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Contrebia Leucade

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Contrebia leucade
Ciudad

Entidad Ciudad
 • País Imperio romano
 • Provincia Tarraconense
Subdivisiones Convento Cluniacense
Idioma oficial Latín
Habitantes Previamente, Pelendones, Arevacos
Fundación Conquistada en 143 a. C.
Desaparición Aproximadamente a mediados del siglo IX
Emperador
Augusto le otorgó la condición de ciudad
Correspondencia actual Aguilar del Río Alhama
(Bandera de España España).
Sitio web

Contrebia Leucade es el nombre dado a una ciudad de origen celtibérico cuya historia se remonta hasta la primera Edad de hierro. Sus ruinas se han preservado hasta el presente en relativo buen estado. Su ubicación geográfica está al sureste de La Rioja, España, en el término municipal de Aguilar del Río Alhama, en el paraje conocido como Clunia.[1]

Descripción física del yacimiento

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El particular relieve de la zona[2]​ favorece la elección de este enclave para construir los poblados y su posterior transformación en ciudad. El oppidum se levanta sobre dos montes, uno más alto que otro, separados por una vaguada. Está situado en la margen derecha del río Alhama, en un punto en que el río traza un meandro. La mitad de su perímetro está protegido por un acantilado natural de gran alzada vertical sobre el cauce del río, que cumple perfectamente su función defensiva. La otra mitad de la ciudad está rodeada por una muralla y un foso cuya unión crea un dispositivo defensivo de características únicas para su época. El espacio entre el escarpe y el foso tiene una superficie de 12 hectáreas. A esto hay que sumar una superficie de 1,5 hectáreas situada en el lado sur (entre el foso principal y otros elementos complementarios de defensa) y otra de mayores dimensiones, situada al este, entre el foso y un segundo cerco, apenas perceptible en la actualidad, que marca un espacio quizá destinado al ganado.[3]

Posible extensión de la Celtiberia.     arévacos      pelendones      berones      belos      tittos      lobetanos      lusones

Evolución de la ciudad

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La historia de Contrebia Leucade permanece en gran parte en penumbra. Poco se sabe de ella, a pesar de su importancia en la evolución histórica de la península ibérica y de su dilatada historia, que abarca aproximadamente veinte siglos.[4]​ Las etapas de su evolución podrían dividirse en varias fases que abarcan sus dos mil años de existencia en que estuvo habitada:

  • Finales de la Edad de Bronce. A esta etapa pertenecen los restos hallados en la Cueva de los Lagos
  • Primera Edad del Hierro. Corresponde a una población asentada en el cerro más occidental.
  • La celtíbera. En esta fase se construye la ciudad celtibérica ampliando bastante el espacio del poblado anterior. El impacto de la conquista romana de Hispania obligaría a sucesivas reparaciones del sistema defensivo.
  • La romana. Etapa de ocupación romano-imperial, realizada entre finales del siglo I a. C. e inicios del siglo II. Se construye la muralla que cierra el lado norte sustituyendo la celtibérica que había sido destruida.
  • La visigoda. Poblamiento de origen bárbaro que se instala en la ciudad en el siglo VII y que perdura hasta el IX recibiendo el influjo islámico. También se estima que hubo un destacamento militar visigodo que controlaba la zona, hecho que está siendo analizado en la actualidad (2009).[5]

Posteriormente, fue abandonada sobre el siglo IX,[4]​ y sus habitantes pasaron a ocupar otros poblados cercanos.

Cerámica con boquique, Cogotas I.

El enterramiento de La Cueva de los Lagos

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Los restos más antiguos de la presencia humana se han hallado en el extremo occidental del yacimiento, en la llamada Cueva de los Lagos. Este lugar fue utilizado para enterramiento por una pequeña comunidad asentada en la llamada Peña del Recuenco. Se relaciona con la cultura de Cogotas que se desarrolla en el ocaso de la Edad de Bronce, final del segundo milenio y princio del primer milenio a. C.[6]​ Esta zona no ha sido excavada sistemáticamente. Los restos hallados en la cueva pertenecen a un solo individuo, un varón cuya edad se ha estimado sobre unos 25 años.[7]​ En el ajuar funerario hallado destacan un buen número de cerámicas. "Entre las más representativas se cuentan tres vasijas decoradas con técnica de boquique (...) varios punzones de hueso y una punta de cobre".[8]

El primer poblado del inicio de la Edad de Hierro, está situado sobre la superficie ligeramente amesetada del cerro occidental. También hay otros poblados en la zona limítrofe, como El Castelar de San Felices, los Castillejos de Valdeprado y los Castillares de Magaña, los tres dentro de los considerados Castros Sorianos.[9]​ No existen aún contactos con la cultura centroeuropea, como lo demuestran la inhumación en lugar de la incineración de cadáveres, así como los estudios realizados en la cerámica, con decoración de estilo boquique, de procedencia de la meseta.

