Diferencia entre revisiones de «Santísima Trinidad»

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#Grupos cristianos independientes como los [[Cristadelfianos]] o los [[Testigos de Jehová]]
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====Los Testigos de Jehová====
Alegan que la Biblia no da a entender bajo ninguna circunstancia la doctrina de la trinidad. Dicen que Jesús nunca se refirió a Dios como una deidad que consistiera en una pluralidad de personas, de hecho de acuerdo con sus palabras en el evangelio de Juan 6:38 “bajó no para hacer su propia voluntad, sino la voluntad del que lo envió” y explicó que ningún hombre ha “visto al Padre salvo aquel que es de Dios”, es decir Jesús. (Juan 6:46) También explican que cuando Jesús clamó al momento de su ejecución: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Porque me has abandonado?” era obvio que no creía que el mismo fuera Dios al igual que su declaración registrada en el evangelio de Marcos 13:32 donde dijo respecto al día y hora del fin del sistema actual que “nadie sabe nada, ni los Ángeles en el cielo, ni el hijo, sino sólo el padre”.

También el apóstol Juan escribió que “A Dios (Jehová) ningún hombre lo ha visto jamás, el dios unigénito (Jesús) que esta en posición del seno para con el Padre es el que lo ha explicado”. (Juan 1:18)

Dicen que esto esta en concordancia con el relato del libro bíblico de éxodo en el que Dios le dijo al profeta Moisés que “ningún hombre puede verlo y sin embargo vivir” (Éxodo 33:20)

Los testigos de Jehová aseguran que los cristianos del I siglo no tenían ninguna doctrina similar a la trinidad, según ellos este pensamiento se refleja en las palabras del Apóstol Juan cuando vuelve a asegurar que “Nadie ha contemplado a Dios nunca” (1 Juan 4:12) No consideran que la Biblia se contradiga en esta doctrina por lo que afirman las palabras de Jesús en el evangelio de Juan "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:30), mas bien, afirman que Dios y Cristo están unidos en propósito y en un vinculo padre e hijo y no como personas físicas. Para explicarlo con más detalle hacen referencia a las palabras de 1 de Juan 4:16 donde dice que la persona “que permanece en el amor, permanece en unión con Dios, y Dios permanece en unión con Él”, es decir que cualquier ser humano puede estar en unión con Dios mediante el vinculo del Amor tal como Jesús estaba en unión con su Padre.

A Jesús le asignan títulos como Padre eterno, por salvar a la humanidad del pecado. Príncipe de paz, por el papel que cumple en el propósito de Dios. También se le asigna el titulo “dios poderoso” pero no todopoderoso ya que aquella denominación se la asignan a Jehová. El hecho de que se le diga dios (con minúscula) para los testigos no quiere decir nada, ya que Satanás también recibe el titulo de “dios de este sistema de cosas”. Los testigos de Jehová aseguran que la doctrina de la trinidad es pre-cristiana y procede de culturas como la egipcia, con su triada de horus, Osiris e Isís (2.000 a.c), Babilónica, con su triada de Istar, Sin y Asmas entre otras.



==== Pentecostales de la [[Unicidad de Dios]] ====
==== Pentecostales de la [[Unicidad de Dios]] ====

Revisión del 21:49 12 jun 2009

La Trinidad. Icono de Andréi Rubliov. 1410. Galería Tretyakov. Moscú.

La Trinidad es la creencia central sobre la naturaleza de Dios del cristianismo católico, del cristianismo ortodoxo y de la mayoría de las denominaciones protestantes. Afirma que Dios es un ser único que existe simultáneamente como tres personas distintas o hipóstasis, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El término es una palabra compuesta de "tres" y "Unidad" es decir "Tres en uno", Tri-unidad, Trinidad. La palabra "Trinidad" como tal, no aparece en las Escrituras (la Biblia).

La Iglesia Católica Romana dice: “La Trinidad es el término con que se designa la doctrina central de la religión cristiana [...] Así, en las palabras del Credo de Atanasio: ‘el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo no hay tres Dioses, sino un solo Dios’. En esta Trinidad [...] las Personas son co-eternas y co-iguales: todas, igualmente, son increadas y omnipotentes. [...]"(The Catholic Encyclopedia).

La Iglesia Ortodoxa Griega dice de la Trinidad lo siguiente: “Dios es trino y uno. [...] El Padre es totalmente Dios. El Hijo es totalmente Dios. El Espíritu Santo es totalmente Dios” (Our Orthodox Christian Faith).

The Catholic Encyclopedia afirma que es un dogma y a la vez un misterio como sigue: “Un dogma tan misterioso presupone una revelación divina”.

Origen

En el año 215 d. C., Tertuliano fue el primero en usar el término Trinidad (aunque algunos autores difieren y afirman que Teófilo fue el primero en usar este término y Tertuliano lo acuñó).

