Estela del portador del cactus

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Estela del portador del cactus

Lápida de piedra con personaje antropomorfo
descubierta en Chavín de Huántar en 1972.
Altura 80 cm
Ancho 70 cm
Período 750 a. C.[1]
Civilización Cultura chavín
Descubrimiento 14 de noviembre de 1972[2]
Descubridor Luis Guillermo Lumbreras
Procedencia in situ
Ubicación actual Plaza Circular, Chavín de Huántar
Registro Lápida VI-NW12[3]

La estela del portador del cactus, es un monolito o estela de una sola pieza, perteneciente a la cultura chavín del Perú antiguo (hacia 1200 a. C. a 400 a. C.) y que permanece en su emplazamiento original, en el lado noroeste de la plaza circular en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar.[1][2]​ Fue descubierta en la temporada de excavaciones de 1972 por el arqueólogo peruano Luis Guillermo Lumbreras. Es el hallazgo iconográfico más claro respecto al uso ancestral del cactus Echinopsis pachanoi en los Andes.

Ubicación

Plaza circular en Chavín de Huántar, de 21 metros de diámetro. En el cuadrante noroeste se ubican las seis lápidas encontradas en 1972. La lápida más a la derecha es la del portador del cactus.

La plaza circular de Chavín de Huántar se ubica frente al edificio denominado "B", es semi-hundida con una profundidad de 2.5 m, cuenta con dos accesos (al este y oeste) y tiene un diámetro de 21 m.[4]​ La lápida del portador del cactus fue encontrada junto a otras cuatro lápidas y se estima que en total deben haber sido 28 en cada cuadrante de los hemiciclos de la plaza.[4]

Las lápidas del cuadrante noroeste muestran seres antropomorfos como si caminasen en una procesión de derecha a izquierda hacia la escalera este, todos portando algún objeto en su mano.[5]

Debajo de esa hilada de lápidas de 80 x 70 cm se encuentra otra hilada de lápidas rectangulares de 36 x 69 cm con representaciones de felinos con motas, también avanzando en la misma dirección que los seres representados en la hilada superior.[6]

Descubrimiento

La lápida fue parte del descubrimiento de la plaza circular por el equipo de liderado por el arqueólogo peruano Luis Guillermo Lumbreras en la campaña de 1972, el 14 de noviembre,[2]​ dentro del Proyecto Chavín de Investigaciones Arqueológicas llevado a cabo entre 1966 y 1973.[7]

El 2001, durante la temporada de excavación del Programa de Investigación Arqueológica y Conservación Chavín de Huántar de la Universidad de Stanford y liderado por el arqueólogo John W. Rick, se encontró en la plaza circular un fragmento de otra estela que muestra una imagen espejo exacta del espejo del portador del cactus del cuadrante noroeste. Este fragmento muestra la mayor parte de la pierna izquierda del individuo, una serpiente colgante que desciende de el cinturón del individuo, y la estructura inferior del tallo y la raíz del cactus.[8]

La evidencia hallada con el fragmento del 2001 sugiere que la hilada superior de las lápidas también estaban presentes originalmente en el cuadrante suroeste y que las placas pueden haber sido pares emparejados, totalizando cuatro estelas con la misma representación: dos mirando hacia la derecha y dos mirando hacia la izquierda, ambas mirando hacia la escalera que desciende hacia el oeste desde la galería del Lanzón.[9]

Descripción

Dibujo de la imagen esculpida mostrando al portador del cactus con cabellos de serpiente, colmillos de felino y pupilas hacia arriba.
Fotografía de la estela con el ser antropomorfo sujetando un cactus.