Posteriores asentamientos

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Distribución aproximada de los arévacos.

La entrada de pueblos indo-europeos (años 900 a. C. y 400 a. C.), provocaría un cambio radical en las formas de vida de parte de Hispania. En Contrebia Leucade se formó un primer asentamiento, en plena Edad de Hierro, siglos VI y IV a. C. aproximadamente. Este poblado hallstáttico se encuentra en el cerro oeste más próximo al río Alhama, en una pequeña meseta fácilmente defendible, con sus lados en acantilado sobre el río y el resto amurallado.

Las casas hallstátticas de esa época que se conservan son pequeñas y de forma rectangular, con hogar central y habitación trasera para despensa. También se dan casas adosadas a la muralla. Igualmente, se han hallado otros poblados hallstátticos cercanos a este yacimiento en Fitero (Navarra), Arnedo La Rioja (España) y San Felices (Soria). Pero fueron los asentamientos que tuvieron lugar entre los siglos IV y III a. C. los que ampliaron la ciudad y propiciaron su desarrollo. El poblado celtibérico se asentaría sobre el hallstáttico, ampliándolo y aprovechando lo anterior. Se cree que fue una ciudad, en principio, pelendona y posteriormente arévaca, pueblos de la meseta castellana. Estos últimos llegaron, aproximadamente, hacia el 300 a. C. Las tribus celtíberas fueron dueñas de Contrebia Leucade hasta su derrota por los romanos y la consiguiente romanización de la zona, a partir del siglo II a. C.

Valor geoestratégico

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La ciudad controlaba un territorio entre dos espacios diferentes, pero muy importantes, como eran el valle del Ebro y la meseta castellana. Controlaba igualmente el curso del río Alhama que constituía el camino rápido y directo entre los dos espacios, lo que debió ser tenido muy en cuenta por los romanos a la hora de planificar el asalto y la conquista de la Meseta, y que justifica la temprana fundación de Graccurris en el 179 a. C., una auténtica base de operaciones militares en la desembocadura del Alhama en cuyo extremo opuesto, su nacimiento, se situaba Numancia. El control de esta vía justifica también el que más tarde, en época imperial, se reocupe el lugar y se rehaga su dispositivo de defensa con vistas a facilitar el paso de tropas entre el Ebro y la Meseta.

Las contrebias

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El topónimo "contrebia" ha causado a veces confusión entre los investigadores, ya que se aplica a varias poblaciones. Entre los pueblos celtas de la península ibérica encontramos tres contrebias,[10]​ que mantienen los mismos derechos para todos los pueblos que se unen. Tito Livio menciona muchas veces indistintamente a una población importante como oppidum, urbs o en menor medida civitas.[11]​ Los tres grandes oppida formados por contrebias son:

En los poblados Belaisca y Carbica, los nombres hacen referencia a las etnias que componían las contrebias, o sea, belos y carpetanos.

La Ciudad Blanca

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Aunque la ciudad pudo tener otros nombres,[12]​ el que ha trascendido hasta el presente, Contrebia Leucade está formado por la fusión de las sílabas "con", que es cien y "treb", que es casa, lo que significaría "más de cien casas" o más genéricamente "muchas casas", es decir, una ciudad. Leucade proviene del griego Leukos[13]​ que se refiere al color blanco. Por todo ello, Contrebia Leucade querría decir "pueblo blanco", o "ciudad blanca".[14]

Norte de España en el siglo I a. C

Referencias históricas

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Debido a la buena conservación de las ruinas, así como la monumentalidad de sus murallas, se la considera una de las más importantes de su época. Su importancia a través de la historia quedó reflejada gracias a autores latinos como Tito Livio, quien nombra la ciudad de Contrebia Leucade, al narrar el fin de la guerras sertorianas que enfrentó a Pompeyo y sus aliados, con los partidarios de Sertorio durante el siglo I a. C.