Sin embargo, cabe la interpretación de que la doctrina de tres personas divinas distintas estaba ya implícita en el Símbolo de los Apóstoles que se usaba en las antiguas liturgias bautismales de las comunidades cristianas de Roma y se cree se remonta hasta la época apostólica, aunque esto no esta confirmado[cita requerida]

Es uno de los puntos más complejos y polémicos de la teología cristiana, sobre todo con respecto a la naturaleza del Hijo (Jesús) y a la relación de la segunda y tercera persona con el Padre (véase Filioque).

En los documentos de los Padres de la Iglesia anteriores al Concilio de Nicea se encuentran referencias frecuentes al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, aunque la relación que existe entre ellos es confusa o puede interpretarse de diversas maneras. Así, Ignacio de Antioquía afirma que los fieles debe subordinarse a sus obispos "como Jesucristo al Padre, según la carne, y los apóstoles a Cristo y al Padre y al espíritu, a fin de que exista unidad carnal y espiritual" (Epístola a los Magnesios, 13), mientras que Teófilo de Antioquía (siglo II) dice en su Apologia ad Autolycum (II,15) que "los tres días que preceden a la creación de los luminares son símbolo de la tríada de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría".

La doctrina del Concilio de Nicea fue concebida para normalizar las enseñanzas del cristianismo, entonces aún escasamente institucionalizadas y por lo tanto en ocasiones sujetas a fuertes variaciones regionales. El Concilio de Nicea se convocó para establecer una doctrina oficial única (Credo) y condenó aquellas enseñanzas que quedaron excluidas del mismo, principalmente la de Arrio, que afirmaba que el Hijo era la primera creación de Dios y que, aunque existía desde antes del inicio de los tiempos, no era Dios mismo. Las conclusiones alcanzadas por el concilio se expresaron en un texto que especificaba todo lo que debía creer un cristiano para ser considerado tal; sobre todo las nociones relativas a la relación entre las potencias divinas, y en eso especialmente la naturaleza divina de Jesús, su génesis por el Padre y la naturaleza del Espíritu Santo. [cita requerida] Otras doctrinas presentes en las comunidades cristianas que quedaron excluidas del credo de Nicea y concilios posteriores fueron las que estaban influidas sobre todo por el gnosticismo y el neoplatonismo.[cita requerida]

La definición del Concilio de Nicea, sostenida desde entonces con mínimos cambios por las principales denominaciones cristianas, fue la de afirmar que el Hijo era consustancial (ὁμοούσιον, homousion, literalmente "de la misma sustancia (que)") al Padre. Esta fórmula fue cuestionada y la Iglesia pasó por una generación de debates y conflictos hasta que la "fe de Nicea" fuese reafirmada en Constantinopla en 381.[cita requerida]

Concilio de Constantinopla y otros concilios

En Nicea toda la atención fue concentrada en la relación entre el Padre y el Hijo, inclusive mediante el rechazo de algunas frases típicas arrianas mediante algunos anatemas anexados al credo; y no se hizo ninguna afirmación similar acerca del Espíritu Santo. Pero, en Constantinopla (381) se indicó que éste es adorado y glorificado junto con Padre e Hijo (συμπροσκυνούμενον καὶ συνδοξαζόμενον), sugiriendo que era también consustancial a ellos. Esta doctrina fue posteriormente ratificada por el Concilio de Calcedonia (451), sin alterar la substancia de la doctrina aprobada en Nicea.[1]

Exposición de la doctrina trinitaria

La escritura y doctrina cristiana descansa en el monoteísmo (un solo Dios), por lo tanto había que ajustarla a lo que decía la Escritura con respecto al Padre, al Hijo y el Espíritu, sin caer en el politeísmo, ni tampoco modificando la Escritura por conveniencia (Eisegesis). Los teólogos de los primeros siglos del Cristianismo elaboraron explicaciones que generaron varias corrientes de pensamiento y una intensa polémica. Esta polémica se acentuó durante el reinado del emperador Constantino I, cuando los dirigentes de la Iglesia comenzaron a contar con el apoyo imperial y tuvieron que precisar cuál debía ser la doctrina compartida por las diversas comunidades cristianas. En contraposición tanto frente a las posiciones subordinacionistas (principalmente los partidarios de Arrio) como a las modalistas, algunos teólogos llegaron a la conclusión de que, si estas tres personas compartían diferentes cualidades y características divinas exclusivas de Dios (señorío, eternidad, omnisciencia, omnipresencia, santidad, etc.), se tendría que utilizar la formula matemática 1x1x1=1 en vez de 1+1+1=3, ya que ésta rompe el monoteísmo de Dios y se convierte en politeísmo o henoteísmo.

