo, la británica Ethel Granger posee el «récord de la cintura más estrecha», con una medida de 13 pulgadas (33 centímetros) y fue la imagen de la revista estadounidense Vogue en varias ocasiones. Otras modelos europeas como Ioana Spangenberg han sido fuertemente criticadas por su extrema delgadez y según su propio testimonio, su cintura llegó a medir 15 pulgadas en la adolescencia. Mientras que la alemana Michele Köbke asegura que el tightlacing forma parte de su vida, a pesar de padecer atrofia muscular.

Historia

En los años 1700 a.C., los corsés fueron usados por primera vez en la civilización minoica de Creta. Las mujeres utilizaban esta prenda de vestir para resaltar el cuerpo y levantar el busto. Sin embargo, en Grecia y Roma este tipo de sujetadores se usaban con el objetivo de «disminuir y ocultar el tamaño del busto».[8]​ La moda también se extendió a Francia en el siglo XVI, aunque esta prenda la utilizaron mujeres con cinturas grandes durante tres siglos y medio; la gran mayoría sufrieron problemas físicos y «vivían con el diafragma oprimido».[9]

Durante los años 1800 se realizaron distintos cambios en la estética del corsé. La francesa Herminie Cadolle fue una de las pioneras en el diseño del corsé de dos piezas conocido como Bien-être' (bienestar). Sin embargo, este nuevo modelo podía causar deformaciones en los órganos internos y producir otros problemas fisiológicos.[9]​ Otros personajes como Olivia P. Flynt y Susan Taylor también crearon sus propios diseños, aunque Cadolle es considerada la «verdadera inventora» de los corsés con sujetadores.[8]

En los siglos XVIII y XIX el tightlacing se practicó de una manera mucho más informal de lo que se cree.[10]​ Sólo unas pocas mujeres de la alta sociedad se dedicaron a la práctica por decisión personal, y fueron a menudo criticadas por distintos sectores médicos y religiosos. La gran mayoría de las mujeres de todos los niveles sociales llevaba un corsé pero no tan ceñido al cuerpo, estaba catalogado como una prenda de vestir ligera y común para la época.[10]

A pesar de todos los esfuerzos que se hicieron para dejar de confeccionar estas prendas y las advertencias de los médicos, las mujeres persistieron en la práctica del tightlacing. Aún así la moda cambió en los años 1900 y surgieron nuevos diseñadores que confeccionaron vestidos y ropa más suelta, con el fin de excluir definitivamente el corsé. Paul Poiret fue uno de los máximos exponentes de la moda, liberó a la mujer del corsé más allá de las «costumbres sociales y la tradición» y definió un nuevo estilo.[11][12]​ Varios expertos en moda y críticos le consideraron un revolucionario de la moda.[11][12][nota 1]

El tightlacing se practica en Norteamérica, principalmente en los Estados Unidos, y ha permanecido en varios países de Europa, entre ellos, Alemania.[4]

Efectos

Una rutina típica de entrenamiento comienza con el uso de un corsé bien ajustado que puede disminuir y graduar la circunferencia de la cintura. Si el corsé se ajusta demasiado podría causar problemas como malestar y, a corto plazo, dificultad para respirar, sensaciones de desmayo e indigestión.[3]​ Las denominadas tightlacers también se exponen a deformaciones musculares y desviaciones de la columna, enfermedades cutáneas por el uso prolongado y excesivo, problemas en los pulmones por la ausencia de oxígeno que deriva en una hiperventilación y varios relacionados con el flujo sanguíneo que pueden desembocar en una embolia pulmonar.[3]​ La prenda de vestir también se puede ver afectada por el mal uso, cuando se aprieta de forma brusca o se ajusta rápidamente.

