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Orden de Montesa

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Orden de Montesa
Otorgada por Juan XXII
Tipo Orden honorífica y nobiliaria
Afiliación Iglesia católica
Primer gran
maestre
D. Guillermo de Eril
Soberano S.M. el rey Felipe VI
Estado Actualmente es una institución honorífica nobiliaria
Descripción Nobleza de sangre
Estadísticas
Establecida 1317

La Orden de Santa María de Montesa es una de las órdenes militares más importantes de la historia de España. Es una de las cuatro grandes Órdenes militares españolas, siendo las otras tres las de Santiago, Calatrava y Alcántara. Es una orden religiosa y militar fundada por el rey Jaime II de Aragón en el siglo XIV (1317) que tuvo un papel fundamental en la defensa de la península ibérica durante la Reconquista. Sus integrantes, como requisito indispensable, han de aportar pruebas de nobleza hereditaria, para poder ser armados caballeros a través de una ceremonia de cruzamiento.

Pertenece al grupo de las órdenes cistercienses, y en la actualidad se define como una institución Católica que al igual que sus órdenes hermanas, en administración perpetua a la Corona de España, defienden la fe y la tradición. Actualmente sus caballeros llevan una vida conforme a la castidad conyugal, la santificación personal y la defensa de la fe católica erga omnes. Actualmente y siguiendo el mandato del rey, las cuatro órdenes llevan a cabo sus actividades de forma conjunta y coordinada bajo las directrices que marca el Real Consejo, aunque conservando sus señas de identidad propias y su independencia. El real consejo de las órdenes militares españolas propone al rey el ingreso de nuevos caballeros y éste les concede y firma la merced de hábito. Existen unos requisitos de carácter religioso e histórico para el ingreso en la orden.

Fundación

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Retrato imaginario del rey Jaime II de Aragón, de Manuel Aguirre y Monsalbe. Ca. 1851-1854. (Diputación Provincial de Zaragoza).

El rey de Aragón cedió a la orden el Castillo de Montesa, situado cerca de la frontera con los sarracenos en el Reino de Valencia. Fue aprobada por el papa Juan XXII el 10 de junio de 1317, por bula, aprobando y confirmando la Orden de Montesa como lo había propuesto el rey Jaime II de Aragón, invirtiendo los bienes de la orden de los Templarios extinguida por Clemente V en dotar una nueva orden que pretendía fundar el susodicho rey.

La fundación se verificó el domingo 22 de julio de 1319, en la capilla real del palacio de Barcelona, siendo la cabeza y sacro convento de ella el de la villa de Montesa, de la que el rey hizo donación a la orden, y de la cual tomó nombre.

Por divisa tomó una cruz roja sin flores, y el manto capitular blanco que aprobó Clemente VII el 5 de agosto de 1397. Pero más adelante, con motivo de haberse incorporado a esta orden en 1399 la de San Jorge de Alfama, dejó aquella insignia y adoptó una cruz de gules de color rojo por concesión de Benedicto XIII, otorgada en 1400 y que Martín V confirmó posteriormente.

La orden sufrió numerosas dificultades. Según la bula de fundación, era el maestro de Calatrava a quien le correspondía la creación de la nueva orden, así como la capacidad de armar a los caballeros[1]​ y hacer vestir los hábitos a los caballeros montesanos. Jaime II, con antelación, había escrito al maestre de Calatrava para que acelerara la acción.

El maestre, a quien no le gustaba obedecer órdenes ni de su propio rey, el de Castilla, ni siquiera contestó a las misivas. El rey se dirigió entonces al papa para que diera la orden al de Calatrava. El Pontífice pasó el encargo al arzobispo de Valencia, que tampoco recibió respuesta por parte del Maestre de Calatrava.

El arzobispo de Valencia envió finalmente hasta Castilla al abad del Monasterio de Nuestra Señora de Benifassà, perteneciente a la Orden del Císter.

El Maestre de Calatrava se negó a acudir a Valencia, alegando que sus obligaciones custodiando la frontera se lo impedían, aunque la razón real parece ser que era la poca disposición por parte de la Orden de Calatrava a ceder las posesiones de Aragón a otra orden. Finalmente, cedió y envió a Valencia a un procurador para que obrara en su nombre.

Evolución

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Fundación de la Orden de Montesa.

Se nombró como primer Maestre de la nueva Orden a Guillermo de Eril, un hombre anciano, gran experto en las artes militares. El cargo le duró muy poco, ya que Eril fallecía setenta días después de haber sido elegido.