En la Biblia se encuentran alusiones tanto al Padre como a Jesús y al Espíritu Santo, en las que puede interpretarse que poseen los atributos exclusivos de Dios. Se presentan como fundamento diversas referencias a Dios gramaticalmente en plural. Por ejemplo: "Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza..."(Gen. 1, 26); en el mismo sentido Gén 11,5-9; "(...) El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal (...)"(Gén. 3. 22). “Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Yahvé el Señor, y su Espíritu”. "Yo oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Yo respondí: "¡Aquí estoy: envíame!" (Isaías 6. 8). También se presenta como argumento la utilización de la palabra Elohim, que es plural, para referirse a Dios. En el Nuevo Testamento encontramos a Juan 1, 1: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”; el reconocmiento de Tomás hacia Jesús "Señor mío y Dios mío" (Juan 20, 28); el bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mat. 28, 19); el reconocimiento de la omniscencia de Jesús, atributo de Dios (Jn. 21,17; Jn. 16,30); "el que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Jn. 14.9); "yo estoy en el Padre y el Padre está en mí" (Jn. 14, 11); "Todo lo que tiene el Padre es mío" (Jn. 16,15); la acusación de los judíos de hacerse Jesús igual a Dios (Jn. 5, 18); la atribución de Jesús de autoridad (Mat. 5, 21-22); cuando Pedro dice que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios (He. 5, 3-4).

Además de la polémica sobre la naturaleza de Jesús —si era humana, divina, o ambas a la vez—, de su origen —si eterno o temporal— y de cuestiones similares relativas al Espíritu Santo, el problema central del dogma trinitario es justificar la división entre "sustancia" única y triple "personalidad". La mayoría de las iglesias protestantes, así como las ortodoxas y la Iglesia Católica, sostienen que se trata de un misterio inaccesible para la inteligencia humana.

Personas de la Trinidad

Según esta doctrina:
  • El Padre. Es increado e inengendrado.
  • El Hijo. No es creado sino engendrado desde antes de todos los siglos por el Padre.
  • El Espíritu Santo. Procede del Padre y del Hijo (según la teología occidental) o sólo del Padre (según las Iglesias Ortodoxas).

Según el Dogma católico definido en el Primer Concilio de Constantinopla (381), las tres personas de la Trinidad son realmente distintas pero son un solo Dios verdadero. Esto es algo posible de formular pero inaccesible a la razón humana, por lo que se le considera un misterio de fe. Dios no es creado, Dios "es", no está limitado por el espacio ni el tiempo. El Espíritu Santo es Dios y no una fuerza como pretenden otros grupos minoritarios, por lo tanto, el Espíritu Santo es una persona y como tal tiene cualidades. En clases de catequesis se suelen utilizar símiles sencillos para entender la trinidad, por ejemplo, comparándola con el agua, pues el agua tiene tres estados: sólido,líquido y gaseoso, pero en cualquiera de los tres sigue siendo agua, aunque este ejemplo no aclara la problemática de la relación entre las personas divinas. Agustín de Hipona, por su parte, comparó la trinidad con la mente, el pensamiento que surge de ella y el amor que las une[1]. Finalmente, otros teólogos clásicos, como Guillermo de Occam, afirman la imposibilidad de la comprensión intelectual de la naturaleza divina y postulan su simple aceptación a través de la fe[2].

Perspectiva de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino usaba una imagen para ilustrar misterio de la Trinidad:

  • Todo ungido presupone por lo menos tres elementos: El que unge, el ungido y la unción.
  • Siendo Jesús el Mesías, el Cristo, es decir, el ungido de Dios, podemos hacer referencia a tres personas:
  1. El que unge: sería Dios Padre.
  2. El ungido: sería Dios Hijo.
  3. La unción: sería Dios Espíritu Santo.

Interpretaciones de otras iglesias cristianas

Las iglesias no trinitarias

Dentro del cristianismo existen varias corrientes que consideran que la Trinidad no es una doctrina que se encuentre en los textos evangélicos ni en el mensaje de Jesús. Ellos consideran que la trinidad es producto del desarrollo teológico en siglos posteriores, bajo influencia del pensamiento filosófico griego,[2]​ y constituye una deformación de las enseñanzas cristianas originales. Estos grupos son:

  1. Los Pentecostales del Nombre de Jesucristo que defienden la doctrina de la Unicidad de Dios,
  2. El unitarismo o Iglesias unitarias, y
  3. Grupos cristianos independientes como los Cristadelfianos o los Testigos de Jehová

Pentecostales de la Unicidad de Dios

Los pentecostales del nombre de Jesucristo o apostólicos (ver iglesias pentecostales) son grupos cristianos carismáticos que profesan la Unicidad de Dios. Ellos conciben a Dios como un Espíritu absolutamente único e indivisible, eterno, perfecto en santidad y atributos, que no comparte su gloria con nadie y que no es una pluralidad de personas. Creen además que ese único Dios fue manifestado en carne como un hijo, como un hombre, a fin de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte (Hebreos 2:14-15). Por eso afirman que Jesús es el Dios único, es decir, el Dios único viniendo y salvando, Dios mismo puesto a favor de la humanidad.

