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Revisión del 17:45 3 jun 2010

Lebrija
municipio de España


Bandera

Escudo

País  España
• Com. autónoma  Andalucía
• Provincia  Sevilla
Ubicación 36°55′10″N 6°04′41″O / 36.919444444444, -6.0780555555556
• Altitud 36 m
Superficie 375,20 km²
Fundación Fundada por los Fenicios
Población 27 727 hab. (2023)
• Densidad 73,05 hab./km²
Gentilicio lebrijano, na
nebricense
nebrijano, na[1]
Código postal 41740
Alcaldesa María José Fernández Muñoz (PSOE)
Sitio web www.lebrija.es

Lebrija es un municipio español de la provincia de Sevilla, Andalucía. En el año 2008 contaba con 26.046 habitantes. Su extensión superficial es de 372 km² y tiene una densidad de 69,42 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 36º 55' N, 6º 04' O. Se encuentra situada a una altitud de 36 metros y a 78 kilómetros de la capital de provincia, Sevilla.

Es la patria de Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática española.

Geografía

El municipio está enclavado en la comarca de las Marismas del Guadalquivir, los municipios más cercanos son Las Cabezas de San Juan, Trebujena, Arcos de la Frontera, Jerez de la Frontera y El Cuervo de Sevilla.

Su situación geográfica le da una posición estratégica preferente al estar en el centro de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva.

Lebrija es sede actual de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, sita en el camino de San Benito.

Dentro del término municipal, todavía se conserva en su centro neurálgico numerosas reliquias de su pasado musulmán.

Historia de Lebrija

Candelabros de Lebrija (s. VII a. C.)

Cuenta una leyenda que el origen de Lebrija es mitológico: el dios Baco la fundó cerca de la ribera del Océano Atlántico. En su casco histórico se han encontrado restos arqueológicos de un poblado calcolítico. Sin embargo, la fundación de la ciudad según distintos autores se atribuye a los fenicios (la llamaron Lepriptza) y a los tartessos (Nebrissa). De estos últimos se han encontrado en la localidad seis timiaterios de oro llamados Candeleros o Candelabros de Lebrija, fechados en el siglo VII a. C. y actualmente conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Se supone que en sus orígenes Nebrissa fue un puerto del Lacus Ligustinus, bajo cuyas aguas permanecían muchas de las tierras de marismas hoy existentes en el Bajo Guadalquivir.

Su importancia en época de fenicios y romanos (éstos en el siglo I a.C. la llaman Veneria en alusión a la abundante caza mayor que proporcionaba esta región) se demuestra por el hecho de que acuñó moneda propia, llegando a la categoría de municipio de derecho latino bajo dominación romana.

Tras el oscuro paso de los visigodos, al producirse la invasión de la Península por los árabes en el 711 d. C., Lebrija pasó a su poder después de la Batalla del Guadalete y recibió el nombre de “Lebri-sah”.

Fue conquistada por Fernando III el Santo en 1249 (aunque los musulmanes todavía intentarán recuperarla en dos ocasiones posteriores 1263 y 1340).

A finales de octubre de 1255 el infante Enrique de Castilla "el Senador", hijo de Fernando III el Santo, apoyado secretamente por Jaime I de Aragón, se levantó en armas contra su hermano Alfonso X el Sabio, atacando desde sus ciudades de Arcos y Lebrija las tierras del rey, al tiempo que otros nobles, descontentos con Alfonso X, atacaban el reino desde las tierras de Vizcaya. Alfonso X envió a combatir combatir contra el infante a Nuño González de Lara "el Bueno", quien le derrotó en una batalla campal, librada en las cercanías de Lebrija, y en la que las tropas alfonsinas vencieron gracias a la llegada de los refuerzos comandados por Rodrigo Alfonso de León, hijo ilegítimo de Alfonso IX de León.[2]​Después de su derrota, el infante Enrique se refugió en Lebrija, pero no pareciéndole un lugar seguro, buscó refugio en el reino de Aragón.[3]

En 1264 el rey Alfonso X el Sabio la incorporó al reino de Castilla y León, y en 1924 se le concede el título de ciudad. El núcleo urbano de Lebrija se asienta sobre las laderas que rodean el cerro del Castillo, con forma alargada en el sentido este-oeste. Está delimitado en tres de sus caras (sur, oeste y norte) por fuertes escarpados que imposibilitan la urbanización. El cerro constituye desde sus orígenes una vieja acrópolis fortificada. En la primera fase del dominio romano se reutiliza la fortaleza existente, pero en la época imperial el núcleo comienza a crecer extramuros en la única dirección posible (el este), coincidente con el camino de Sevilla.

