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Diferencia entre revisiones de «Chiste»

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Un '''chiste''' es una pequeña historia o una serie corta de [[palabra]]s, ambas imaginadas, hablada o escrita con la intención de hacer reír al [[oyente]] o [[lector]]. Normalmente tiene fines humorísticos, aunque hay chistes con connotaciones [[política]]s, rivalidades [[deporte|deportivas]], etc. Se dice que hay chistes "buenos" y chistes "malos", dependiendo del efecto final causado; muchas veces esto es influenciado directamente por cómo se presenta el chiste, o sea, cómo se ''cuenta un chiste''.


La mayoría de los chistes tiene dos partes: la [[introducción]] (por ejemplo, "Un [[varón|hombre]] entra a un [[bar (establecimiento)|bar]]...") y una gracia, que unida con la introducción provoca una situación graciosa que hace reír a la [[Espectador|audiencia]].
La mayoría de los chistes tiene dos partes: la [[introducción]] (por ejemplo, "Un [[varón|hombre]] entra a un [[bar (establecimiento)|bar]]...") y una gracia, que unida con la introducción provoca una situación graciosa que hace reír a la [[Espectador|audiencia]].

Revisión del 21:44 1 jun 2009

Un chiste es una pequeña historia o una serie corta de palabras, ambas imaginadas, hablada o escrita con la intención de hacer reír al oyente o lector. Normalmente tiene fines humorísticos, aunque hay chistes con connotaciones políticas, rivalidades deportivas, etc. Se dice que hay chistes "buenos" y chistes "malos", dependiendo del efecto final causado; muchas veces esto es influenciado directamente por cómo se presenta el chiste, o sea, cómo se cuenta un chiste.

La mayoría de los chistes tiene dos partes: la introducción (por ejemplo, "Un hombre entra a un bar...") y una gracia, que unida con la introducción provoca una situación graciosa que hace reír a la audiencia.

Una broma, en cambio, consiste en crear una situación cómica a partir de una persona, una situación o un evento reales, mientras que un gag difiere del chiste en que el humor no es verbal sino visual (por ejemplo lanzar una tarta de nata a la cara de alguien).

La psicología de las bromas y su estudio

Un humorista actuando en un pub

El por qué nos reímos ha sido estudiado en numerosas ocasiones por expertos en el campo de la psicología, es el caso de:

  • El libro El chiste y su relación con el inconsciente de Sigmund Freud.
  • Society of Mind (La sociedad de la mente), obra de Marvin Minsky. Minsky sugiere que la carcajada tiene una función específica que se relaciona con el cerebro humano. Opina que los chistes y la risa constituyen mecanismos que utiliza el cerebro para aprender el absurdo. Por este motivo, argumenta que un chiste, después de escucharlo varias veces, ya no es divertido.
  • The mechanism of the mind (El mecanismo de la mente) y I am right, you are wrong (Yo tengo razón, tú estás equivocado) de Edward de Bono. De Bono sugiere que la mente es una máquina que trabaja formando patrones, y que funciona reconociendo historias y conductas para ponerlas en patrones familiares. Cuando una conexión familiar se interrumpe, y alternativamente un vínculo nuevo e inesperado se produce en el cerebro por una ruta distinta a la esperada, se origina la risa con la nueva conexión. Esta teoría explica bastante acerca de los chistes. Por ejemplo:
    • Por qué un chiste sólo es gracioso cuando se oye por primera vez: una vez que se oyó una vez, se origina el patrón de reconocimiento, por lo que no puede haber nuevas conexiones, y por lo tanto no hay risa.
    • Por qué los chistes tienen un inicio elaborado y a menudo repetitivo: La repetición establece el patrón familiar en el cerebro. Un método usual es decir casi la misma historia dos veces para luego decir la parte graciosa la tercera vez que se cuenta la historia. Las primeras dos veces de la historia evocan un patrón familiar en el cerebro, y de este modo preparan el cerebro para la parte cómica.
    • Por qué los chistes con frecuencia recurren a estereotipos: el uso de estereotipos crea un nexo con una conducta familiar esperada, ahorrando tiempo en la introducción del chiste.
    • Por qué hay variedades de historias bien conocidas (por ejemplo, el genio de la lámpara): esto ahorra tiempo en la introducción y establece un patrón familiar.

El chiste según Freud

Veremos como las representaciones inconscientes pueden emerger al consciente de una manera desfigurada en hechos que trascienden nuestra vida diaria. Dos hechos, de muchos, en los que se puede apreciar este fenómeno son: los actos fallidos y el chiste.

Los actos fallidos son acciones causales y somáticas y actos u operaciones fallidas que tienen un sentido (llevan un mensaje) y un propósito (cumplen una función), resultado de un conflicto intra psíquico por una lucha de fuerzas, en el aparato psíquico, de representaciones inconscientes (reprimidas), que quieren devenir conscientes, contra las representaciones conscientes (manifiestas). Esta lucha de fuerzas produce una interferencia entre la representación-consciente (perturbadora) y la representación-inconsciente (perturbada), produciéndose un refrenamiento y sofocación. Así, se suscita una transacción entre sistemas (Consciente-Inconsciente) sin éxito ni fracaso de ninguno.