Para los pentecostales del nombre de Jesucristo, apostólicos o creyentes en la Unicidad de Dios, Jesús (el Dios único) se manifestó simultáneamente como Padre y como Hijo, pues Jesús enseñó: "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30), y por eso el que confiesa al Hijo tiene también al Padre (1. Juan 2:23). Así, Jesús era ambos, Dios y hombre, Padre e Hijo, pues el Dios único fue manifestado en carne. Fue Dios por naturaleza, y fue hombre porque en su humanidad nació de mujer (Galatas 4:4).

En cuanto a su divinidad, Jesús es el único Dios y Padre eterno, pero en cuanto a su humanidad, Jesús es el Hijo de Dios o el ser humano que nació por la volutad del Padre. El término Hijo de Dios siempre está relacionado con la humanidad de Jesús, es decir a Dios manifestado en carne. Jesús es a la vez ambos, el Padre y el Hijo.

Unitarismo o Iglesias unitarias

Artículo principal: Unitarismo

Las iglesias y congregaciones unitarias surgieron en el siglo XVI como parte del ala radical de la Reforma protestante y su teología ha evolucionado, desde variantes de sabelianismo y arrianismo en sus orígenes, como las defendidas por autores tales como Miguel Servet y Fausto Socino, a un cristianismo ético y racional que evitaba todo tipo de dogmas y finalmente a formas de humanismo abierto a expresiones religiosas no únicamente cristianas.

Otros grupos no trinitarios de origen cristiano

Algunos grupos cristianos no específicamente pentecostales que surgieron en la segunda mitad del siglo XIX tienen una teología no trinitaria. Entre éstos se cuentan los Testigos de Jehová quienes afirman que Jesus es el testigo fiel (Rev. 1:5-3:14) o los Adventistas previo a su ingreso en el Concilio Mundial de Iglesias.

Por su parte, los Cristadelfianos sostienen que Jesús es hijo de Dios en cuanto a que fue engendrado en María por el poder de Dios, pero que es humano por naturaleza y no tuvo preexistencia consciente antes de nacer sino solo en los planes de su Padre, el Yahweh de la fe judía. Ese poder de Dios impersonal, es para los cristadelfianos llamado en las escrituras el Espíritu Santo.

Una postura idéntica respecto a Dios y Jesús es sostenida por la Iglesia de Dios (fe de Abraham), la Iglesia de Dios (fe abrahamica), la Meggido Church, las organizaciones Judías Mesianicas y diversas iglesias denominadas "unitaristas bíblicas" de los Estados Unidos. Todas estas corrientes basan su fe en una interpretación literal de las escrituras Hebreas (antiguo testamento) y Griegas cristianas (nuevo testamento) y generalmente revindican el cristianismo primitivo previo al concilio de Nicea, así como a diversos grupos de disidentes a lo largo de la historia que mantuvieron una fe similar (ciertos monarquianistas, socinianos, ciertos anabaptistas, lolardos, ciertos albigenses, etc).

Finalmente, las iglesias Unidad (Unity), derivadas de la corriente llamada del Nuevo Pensamiento, que pone su énfasis en la presencia de la divinidad en todas las personas y la curación a través de la fe, afirman que Dios estaba presente en Jesús del mismo modo que está en cualquier ser humano, y por lo tanto no tiene sentido hacer distinciones sobre su persona que conduzcan a especulaciones de tipo trinitario.

La Trinidad en la teología mormona

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree que la Trinidad (o la Deidad) está integrada por tres personajes distintos y separados físicamente: Dios el Eterno Padre, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo (Véase en «Artículo de Fe 1». ), el cual lo hace diferente al concepto propuesto en el concilio de Nicea.

Acorde a la revelación de los últimos días y por conducto de José Smith, hijo, el profeta, esta Iglesia enseña que el Padre y el Hijo tienen cuerpos tangibles de carne y huesos, mientras que el Espíritu Santo es un personaje de espíritu sin carne ni huesos (Véase en «D y C 130:22». ). Estos tres personajes se entienden como “uno” en el sentido de perfecta unidad y armonía de propósito y doctrina (Véase en «2 Nefi 31:21». ; «3 Nefi 11:27, 36».  y en «Juan 17:21–23». ).

Referencias

  1. Textos originales en "The Oecumenical Documents of the Faith", T. erbert Bindley, 4ª ed. rev. F.W. Green, London
  2. Véase, por ejemplo, la argumentación en este sentido de Miguel Servet en su Restitución del Cristianismo, en Obras Completas, Vols. V y VI, Prensas Universitarias, Zaragoza, 2007.

Enlaces externos