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Un informe del [[Instituto Nacional de Salud]] (agencia gubernamental estadounidense) de 2000, mostró una reducción del 85 % en el riesgo de transmisión [[VIH]] utilizando correcta y sistemáticamente el preservativo de latex.<ref>(en inglés) National Institute of Allergy and Infectious Diseases; National Institutes of Health, Department of Health and Human Services [http://www3.niaid.nih.gov/about/organization/dmid/PDF/condomReport.pdf Workshop Summary: Scientific Evidence on Condom Effectiveness for Sexually Transmitted Disease (STD) Prevention]</ref>
Un informe del [[Instituto Nacional de Salud]] (agencia gubernamental estadounidense) de 2000, mostró una reducción del 85 % en el riesgo de transmisión [[VIH]] utilizando correcta y sistemáticamente el preservativo de latex.<ref>(en inglés) National Institute of Allergy and Infectious Diseases; National Institutes of Health, Department of Health and Human Services [http://www3.niaid.nih.gov/about/organization/dmid/PDF/condomReport.pdf Workshop Summary: Scientific Evidence on Condom Effectiveness for Sexually Transmitted Disease (STD) Prevention]</ref>
[[Archivo:Condom on Obelisk, Buenos Aires.jpg|thumb|Un condón de 69 metros de altura fue puesto al [[obelisco]] porteño de [[Buenos Aires]] en el [[2005]] para conmemorar el día internacional de lucha contra el [[SIDA]].]]
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== Terminología ==
== Terminología ==
Generalmente los términos ''preservativo'', ''condón'' y ''profiláctico'' se usan de manera formal. Algunos académicos prefieren el término ''condón''. El preservativo, tanto masculino como femenimo, tiene una efectividad 97 %, en su función de "preservativo" (preservar de la [[Fecundación|concepción]]) o "profiláctico" ([[profilaxis]] de ETS o [[enfermedades de transmisión sexual]]).
Generalmente los términos ''preservativo'', ''condón'' y ''profiláctico'' se usan de manera formal. Algunos académicos prefieren el término ''condón''. El preservativo, tanto masculino como femenimo, tiene una efectividad 97 %, en su función de "preservativo" (preservar de la [[Fecundación|concepción]]) o "profiláctico" ([[profilaxis]] de ETS o [[enfermedades de transmisión sexual]]).

Revisión del 20:40 7 abr 2010

El preservativo masculino es uno de los métodos anticonceptivos más utilizados. En la imagen un preservativo enrollado sobre sí mismo con depósito para el semen antes de su colocación en el pene

El preservativo, profiláctico o condón masculino es una funda fina y elástica para cubrir el pene durante el coito, a fin de evitar la fecundación -actuando como método anticonceptivo- y/o el posible contagio de enfermedades de transmisión sexual.[1]​ Al preservativo masculino se le ha unido, desde 1993, el preservativo femenino para su inserción en la vagina.[2]

Tipos de preservativos

El preservativo, tanto femenino como masculino, es un método anticonceptivo de barrera que evita embarazos no deseados y previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual. El preservativo retiene el semen e impide toda posibilidad de unión de los espermatozoides con el óvulo y por tanto la posibilidad de un embarazo.

Preservativo masculino

Preservativo masculino desenrollado.

El condón masculino consiste en una funda que se ajusta sobre el pene erecto. Para su fabricación se usan habitualmente el látex natural y el poliuretano (utilizado básicamente en casos de alergia al látex).[3]

El preservativo masculino generalmente posee un espacio en el extremo cerrado llamado depósito, diseñado para contener el semen. Sus medidas varían de 16 a 22 cm de longitud y de 3,5 a 6,4 cm de diámetro. La medida estándar de un preservativo es de 180 mm de largo, 52 mm de ancho nominal y entre 0,06 y 0,07 mm de grosor.

Los preservativos pueden presentarse en color natural y en toda la gama del arcoiris, pudiendo ser transparentes, opacos e incluso fosforescentes. Algunos tienen estampados en su superficie. Pueden ser lisos o con texturas (anillos, tachones) para aumentar la sensación táctil; con aromas diversos (vainilla, fresa, chocolate, banana, etcétera); con formas anatómicas especiales para aumentar la comodidad y/o la sensibilidad; más largos y anchos o ajustados; más gruesos (extra fuertes) o más delgados (sensitivos); con lubricante saborizado; sin lubricar, lubricados ligeramente, extra lubricados, entre otros. Los preservativos suelen presentarse con cierta cantidad de lubricante y/o espermicida. Si fuera insuficiente puede añadirse lubricante para facilitar la relación sexual.

