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Brecha salarial de género en México

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La brecha salarial de género en México es la diferencia entre la remuneración dada a los hombres y a las mujeres que en ese país suele ser menor y en algunos casos nulo como en el caso del trabajo doméstico y el trabajo de cuidados.[1]​ Según un estudio del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en 2017 los hombres recibían en promedio 34.2% más por hora trabajada que las mujeres.[2]

Contexto

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A nivel mundial la brecha salarial de género en 2024 era en promedio 54.5% de diferencia.[2]​ En México un 45% de las mujeres mexicanas en edad productiva trabajaban versus un 78% de hombres, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

A nivel normativo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 123 inciso A fracción VII que las mujeres y los hombres recibirán remuneración igual:

VII.- Para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad.

La Ley Federal del Trabajo en su artículo 3 incluye un principio de no discriminación y en el 33 establece un principio de equidad en el trabajo:

A ninguna mujer podrá negársele la contratación, ni condicionarle la relación de trabajo o de sus derechos laborales en virtud de su sexo, estado civil, condición de embarazo, o cualquier otro criterio que no se derive de las exigencias propias de la labor que desempeña.

Asimismo México es firmante de convenciones y tratados que buscan combatir la brecha salarial de género tales como el Convenio sobre igualdad de remuneración, el Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, entre otros. Asimismo cuenta con Normas oficiales mexicanas destinadas al tema en específico tales como la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2012 para la Igualdad Laboral entre Mujeres y Hombres, que entre otros aspectos establece la equidad salarial.[3]

Características

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La brecha salarial de género es un indicador de la desigualdad de género junto al reparto desigual del trabajo no remunerado y la violencia contra las mujeres, según propone la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).[2]​El Foro Económico Mundial además de la diferencia porcentual establece la dimensión de establecer un trabajo de igual valor entre hombres y mujeres. Por su parte ONU Mujeres propone un indicador basado en la diferencia porcentual entre el ingreso promedio de los hombres y las mujeres, dividida entre el ingreso de los hombres.[1]

En México un hombre puede ganar 100 pesos y una mujer por el mismo trabajo recibir 81. Con la consideración de la brecha de un 14% una mujer tendría que trabajar 51 días más para compensar la brecha.[1]

Existe una complejidad en la medición de la brecha salarial en la sociedad debido a que los salarios suelen ser privados.[1]

Sectores económicos

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Las mediciones del INEGI establecen que los sectores económicos que presentan mayores brechas salariales de género son la información en medios masivos, servicios no gubernamentales y comercio minorista. En los sectores en que las mujeres tienen mejores salarios que los hombres están servicios inmobiliarios, la construcción y la minería.[1]

Agropecuario

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En el caso del sector agropecuario el INEGI reportó que en 2022 dentro del sector agropecuario las mujeres recibían en promedio 201 pesos mexicanos y los hombres 228 en 26 entidades federativas. La entidad con el porcentaje más alto de brecha fue Guerrero con 64 pesos y la menor Yucatán con 38 pesos más a favor de las mujeres. Sin embargo en ese estado se reporta en proporción menos mujeres jornaleras con un estimado del 4.7% Asimismo el número de horas contratadas era menos con 13 días por mes para los hombres contra 11 a las mujeres.En el sector agropecuario la participación era mayoritariamente masculina (89.3%). Del total de personas trabajando que no recibían un pago por trabajar —por ejemplo familiares— las mujeres representaron el 30.1% del total.[4]

Consecuencias

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La brecha de salarios provoca que las mujeres sufran por una parte una subrepresentación laboral así como su permanencia en empleos con bajos salarios y falta de movilidad laboral incluyendo puestos laborales que impliquen liderazgos.[1]

Subrepresentación

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La subrepresentación laboral se entiende como la presencia o la nulidad de mujeres en ciertos cargos trabajos ya sea por razones de trabajos asignados por roles de género o bien por la resistencia o la irrelevancia para un mercado laboral masculinizado de incluir a mujeres en puestos de decisión, de liderazgo, consejos de administración, mesas directivas o encabezando empresas.[5]​ El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizó en 2021 mediciones sobre la presencia femenina en puestos de decisión en 57 empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en la Bolsa Institucional de Valores (Biva), siendo sólo el 10% las mujeres que están dentro de consejos de administración.

Referencias

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  1. a b c d e f Instituto Mexicano de la Competitivad, ed. (8 de noviembre de 2022). Brecha salarial de género: Un comparativo internacional y sectorial. México. Consultado el 3 de septiembre de 2024. 
  2. a b c Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (14 de diciembre de 2018). «Brecha salarial, una de las grandes barreras para la igualdad de género». gob.mx. Consultado el 3 de septiembre de 2024. 
  3. Instituto Nacional de las Mujeres. «Norma Mexicana NMX R 025 SCFI 2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación». gob.mx. Consultado el 3 de septiembre de 2024. 
  4. INEGI (6 de marzo de 2024). «Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo). Datos nacionales. Número de comunicado 186/24». Instituto Nacional de Estadística y Geografía. 
  5. Blanca Juárez y Gerardo Hernández (30 de septiembre de 2021). «Subrepresentación femenina en puestos claves en las empresas, gran desafío de la IP». El Economista (México). 

Véase también

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