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Mencía Calderón

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Mencía Calderón
Información personal
Nombre de nacimiento Mencía Calderón y Ocampo Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento c. 1514 Ver y modificar los datos en Wikidata
Aldeadávila de la Ribera (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento c. 1593 Ver y modificar los datos en Wikidata
Asunción (Paraguay) Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge Juan de Sanabria (desde años 1530juliano, hasta 1549) Ver y modificar los datos en Wikidata
Hijos Diego de Sanabria Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Exploradora Ver y modificar los datos en Wikidata
Seudónimo La Adelantada Ver y modificar los datos en Wikidata

Mencía Calderón Ocampo, también conocida como Mencía Calderón la Adelantada (Medellín, Badajoz, España; 1514-Santa Cruz de la Sierra la vieja; 1593), fue una noble emprendedora y exploradora española.

Estaba casada con el nominal adelantado Juan de Sanabria, el cual fallecería en la península poco antes de embarcar, por lo que consiguió que su hijastro Diego de Sanabria heredase el título por dos vidas para poder continuar con la empresa que llevaría a Sudamérica a las primeras cincuenta mujeres hidalgas del Nuevo Mundo, para iniciar así una aristocracia colonial de índole europea.

Misión del adelantado

Producido el apresamiento, la expulsión y la remisión a España del segundo adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca, el gobierno quedó nuevamente en manos de Domingo Martínez de Irala. Fallecido este y ante la acefalía administrativa de la Provincia del Paraguay, el monarca dispuso nombrar un nuevo adelantado.

En Monzón (Huesca), el 22 de junio de 1549, el Consejo de Indias acordó la capitulación por la que se nombraba tercer adelantado del Río de la Plata a un rico caballero español, natural de Medellín, de nombre Juan de Sanabria. Sanabria asumía el compromiso de llevar en su expedición a cien parejas con hijos y doscientos cincuenta solteros para establecerlos en dos asentamientos que debían fundarse en las costas de la isla de Santa Catalina y en el Río de la Plata con el fin de consolidar las propiedades reales en la costa atlántica, continuamente asediadas por los portugueses.

La fatalidad hizo que falleciera el adelantado antes de su partida. Su hijo Diego, de apenas 18 años de edad, heredó los folios reales en los que constaban los derechos y obligaciones impartidos por Carlos V.

Como su hijo Don Diego era aún muy joven, Doña Mencía solicitó que le fuera concedido el cargo de "Co - Adelantada", lo que fue otorgado por el Emperador Carlos I de España "mientras estuviera con vida el titular del Adelantazgo, Don Diego de Sanabria".

El nuevo adelantado

Las capitulaciones le fueron confirmadas en la corte instalada en Valladolid en el año 1549. Diego de Sanabria, el nuevo adelantado, tenía la consigna de «suspender la conquista sino poblar». La armada de Sanabria partió de Sanlúcar de Barrameda el 10 de enero de 1550 y estaba compuesta por tres naves. Hacía parte del pasaje el fundador de la casa fuerte de Asunción, Juan de Salazar de Espinosa, quien fuera comandante general de la flota. Salazar se hallaba en España luego de haber conducido preso a Álvar Núñez Cabeza de Vaca.

El naufragio

La tripulación estuvo compuesta por unas trescientas personas, de las cuales eran cincuenta mujeres, doncellas para poblar, algunas casadas y otras solteras que embarcaron por orden real para «el mejoramiento de la sangre» de la población, altamente mestiza.

La hueste femenina era dirigida por Mencía de Calderón y Sanabria, viuda de Juan; con ella viajaban sus hijas María, Mencía y Francisca.

Otros capitanes eran Cristóbal de Saavedra, Hernando de Salazar y Francisco Becerra. El cronista de la expedición Hans Staden, aventurero teutón, escribió las memorias del viaje.

La flota maltrecha llegó a la isla de Santa Catalina en diciembre, después de sufrir muchas graves penurias, soportar terribles tempestades, ataques de corsarios franceses, naufragios y demás males. Salazar perdió la nave que comandaba. Dice la historia que a pesar de las peripecias salvóse la vida de todos y el honor de las damas. Don Diego, por su parte, desviado por los vientos, fue a dar al mar Caribe, donde encalló su barco. Siguió viaje por la vía del Perú y terminó afincándose en Potosí sin llegar a su destino final.

Los integrantes de la expedición no se hallaban en condiciones de establecer los poblados que la Corona ordenaba erigir, pensando solamente llegar a Asunción para planear desde allí el establecimiento de los pueblos de la ribera atlántica (como el pueblo de San Francisco y Mbiazá).

Desde la isla de Santa Catalina, luego de reponer fuerzas, se desplazaron hasta el Mbiazá (en guaraní: 'la salida', también llamada Ybiazá o La Vera; se trataba de la salida por vía terrestre directa que el gobierno de Asunción poseía en el océano Atlántico y que correspondía a las costas marítimas de los actuales estados —hoy brasileños— de Paraná y Santa Catarina), en las costas de tierra firme y ubicada veinte leguas al sur. En ese punto hubo necesidad de esperar un año para construir un bergantín con los restos de la nave San Miguel.

Las desavenencias entre Salazar y Saavedra empeoraron la situación; si no fuera por la predisposición de doña Mencía, tutora de la expedición, todo habría fracasado.