Durante la dominación musulmana se reutiliza la ciudad intramuros, se reconstruye la muralla romana en todo su perímetro y se deforma la trama clásica, que adquiere la típica imagen árabe. El crecimiento extramuros se produce a partir del siglo XV con la construcción junto a la Puerta de Sevilla del Barrio Nuevo. Pero la expansión moderna comienza en el siglo XVIII urbanizando la calle perpendicular a la puerta principal, desde la Plaza del Arco hacia el este (calle Corredera) y su paralela por el sur (actual calle Andrés Sánchez de Alba). Durante el siglo XIX la actual Plaza de España se constituye en centro de la ciudad moderna. Surgen de forma radial calles frente a las tres puertas de la ciudad histórica, al tiempo que se renueva la ciudad intramuros. A finales del XIX, se construye el ferrocarril al oeste del núcleo y en dirección norte-sur, constituyendo un límite al crecimiento urbano hacia la marisma.

En la primera mitad del siglo XX se produce la colmatación de las manzanas originadas en los dos siglos anteriores por las calles radiales y sus correspondientes transversales. El crecimiento del área urbanizada es mínimo, sobre todo en comparación con el que se produce desde los años 50. A partir de entonces, el desarrollo se orienta sobre todo hacia el norte, siguiendo el camino que une la ciudad vieja con la estación, y hacia el noreste, en los bordes de la salida a Sevilla. La tipología edificatoria es abierta, a base de bloques y promoción por polígonos (caso de la barriada Blas Infante). El único eje urbano de gran dimensión es la Avenida de Andalucia, situada sobre el camino de la estación, y que da continuidad al eje norte-sur de la ciudad histórica.

Economía

Lebrija desde el término de Trebujena.

Su principal fuente de ingreso es la agricultura, destacando la remolacha azucarera como cultivo de regadío fundamental junto con el algodón y el trigo como principal cultivo de secano. También se puede destacar en cuanto a los cultivos, la implantación de productos hortofruticolas.

Lebrija también es conocido por su gran tradición alfarera.

El 18 de febrero de 2009, se convierte en la primera localidad de España donde tiene lugar una huelga general a causa de la crisis económica desatada a finales de 2008. [4]

Deportes

Fútbol

Como hecho histórico, cabe resaltar el ascenso del equipo lebrijano de fútbol Club Atlético Antoniano a Tercera División.

El lebrijano Juan Ramón López Caro entrenó al primer equipo del Real Madrid C.F., tras pasar por equipos como la Unión Balompédica Lebrijana, el Lebrija CD, Los Palacios, etc, llegó al Real Mallorca B, con quien logró su primer gran éxito deportivo: el campeonato del Grupo IV de Segunda B. Tras esto, aterriza en el Real Madrid, donde pasa a dirigir al Real Madrid B, primer filial madridista y que tiene como objetivo después de varias temporadas, regresar a Segunda División.

Durante las cinco temporadas siguientes a su llegada al Real Madrid, Juan Ramón López Caro lleva al filial blanco a disputar la fase de ascenso a Segunda División hasta en tres ocasiones. La última y definitiva se disputó el 26 de junio de 2005, cuando el Real Madrid B lograba el ascenso a la categoría de plata. En su banquillo comenzó la siguiente temporada logrando unos números muy optimistas, pero el destino quiso que, tras la destitución de Vanderlei Luxemburgo, se hiciera cargo de la primera plantilla del Real Madrid. Su estreno fue en Liga de Campeones, ante el Olympiakos, y en Liga ante el Málaga, donde ganó por 0-2. La temporada 05-06 finalizó con el Real Madrid como segundo clasificado.

No ha sido único este hecho marcado en la historia del fútbol lebrijano ya que, por tercera vez en su historia, este club ha conseguido en la temporada presente retornar a la 3ª División Nacional al proclamarse campeón del Grupo II de la 1ª División Andaluza.

Otros deportes

Además de esto, en Lebrija hay numerosos deportistas que merecen ser reconocidos en diversas modalidades deportivas:

En Taekwondo, la lebrijana Ida Romero es una experta en competiciones nacionales, habiendo obtenido un tercer puesto, un cuarto y dos quintos, el último esta misma temporada.

En Atletismo, el joven Ángel Caro, un futbolista reconvertido a atleta, ha conseguido en apenas dos años entrenándose colarse entre los mejores del país en su categoría. En su última participación en el Campeonato de España, quedó undécimo, un puesto prometedor, si tenemos en cuenta que fue quinto entre los nacidos en 1992.