La estela muestra un ser antropomorfizado con cabellos de serpientes, boca con colmillos, un cinturón con una serpiente de dos cabezas y garras, en su mano derecha sostiene un cactus de San Pedro de cuatro nervaduras.[10][11]

La descripción que hizo Lumbreras de la lápida es la siguiente:

"El personaje no tiene un rostro humano, aunque podría tener una máscara, donde el elemento más destacado son unos gruesos colmillos que rebasan los labios de una boca cuya comisura es bastante grande. El tocado es interesante; no tiene el aspecto de corona metálica de las tres primeras estelas y más bien podría parecer un turbante o una cabellera trenzada que se prolonga hacia la espalda, donde cada uno de los cabellos se convierte en serpiente. Tanto los que están encima de la frente, como los que caen detrás.
...
Ocurre también que las orejas no tienen orejeras o aretes y que en la frente se nota el ceño fruncido y, finalmente, que los labios se prolongan mucho más allá de la boca. Los colmillos son curvados hacia atrás y puntiagudos, los demás dientes son en bloque, como los de los humanos, con excepción de los que están al final de la boca, donde doblan los labios y se presentan triangulares y exentos. La pupila de los ojos subrectangulares es excéntrica y mira hacia arriba. No tiene cejas. Del cuello pende una esclavina y en la cintura hay una banda de donde penden dos serpientes. Las uñas de las manos y los pies son 3 garras en las primeras y dos en los segundos. Lleva pulseras y ajorcas. La mano izquierda está pegada al tórax y con la derecha sostiene el cactus. En la espalda hay un elemento similar a los "mantos" de los que hablamos con los músicos, pero que bien puede ser atributos alados".
Luis Guillermo Lumbreras, Chavín: Excavaciones Arqueológicas I (2007)[12]

Importancia cultural

La importancia de esta estela radica en que es el hallazgo iconográfico más claro respecto al uso ancestral del cactus Echinopsis pachanoi en los Andes.[1][13]​ El cactus es el elemento central dentro de las prácticas rituales del curanderismo norteño, práctica que se lleva a cabo hasta hoy en la parte nor occidental de Perú, en las regiones de Cajamarca, La Libertad, Lambayeque, Piura y Tumbes.[14][15][16][17]

Otras representaciones del cactus

Usar la barra de desplazamiento para ver la imagen completa.
Cerámica Cupisnique hallada en Tembladera (Cajamarca, Perú) con representación de felino y cactus.

La estela del portador del cactus no fue el primer hallazgo arqueológico en Perú relacionado con la representación del cactus: en sitios como Tembladera y Cupisnique se han hallado más de 32 representaciones en cerámicas del cactus San Pedro asociadas a felinos con manchas, serpientes y aves de rapiña.[18]​ También existen representaciones en tejidos como las del textil chamánico hallado en los alrededores del sitio Carhua en la provincia de Pisco, Ica.[19][20]

Interpretaciones respecto al uso de enteógenos en Chavín

La representación clara de plantas enteógenas en el material cultural encontrado en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar es clara respecto al uso del cactus Echinopsis pachanoi.[21]​ Existen otras evidencias que sugieren el uso de Anadenanthera colubrina, por su posible representación no solo en una estela sino también por el hallazgo de la parafernalia asociada como tabletas de inhalación, vilcanas y espátulas.[22]

El arqueólogo John W. Rick argumenta que «en los múltiples medios creados o usados —paisaje, arquitectura, decoración, luz, sonido, drogas—encuentro evidencia de una manipulación finamente sintonizada por parte de los planificadores, ejecutores y orquestadores del sitio».[23]​ En esta hipótesis, las representaciones de las plantas psicoactivas en las estelas de piedra Chavín de hace 3000 años son una evidencia de la manipulación que llevaban a cabo los miembros del culto y que el templo Chavín fue un lugar de exploración psicológica y experimentación para comprobar las reacciones de las personas ante diferentes estímulos.[24]​ A partir de ese razonamiento, Rick ve a Chavín como un lugar construido para impresionar y manipular a las personas con el objetivo de hacerlas parte de un sistema de creencias de corte religioso que sirve a la construcción de la autoridad y el poder de los miembros del culto.[25]