El efecto primario del tightlacing es la disminución del tamaño de la cintura. La más pequeña que se haya registrado es la de Ethel Granger, quien practicó el tightlacing durante la mayor parte de su vida y logró reducir la cintura a 13 pulgadas (33 centímetros).[17]​ La disminución dependerá de la contextura y fisiología de la persona; una mujer con gran cantidad de grasa corporal necesitará más tiempo para obtener los resultados. Depende del uso y la contextura, la persona podrá reducir varios centímetros.[3]

Usar un corsé por un período muy extenso de tiempo puede dar lugar a la atrofia muscular y dolores en la espalda;[4]​ los músculos pectorales también se debilitan.[18]​ Por otra parte, la compresión del estómago reduce su volumen,[4]​ por lo que ingerir altas cantidades de alimento puede provocar indigestión y acidez. Usar el corsé fuertemente también provoca la compresión de los intestinos y causar problemas de estreñimiento que normalmente se resuelven después del retiro. La personas que practican el tightlacing se someten a dietas estrictas con el fin de evitar estos problemas.

En la época victoriana, los médicos creían que usar un corsé apretadamente también originaba problemas en el útero, debido a la inactividad de los músculos del abdomen.[18]​ Sin embargo, esta creencia no estaba fundamentada en evidencias reales y era poco probable que el útero sufriera por la práctica del tightlacing.[10]​ Otros creían que las mujeres padecían constantemente de dolores en la cabeza y espalda, debilitamiento de los ligamentos, incapacidad para moverse y caminar y trastornos menstruales.[4][19]

Crítica

Esta tendencia es criticada por médicos, modistas y periodistas basados en los potenciales riesgos a la salud. La periodista y escritora Rebecca Harrington, quién trabaja para el el periódico neoyorquino The New York Times afirmó que esta prenda de vestir oprime tanto la cintura que la persona puede quedar sin aire.[20]​ Ludovic O’Followell, un profesional de la salud también afirmó que el uso constante del corsé «puede perjudicar los pulmones y dificultar la respiración» y aseguró que otras partes del cuerpo como la columna vertebral podrían afectarse.[21]

Otros especialistas coinciden en que el uso permanente del corsé puede ocasionar problemas graves e irreversibles, como el desarrollo del «síndrome de dolor neuropático», síndrome metabólico y otras afecciones crónicas relacionadas con el sistema nervioso.[7][22]

Los estudios y las opiniones de universidades y especialistas de diferentes campos de la medicina aseguran que los órganos internos sufren una alteración, producto de la presión ejercida por el corsé durante largos períodos.[7]​ También critican la denominada dieta del corsé y otros relacionan la tendencia con enfermedades mentales y trastornos psicológicos que pueden ser perjudiciales para la salud.[23]

Notables tightlacers

La actriz y cantante Polaire con la silueta de un reloj de arena.
  • Bandera de Estados Unidos Dita Von Teese. Su cintura mide 16, 5 pulgadas, el equivalente a 42 centímetros.[24]
  • Bandera de Estados Unidos Cathie Jung. Aficionada a la moda victoriana con 38 centímetros de cintura. Posee el récords Guinness «como la mujer con la cintura más pequeña del mundo».[25]
  • Bandera de Argelia Polaire. Poseía una cintura de 14 pulgadas (35,5 centímetros).[26]
  • Bandera del Reino Unido Ethel Granger. Mujer con la cintura más pequeña que se haya registrado, con 13 pulgadas (33 centímetros). Fue portada de la revista Vogue.[17]
  • Bandera de Alemania Michele Köbke. Posee 40 centímetros de cintura y ha gastado 2500 en corsetería.[27]

Véase también

Notas

  1. Expertos en moda, periodistas, escritores y licenciados como la doctora Candela Vizcaíno (miembro del sitio web About.com),[13]​ Yolanda Trigo (editora de la revista Artes y Cosas),[14]​ Isabel Espiño (editora del periódico elmundo.es)[15]​ y Charlotte Seeling (escritora de libros sobre moda y estilo de vida),[16]​ entre otros, le definen como un revolucionario de la moda del siglo XX.

