Primera Junta de Gobierno de Chile

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Primera Junta de Gobierno

La Primera Junta Nacional de Gobierno es el nombre con el que se conoce al cuerpo colegiado formado en la reunión del cabildo abierto de la ciudad de Santiago, el 18 de septiembre de 1810, con el fin de administrar a la Capitanía General de Chile y tomar medidas para la defensa de dicha colonia española, tras la captura del rey Fernando VII de España por Napoleón Bonaparte. La formación de juntas de gobierno fue un procedimiento que realizaron diversas regiones de España en dicho período y que fue replicado por las colonias americanas.

Oficialmente llamada Junta Provisional Gubernativa del Reino, esta institución fue la primera forma autónoma de gobierno surgida en el Chile central, al menos desde su conquista por parte de los españoles. Como institución, por primera vez permitió el protagonismo de la aristocracia criolla en la vida pública, desplazando a los funcionarios originarios de la metrópoli. Aunque nominalmente la junta se erigió como forma de defensa de la monarquía española, las ideas autonomistas ya habían hecho eco en la aristocracia chilena y fue aprovechada por los partidarios de ésta para iniciar una época de reformas que gatilló finalmente el proceso independentista chileno, que culminaría con la jura de la independencia de Chile, el 12 de febrero de 1818.

En Chile, se celebran las Fiestas Patrias el día 18 de septiembre de cada año (junto con el día 19 siguiente) como forma de conmemorar la formación de la Primera Junta y el primer paso para la formación de la nación independiente.

Antecedentes

Francisco Antonio García Carrasco, gobernador de Chile entre 1808 y 1810.

Chile era, a fines del siglo XVIII, una colonia del Imperio español, siendo administrada por un gobernador designado por el rey de España. La Capitanía General (también conocida como «Gobernación» o «Reino de Chile»), aunque reclamaba su territorio hasta el Cabo de Hornos, ejercía dominio efectivo sobre lo que hoy corresponde al centro de Chile, limitando por el norte con el desierto de Atacama y por el sur con el río Biobío, además de algunos enclaves en Valdivia, Osorno y el archipiélago de Juan Fernández. La Intendencia de Chiloé, ubicada más al sur, era gobernada directamente por el Virreinato del Perú.

Las ideas revolucionarias nacidas al alero de la Ilustración y que luego dieron paso a la Revolución francesa y la independencia de los Estados Unidos comenzaron a tener eco en las colonias españolas de América. El primer intento serio de una revolución independentista en Chile se dio en 1780 con la llamada «Conspiración de los tres Antonios», pero resultó en un fracaso.[1]​ Aunque la mayoría de los criollos chilenos reconocían la existencia de graves problemas en la administración del país, muy pocos los asociaban con la existencia del régimen colonial, por lo que siguieron rindiendo honores a la monarquía.[2]

Sin embargo, algunas décadas más tarde, una serie de sucesos comenzaron a acelerar el pensamiento autonomistas en las colonias americanas, incluyendo Chile. En febrero de 1808, falleció el gobernador Luis Muñoz de Guzmán, considerado por muchos como uno de los mejores gobernantes que España tuvo durante su dominio de Chile. En su reemplazo, asumió el brigadier de mayor graduación en ese momento, Francisco Antonio García Carrasco. A diferencia del culto y respetado Muñoz de Guzmán, García Carrasco era un hombre de modales toscos y sin experiencia de gobierno. En la metrópoli, la invasión de Napoleón Bonaparte inició en marzo de 1808 una serie de conflictos que derivaron en el derrocamiento del rey Carlos IV y la posterior abdicación de su hijo y sucesor, Fernando VII, en favor del hermano de Napoleón, José Bonaparte.

Ante la crisis monárquica, la aristocracia criolla necesitaba una autoridad que afianzara los lazos con España y defendiera con propiedad la imagen hispana. Sin embargo, García Carrasco cometió muchos errores durante su gobierno, por lo que la clase dirigente se sintió desprotegida. Un caso de corrupción, el llamado Escándalo Escorpión, fue la gota que rebalsó el vaso y que llevó a que los ciudadanos solicitaran la renuncia al gobernador García Carrasco, quien lo hizo en julio de 1810. En su reemplazo asumió Mateo de Toro Zambrano, Conde de la Conquista, que se encontraba en la asamblea en su carácter del más alto jefe militar.

Propósitos

Mateo de Toro Zambrano, gobernador de Chile en 1810. Fue proclamado como primer presidente de la Junta Nacional de Gobierno.