Lo anterior produce muchos comportamientos apreciables, como ser el olvido de nombres propios, en el que no sólo se olvida, sino que se recuerda erróneamente y acuden a la conciencia nombres sustitutivos, que persisten con tenacidad. De aquí que Freud deduce que existe una determinada conexión con el nombre erróneo y el olvidado. A veces, el nombre es olvidado como garantía de propósito. Lo mismo se aplica al olvido de palabras extranjeras y de series de palabras. De igual manera se producen las equivocaciones orales o lapsus linguae, en los que la equivocación obedece a la perturbación causada por una idea reprimida o semi-reprimida, extraña a la que se quiere expresar; puede ocurrir por sustitución de palabra o por semejanza o semilicadencia.

En cualquier caso, la perturbación ocurrida intenta evitar que despierte el recuerdo de una sensación penosa o desagradable. Y lo que nunca falta en toda clase de equivocaciones (orales, escritas, de lectura, de nombres, de acciones, olvidos, etc.) es la palabra o idea perturbadora, sea cualquiera la causa de que proceda, la que impide a una representación inconsciente devenir consciente.

Estos recuerdos que pueden causar displacer se presentan como sustitutivos de otras impresiones y abarcan toda la vida del individuo, no están presentes en la memoria, pero son evocados por sucesos en el instante o historia del individuo y es así que desean exteriorizarse y en ese proceso son perturbados. Dichos recuerdos son los denominados recuerdos infantiles encubridores, los cuales no son exclusivamente visuales y en ninguno se observa a la propia persona.

En el caso del chiste, Freud halla que un fenómeno que ocurre es el de condensación, que consiste en la fusión de dos palabras formando una sola, y por ese motivo, aunque se trate de una equivocación, resulta chistosa; como en el caso de Heine y la palabra "familionar", en la que el sujeto quiere decir "familiarmente", pero que se perturba con la idea de que esa familiaridad sólo le es posible a un "millionario" y ello motivó a la fusión de palabras.

También se aprecia otro elemento en los chistes: el desplazamiento, para lo cual Freud alude a un sinfín de ejemplos. El desplazamiento conduce, por lo general al sofismo o a la simpleza. A la vez, pueden haber chistes que emplean un material en otro sentido, juego de palabras de doble sentido con alusión o encubrimiento de idea. Y la gracia del chiste no se encuentra en el pensamiento expresado, sino en la idea latente o en el propósito que lleva. Todos éstos y los de formación verbales subordinan al concepto de formación de sustitutivos.

Sobre las tendencias del chiste, Freud distingue el chiste inocente (que encuentra un fin en sí mismo y mantiene un juego de palabras) y el chiste tendencioso (que a la vez es hostil o agresivo y obsceno o erótico). La relación entre el chiste erótico del meramente sucio se encuentra en la asimilación infantil de las funciones sexuales y las de defecación, sustituyendo en estos chistes como en los hostiles la agresión de palabra a la de obra.

El chiste trae consigo la consecución de placer, lo que puede deducirse del hecho que obedece a la satisfacción de la tendencia (hostilidad u obscenidad). Por ello, el chiste produce regocijo al vencer un obstáculo exterior y uno interior. En este último la aportación de placer obedece a una economía de gasto psíquico y al ahorro de la coerción.

Fácilmente puede observarse, en el chiste, cómo el deseo se realiza, disfrazando la intención para burlar a la censura y vencer la coerción. Entonces, podemos ver la relación entre el chiste y el sueño, en los que se presentan los mismos fenómenos: desplazamiento, condensación, elaboración inconsciente, etc. Aunque una gran diferencia entre ambos es que surgen en dominios diferentes de la vida anímica y en lugares del sistema psicológico muy alejados uno del otro: el sueño busca satisfacer una necesidad y ahorrar displacer, mientras que el chiste busca conseguir placer.

El chiste como mecanismo de violencia

Los chistes son uno de los mecanismos más comunes de acoso o violencia en la escuela (mobbing) usado por los abusivos para demostrar su superioridad sobre los acosados haciendo referencia a ellos usando palabras ofensivas incorporadas a una situación graciosa que hace sentir mal al acosado ante los demás.

Las bromas en forma verbal directa o ahora muy comúnmente a través de los sms o internet son poderosos y sutiles mensajeros que impunemente, la mayoría de la veces, logran ser "escuchados". Con la excusa de que son solo para reír logran en muchos casos ser poderosos mecanismos de violencia usados en muchos campos, político, entre géneros, racistas, etc.

Tipos de chistes

Hay chistes que han cruzado las fronteras de los países, incluso han sido modificados para acomodar la cultura donde se exprese, dígase el nombre del personaje principal del chiste o el pueblo al que el chiste hace referencia (dicho por alguien perteneciente al mismo pueblo).

También los chistes se han clasificado informalmente dependiendo de su “color”, o sea su grado de picardía o vulgaridad contenida. Por ejemplo, los “chistes blancos” (o chistes de salón) son aceptables por “puros” y sin ningún tipo de ofensividad verbal, mientras que los “chistes rojos” (o “chistes verdes”) mencionan un contenido sexual u obsceno.

También están los chistes negros, que son para burlarse de enfermedades, discapacidades o la muerte. Ejemplo: burlarse de alguien que se cae de un edificio y se muere es humor negro.

También existen las llamadas "parodias". Se trata de los chistes que burlan a personas particulares o a etnias en particular usando algún representativo o frase que dicho o visto de cierta forma cause risa. Ejemplo: poner en burla las patadas giratorias de Chuck Norris es hacer una parodia sobre él.

Véase también