Preservativo femenino

Preservativo femenino.

El condón femenino disponible en Europa desde 1992, consiste en una funda o bolsa que cubre el interior de la vagina y los genitales externos. Inicialmente se hicieron de poliuretano. En la actualidad se fabrican de poliuretano, nitrilo y látex. [4]​ Además de cubrir los labios genitales y el clítoris, evita que los testículos estén expuestos a contagio o contagiar enfermedades de transmisión sexual (como el virus del papiloma humano - VPH, VIH).[2]

El preservativo femenino mide de 160 a 180 mm de largo y de 76 a 82 mm de ancho, su grosor varía entre 0,041 mm y 0,061 mm. La abertura del preservativo tiene un anillo con un radio de 65 mm. En el interior se encuentra otro anillo -no integrado estructuralmente en la bolsa- que conforma al preservativo, y que sirve para insertarlo adecuadamente en la vagina.[2]

Efectividad

El preservativo, inicialmente usado como contraceptivo, se considera básico para la protección frente a enfermedades de transmisión sexual. Diversos estudios científicos han comprobaron su utilidad en la prevención de la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Su efectividad exacta en la prevención de ETS es discutida, pues el preservativo masculino más común, el de hule látex natural, no protege al escroto ni evita las infecciones producidas por epizoonosis (piojo púbico, escabiosis), las verrugas genitales o las lesiones por virus del papiloma humano -VPH-. Por esta razón su efectividad para prevenir una ETS ronda en el 95%, mientras que su efectividad como método de control natal es más alta, hasta 97%, cuando se usa de forma apropiada.[5]

Un informe del Instituto Nacional de Salud (agencia gubernamental estadounidense) de 2000, mostró una reducción del 85 % en el riesgo de transmisión VIH utilizando correcta y sistemáticamente el preservativo de latex.[6]

Un condón de 69 metros de altura fue puesto al obelisco porteño de Buenos Aires en el 2005 para conmemorar el día internacional de lucha contra el SIDA.

Terminología

Generalmente los términos preservativo, condón y profiláctico se usan de manera formal. Algunos académicos prefieren el término condón. El preservativo, tanto masculino como femenimo, tiene una efectividad 97 %, en su función de "preservativo" (preservar de la concepción) o "profiláctico" (profilaxis de ETS o enfermedades de transmisión sexual).

En cada país se usan los términos genéricos y también algunos otros de uso coloquial o vulgar para denominar el preservativo:

  • España - preservativo, condón, goma.
  • Argentina y Uruguay - forro, preservativo.
  • Chile - condón, preservativo.
  • Colombia - condón, casco, gorrito.
  • México - condón, gorrito o máscara.
  • Perú - condón, poncho, capucha, condorito, forro, vinifan, jebe, (la palabra "jebe" se usa como sinónimo de látex).
  • Estados Unidos - rubbers ('gomas', en plural).
  • Reino Unido - johnny ('juanito') o love glove ('guante del amor').
  • Brasil - se lo llama camisinha, (en español pronunciado "camisiña").
  • Otras denominaciones: globo, paracaídas.

Historia del preservativo

El preservativo ha sido usado desde tiempos antiguos para prevenir "enfermedades venéreas" (como se les conocía antes, en honor a Venus, diosa del Amor), al igual que como método anticonceptivo.

Litografía de Nicolas François Octave Tassaert (1800-1874): Die vorsichtige Geliebte/ El amante cauteloso.

En cuanto el ser humano descubrió la relación entre el sexo y la concepción de los hijos, así como entre el sexo y la aparición de ciertas enfermedades, comenzó a utilizar secciones más o menos largas de tripas de animales con una de las puntas atada. Estos dispositivos aún hoy pueden conseguirse (construidos de manera un poco más sofisticada), debido a su capacidad de transmitir el calor corporal y por su sensación táctil, pero no son muy efectivos en la evitación de la concepción. En Egipto, al menos desde 1000 a. C. se utilizaban fundas de tela sobre el pene. La leyenda del rey Minos (1200 a. C.) hace referencia al empleo de vejigas natatorias de pescado o vejigas de cabra para retener el semen.