El propósito de esta junta fue mantener la soberanía del rey de España Fernando VII en el Reino de Chile mientras que se encontrara en prisión por la invasión napoleónica en España y la usurpación de su trono por el hermano de Napoleón: José Bonaparte.

y a ejemplo de lo que hizo el señor gobernador de Cádiz, depositó toda su autoridad en el pueblo para que acordase el Gobierno más digno de su confianza y más a propósito a la observancia de las leyes y conservación de estos dominios a su legítimo dueño y desgraciado monarca, el señor don Fernando Séptimo... defender al reino hasta con la última gota de su sangre, conservarlo al señor don Fernando Séptimo y reconocer al Supremo Consejo de Regencia... Todos los cuerpos militares, jefes, prelados, religiosos y vecinos juraron en el mismo acto obediencia y fidelidad a dicha junta instalada así en nombre del señor Don Fernando Séptimo, a quien estará siempre sujeta Acta del Cabildo de Santiago (18 de septiembre de 1810)

Fue convocada por un cabildo abierto con invitación, se concretó esta junta a las nueve de la mañana del día 18 de septiembre del año 1810, en Santiago de Chile, y terminó a las 3 de la tarde. Una vez concluida la sesión, se celebraron fiestas en las calles de Santiago en lo que sería la primera celebración de las Fiestas Patrias.[3]

Fue nombrado presidente de la junta don Mateo de Toro y Zambrano, hombre provecto de 82 años, quien fue último gobernador realista en Chile. En realidad, se dice que aceptó ser presidente de esta junta peninsular-criolla, para evitar posibles acciones violentas que se engendrarían en un futuro poco claro. Los otros integrantes fueron: vicepresidente el obispo José Antonio Martínez de Aldunate; nombrados como vocales Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Juan Enrique Rosales y Francisco Javier de Reina; y dos secretarios, Gaspar Marín y Jose Gregorio Argomedo.

El día nacional de Chile, es decir, la fecha de las Fiestas Patrias en Chile, es el 18 de septiembre, debido a que esta junta nacional de gobierno fue el primer atisbo político y concreto de la independencia chilena, a pesar de su diplomática lealtad al rey.

Se convoca a Cabildo

De Toro y Zambrano tenía 83 años al asumir el cargo, una frágil memoria debido a su avanzada edad y falta de carácter. Por esta última razón, logró ser convencido por los juntistas para autorizar la convocación a un Cabildo Abierto, que se efectuaría el día 18 de septiembre de 1810, siendo el primer paso del proceso de la independencia.

En dicha asamblea y con la presencia de más de 400 vecinos, la mayoría de ellos criollos, se acordó organizar una Junta de Gobierno de carácter provisional, a nombre de Fernando VII.

Debido a que la organización de este evento fue asumida directamente por los criollos, la mayoría de los asistentes eran personas afines a las ideas que proclamaban la conveniencia de formar una Junta de Gobierno, de esta manera, se evitaba cualquier alteración que pudiese provocarse durante el Cabildo.

Miembros de la Primera Junta de Gobierno

De esta forma, todas las autoridades españolas fueron destituidas al formarse la primera junta nacional de gobierno, comenzando a funcionar el principio de soberanía del pueblo, el cual da inicio al período conocido como la Patria Vieja, que abarca desde el año 1810 hasta 1814. La Junta recién formada, que produjo una gran alegría entre los vecinos, logró el reconocimiento de las ciudades y guarniciones militares más importantes del territorio, formándose así un poder centralizado que gozaba de un extenso apoyo. De esta forma comenzó una nueva fase en la historia de Chile, la que se caracterizaría por adoptar medidas que ayudaran a consolidar la nueva realidad política.[4]

Renuncia Mateo de Toro y Zambrano

El día de la junta, el gobernador De Toro y Zambrano abrió la sesión y renunció a su cargo diciendo: “Aquí está el bastón, disponed de él y del mando”. A continuación, su secretario, José Gregorio Argomedo, ratificó la decisión del conde y solicitó al Cabildo que se evaluaran los pasos a seguir.

En consecuencia, se dirigió a la asamblea el procurador José Miguel Infante quien manifestó que lo más conveniente para el país y para los intereses del rey, era la creación de una Junta de Gobierno.

La propuesta fue aceptada por aclamación de la gran mayoría de los asistentes al Cabildo, bajo la consigna de “¡Junta queremos!”.

Esta asamblea designó a los miembros de la primera Junta Nacional de Gobierno, la cual quedó integrada por nueve miembros.

Obras de la Primera Junta

  1. Agrandar y reorganizar las tropas del Ejército Chileno: Los criollos expusieron esta medida, justificándola con el argumento que alude a que los franceses y las invasiones napoleónicas podían llegar a América y necesitaban tropas para enfrentar a Napoleón.
  2. Convocar a un Congreso Nacional[5]
  3. Declarar el libre comercio internacional: Se anula la reforma borbónica de 1778, y se declara la libertad internacional de comercio. Se declara también que herramientas importantes, tales como imprentas, libros, papeles, mapas, armas, entre otros, no tendrán impuesto, con el objeto de abaratar su valor en Chile.[6]
  4. Establecen Comunicaciones con la Junta de Buenos Aires: Toman esta medida, ya que el asalto de las tropas del virrey del Perú era inminente, y necesitaban comunicación con sus vecinos y sus ideales ilustrados-independentistas. Esta comunicación se torna importantísima después en la independencia, ya que los argentinos posteriormente ayudan a liberar a Chile del régimen colonial.[6]

Véase también

Referencias

Enlaces externos