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El [[siglo XX]] fue el siglo de los [[playboy]]s, hombres cuyo estilo de vida resultaba sumamente atractivo para las mujeres y que constituían verdaderos iconos de la seducción, famosos por sus romances y matrimonios con las mujeres más bellas y ricas de su época. En la categoría de playboys suele mencionarse con frecuencia a [[Ali Khan]], a [[Porfirio Rubirosa]] y a [[Francisco Pignatari]].{{cr}} |
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En el terreno de la ficción, personajes como el [[Vizconde de Valmont]] (de la novela epistolar francesa del siglo XVIII ''[[Las amistades peligrosas (novela)|Les Liaisons dangereuses]]'' (''Las amistades peligrosas'' o ''Relaciones peligrosas'', en [[idioma español|español]]) son célebres por su comportamiento seductor. |
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* Luna, M. (2006). ''Sex code. La biblia de la seducción''. Madrid España. ISBN 978-8436814484 |
* Luna, M. (2006). ''Sex code. La biblia de la seducción''. Madrid España. ISBN 978-8436814484 |
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* [[César Contada|Contada, C.]] (2014). ''[[Armas de seducción masiva]].'' Madrid. España: Mandala Ediciones (2014). |
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* Parcifal, (2016) Guía Básica de seducción. La Paz, Bolivia. [http://academiadelaseduccion.com Academia de la seduccion] |
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Revisión del 21:38 22 dic 2016
La seducción es el acto que consiste en inducir y persuadir a alguien con el fin de modificar su opinión o hacerle adoptar un determinado comportamiento o actitud. Suele emplearse sobre todo en el ámbito de lo sexual.[1] El término puede tener una connotación positiva o negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño incluido en la acción. Etimológicamente, seducir proviene del latín seductio ("acción de apartar"). Y, según el Diccionario de la lengua española, en su primera acepción, seducir es "engañar con arte y maña", aunque al tratarse de un término tan emocional cada autor ha acuñado su propio término.
Historia de la seducción
Uno de los primeros autores y estudiosos del tema de la seducción fue Ovidio, quien publicó su Ars Amandi en el año 8 d. C., donde ofrecía consejos sobre cómo realizar conquistas amorosas.[2] Más tarde, obtuvieron gran popularidad obras como Diario de un seductor, de Søren Kierkegaard, o El arte de amar, de Erich Fromm; en esta última, el autor considera que el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo.[2]
Seductores famosos
Entre los famosos seductores de la historia figuran Cleopatra, Giacomo Casanova y el ficticio Don Juan.
Grandes personajes destacados en la política, el arte, la literatura, el cine y los negocios han sido también grandes seductores; entre ellos, el pintor Pablo Picasso, los escritores Lord Byron, George Bernard Shaw y Frank Harris, el actor Rodolfo Valentino; los monarcas Francisco I de Francia, Carlos II (Inglaterra) y Eduardo VII (Reino Unido).[cita requerida]
El siglo XX fue el siglo de los playboys, hombres cuyo estilo de vida resultaba sumamente atractivo para las mujeres y que constituían verdaderos iconos de la seducción, famosos por sus romances y matrimonios con las mujeres más bellas y ricas de su época. En la categoría de playboys suele mencionarse con frecuencia a Ali Khan, a Porfirio Rubirosa y a Francisco Pignatari.[cita requerida]
Tampoco debemos olvidar a últimos gúrus de esta temática como Neil Strauss, The Mystery, Ross Jeffries, Mario Luna, Parcifal, Juggler, David D`angelo, David X entre otros. Quienes dieron a conocer al publico sus metodologías en la hora de seducir mujeres.
En el terreno de la ficción, personajes como el Vizconde de Valmont (de la novela epistolar francesa del siglo XVIII Les Liaisons dangereuses (Las amistades peligrosas o Relaciones peligrosas, en español) son célebres por su comportamiento seductor.
Estudio científico de la seducción
Tal vez el primero en presentar un trabajo sobre los mecanismos que desencadenan la seducción fue Ovidio, quien sostenía: "Todo amante es un soldado en guerra".[2] Además, entre otros consejos, el romano aseguraba: "Mucho amor germina en la casualidad; tened siempre dispuesto el anzuelo, y en el sitio que menos lo esperáis encontraréis pesca." [2]
Desde entonces, muchos fueron los que aportaron a esta disciplina que, con su desarrollo, puede considerarse el estudio científico de la seducción.