En el 2000, el museo Británico de Londres expuso por primera vez los preservativos más antiguos del mundo que se conservan, de alrededor de 450 años, que fueron encontrados en excavaciones hechas en los ochenta en el Castillo de Dudley, en el centro de Inglaterra. Los ejemplares expuestos corresponden a los siglos XVI, XVII y XVIII. Llama la atención que estos ejemplares son tan finos como los que se fabrican actualmente de manera industrial con látex. Estos preservativos, fabricados con intestinos de animales, están cosidos cuidadosamente en una extremidad, mientras que la otra punta tiene una cinta que permite mantenerlos apretados una vez colocados. Pero miden 34 mm de ancho (mientras que los actuales miden 52 mm, 18 mm más anchos que los antiguos ingleses).

Preservativo de ciego de animal (circa 1900) de la farmacia londinense Bell & Croyden (1798), Museo de Ciencias de Londres.

Según los expertos, esos preservativos estaban destinados a hombres que frecuentaban casas de prostitución. No se empleaban como anticonceptivos sino para evitar enfermedades venéreas, especialmente la sífilis. Se cree que antes de ser usados se sumergían en leche tibia para que se ablandaran.

Estos preservativos de tripa se fabricaban a mano, posiblemente eran muy caros y la idea era utilizarlos varias veces. No se sabe cómo es que se conservaron hasta la actualidad.

Se registran también esfuerzos por inventar preservativos de tela finamente entretejida, pero obviamente no fueron efectivos y se descontinuaron. El médico italiano Gabrielle Falopio (1523 - 1562) propuso en su libro "De morbo gallico" el uso de fundas de tela, que recubrían únicamente el glande y se anudaban con un lazo, para evitar la sífilis.

Cuando a finales del siglo XIX los ingleses comenzaron a producir preservativos de látex indio se dio un gran paso en su efectividad y fácil disponibilidad, vendiéndose en farmacias. Sin embargo, hasta mediados del siglo veinte, bastante después del fin de la Segunda Guerra Mundial (1945) en muchos países su venta estaba prohibida.

Es en el siglo XIX cuando aparece por primera vez la palabra "condón", en un libro dedicado a la sífilis, escrito por el Dr. Turner.

En Argentina, en 1947 comenzaron a instalarse dispensadores de preservativos en los espacios públicos. Tras la caída del gobierno democrático (1955) desaparecieron las fábricas de preservativos, los dispensadores y hasta los baños públicos, que fueron considerados una afrenta a la moral pública debido a que frecuentemente eran usados por homosexuales como sitio para buscar pareja.

En Estados Unidos se permitía su venta "sólo para la prevención de enfermedades". Frecuentemente su disponibilidad en una farmacia era comunicada a un potencial cliente de una manera indirecta, tal como pequeños anuncios publicitarios que hablaban de "esponjas de goma" (rubber sponge). De ahí que aún hoy en EE.UU. a los preservativos se les dice rubbers ('gomas').

En muchos países existen organismos que distribuyen de forma gratuita preservativos tanto para control de la natalidad como para prevención de ETS. Estas iniciativas encuentran oposición por parte de grupos religiosos y moralistas que se oponen a la distribución o uso de preservativos.

Uso apropiado del preservativo masculino

Uso apropiado del preservativo masculino.

El uso apropiado del preservativo mejora considerablemente su eficacia. Los preservativos masculinos más comunes se presentan enrollados sobre sí mismos y diseñados para aplicarse desde la punta del glande y desenrollarse a lo largo del cuerpo hasta la raíz del pene erecto.[7]

  • El preservativo debe ser puesto sobre el pene erecto inmediatamente después de alcanzar la erección, y antes de cualquier contacto con la vagina o el ano de la pareja.
  • Si la vagina de la pareja no produce una buena cantidad de lubricación natural, se debe usar lubricante para reducir la abrasión del preservativo.
  • El uso de lubricante es prácticamente necesario en el sexo anal, ya que la mucosa anal no genera su propio lubricante.
  • Se debe usar un lubricante apropiado dependiendo del material del preservativo. Con los condones de látex hay que usar un lubricante con base de agua y glicerina o de silicona médica, ya que el hule es soluble en petrolatos y otras sustancias presentes en la vaselina, los aceites para bebés y aceites para masaje. Los preservativos fabricados en poliuretano sí pueden usarse con cualquier tipo de lubricante, sin que se deterioren.
  • Para realizar sexo anal, se pueden conseguir preservativos especialmente diseñados para ello (más gruesos, por lo tanto más difícil de rasgarse).
  • No se recomienda el uso de preservativos de poliuretano para coito anal, porque no se ha comprobado la efectividad del poliuretano para brindar protección en estas situaciones, y hay, en cambio, evidencia de inflamación y desgarramiento del recto cuando éstos se emplean con este modo.
  • También es peligroso el uso de espermicida en prácticas anales, ya que existen estudios que demuestran que afecta a las defensas del epitelio rectal, debilitándolas, y por tanto, haciendo vulnerable al usuario a una infección transmitida sexualmente.
  • No se deben guardar los preservativos directamente en el bolsillo del pantalón, ya que la fricción y el calor corporal durante periodos prolongados tiende a debilitar el látex. Lo mismo sucede si los preservativos se guardan en la guantera del automóvil.
  • El pene se debe retirar inmediatamente después de la eyaculación, cuando todavía está erecto, ya que no hacerlo implica un riesgo innecesario.
  • Al retirar el pene de la vagina o el ano, se debe tomar con los dedos la base del preservativo para evitar que se resbale y quede dentro, con riesgo de contagio o concepción.
  • Deben lavarse las manos y el pene antes de continuar el contacto sexual con la pareja.
  • Para quien nunca antes ha usado un preservativo, es recomendable provocarse una erección y colocárselo a solas. Las mujeres también pueden practicar utilizando una verdura elongada (como, por ejemplo un pepino o una zanahoria).
  • Los preservativos son desechables, no se deben volver a usar.

