Raphus cucullatus

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Dodo
Estado de conservación
Extinto (EX)
Extinto desde 1681 (UICN 3.1)
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Columbiformes
Familia: Raphidae
Género: Raphus
Brisson, 1760
Especie: R. cucullatus
Linnaeus, 1758
Distribución
Antigua distribución (en rojo)
Antigua distribución (en rojo)
Sinonimia
  • Struthio cucullatus Linnaeus, 1758
  • Didus ineptus Linnaeus, 1766


El dodo o dronte (Raphus cucullatus) fue un ave no voladora endémica de las islas Mauricio,[1]​ situadas en el Océano Índico. El Raphus cucullatus, así como otras aves del océano Índico, entre ellas el solitario de Rodríguez y el dodo blanco (Raphus solitarius), estaba relacionada con las palomas que habían dejado de volar para volverse terreras.[2]

La extinción del dodo a finales del siglo XVII,[3][4]​ lo ha convertido en el arquetipo de especie extinta por la mano del hombre.[5]

Descripción

Esqueleto de dodo.

Por su temprana extinción, es difícil tener una descripción precisa del dodo. Las que hay se basan por un lado en la descripciones y dibujos antiguos, y por otro lado en los esqueletos y restos encontrados,[6]​ uno de los cuales se preserva hoy en su posible postura natural.[7]

Partiendo de esto, se puede decir que el dodo era un ave de aproximadamente un metro de altura, con un peso que oscilaba entre 13 y 25 kg y de plumaje grisaceo.

Su pico era muy largo (23 cm) y con una punta en forma de garfio que probablemente le permitía romper las cortezas de los cocos. Sus patas eran amarillas y robustas, con un puñado de plumas rizadas en su parte de atrás. Tenía unas alas muy pequeñas, que unidas a su gran peso y un esternón insuficiente para soportarlo le hacían incapaz de volar.

La imagen tradicional del dodo es el de un ave gorda y patosa, de ahí que se le pusiera como primer nombre científico Didus ineptus, pero esta visión ha sido puesta en duda en tiempos recientes. Hoy en día, la opinión general de los científicos es que los viejos dibujos del dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían sido sobrealimentados.[8]​ Las crónicas de la época hablan de su gran apetito, lo que seguramente en cautividad y con comida disponible causara su sobrealimentación.

Mauricio tiene una estación seca y otra húmeda bien contrastadas; con lo que probablemente al final de la estación húmeda, el dodo, acumulara una buena cantidad de reservas de grasa, que le servirían para la temporada seca, cuando la comida fuera escasa. Anidaba en el suelo.

Descubrimiento y extinción

El ser humano llegó a su hábitat en el siglo XVII. Las primeras noticias que en Europa se tuvieron del ave parecen datar de 1674; en 1681 un conquistador español llevó un ejemplar a Europa. Los descubridores portugueses llamaron dodo («estúpido» en el habla coloquial portuguesa) al ave por su torpeza y la facilidad con que podía ser cazada ( el dodo evolucionó sin ningún contacto con el ser humano, por lo que éste no suponía una amenaza para él). También se le ha llamado dronte, una denominación algo más científica.

La llegada del hombre acarreó la propagación de nuevas especies en la isla, incluyendo cerdos, macacos cangrejeros, perros, gatos y ratas, la aparición de nuevas enfermedades y la propia destrucción de los bosques, de los cuales dependía en gran medida la subsistencia del dodo. Se estima que el saqueo de sus nidos por parte de las nuevas especies tuvo un efecto más devastador que el de la caza. Como consecuencia se produjo la completa extinción de este ave un siglo después de la llegada del ser humano a la isla.

Sir Thomas Herbert, el introductor de la palabra “dodo”, dedicó al animal en 1627 un dramático epitafio:

Tienen un semblante melancólico, como si fueran sensibles a la injusticia de la naturaleza al modelar un cuerpo tan macizo destinado a ser dirigido por alas complementarias ciertamente incapaces de levantarlo del suelo.