Referencias

  1. «‘Tightlacing’ la peligrosa moda para lograr una cintura de avispa». Noticias al día. Consultado el 30 de enero de 2015. 
  2. «La Mujer Con La Cintura Mas Delgada De 1950. Imposible Tenerlos En Aquella Época. Pero Mira Ahora A Los 78 Años!». Sitio Viral. Consultado el 30 de enero de 2015. 
  3. a b c d Ramírez, Jenny (21 de abril de 2014). «Cintura de avispa: riesgos del tightlacing». Salud y Medicinas. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  4. a b c d e «Los riesgos del "tightlacing" o cómo estrujar la cintura». emol. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  5. Anderson, Dean. «THE 8 MOST BIZARRE BODY MODIFICATION SURGERIES» (en inglés). Plastic Surgery Portal. Consultado el 30 de enero de 2015. 
  6. Yazmin Evia y Rolando Lino (9 de junio de 2014). «Tightlacing: la costumbre de hacerse una “cintura de avispa” usando corset». El Angelopolita. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  7. a b c «La enfermiza moda del 'corseting'». Yahoo!. Consultado el 9 de febero de 2015. 
  8. a b Ponce, Julia (1 de octubre de 2010). «Historia del Brasier» (en inglés). Why Not Magazine. Consultado el 1 de febrero de 2015. 
  9. a b Fernández, Emma (27 de agosto de 2010). «Érase una vez el sujetador». El Mundo. Consultado el 1 de febrero de 2015. 
  10. a b c Valerie Steele, The Corset: A Cultural History, Yale University Press, 2001, 240 p. Consultado el 2 de febrero de 2015.
  11. a b Patner, Josh (18 de mayo de 2007). «The Way We Move» (en inglés). Slate Magazine. Consultado el 1 de febrero de 2015. 
  12. a b Conger, Cristen (7 de mayo de 2013). «The Designer Who Unlaced Women From Corsets» (en inglés). Stuff Mom Never Told You. Consultado el 1 de febrero de 2015. 
  13. Vizcaíno, Candela. «Paul Poiret, el diseñador que revolucionó la moda de principios de siglo XX». about.com. Consultado el 25 de junio de 2015. 
  14. Trigo, Yolanda (4 de septiembre de 2014). «PAUL POIRET: LIBERTÉ, EGALITÉ Y UN VESTIDO PARA CADA MUJER». Revista Artes y Cosas. Consultado el 25 de junio de 2015. 
  15. Espiño, Isabel (18 de marzo de 2013). «El embrujo de oriente». elmundo.es. Consultado el 25 de junio de 2015. 
  16. Hernández, Bernardo (10 de mayo de 2014). «El Galliano de 1910». Diario El Universal. Consultado el 25 de junio de 2015. 
  17. a b Dumas, Daisy (30 de agosto de 2011). «Vogue Italia's shock tactics continue with Stella Tennant's 13-inch waist, nose ring and lip stud» (en inglés). Daily Mail. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  18. a b Crutchfield, Eugene Lee, M.D. Some Ill Effects of the Corset. Gaillard's Medical Journal 67 (July 1897): 37–14. Consultado el 3 de febrero de 2015.
  19. Law, Hartland, M.D., and Herbert E. Law, F.C.S. Displacements of the Womb. Viavi Hygiene: Explaining the Natural Principles upon Which the Viavi System of Treatment for Men, Women and Children Is Based. San Francisco: Viavi Company, 1912. 258–271. Consultado el 3 de febrero de 2015.
  20. «¿Qué hay detrás del furor por el corsé? (10)». MSN. Consultado el 9 de febrero de 2015. 
  21. «¿Qué hay detrás del furor por el corsé? (11)». MSN. Consultado el 9 de febrero de 2015. 
  22. «¿Qué hay detrás del furor por el corsé? (15)». MSN. Consultado el 9 de febero de 2015. 
  23. Herrera, M. (13 de octubre de 2014). «Modas perjudiciales para la salud». Heraldo de Aragón. Consultado el 10 de febrero de 2015. 
  24. Mahony, Emma (6 de agosto de 2014). «Dita Von Teese, Keep Your Hands Off Our Boobs» (en inglés). The Daily Beast. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  25. «La historia de la mujer con la cintura más pequeña del mundo». Terra Networks. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  26. «Polaire» (en inglés). corsets. Consultado el 3 de febrero de 2015. 
  27. «LA MUJER CON 40 CENTÍMETROS DE CINTURA». Fucsia. Consultado el 3 de febrero de 2015. 

Bibliografía

  • Farrer, Peter (1999). Tight Lacing (en inglés). Karn Publications Garston. ISBN 9780951238585. 
  • Summers, Leigh (2001). Bound To Please: A History of the Victorian Corset (en inglés). Berg Publishers. ISBN 185973510X. 

Enlaces externos