Esto no es nada nuevo, ya que desde hace años, deportistas lebrijanos han triunfado en sus respectivos deportes, como son los casos de Benito Doblado en baloncesto o “Pepín” en fútbol (llegó a jugar en el Valencia CF y en el Salamanca, ambos en 1ª División Española).

Los jugadores de futbol Juan Cala y Miguel Angel Cordero ya han debutado en segunda division del fútbol español.

Dentro del fútbol y hasta enero del 2009, han debutado tres jugadores en primera división, Sergio Tejero (Recreativo de Huelva), Miguel Ángel (R.C.D Espanyol y Real Betis Balompié) y Pepín (Valencia CF). Cuatro en segunda división, Francisco José Cordero "Rubio" (Barcelona B), Pepichi Torres (Hercules CF, Xerez Deportivo),Miguel Ángel Cordero (Sevilla B), Juan Torres Ruiz "Cala" (Sevilla B). Varios en Segunda B, Francisco (Almeria pvo, Xerez dpvo), Emilio Mendaro (Betis B), Juan Cala (Sevilla Atlético), Tejero (Almería pvo), Abel Carmona (Club Polideportivo Ejido, Betis B), Rafa Caro (Xerez Depaotivo), y numerosos en Tercera División.

Dos han sido hasta ahora los internacionales, Rubio y Juan Torres Ruiz "Cala", ambos Sub-19.

También Lebrija cuenta con un gran club de balonmano, Asociación Deportiva Balonmano Lebrija C.D., aunque el nombre de los conjuntos senior y juvenil es el de Cooperativa Las Marismas BM Lebrija. El equipo senior milita en la categoría 1ª Territorial Andaluza.

Monumentos

Ayuntamiento de Lebrija.
Típica calle lebrijana, con la torre de la iglesia de Santa María de la Oliva al fondo
  • La Iglesia de Nuestra Señora de la Oliva
  • La Iglesia de Santa María de Jesús
  • La Iglesia de San Francisco
  • La Capilla de la Vera Cruz
  • La Capilla de Nuestra Señora de la Aurora y la Capilla de Belén
  • La Iglesia del Convento de las Concepcionistas
  • Calle de las Monjas
  • Ruinas del Castillo
  • Casa de la Cultura
  • Estatua de Elio Antonio

Fiestas

Cruces de Mayo

  • La Fiesta de las Mujeres

Las Cruces de Mayo de Lebrija se conocen como la fiesta de las mujeres, por la enorme participación de las mujeres lebrijanas en esta fiesta de gran tradición popular, que se celebra durante los dos primeros fines de semana de mayo.

Las Cruces de Mayo han sido declaradas fiestas de interés turístico nacional de andalucía, por su carácter único y su peculiar puesta en escena de los valores y tradiciones populares más arraigadas. Las vecinas y vecinos de la localidad “visten” la Cruz, alrededor de la cual se baila y se canta durante toda la noche. La gastronomía específica, la ornamentación característica de la Cruz, así como la participación masiva de los lebrijanos mantiene la fiesta viva en la calle.

  • Gastronomía

La gastronomía ocupa un lugar importante en las Cruces de Mayo: se consumen las habas corchas (habas hervidas con sal que se comen frías) y los caracoles blanquillos de las marismas, con pocos condimentos, pero que requieren una laboriosa preparación. Todo ello, acompañado del vino y la manzanilla elaborados en Lebrija.

  • Ornamentación

Los elementos tradicionales que se utilizan para “vestir” la Cruz son: las macetas, los utensilios de metal y las guirnaldas de flores. Todos estos objetos son aportados por las propias vecinas, que cubren las paredes con colchas antiguas. Lo más bonito es ver cómo cada vecina deja para la Cruz las mejores macetas de sus patios, así como los objetos de decoración de sus casas.

  • La Fiesta de la Cruz.

El ritual de estas fiestas, en un principio alrededor de un árbol y después de la Cruz, se sitúa en las celebraciones paganas en honor a la Diosa Maia (de donde deriva el nombre del mes de Mayo), a la que se atribuye el culto a la fertilidad.

En Lebrija, las Cruces de Mayo tienen un marcado sentido de participación popular. Las personas se desplazan de Cruz en Cruz, y son atendidas por los vecinos de las barriadas. Lo más tradicional es “vestir” una hornacina, un elemento arquitectónico que se encuentra en las fachadas de algunas casas lebrijanas y donde se sitúa una Cruz durante todo el año.