El rol femenino en el Nuevo Mundo

Las mujeres tuvieron un papel preponderante en la supervivencia del numeroso grupo. Cosían velas, cocinaban, juntaban madera y participaban en todas las actividades. Mencia cuidaba celosamente su plantel de mozas casaderas, pero, en tan demorada escala no pudo evitar que ocurrieran algunos acontecimientos dignos de mención. Los oficiales y funcionarios reales, que acompañaron a la armada, se adelantaron en escoger esposas entre las de mejores predicamentos, disminuyendo de esa manera el número de las candidatas que venían a encontrar maridos entre los españoles de Asunción.

Viaje a la ciudad de Asunción

Salazar dispuso dividir el contingente. Una parte de la gente y el equipaje embarcó en el bergantín con intención de llegar por agua a Asunción y el resto partió a pie por el Peabirú partiendo por el río Itapocu, senda indígena de más trescientas leguas transitada con anterioridad por Alejo García y Alvar Núñez Cabeza de Vaca. La expedición estaba compuesta por indios porteadores y guías, algunas vacas llevadas por portugueses, curas, oficiales, soldados y la dotación de mujeres que viajaban amparada por Mencia.

Es de suponer el sacrificio que significó para la estoica partida sortear mil obstáculos, cruzar enormes ríos, selvas y cordilleras. Salazar y su grupo llegaron a la ciudad de Asunción en octubre de 1555 en medio del júbilo y la algarabía de los antiguos conquistadores, y la sorpresa de algunas mujeres casadas que reencontraron a sus esposos rodeados de vástagos mestizos, algunos de ellos ya adolescentes. Al año siguiente llegaría a destino Mencia Calderón Ocampo, en abril de 1556, con sus hijas, yernos y demás acompañantes. La villa de San Francisco de Mbiazá quedaría abandonada.[1]

Fallecido Fernando de Trejo, María de Sanabria contrajo nuevamente matrimonio con Martín Suárez de Toledo, con quien tuvo ocho hijos. Uno de ellos, Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) fue el primer gobernador nacido en el Paraguay.

En consideración al tiempo gastado en tan largo periplo terrestre era de esperar que los viajeros que remontaban el río ya estuvieran en Asunción. En realidad, los navegantes subían las corrientes con excesiva lentitud. Fue necesario enviar otra embarcación para prestarles auxilio y acelerar su llegada a destino.

En Santa Cruz de la Sierra

En el Archivo General de Indias, correspondiente a Charcas, 82, N.5. existe un documento en el cual varias personas son consultadas como testigos de un trámite en Santa Cruz de la Sierra, la vieja. El texto demuestra que doña Mencía vivió y murió en aquella ciudad:

En la dicha ciudad de Santa Cruz de la Sierra, a diez y siete días del mes de septiembre de mil e quinientos y noventa y ocho años, la dicha Catalina Ortiz, mujer del capitán Francisco Durán, vecino de esta dicha ciudad, testigo presentado en esta causa para la dicha provanza por el dicho capitán Juan Gutiérrez de Sanabria; en el dicho nombre, aviendo jurado en forma de derecho y siendo exsaminada por las preguntas del dicho interrogatorio declaro lo siguiente: "De la primera pregunta dixo: Que esta testigo conoscio a la dicha doña Mencía Calderón en la ciudad de Sevilla en los rreynos de España y en las provincias de el Paraguay y en esta ciudad de Santa Cruz de la Sierra, tiempo de quarenta años, hasta que murió en esta dicha ciudad abra cinco años poco más o menos de vista, trato y conbersacion que con ella tuvo en el dicho tiempo, porque desde la dicha ciudad de Sevilla vinieron esta testigo y el capitán Francisco Durán su marido en el navio en que vino la dicha doña Mencía Calderón…

Todo indica que llegó a Chiquitos durante el éxodo de 1564, con Ñuflo de Chaves, que también trajo a varias familias, incluyendo la suya.

Notas

  1. Benítez, Luis G.; en "Historia del Paraguay. Época colonial" (p. 52, Ed. Comuneros, 263 págs., año 1985).

Referencias

  • De Bossio, B. G.: Forjadores del Paraguay.
  • Boccia Romañach, Alfredo: Paraguay-Brasil. Crónica de sus conflictos.
  • Cháves, Julio César: Descubrimiento y conquista del Río de la Plata y el Paraguay.
  • Gómez-Lucena, Eloísa: Expedición al paraíso. Sevilla: Espuela de Plata (Ed. Renacimiento), 2004. Crónica del viaje de un grupo de mujeres del siglo XVI, comandadas por la extremeña doña Mencía Calderón (madre de Diego Sanabria), a la ciudad de Asunción de Paraguay. Partieron de Sevilla en tres naves el 9 de abril de 1550 y llegaron a pie a Asunción de Paraguay en mayo de 1556. En medio, y por referir algunos de los hechos documentados, un temporal dispersó las tres naves y un pirata normando abordó en el golfo de Guinea al patache en el que viajaba gran parte de las mujeres; padecieron hambrunas en la isla de Santa Catalina frente a la costa de Brasil, y prisión en el fuerte portugués de Santos; lucharon contra los antropófagos tamoyos y contra las enfermedades y el desánimo hasta arribar a Asunción de Paraguay. Tardaron seis años y un mes en llegar a su destino. ISBN 84-96133-10-9
  • Quevedo, Roberto: «Noticias de parientes del obispo Trejo y Sanabria (1553–1614)». Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas n.º 29, Buenos Aires 1998, pp. 453/485.
  • Soria Galvarro Eric: «Santa Cruz. Documentos para su historia” Tomo I - Vol 2», Editorial El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 2017

Enlaces externos