Un mago de Terramar

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Un mago de Terramar
de Ursula K. Le Guin
Género Novela
Subgénero Literatura fantástica Ver y modificar los datos en Wikidata
Ambientada en Terramar Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en inglés
Título original A Wizard of Earthsea
Ilustrador Ruth Robbins Ver y modificar los datos en Wikidata
Editorial Parnassus Press
Ciudad Berkeley
País Estados Unidos
Fecha de publicación 1968
Premios
Edición traducida al español
Título Un mago de Terramar
Traducido por Matilde Horne
Editorial Ediciones Minotauro
Ciudad Barcelona
País España
Fecha de publicación 1983
Terramar
Un mago de Terramar

Un mago de Terramar (Título original: A Wizard of Earthsea ), libro del género de fantasía, fue publicado en 1968, y se trata del primer libro de la serie de Terramar, de Ursula K. Le Guin. Ganadora de diversos premios, entre ellos el Premio Nébula y el Premio Hugo, es probablemente la novela más famosa de la escritora estadounidense.

Está escrita en un tono más sombrío de lo que jamás llega a ser la obra de Tolkien, y de que la evolución que realiza Le Guin del personaje de Gavilán es muy diferente de la épica tolkieniana: Tolkien sitúa a un enemigo externo como base de la narración y una imperiosa necesidad de sanar una tierra herida por el mal. Le Guin habla del poder y del coste del poder, y en último termino el enemigo es interno, no hay amenaza de corrupción para Gavilán -mago y futuro Archimago, niño bendecido con poder mágico y héroe profetizado, que es punto focal y protagonista absoluto de la historia- que no provenga en el fondo del propio poder que le ha sido concedido. Y corrupción es quizás una palabra demasiado fuerte, expiación o no de los pecados cometidos quizás una mejor definición. En este cuento hay artes mágicas, entidades malignas y peleas contra dragones, pero, aun así sólo son anécdotas del verdadero conflicto de Gavilán, y como tal son contadas. Pese a la apariencia de cuento infantil de Un mago de Terramar, debajo subyace otro tipo de novela más adulta, una en la que el lector no es recompensado con una catarsis final después de que el protagonista haya superado las pruebas de rigor, sino que es empujado a elaborar una relación de todo lo que ha leído hasta el último momento. Como se indica anteriormente, la novela transmite la impresión de usar los lugares comunes de la fantasía de este tipo de manera anecdótica, como quien describe lo que ha comido para el desayuno mientras construye un ambiente más "realista" en el que las motivaciones de los personajes son el verdadero motor de la historia y el resto, las llamaradas del dragón y las artes de la maléfica corte del Terranon (por ejemplo), son sólo accesorios narrativos. Esta obra tendría su culminación en el tercer libro de la serie, donde los mismos temas de éste serán llevados a sus extremos, creando una obra de una profundidad poco frecuente en el género. Pero como preparación Un mago de Terramar es un magnífico libro por si sólo, en el que no se presta atención al detalle más allá de lo debido -olvídense de descripciones de cortes imperiales y tesoros de dragón y den la bienvenida a páginas sobre el arte de construir barcas- en un mundo donde la vida diaria de sus personajes contrasta fuertemente con los temas de sus sagas épicas: chozas de barro frente a las grandes gestas de la antigüedad, la cría de cabras frente a las hazañas de gente que hunde islas enteras. Y en el que, cuando Gavilán pasa a formar parte de una saga propia, lo hace de tal manera que prima todavía la sensación de amenaza, de no haber completado la tarea antes que la "hazaña". Gavilán se mueve hacia un futuro de gloria, todo el mundo se lo dice, entonces ¿por qué esa sensación de desanimo? Por que el protagonista de este libro adquiere por el camino un par de lecciones muy duras sobre el miedo y el uso del poder. Y lo mejor de todo es que el lector las adquiere con él. Es muy fácil predecir que algo saldrá mal de las impetuosas acciones de Gavilán, pero el conocimiento que Gavilán adquiere al final de esta obra, el nombre verdadero del mal que le asedia, ése es un conocimiento que ilumina tanto al personaje como al lector.

Le Guin convierte ese lenguaje parco antes mencionado en una fuente de poesía (como escritura creativa), propia que justifica el porqué esta novela se ha convertido en un clásico por derecho propio. Quizás no tan relevante como las fuentes en las que bebe o tan conocido como los posteriores imitaciones de esas mismas fuentes, pero sí una obra con un lenguaje e intenciones propias, aparte de todo lo demás y que debe ser leída y justificada por si misma sin atender a nada más… Un mago de Terramar se merece un puesto de honor en los rangos de la fantasía.

Análisis

Las historias de Terramar, y en general todas las novelas de Le Guin, tienen algo en común: hablan de las debilidades de las personas, y de la maduración que implica el superarlas. Ged es sólo un muchacho cuando llega a Roke, pero ya tiene un gran poder entre las manos. Sin embargo, también es impetuoso, y tal vez demasiado orgulloso, y son estos dos defectos los que terminan costándole la terrible cicatriz, que es una excelente forma de reflejar las marcas que dejan en nosotros las dificultades que hemos sorteado.

Pero aparte de ser un libro que cuenta la manera en que Ged madura, nos habla sobre algo muy importante: el equilibrio de las cosas en el mundo. Cuando Ged quiere abusar de su poder para invocar a un espíritu, no sabe (o sabe, pero en su orgullo lo ignora) que esta acción tiene una repercusión. Es algo muy "kármico", y no es para menos: Úrsula Le Guin es taoísta, y mantiene su congruencia sobre las reglas del mundo, que son las mismas que las del individuo, y del todo. La sustancia de las cosas es siempre la misma. La llegada de la sombra no es sino el reflejo del abuso del poder, no solo de Ged sino de todos aquellos que lo tienen sin estar plenamente conscientes de sus implicaciones. Quizás nadie lo está. Ged mismo, a lo largo del libro, nunca lo está del todo, pero al menos comienza a ver algo: por muy sabio que sea, no lo puede saber todo. Por eso se niega a hablarle a la piedra del Terrenón, porque sabe que cualquier cosa que le diga será a cambio de algo, y que para vencer a la sombra debe buscar dentro de sí mismo.