  • Sevillanas Corraleras

En las Cruces de Mayo se conserva la tradición de las Sevillanas Corraleras, con letras picantonas y relacionadas con las tareas del campo. Estas sevillanas se cantan a compás de los instrumentos musicales propios de las fiestas: el almirez, la pandereta y las palmas. El almirez es el mortero utilizado para moler las especias. Durante las Cruces se concierte en un elemento singular y su ritmo impregna de alegría estas sevillanas corraleras.

Caracolá Lebrijana

Inventada por el popular cantante de Lebrija(Juan Peña EL LEBRIJANO).Noche flamenca donde se da a conocer el cante de todo aquel cantante invitado a esta fantástica gala.

Los Juas

La noche de San Juan es conocida y celebrada mundialmente como la más corta del año, coincide con el solsticio de verano simbolizando el triunfo de la luz sobre la oscuridad y el paso de la primavera al verano. El nombre de esta fiesta rinde homenaje al nacimiento de San Juan Bautista el 24 de junio cuyo padre, Zacarías, anunció su nacimiento encendiendo hogueras. Desde tiempos inmemorables se han practicado en esta noche todo tipo de ritos vinculados a la purificación, la fecundidad, la solicitud de la buena suerte y el alejamiento de la mala. Para conseguirlo, el fuego y el agua juegan un papel importante como símbolos de renovación y purificación. En los rituales de esta noche mágica los protagonistas principales son el agua y las hogueras que se encienden para que nos preserven de todo mal. Cuenta la leyenda que sus cenizas curan las enfermedades de la piel y que es conveniente saltar la hoguera un mínimo de tres veces para tener buena suerte durante todo el año.

Muchas y variadas son las celebraciones, costumbres y rituales en esta noche tan señalada. Celtas e íberos pensaban que las fuentes eran curativas, por lo que se cree que todas las aguas que se toman en la noche de San Juan son beneficiosas, incluso algunas personas se bañan de madrugada desnudas en ríos o en el mar.

En Lebrija existe una forma original de celebrar esta fiesta en la que los vecinos participan activamente construyendo grotescos muñecos de trapo llamados Júas que se exhiben en calles y plazas de la ciudad para ser quemados a las doce de la noche del 24 de junio. Estos representan a personajes famosos de nuestra sociedad o escenas de la vida cotidiana, y suponen una mirada satírica y llena de humor, la ridiculización de los temas sociales que protagonizan la actualidad.

Otras Fiestas

  • Feria y Fiestas Patronales
  • Semana Santa
  • Corpus Christi
  • Día del río
  • El socorro

Gastronomía del Bajo Guadalquivir

Nuestros panes Nuestras tierras de extensos trigales producen un pan, básico en la dieta mediterránea, apreciado por todos los comensales. Las Cabezas de San Juan, hace del proceso artesanal en la fabricación del pan su seña de identidad. Sus “maestros de la pala” realizan las teleras, regañás, pan de kilo y hallullas entre otras especialidades. En El Cuervo, la importancia de este producto es tal que se celebra anualmente el “Día del Pan”, invitando a todos los que se acerquen a esta localidad a un desayuno con mollete y aceite de oliva. De cualquier forma, en todo el territorio del Bajo Guadalquivir el pan es un argumento gastronómico de primer orden.

Para regar una buena comida, contamos con una amplia bodega de vinos locales de los que son protagonistas en Los Palacios su mistela, vinos dulces, tempranillo (vino tinto de mesa) y el airen (vino afrutado). Los viñedos en Lebrija crían sus afamados vinos “amanzanillados”, vinos finos y dulces mientras que en Trebujena el mosto se convierte en su seña de identidad. Sanlúcar produce la mundialmente famosa manzanilla, aunque finos, olorosos, palo cortado, amontillado y vinos blancos de mesa, son muy apreciados por el buen gastrónomo. El moscatel de Chipiona y la tintilla de Rota contribuyen a complementar el mosaico de los vinos característicos de nuestro territorio.

Nuestras tapas El “tapeo” es una seña de identidad de la oferta culinaria del Bajo Guadalquivir. En cualquiera de sus poblaciones un recorrido por sus bares degustando sus tapas, se convierte en una inolvidable experiencia que da lugar a Ferias y Fiestas de la Tapa en prácticamente la totalidad de sus localidades. En éstas se pueden encontrar entre otras especialidades aceitunas de mesa de Utrera y Los Palacios; morcillas de hígado, albóndigas, sesada al ajo, perejil o alcaparras de El Coronil; chorizo, carne mechada o morcillas de Los Molares; caracoles(cabrillas, blanquillos o burgaos) de Las Cabezas, Lebrija o El Cuervo; angulas y camarones de Trebujena; langostinos y gambas de Sanlúcar; pescaíto frito(chocos, calamares, cazón…) de Chipiona o Rota y, en general, una muestra tan amplia como sugerente para el buen comer.