Autores como Fisher (1992), por ejemplo, han propuesto, a partir de estudios paleontológicos, etológicos y etnológicos, una teoría del desarrollo de las relaciones amorosas que permite comprender mejor el origen y la función de la conducta de seducción. Esta teoría subraya el impacto de las presiones evolutiva, biológica y social sobre el emparejamiento de los invididuos. En concreto, apunta que para asegurar y maximizar la probabilidad de transmitir la información genética de una generación a la siguiente es necesario que los individuos estén biológica y socialmente motivados, lo que se consigue a través de la puesta en marcha de dos elementos: los impulsos sexuales básicos y los vínculos afectivos primarios. En el caso del ser humano, se trata de factores primitivos sobre los cuales han actuado las constricciones sociales y culturales. En concreto, se ha puesto de manifiesto que en la especie humana y en otras especies evolutivamente cercanas aspectos tales como las manifestaciones sexuales y la duración y expresión del vínculo afectivo son regulados por normas socioculturales concretas (lo que ha dado lugar incluso a conductas que parecen específicas del ser humano, como es la represión de la sexualidad).
Debido a que estos impulsos sexuales y vínculos primarios son desencadenados por determinados estímulos, las conductas de cortejo o seducción intentan activarlos con la finalidad de atraer física y sexualmente a parejas potenciales (Burgos, 2010; citado por Buss, 2004). En los seres humanos, las pautas de seducción entre ambos tienen un fuerte impacto sobre el atractivo físico sentido hacia la otra persona. Estas pautas, según los etólogos, podrían ser comportamientos evolucionados a partir del ritual de elección de pareja o cortejo de atracción típico de los mamíferos.
Diversos aspectos parecen influir en la disposición a iniciar o no las pautas de seducción hacia alguien que nos atrae físicamente. Estos elementos son la existencia de
- incertidumbre sobre la reciprocidad de la atracción (ya que en caso de que sea obvia no habrá seducción, sino interacción íntima directa; en caso de que sea inexistente, se ahorrarán esfuerzos y decepciones);
- sospechas positivas sobre dicha reciprocidad (ya sea por la percepción de determinados signos en dichas personas o por comentarios de otros);
- confianza en las propias habilidades de seducción.
Las pautas de seducción que conducen al enamoramiento (Yela García, C. 2000) buscan en general: aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compartir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propio teniendo en cuenta los gustos del otro sexo. Para ello, los esfuerzos se centran en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), características personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y se llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad (Yela García, 2000).
La seducción puede considerarse el arte de enloquecer a una persona, siendo que el amor romántico se considera una suave locura ((Ross, M., 2013). En este sentido, se propone estudiar las diferencias entre la envidia y la admiración, pues ambos sentimientos conllevan a una pasajera alteración en la forma de percibir al otro. El Amor Romántico vendría a ser una de las formas de la admiración, y la seducción la manera de desencadenarlo (Ross, 2013).[2]
Uno de los mecanismos más conocidos es el llamado "juego indirecto" (Mystery, 2007), donde el hombre no muestra su interés de forma evidente, espera a que ellas den el primer paso, una vez que el hombre haya generado atracción y valor.[2]
Referencias
- Fisher, H. (1992). Anatomy of Love: The Natural History of Monogamy, Adultery and Divorce. New York: Norton.
- Mystery (2007). The Mystery Method: How to Get Beautiful Women Into Bed. St. Martins Press. (2007). ISBN 978-0312360115
- Ross, M. (2013). El mapa de la autoestima. 2013. Dunken. ISBN 978-9870267737
- Nicholas, Margaret (1990). Los amantes más grandes del mundo. Diana. ISBN 968-890-055-9.
- Yela García, C., El amor desde la psicología social: ni tan libres ni tan racionales. Madrid. Pirámide (2000). ISBN 978-8436814484
- Luna, M. (2006). Sex code. La biblia de la seducción. Madrid España. ISBN 978-8436814484
- Contada, C. (2014). Armas de seducción masiva. Madrid. España: Mandala Ediciones (2014).
- Rieznik, Martín (2013). El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres. Argentina: Dibuks. p. 336. ISBN 978-987-29350-0-9.
- Parcifal, (2016) Guía Básica de seducción. La Paz, Bolivia. Academia de la seduccion