Restos e investigaciones recientes

En octubre de 2005, una zona del Mare aux Songes (el yacimiento más importante de restos de dodo) fue excavado por un equipo internacional de investigadores. Se encontraron muchos restos, incluyendo huesos de aves de diferentes edades,[6]​ y buena parte del esqueleto de un único individuo.[7]​ Antes de esto se disponía de muy pocos restos de dodos, y la mayor parte de lo que se tenía eran huesos aislados, sin tener el conjunto del esqueleto de un único dodo, siendo los esqueletos existentes montajes a partir de huesos de diversa procedencia.

Dibujo de un dodo en 1626 por Roelant Savery.

Un huevo de dodo se expone en el museo de East London en Sudáfrica. Uno de los restos que se han conservado más intactos y los únicos que han conservado algo de tejido blando son los que se exponen en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford; consistentes en la cabeza y las patas de un mismo individuo. Los restos del último ejemplar disecado de dodo conocido se mantuvieron en el Museo Ashmolean, pero hacia 1755 el conservador del museo, dado el estado de deterioro, lo desechó.

En junio de 2007, unos aventureros explorando una cueva en las Mauricio encontraron el, hasta el momento, más completo y mejor conservado esqueleto de dodo.[9]

Etimología

Dibujos de dodos, hechos en el diario de viaje del barco "Gelderland" de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (1601–1603).

La etimología de la palabra "dodo" no está clara. Sin embargo, existe consenso acerca de que el término probablemente sea peyorativo.

Algunas teorías lo adscriben a la palabra holandesa dodoor que significa holgazán. Otras lo relacionan con la palabra, también holandesa, dodaers (culo gordo) que es como se llama al zampullín común en Holanda. Esta conexión puede estar basada en las plumas similares en su parte trasera o en lo desgarbado de ambos animales.[1]

Sin embargo, se sabe que los holandeses también llamaron al dodo como walghvogel ("ave repugnante" o "pavo nauseabundo") en referencia a su sabor. Este último nombre fue usado por primera vez en el diario del vice-almirante Wybrand van Warwijck que visitó las islas Mauricio en 1598.

Dodo o Dodaerse se recoge en el diario del capitán Willem van Westsanen cuatro años más tarde,[10]​ pero no está claro si fue él, el primero en usar este nombre porque antes que los holandeses, los portugueses estuvieron en la isla en 1507, aunque no crearon asentamientos permanentes. Por eso se considera la posibilidad de que "dodo" provenga de la expresión portuguesa doudo o doido que significa estúpido.[7]

Otra posibilidad que cabe es que dodo sea una aproximación al propio reclamo del ave, que estaba formado por dos sílabas iguales: "doo-doo".[1]

Taxonomía y sistemática

Fue nombrado en un primer momento Didus ineptus por Linnaeus.

En 1606 Cornelis Matelief de Jonge realizó una importante labor de descripción del dodo, y de otros animales y plantas de la isla.[11]

Se piensa que evolutivamente surgió de palomas que migraban entre África y el sudeste asiático, por esto se trataba de una peculiar ave "áptera", ya que la ausencia de depredadores hizo que no desarrollara el sistema muscular para el vuelo. Era un pariente cercano del solitario de Rodríguez, otra ave de las Mauricio que también se extinguió apenas un siglo después. Se cree que la paloma de Nicobar es el pariente más cercano todavía vivo.

Alimentación

Stanley Temple realizó una hipótesis por la que el tambalacoque, también conocido como "árbol dodo", era parte de la alimentación de los dodos, y que solo tras pasar por el tracto digestivo de uno de ellos, sus semillas podían germinar, y que el tambalacoque estaba cercano a la extinción, dada la desaparición del dodo. Para demostrar su tesis alimentó a la fuerza a pavos salvajes con 17 frutos de tambalacoque, de los que tres germinaron. Su teoría tenía ciertos puntos oscuros, como el que no se comprobó como funcionaba la germinación de otras frutas tras ser comidas por pavos, con lo que el efecto demostrado no quedo del todo claro. Además, Temple, no tomó en cuenta los informes sobre la geminación de las semillas de tamabalacoque de la germinación de otras frutas de A. W. Hill en 1941 y de H. C. King en 1946, quienes descubrieron que las semillas germinaban sin necesidad de corrosión previa, aunque muy raramente.[12][13][14][15]

El dodo y la cultura

Pintura de Roelant Savery (1628).