La cuna del toro bravo se asienta en la campiña del Bajo Guadalquivir, por lo que la carne forma parte importante de la dieta de sus habitantes. En Utrera y Los palacios podemos saborear la caldereta y la cola de toro; la carne de cerdo y las chacinas de Los Molares y el Coronil son también muy apreciadas.

Parajes de marisma y campiña que conforman la zona interior de la comarca representan una importante riqueza cinegética propicia para la caza menor lo que permite degustar conejo y liebre (en salsa, con tomate o con arroz), perdiz o zorzal. En el entorno marismeño, como en Lebrija, diversos platos a base de guisos de patos y ánsares, se incorporan a la oferta culinaria.

Barcos para captura en el Bajo Guadalquivir.

Sanlúcar, Chipiona y Rota, situados en la desembocadura del Guadalquivir y Bahía de Cádiz, se convierten por derecho propio en centros gastronómicos del pescado y los mariscos. Langostinos, guisos de pescado, mariscos, sopa de galeras o arroz a la marinera y pescaíto frito son señas de identidad de Sanlúcar; doradas, acedías, chocos, coquinas, erizos, ortiguillas, gambas blancas y camarones en Chipiona; Urta a Roteña o sopa de urta y papas con pargo en Rota; sin olvidar que en Trebujena, por su proximidad a la desembocadura del Guadalquivir, encontraremos sus angulas, camarones o albures a la espalda.

Nuestras ensaladas y aliños Una riqueza como la de la huerta del Bajo Guadalquivir, da lugar a una materia prima de primer orden que se emplea en la elaboración de ensaladas donde la tradición y la investigación se unen para complementar sabores inolvidables en las piriñacas, picadillos y ensaladas combinando ingredientes como el tomate, el pimiento, la cebolla, los pepinos, lechugas, patatas y arroces, que se enriquecen con gambas, atún, huevas, etc… ¿Quién sería capaz de no caer en la tentación de refrescarse y deleitarse en la temporada estival con estos ingredientes que se mezclan sabiamente para obtener platos tan especiales como el gazpacho o el arranque roteño?

Nuestras verduras y guisos variados Fiel reflejo de una cocina rural son platos presentes en la oferta culinaria del Bajo Guadalquivir, y en especial de su zona interior. Buen ejemplo de ello son el potaje de garbanzos de Utrera, la comida con pringá en Los Palacios, el potaje de berzas y la comida fresca en Las Cabezas, las pucheras con pringá en Lebrija y El Cuervo y los garbanzos con conejo en Trebujena que son los protagonistas de la “Fiesta Concurso de Cocina y Mostos” de esta localidad.

Nuestra fértil huerta también produce verduras muy presentes en los guisos más representativos de las localidades de la zona. Guisos de ajo, típico de los trabajadores del campo, siempre a base de sofrito y pan, presentados en librillos para comer en común utilizando la corteza del pan, tienen diversas variantes que los hacen muy populares en localidades como Lebrija y El Cuervo; tagarninas esparragadas de El Coronil; fritá de Los Palacios en donde se mezclan tomate, pimiento, cebolla y carne; habas heladas y sopa de tomate de Las Cabezas; en la costa se unen sabiamente al arroz de las marismas con los productos del mar, ya sean pescados o mariscos, para deleitarnos con guisos marineros.

El huevo, por su parte, es un alimento que también tiene cabida en guisos diversos de nuestro territorio, tan simple y complicado como confeccionar una tortilla de patatas o como complemento imprescindible en platos como la sesada al ajo y perejil (con jamón y huevos cuajados) o el ajo caliente de Lebrija y El Cuervo.

Personajes ilustres

Estatua de Elio Antonio de Nebrija, en su ciudad natal

Hermanamiento

Véase también

Enlaces externos

Referencias

  1. Celdrán Gomáriz, Pancracio (2004). Diccionario de topónimos españoles y sus gentilicios (5ª edición). Madrid: Espasa Calpe. p. 433. ISBN 978-84-670-3054-9. 
  2. González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «III». Alfonso X el Sabio (1ª edición). Barcelona: Editorial Ariel S. A. p. 86. ISBN 84-344-6758-5. 
  3. Ibañez de Segovia Peralta y Mendoza, Gaspar; Marqués de Mondejar (1777). «V». En Joachin Ibarra, ed. Memorias historicas del Rei D. Alonso el Sabio i observaciones a su chronica. Madrid. p. 213. 
  4. El Economista: La primera huelga general de la crisis será en Lebrija