Tito Livio

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La reseña historiográfica más antigua corresponde a Tito Livio (59 a. C.-17 d. C.) quien en un breve fragmento del libro XCI de su obra Historia de Roma, que versa sobre la campaña de los años 77 a. C.-76 a. C. de la guerra sertoriana, relata lo siguiente:

Sin embargo, durante la noche siguiente, cuando estaba él (Sertorio) de guardia, fue levantada otra torre en el mismo lugar y, al amanecer, su presencia dejó sorprendidos a los enemigos. Al mismo tiempo, también la torre de la ciudad, que había constituido su mejor baluarte defensivo, comenzó a cuartear en grietas enormes después de ser minada su base, y a continuación... por el fuego, y los contrebienses, aterrados por el miedo al incendio a la vez que al derrumbe, se retiraron del muro huyendo despavoridos, y la población en masa pidió a gritos que se enviaran parlamentarios para entregar la ciudad. El mismo coraje que lo había encolerizado como atacante lo hizo más aplacable como vencedor. Aparte de tomar rehenes exigió una módica cantidad de dinero y requisó todas las armas. Ordenó que le fueran entregados vivos los desertores de condición libre, y mandó que los propios habitantes de la plaza dieran muerte a los esclavos fugitivos, cuyo número era mayor. Los arrojaron desde lo alto de la muralla después de cortarles el cuello. Tras haber tomado Contrebia en cuarenta y cuatro días con pérdida de gran número de hombres, dejó allí a Lucio Insteyo... y él condujo las tropas de vuelta hacia el río Ebro. Allí, después de construir los cuarteles de invierno cerca de una ciudad llamada Castra Aelia, se mantenía en el campamento.[15][16]

Posteriormente y en el mismo fragmento, narra como, tras remontar el río Ebro y la civitas de Calagurris Nasica, se atraviesa el territorio llano de los vascones o vasconum ager[17]​ hasta los lindes de sus vecinos inmediatos, los berones. De un estudio comparado de este fragmento, se deduce que ese linde se encontraba al oeste, mientras que hacia el sur los vascones eran vecinos de la ciudad celtíbera de Contrebia Leucade.[18]​ Fue Blas Taracena el pionero en señalar estas ruinas como pertenecientes a Contrebia Leucade. Tras una primera visita, publicó un artículo que puso a este yacimiento en un lugar destacado en la historiografía moderna. En él detalla el perímetro del yacimiento arqueológico y sus elementos más importantes, concluyendo que las ruinas debían pertenecer a Contrebia Leucade, la ciudad celtibérica citada por Livio en relación a los acontecimientos que tienen lugar entre el 77 y 76 a. C.[19]

Restos de viviendas.

Investigaciones arqueológicas

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  • En el siglo XVIII, los hermanos Domingo Traggia[1]​ y Joaquín Traggia, fueron los pioneros en el estudio de las ruinas.
  • Tras ellos, el historiador riojano Ángel Casimiro de Govantes, se interesaría por la ciudad, que ya había levantado un gran revuelo, entre los historiadores de la época, por delimitar su ubicación. Y ese sería el tema para su discurso de integración en la Real Academia de la Historia, bajo el título Contrebia Léucada. Su reducción geográfica.[20]​ Disertación sobre la situación de la antigua ciudad de Contrebia Leucade. Aunque sus cálculos e hipótesis le llevaron al error de situar a Contrebia Leucade en el pueblo de Contreras, en la actual provincia de Burgos.[21]
  • Posteriormente, sería el arqueólogo y director del Museo Arqueológico Nacional, Blas Taracena Aguirre, quien iniciaría en 1924 los trabajos de investigación de una forma más científica, publicando en 1926 el artículo "Noticias de un despoblado junto a Cervera del Río Alhama". A él se deben las primeras excavaciones sistemáticas y la identificación de las ruinas con la urbe de Contrebia Leucade, la ciudad que según el libro XCI de Tito Livio, tomó parte activa, primero en las guerras celtibéricas y más tarde en el enfrentamiento entre Sertorio y los partidarios de Sila, en las conocidas como Guerras sertorianas. En los años 1934 y 1935, realizó nuevas excavaciones en diferentes puntos que reafirmaron sus hipótesis respecto a la identificación de las ruinas. Analizó las características más destacables del sistema defensivo, los elementos de su espacio interior y trazó la secuencia de las diversas ocupaciones del oppidum.
Muralla y base de torreón romanos.
  • Desde 1989, es el profesor José Antonio Hernández Vera quien durante años ha tomado el relevo en la investigación, haciendo un estudio exhaustivo de campo, siendo su principal difusor.[22]