En cambio, los antropólogos y arqueólogos George F. Lau y Richard Burger interpretan al templo no como un centro diseñado para manipular, sino que argumentan una mayor complejidad respecto a los motivos de la construcción del lugar proponiendo a Chavín como un centro panandino importante de una red de intercambio de productos —tangibles e intangibles— y peregrinación del Formativo Tardío.[26][27][28]​ Burger también propone que las semillas de A. colubrina, al no pertenecer a los ecosistemas alrededor de Chavín, era una de las plantas enteógenas que formaban parte de ese intercambio, siendo llevada al sitio arqueológico por peregrinos y comerciantes de la selva baja.[22]

Véase también

Referencias

  1. a b c Samorini (2014): 19.
  2. a b c Lumbreras (2007): 168.
  3. Lumbreras (2007): 176.
  4. a b González-Ramírez (2014): 137.
  5. González-Ramírez (2014): 138.
  6. González-Ramírez (2014): 139.
  7. Lumbreras (2007): 13.
  8. Rick (2008): 22.
  9. Rick (2008): 23.
  10. Sharon (2004 [1978]): 62.
  11. Morris, Hamilton (18 de junio de 2012). «Desvelando los criptocactos». Vice. Consultado el 23 de abril de 2017. 
  12. Lumbreras (2007): 182-183.
  13. Schultes, Richard Evans; Hofmann, Albert (2010). Plantas de los Dioses, Orígenes del Uso de los Alucinógenos. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. p. 166. ISBN 9789681663032. 
  14. Polia Meconi (1993): 330.
  15. Pérez Villareal (2009): 90.
  16. «Buscan declarar Patrimonio Cultural usos tradicionales de planta “San Pedro”». Andina.com.pe. 10 de octubre de 2016. Consultado el 25 de abril de 2017. 
  17. Bussmann y Sharon 2015: 71.
  18. Torres (2008): 245.
  19. Cordy-Collins (1982): 145.
  20. Rick (2006): 106.
  21. Rick, John W. (2013). «Religion and Authority at Chavín de Huántar». Chavín: Peru's Enigmatic Temple in the Andes (Rietberg: Verlag Scheidegger and Spiess): 173. ISBN 9783858817310. Consultado el 26 de marzo de 2020. 
  22. a b Burger, Richard (2011-12). «What kind of hallucinogenic snuff was used at Chavín de Huántar? An iconographic identification». Ñawpa Pacha (en inglés) 31 (2): 123-140. ISSN 0077-6297. doi:10.1179/naw.2011.31.2.123. Consultado el 26 de marzo de 2020. 
  23. Rick, John W. (28 de junio de 2008). «The Evolution of Authority and Power at Chavín de Huántar, Peru». Archeological Papers of the American Anthropological Association (en inglés) 14 (1): 86. doi:10.1525/ap3a.2004.14.071. Consultado el 26 de marzo de 2020. 
  24. University, Stanford (25 de abril de 2016). «Stanford archaeologist traces the origins of authority to the Andes of Peru». Stanford News (en inglés). Consultado el 26 de marzo de 2020. 
  25. Park, William. «The Peruvian temple that hints at the origin of religion». www.bbc.com (en inglés). Consultado el 26 de marzo de 2020. 
  26. Lau, George F. (2016). An archaeology of Ancash : stones, ruins and communities in Andean Peru. p. 84. ISBN 978-1-317-48215-4. Consultado el 28 de marzo de 2020. 
  27. Burger, Richard (1992). «Sacred Center at Chavin de Huantar». The Ancient Americas : art from sacred landscapes: 271. 
  28. Burger, Richard L. (2019-06). «Understanding the Socioeconomic Trajectory of Chavín de Huántar: A New Radiocarbon Sequence and Its Wider Implications». Latin American Antiquity (en inglés) 30 (2): 373-392. ISSN 1045-6635. doi:10.1017/laq.2019.17. Consultado el 28 de marzo de 2020. 

Bibliografía