Pruebas de calidad y normativa sanitaria

Los preservativos son productos sanitarios sujetos a los requisitos reglamentarios sanitarios de cada país. En Europa precisan el marcado CE para su comercialización y el cumplimiento de las normas UNE o el test RQTS (Rheological Quality Test System).[8]

En la actualidad se utilizan diversos métodos para controlar la calidad de los preservativos. Se ha popularizado la utilización de la prueba electrónica, que es general, ya que cada preservativo es sometido a este control. La prueba electrónica aprovecha las propiedades aislantes del hule y de algunas resinas sintéticas, para detectar rasgaduras o perforaciones en la superficie del preservativo. Cada unidad es montada sobre un molde metálico, el cual es sumergido en una tina que contiene una solución conductora de electricidad. Si hubiera una rasgadura o perforación, el molde de metal sobre el que está montado el preservativo recibirá una descarga. En tal caso, ese preservativo es descartado de forma automática.

Otros controles de calidad son estadísticos, como por ejemplo:

Volumen de estallido
Se mide la capacidad de aire que soporta el preservativo antes de estallar.
Presión de estallido
Se mide la resistencia a la presión sobre la superficie del preservativo.
Inspección visual de defectos
Se buscan burbujas, malformaciones o pliegues.
Suspensión con agua
Se buscan orificios no visibles, rellenando una muestra de preservativos con agua para comprobar si se filtra.
Solidez del color
Empacado y etiquetado de acuerdo a las normas del país o región de que se trate
Hermeticidad del empaque primario.

Algunas de estas pruebas se repiten, después de haber sometido a los preservativos al horno de envejecimiento, un dispositivo que reproduce en pocos días el desgaste originado por años de almacenaje.

Puede darse el caso que un mismo lote de preservativos sea sometido a los mismos controles de calidad hasta en 3 diferentes ocasiones: por el fabricante, por un laboratorio independiente y por los respectivos ministerios de salud de cada país, para asegurar una máxima eficiencia y el menor riesgo para los usuarios.

Ventajas e inconvenientes

Ventajas
  • Son muy accesibles y no necesitan prescripción médica.
  • No tienen efectos secundarios.
  • Pueden ser utilizados como método anticonceptivo complementario.
  • Protegen contra algunas enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el VIH.
  • Después de abandonar su uso, se recupera inmediatamente la fertilidad.
Inconvenientes
  • Puede atenuar la sensación sexual tanto en los hombres como en las mujeres.
  • Es necesario una buena colocación para que su efectividad sea alta.
  • La mayoría no pueden ser utilizados si se tiene alergia al látex.
  • No protege contra el virus de papiloma humano HPV, ya que el virus no se encuentra en los fluídos corporales (semen, etc.) sino en la piel del área genital.

Consecuencias para el medio ambiente

Condón usado tirado en la calle.

Aunque sean biodegradables, los preservativos de látex interactúan negativamente con el medio ambiente si se les da un "fin de uso" incorrecto. Se estima que entre 61 y 100 millones de preservativos en Gran Bretaña únicamente, acaban flotando en las aguas de los ríos y mares. Mientras se autodestruyen, la naturaleza lo padece porque se posan en los arrecifes de coral evitando su crecimiento y la vida en ellos. Los animales marinos también pueden confundir el objeto con alimento, llegando a resultar negativo para su existencia.

Referencias

Véase también

Enlaces externos