La historia de su descubrimiento y extinción, su extraño aspecto y la idea de que era un pájaro tonto, han convertido al dodo en un referente cultural importante y al que se hace mención desde muchas artes.

El dodo ha aparecido en diversas obras literarias:

  • Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. Aparece en el capítulo 3 de dicho libro, en donde el dodo organiza una absurda carrera en la que decide que todos han ganado y por tanto, todos deben recibir un premio.[16]
  • Diarios de Adán y Eva, de Mark Twain.
  • Animales fantásticos y dónde encontrarlos, de la escritora J.K.Rowling en el cual se dice que supuestamente el dodo es en realidad un Diricawl, un ave mágica que tiene la capacidad de aparecer y desaparecer por voluntad propia, por lo cual los muggles (personas no magos) creen que se ha extinguido, cuando en realidad vive todavía en las islas Mauricio, pero desvaneciéndose constantemente para no ser detectada por las personas.

Varios grupos y cantantes han compuesto canciones con el nombre de Dodo, como David Bowie, Genesis, Bad Religion o Dave Matthews.

Ha aparecido en la película Ice Age en la cual se resalta la "estupidez" de este animal.

El escudo de Mauricio incorpora un dodo en su parte izquierda.

El escudo de Mauricio incorpora un dodo rampante.[17]

Referencias

  1. a b c Quammen, David (1996): The Song of the Dodo: Island Biogeography in an Age of Extinction. Touchstone, Nueva York. ISBN 0-684-82712-3
  2. T. Jeffery Parker, William A. Haswell, A. J. Marshall, Jacinto Nadal Puigdefábregas. Zoología: Cordados (en español). Publicado por Reverté, 1987; pág 564. ISBN 842911839X
  3. «Raphus cucullatus». Consultado el 21 de octubre de 2008. «IUCN». 
  4. Enrique Beltrán. Enfoque ecológico y económico de la Fauna Silvestre. Publicado por el Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables, 1974
  5. Arturo Valledor de Lozoya. [La especie suicida: El peligroso rumbo de la humanidad] Publicado por Ediciones Díaz de Santos, 2000; pág 101. ISBN 8479784253
  6. a b «Scientists find 'mass dodo grave'». BBC News. 24 de diciembre de 2005. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  7. a b c «Dodo skeleton find in Mauritius». BBC News. 24 de junio de 2006. Consultado el 22 de octubre de 2008.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «fool» está definido varias veces con contenidos diferentes
  8. Kitchener, A. On the external appearance of the dodo, Raphus cucullatus. Archives of Natural History, 20, 1993.
  9. «Dodo Skeleton Found on Island, May Yield Extinct Bird's DNA». National Geographic. 3 de julio de 2007. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  10. Staub, France (1996): Dodo and solitaires, myths and reality. Proceedings of the Royal Society of Arts & Sciences of Mauritius 6: 89-122 Texto íntegro
  11. http://www.potomitan.info/dodo/c32.php
  12. Temple, Stanley A. (1977): Plant-animal mutualism: coevolution with Dodo leads to near extinction of plant. Science 197(4306): 885-886. Resumen
  13. Hill, A. W. (1941): The genus Calvaria, with an account of the stony endocarp and germination of the seed, and description of the new species. Annals of Botany 5(4): 587-606. Texto íntegro PDF (requiere cuenta de usuario)
  14. King, H. C. (1946). Interim Report on Indigenous Species in Mauritius. Government Printer, Port Louis, Mauritius.
  15. Witmer, M. C. & Cheke, A. S. (1991): The dodo and the tambalacoque tree: an obligate mutualism reconsidered. Oikos 61(1): 133-137. Resumen
  16. Carrol, Lewis. Alicia en el País de las Maravillas. 
  17. Jonathan Fryer (14 de septiembre de 2002). «Bringing the dodo back to life». BBC News. Consultado el 22 de octubre de 2008. 

Enlaces externos