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Cueva de las Manos[editar]

La cueva de las Manos es un sitio arqueológico y de pinturas rupestres que se encuentra en el profundo cañón del río Pinturas,a 88 metros de altura, en la Estancia Cueva de las Manos entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles en el departamento Lago Buenos Aires, al Noroeste en la Provincia de Santa Cruz, Patagonia, Argentina.

Si bien en su interior se hallaron, además de vestigios materiales líticos, fogones con restos, y también huesos y pieles de animales que eran la base de la subsistencia, en este sitio arqueológico se destaca la complejidad del arte rupestre, que permite entender cómo vivieron las sociedades del pasado.

Su interés radica en la belleza de las pinturas rupestres, así como en su gran antigüedad: hasta el momento, las inscripciones más antiguas están fechadas el año 7350 a. C. Se trata de una de las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos sudamericanos,ha sido designada Monumento Histórico Nacional[1]​ y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La cueva de las Manos pertenece a una serie de sitios arqueológicos americanos, como Monte Verde (Chile), Pedra Furada (Brasil) y Piedra Museo (Argentina), entre otros que están cuestionando la tradicional teoría del poblamiento tardío de América, para sostener una teoría del poblamiento temprano (pre-Clovis)​[2]

Características[editar]

Para acceder a la Cueva se puede utilizar la emblemática ruta 40 y, al llegar, los turistas pueden recorrer primero el Centro de Interpretación, cuyo guion museológico fue realizado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). Allí se ofrece un panorama sobre el modo de vida de las poblaciones originarias, las características medioambientales y la historia de los primeros exploradores. Además, se puede ver una excavación arqueológica y conocer las técnicas del arte rupestre. El Centro le permite a aquellas personas que visitan el lugar y que por alguna razón no pueden recorrer el largo circuito entre rocas , acceder al conocimiento del lugar. Otro punto imperdible de este viaje al pasado es visitar el Museo de Arqueología “Carlos J. Gradin" en la localidad de Perito Moreno, que fue creado a instancias de los vecinos y que lleva el nombre del que fuera uno de los primeros investigadores de la Cueva de las Manos.​ "..Gradin dedicó más de treinta años a la búsqueda de respuestas, con el respaldo financiero del Conicet y el apoyo técnico de los arqueólogos Ana M. Aguerre –su amada compañera– y Carlos A. Aschero. Gracias a este esfuerzo –que implicó tanto relevamientos pictográficos como excavaciones–, hoy sabemos que en la Cueva de las Manos está representada una secuencia cultural ininterrumpida de ¡más de ocho milenios y medio! Para los antiguos cazadores de guanacos significó mucho más que un refugio circunstancial. Fue un espacio sacralizado. Algo así como una catedral."[3]

La cueva tiene 20 metros de profundidad,10 metros de alto y 15 metros de ancho,es de difícil acceso.

Arte rupestre[editar]

Quillango o Kai Ajnún (Kai, manta; Ajnún, pintada), específicamente una capa compuesta por trece pieles de guanacos pequeños o "chulengos", es decir, guanacos nonatos o de crías no mayores a dos meses.Empleaban otra clase de pieles, como las del puma, zorros, gato montés, zorrino, caballo, vacuno y hasta cuero de avestruz, con el pelaje siempre hacia el interior y dejando el cuero exterior para adornarlo con pinturas decorativas con formas geométricas de Choiols , o sea, representaciones de la Cruz del Sur.[4]

"Durante el tercer período (3300 a 1500 a.C.), el abandono del realismo naturalista de los inicios se acentúa y –junto a las infaltables manos estarcidas– aparecen hombres y guanacos de tratamiento esquemático, huellas de ñandú y seres fantásticos, mezcla de saurio y humano. Después, con los antecesores directos de los tehuelches, la abstracción triunfa definitivamente y las oquedades del Alto Río Pinturas se llenan de triángulos opuestos por el vértice, círculos concéntricos, líneas puntiformes y zigzags de un rojo intenso. Esta tendencia culminó con las laberínticas composiciones que adornaban los quillangos y toldos de los indígenas que tomaron contacto con el blanco. El registro de la Cueva de las Manos termina dos siglos antes de la llegada de Colón."[5]

El pueblo que abre la puerta de la Cueva de las Manos se llama Bajo Caracoles y se encuentra a poco más de 30 kilómetros del cañadón del río Pinturas, pero aislado varias leguas de las poblaciones más cercanas. Para alcanzarlo se debe transitar por caminos zonales de ripio y tierra, atravesar varias estancias y esquivar a la soledad que se empeña en abrazar estos sitios fascinantes.[6]


  1. «Cueva de Las Manos: 10.000 años de historia en la Patagonia». Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (en inglés). Consultado el 2 de mayo de 2020. 
  2. Gómez, Andrés A. Fernández; Ortiz, Ana Velasco (2011). «Los primeros humanos en América». Estrat Crític: Revista d'Arqueologia (5): 379-387. ISSN 1887-8687. Consultado el 2 de mayo de 2020. 
  3. «Manos de esta tierra». www.lanacion.com.ar. 6 de enero de 2002. Consultado el 2 de mayo de 2020. 
  4. «Rosa Chiquichano, sus ancestros tehuelches y el origen del quillango». www.lanacion.com.ar. 31 de marzo de 2007. Consultado el 2 de mayo de 2020. 
  5. «Manos de esta tierra». www.lanacion.com.ar. 6 de enero de 2002. Consultado el 2 de mayo de 2020. 
  6. «Libros de viaje en Bajo Caracoles | La puerta de entrada a la Cueva de las Manos». Tripin. 21 de octubre de 2014. Consultado el 30 de abril de 2020.