Restos y hallazgos

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Se han hallado:

  • Restos humanos, fundamentalmente de la época visigoda.
  • Cerámicas
  • Mosaicos, aunque, lamentablemente, fragmentados.
  • Hebillas, monedas, etcétera.[23]

Las cloacas

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Destacan especialmente sus sistemas de colector de aguas sucias; unas cloacas que en parte están visibles y sorprenden por su elaborada construcción con losas de gran tamaño.

Abastecimiento de aguas

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Para asegurar el suministro de agua y no depender del exterior en caso de un largo asedio, realizaron unas obras excepcionales entre las urbes celtibéricas. Elaboraron dos obras que comunicaban el interior de la ciudad con el freático del río Alhama. Una de ellas está en la zona sur, de la que se conservan la entrada y los primeros metros. La segunda, en la zona oeste, puede verse en un integridad, después de su acondicionamiento y excavación. Es un pozo abierto en la roca, al que se accede desde la ciudad a través de una escalera labrada en roca y, en parte, abovedada.[24]

Muralla y foso celtíberos.

Las murallas y el foso

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Las defensas de la ciudad es lo mejor preservado de todo el yacimiento. Las bases de los torreones de la época romanizada y, sobre todo, los impresionantes restos de las murallas con su foso-canal[25]​ de "casi 700 metros, una anchura de entre 7 y 9 metros y una profundidad que, en mucho puntos, alcanza los 8 metros"[26]​ y aún bien conservados, dan clara muestra de que fue una ciudad concebida para la guerra defensiva.[27]​ Los restos de las murallas, pertenecen tanto a las construidas en época celtíbera como a las edificadas durante su etapa romanizada. Se han documentado restos de cuatro torres en el tramo meridional, aunque se intuyen en otras zonas. Las cuatro torres están separadas aproximadamente por veinte metros, constituyendo un sistema defensivo de torres en serie. Cada torreón tiene unos setenta metros cuadrados, con subdivisión interna en dos habitaciones, una construcción nominada como torres de cajones. Todo ello, la convierten en una pieza importante del patrimonio histórico de España.

Asedios importantes

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Las reseñas de los autores clásicos sobre la ciudad, inciden en la dificultad que entrañaba su conquista, lo que se evidencia a la vista de lo que queda de su sistema defensivo. En la campaña del 143-142 a. C., en que fue conquistada por Quinto Cecilio Metelo, se la describe como inexpugnable ciudad hispánica (Veleyo, II, 5, 2). Los demás autores que se ocupan de este episodio, narran las dificultades que tuvo que afrontar el general romano, que solo pudo entrar en la ciudad tras un ataque sorpresa que pilló desprevenidos a sus defensores (Valerio Máximo, II, 7, 10; Ampelio, L. M., 18; Plutarco I). Uno de los asedios más importantes que padeció fue el de Sertorio, que duró cuarenta y cuatro días y acabó con la rendición de la ciudad.[28]​ Fue en el año 77 a. C. cuando Sertorio, tras imponerle un largo asedio, la tomó al lograr abrir una brecha en la muralla donde se situaba una de las más importantes torres defensivas, haciendo que ésta se quebrase.[29]

Presente y futuro del yacimiento

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Los trabajos de excavación y estudio continúan en la actualidad (2009).[30]​ Cada año se dedican unos meses a trabajar en el yacimiento. Se cree que solo se ha excavado el 10 %, por lo que se esperan interesante novedades y hallazgos.[31]​ Este yacimiento es el más espectacular y mejor conservado de La Rioja y también uno de los más destacados de la cultura céltica de España.[4]

