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Quinto Cecilio Metelo Macedónico

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Quinto Cecilio Metelo el Macedónico (en latín, Quintus Caecilius Q. F. L. N. Metellus), (cerca 210 a. C.-115 a. C.), hijo de Quinto Cecilio Metelo, fue un militar y político romano de la República.

Genealogía de los Cecilio Metelo

Campañas en Macedonia y Grecia

Participó en la Tercera Guerra Macedónica en el año 168 a. C. en el ejército de Emilio Paulo y fue uno de los enviados a Roma para anunciar la derrota del rey Perseo de Macedonia.

En el año 148 a. C. fue electo pretor y recibió Macedonia como provincia; donde Andrisco, un supuesto hijo de Perseo, bajo el nombre de Filipo VI de Macedonia, había derrotado al pretor Publio Juvencio, pero fue derrotado y capturado por Metelo. Como resultado, Macedonia se convirtió en provincia romana.

En 146 a. C. intentó una gestión diplomática ante la Liga Aquea, que al fracasar, llevó a la guerra. Cerca de Escarfia en Lócrida, derrotó a su estratego Critolao, el cual resultó muerto y fue sustituido por Dieo. Posteriormente derrotó a un ejército de Arcadia cerca de Queronea.

No pudo terminar la campaña al ser sustituido por el cónsul del año Cneo Lucio Mummio. Al volver a Italia, Metelo recibió el honor de un triunfo, y el cognomen de Macedónico, por su victoria. Además, Metelo construyó un pórtico en los templos de Júpiter Stator y de Juno, los únicos de mármol por entonces, en el campo de Marte, para conmemorar sus victorias en Macedonia, y los adornó con estatuas ecuestres de los generales de Alejandro Magno hechas por Lisipo.

Campaña en Hispania

A pesar de la gloria que había adquirido en esta guerra, Metelo fue dos veces candidato al consulado, sin éxito, y no obtuvo este honor hasta el año 143 a. C. junto con Apio Claudio Pulcro, recibiendo la provincia de Hispania Citerior.

Como procónsul en 142 a. C. luchó contra los celtíberos en la tercera guerra celtíbera, Guerras numantinas, y contra Viriato, pero no consiguió conquistar Numancia, siendo sucedido por Quinto Pompeyo Aulo. En esta campaña se menciona, por parte de Valerio Máximo y Frontino, su humanidad con los enemigos, la severidad en el mantenimiento de la disciplina en sus filas, y la prudencia de sus actos civiles y militares, pero finalmente intentó dejar el ejército sin capacidad de combate para su sucesor, al que envidiaba y odiaba.

Censura

Dado su enorme prestigio, fue nombrado censor en 131 a. C. con Quinto Pompeyo, y, por primera vez, los dos censores eran plebeyos.

Durante su censura propuso que todos los romanos estuvieran obligados a casarse, con el fin de aumentar la población libre de la ciudad: el discurso que pronunció sobre el tema aún existía en la época de Augusto, y fue leído por el emperador en el Senado cuando llevó adelante su ley de Maritandis Ordinibus.[1]​ Algunos fragmentos de él se conservan en el texto de A. Gelio,[2]​ quien, sin embargo, lo atribuía erróneamente a Metelo Numídico.

Durante el ejercicio de su cargo estuvo a punto de morir a manos del tribuno de la plebe Gayo Atinius Labeo, que lo cogió y quiso despeñarlo por la roca Tarpeya en desquite por haber sido expulsado del senado, pero fue rescatado gracias a la intervención de otro tribuno aunque si que Atinius pudo confiscarle sus propiedades, las cuales fueron dedicadas a los dioses.

Miembro de los optimates se opuso a las medidas de los Gracos. El discurso que pronunció en contra de Tiberio Graco es mencionado por Cicerón, que habla muy bien de su elocuencia, y lo alude en varios de sus discursos.[3]

Al igual que los otros nobles romanos de su tiempo, él tenía un gran amor por el arte. Erigió un espléndido porticus, y dos templos, uno dedicado a Júpiter y el otro a Juno, que fueron los primeros en Roma construidos de mármol; al frente de los cuales se colocó la estatua hecha por Lisipo de la batalla del Granico encargada por Alejandro el Grande y que Metelo había traído de Macedonia.

Metelo murió en el año 115 a. C. en el consulado de su hijo Marco Cecilio Metelo. Dejó cuatro hijos (tres de los cuales habían obtenido el consulado en vida del padre y uno que lo fue el año siguiente) y dos hijas casadas y numerosos nietos. Era frecuentemente citado por los escritores antiguos como un ejemplo extraordinario de la felicidad humana.[4]

Bibliografía

Historia universal siglo XXI.La formación del imperio romano ISBN 84-323-0168-X

Referencias

  1. Suet. Aug. 89
  2. i. 6
  3. Cic. de Orat. i. 49, Brut. 21
  4. Liv. Epit 49, 50, 52, 53 59; Vell. Pat. i. 11; Tac. Ann xii. 62; Flor. ii. 14, 17; Eutrop. iv 13, 16; Aurel. Vic.. de Vir. Ill 61; Zonar. ix 28; Paus. vii 13, 15, App. Hisp. 76; Val. Max. ii 7 § 10, iii 2. § 21, v. 1. § 5, vii. 1. § 1, vii 5 § 4, ix 3 § 7; Frontin. Strat. iii. 7, iv 1, § 23; Cicerón Onom. Tull. vol. ii p. 102;Meyer, Orator. Roman. Fragm p. 159, 2ª ed.


Predecesor:
Servio Sulpicio Galba y Lucio Aurelio Cota
Cónsul de la República Romana
junto con Apio Claudio Pulcro

143 a. C.
Sucesor:
Lucio Cecilio Metelo Calvo y Quinto Fabio Máximo Serviliano