El reino de Valencia se encontraba agitado debido a la revuelta conocida como de la Unión, por la que algunos nobles valencianos, apoyándose en el pueblo, deseaban emanciparse de la tutela del Reino de Aragón y constituirse en un reino independiente. El rey de Aragón encargó al Maestre de Montesa, Arnaldo de Ferriol, que controlara a los sediciosos, convirtiéndose así los montesanos en una baza muy importante para que el rey Pedro IV de Aragón derrotara a los sublevados de Valencia. La Orden se convirtió en la principal fuerza militar defensora del trono. Actualmente el rey Felipe VI de España es el jefe de la Orden de Montesa.

Último Maestre de la Orden

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Sin embargo, los reyes empezaban ya a tomar parte activa en la elección de los Maestres. El rey Fernando II de Aragón (Fernando el Católico) impuso como tal a su sobrino, Felipe de Aragón y Navarra, revocando así el anterior nombramiento.

Durante la revuelta de las Germanías fue Maestre el setabense Bernat Despuig[2]​, que primero actuó como intermediario entre los agermanados valencianos y Carlos I, pero pronto financió a las tropas del rey y tras la derrota de los agermanados ejerció una dura represión contra estos.

El último Maestre fue Pedro Luis Garcerán de Borja, marqués de Navarrés, hijo del duque de Gandía, hermano de san Francisco de Borja, elegido a los 17 años. En 1572, un tribunal de la Inquisición de Valencia condenó a Garcerán de Borja por sodomía.[3]​ Parece ser que Pedro Luis Garcerán de Borja había estado enamorado tiempo antes de un tal Martín de Castro, un rufián dedicado a la prostitución y el proxenetismo, tanto de hombres como de mujeres, y que fue sorprendido en la cama con el Conde de Ribagorza, Juan II de Ribagorza. Martín de Castro, antes de ser ejecutado en 1574 en la corte, delató a Pedro Luis Garcerán de Borja, dando escabrosos detalles y mostrando su falta de escrúpulos. Garcerán de Borja, que había sido virrey y capitán general de los reinos de Tremecén, Túnez, Orán y Mazalquivir, se vio comprometido por la crisis interna que sufría la Orden de Montesa, dividida en facciones, y por las enemistades creadas al promocionar a sus favoritos. Felipe II, que fue consultado por la Inquisición sobre la conveniencia del juicio, decidió emplear el proceso para dar una lección a la nobleza levantisca, neutralizando a la vez la alianza de los Borja con la familia real portuguesa. Garcerán de Borja fue condenado a 10 años de reclusión en el convento de Montesa y una multa de 6000 ducados, a razón de 1000 ducados al año. Sin embargo, ya en 1583, Garcerán de Borja, tras unas disputas internas por la sucesión del Gran Maestre, supo congraciarse con el rey y negoció con Felipe II la incorporación a la corona de la última Orden que se mantenía independiente el 8 de diciembre de 1587, gracias a una bula del papa Sixto V expedida en Roma. Como premio obtuvo la Encomienda Mayor de Calatrava y en 1591 el Virreinato de Cataluña, falleciendo en 1592.[3]

Terremoto de Montesa de 1748

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Ruinas del castillo de Montesa, que fue la sede de la Orden hasta el siglo XVIII.

El convento de la Orden se encontraba en la villa de Montesa. Un terremoto en 1748 hizo que se desplomara la roca en la que se situaba y mató a muchos de sus miembros. La Orden pasó a tener su centro en Valencia, en la casa del Temple.

El terremoto del 23 de marzo ocurrió alrededor de las 6:15 de la madrugada, después de copiosas y fuertes lluvias. Al terremoto del día 23 siguieron oscilaciones menos violentas, hasta el día 2 de abril, fecha en la que un terremoto tan fuerte como el anterior destruyó casi por completo lo que quedaba en la zona. Los efectos devastadores se extendieron sobre los pueblos de las gobernaciones de Játiva y Montesa.

En Montesa destruyó casi en su totalidad al Castillo militar (cuyas ruinas hoy todavía se observan), quedando sepultados entre sus escombros la gran parte de sus moradores, resultando fallecidos 18 personas, entre frailes y caballeros. Los frailes supervivientes de la Orden de Montesa, se trasladaron en julio de 1748 a Valencia, a la iglesia del Palacio del Temple, hasta que el rey Don Fernando VI, gran maestre de la Orden, decretó la construcción de un nuevo convento.

Gran Maestres de la Orden

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Véase también

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Referencias

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  1. Josep Cerdà i Ballester, Los caballeros y religiosos de la Orden de Montesa en tiempo de los Austrias (1592-1700). ISBN 978-84-00-09857-5
  2. a b «Bernat Despuig | Real Academia de la Historia». dbe.rah.es. Consultado el 22 de agosto de 2022. 
  3. a b Bruquetas de Castro, Fernando (2002). Reyes que amaron como reinas. La Esfera de los Libros S.L. ISBN 84-9734-076-0. 

Bibliografía

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Enlaces externos

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