Véase también

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Notas y referencias

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  1. a b Fue Domingo Traggia quien confundió Contrebia Leucade con la Clunia de Burgos y, todavía hoy, los lugareños siguen llamándola así.
  2. Ver fotografías aéreas del yacimiento.
  3. Hernández Vera, J. A. (2003), pág. 62.
  4. a b c «Una guía muestra el espectacular yacimiento de Contrebia Leucade.» 05/12/08. La Rioja.
  5. «Influencias nórdicas.» 11/10/2009. El Correo.
  6. Hernández Vera, J. A., Núñez Marcén, J. y Martínez Torrecilla, J. M. (2007), pág. 16.
  7. Hernández Vera, J. A., Núñez Marcén, J. y Martínez Torrecilla, J. M. (2007), pág. 18.
  8. Hernández Vera, J. A., Núñez Marcén, J. y Martínez Torrecilla, J. M. (2007), pág. 19.
  9. Hernández Vera, J. A., Núñez Marcén, J. y Martínez Torrecilla, J. M. (2007) pp. 21-22.
  10. Término indoeuropeo formado por "con-" y "treb-": "unión de casas".
  11. Pina Polo, F. y Pérez Casas, J. A. El oppidum Castra Aelia y las campañas de Sertorious en los años 77-76 a. C. JRA 11, 1998, 245-247
  12. Lorrio, Alberto J. (2004). «Los celtíberos». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alicante. Consultado el 9 de marzo de 2024. 
  13. Λευκάς, Leukas Λευκάδα, Lefkáda, lɛf.ˈka.ða. Léucade.
  14. Hernández Vera sostiene que la alusión al color blanco puede ser debida a la tonalidad de la piedra caliza cuando se talla. «La entrevista. José Antonio Hernández Vera. Director de las excavaciones en Contrebia Leukade». La Noticia. Archivado desde el original el 15 de septiembre de 2009. Consultado el 9 de marzo de 2024. 
  15. Tito Livio. Períocas. Períocas de Oxirrinco. Fragmentos. Julio Obsecuente, Libro de los Prodigios, Madrid 1995, 239-244. Texto según P. Jal, Tite-Live. Histoire Romaine XXXIII. Livre XLV et Fragments, París 1990 (1979), 214-218.
  16. Este fragmento completo, en latín y español, puede leerse on-line en Gómez Fraile, José María (2001): Sobre la adscripción étnica de Calagurris y su entorno en las fuentes clásicas. Revista Kalakorikos Nº 6, págs 30-32
  17. Blázquez Martínez, José Mª (1966), pp. 177-205 [1] Archivado el 25 de marzo de 2007 en Wayback Machine.
  18. "...dimissis eis ipse profectus per Vasconum agrum ducto exercitu in confinio Beronum posuit castra,... («...después de llevar (Sertorio) su ejército a través del territorio de los vascones instaló su campamento en una zona colindante con los berones,...»). Tito Livio. Historia de Roma, XXXIII. Libro XLV
  19. Hernández Vera, J. A. y otros. (2004) Análisis estratigráfico de la muralla sur de Contrebia Leukade, pág. 64.
  20. Boletín de la Real Academia de la Historia, pp. 235-247. Madrid, 1841. (Ref)
  21. De Govantes, Ángel Casimiro (1841), pp. 245-6.
  22. «José Antonio Hernández Vera.». Archivado desde el original el 12 de diciembre de 2007. Consultado el 7 de marzo de 2008. 
  23. Ver fotografías de los objetos hallados.
  24. Ver fotografías
  25. Ver fotografías
  26. Hernández Vera, J. A., Núñez Marcén, J. y Martínez Torrecilla, J. M. (2007), p. 35.
  27. La elección del lugar, como en otros oppida, fue su facilidad defensiva, ya que la mitad más occidental de la ciudad está formada por un cortado en vertical de gran altura sobre el Río Alhama, que la hacía inexpugnable.
  28. Asedio reseñado por Tito Livio en su libro XCI. Ver en Gómez Fraile, José María (2001): Revista Kalakorikos nº 6, páginas 30-32.
  29. Hernández Vera, J. A. y otros. (2004) Análisis estratigráfico de la muralla sur de Contrebia Leukade, pág. 62.
  30. Soto, V. (30 de agosto de 2009). «Cultura destina 12 millones este año a 66 actuaciones en patrimonio». La Rioja. Consultado el 9 de marzo de 2024. 
  31. Lalinde, J. A. (28 de julio de 2009). «La campaña de Contrebia Leucade analiza la muralla del siglo I». La Rioja. Consultado el 9 de marzo de 2024. 

Bibliografía

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Fuentes clásicas

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Fuentes modernas

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Enlaces externos

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