Paleotempestología

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La paleotempestología es el estudio de actividades de pasados ciclones, a través de proxies geológicos, como de registros históricos. Este término lo acuñó Kerry Emanuel.

Métodos[editar]

Registros sedimentarios proxy[editar]

Ejemplos de proxies incluyen depósitos de inundación conservados en sedimentos costeros de lagos y marismas, microfósiles tales como foraminíferos, polen, diatomeas, dinoflagelados, fitolitos contenidos en sedimentos litorales, estructuras o depósitos sedimentarios generados por olas o inundaciones (llamados tempestitas) en sedimentos marinos o lacustres. Las olas de tormentas pueden arrastrar a la costa restos de corales, conchas, y arena pura, sin arcillas, en crestas paralelas a la costa.

El método de utilización de los depósitos de rebase conservados en sedimentos de marisma y de lagos, que se adopte, es a partir de estudios anteriores de los depósitos de paleotsunami. Ambos registros de tormentas y de tsunamis son muy similares, si no idénticos, a dejar depósitos sedimentarios en lagos y marismas costeras y la diferenciación entre los dos en un registro sedimentario puede ser difícil. Los primeros estudios para examinar los registros prehistóricos, de los ciclones, se produjo en Australia y el Pacífico Sur durante fines de la década de 1970 y principios de 1980.[1][2][3]​ Tales estudios examinaron múltiples ondulaciones paralelas, a las orillas, de guijarros de coral o arena, y conchas marinas. Nada menos que cincuenta crestas pueden ser depositados en un lugar con cada una de severas tormentas, representando un pasado grave de ciclón tropical con respecto a previos seis milenios. Los tsunamis no son conocidos por depositar en múltiples crestas, siendo esas características más fácilmente atribuidas a tormentas pasadas en un sitio determinado.

Los análisis sedimentarios costeros realizados en el Golfo de México,[4][5]​ la costa atlántica de Carolina del Sur[6]​ hasta Nueva Jersey[7][8]​ y Nueva Inglaterra,[9]​ y el Mar del Caribe.[10][11]​ También, han sido realizados estudios de ciclones tropicales prehistóricos alcanzando a Australia.[12][13]​ Un estudio cubriendo costas del Mar de la China Meridional ha sido publicado.[14]

Marcadores en coral[editar]

Las rocas contienen ciertos isótopos de elementos, conocidos como trazadores naturales, que describen las condiciones en las que se formaron. Estudiando el carbonato cálcico en roca de corales, se puede revelar el pasado en la temperatura superficial del mar e información sobre huracanes. Más livianos isótopos del oxígeno (18O) han quedados en los corales, durante periodos de lluvias intensas.[15]​ Como los huracanes son la fuente principal de precipitaciones extremas, en los océanos tropicales, los huracanes del pasado pueden ser fechados por los días de su impacto, en el coral, observando el aumento de la concentración de 18O en el coral.[16]

Espeleotemas y anillos de árboles[editar]

Los estudios isotópicos en espeleotemas y en anillos de árboles (dendrocronología) ofrece un medio para, que los registros de mayor resolución, de las historias de los ciclones tropicales a largo plazo, se puedan desarrollar.[17]​ A diferencia de los registros de isótopos, los registros sedimentarios son demasiado gruesas, en su resolución, para registrar la actividad casi-cíclica a decadal en escalas centenarias. Esos registros, de mayor resolución, tanto ofrecen un medio para con posibilidad diferenciar entre la variabilidad natural del comportamiento de los ciclones tropicales y los efectos del cambio climático mundial antropogénico. Recientes estudios con estalagmitas en Belice mostraron que los eventos pueden determinarse sobre una base semanal.[18]

Registros históricos[editar]

El Royal Charter que se hunde por una tormenta en Anglesey, 1859.

Antes de la invención del telégrafo, en la primera mitad del siglo XIX, las noticia eran tan rápido como el caballo más rápido, diligencia, o barco. Normalmente, no había advertencias previas de impactos de ciclones tropicales. Sin embargo, la situación cambió desde mediados del siglo XIX, cuando la gente de la marinería y los investigadores con base en tierra, como el Padre Viñes, en Cuba, se acercaron con métodos sistemáticos de lectura sobre la apariencia del cielo o el estado del mar, lo que podría presagiar un ciclón tropical, con un par de días de antelación.

Michael Chenoweth usó diarios del siglo XVIII, para reconstruir el clima de Jamaica.[19]​ Con Dmitry Divine, crearon un registro de 318 años (1690–2007) de ciclones tropicales en las Antillas Menores, usando diarios, accounts, cuaderno de bitácoras, revistas meteorológicas, y otras fuentes documentales.[20]

En China, la abundancia de documentaciones históricas, en la forma de Fang Zhi (gacetas semioficiales locales ofrecen invalorable oportunidades de proveer registros de alta resolución sobre frecuencias de tifones.[21]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Baines, G. B. K.; McLean, R. F. (1976). «Sequential studies of hurricane deposit evolution at Funafuti Atoll». Marine Geology 21: M1-M8. doi:10.1016/0025-3227(76)90097-9. 
  2. Rhodes, E. G.; Polach, H. A.; Thom, B. G.; Wilson, S. R. (1980). «Age structure of Holocene coastal sediments, Gulf of Carpentaria, Australia». Radiocarbon 22: 718-727. 
  3. Chappell, J.; Chivas, A; Rhodes, E.; Wallensky, E. (1983). «Holocene palaeo-environmental changes, central to north Great Barrier Reef inner zone». BMR Journal of Australian Geology and Geophysics 8: 223-235. 
  4. Liu, Kam-biu (1999). Millennial-scale variability in catastrophic hurricane landfalls along the Gulf of Mexico coast. 23d Conf. on Hurricanes and Tropical Meteorology. Dallas, TX: Amer. Meteor. Soc. pp. 374-377. 
  5. Liu, Kam-biu; Fearn, Miriam L. (2000). «Reconstruction of Prehistoric Landfall Frequencies of Catastrophic Hurricanes in Northwestern Florida from Lake Sediment Records». Quaternary Research 54 (2): 238-245. Bibcode:2000QuRes..54..238L. doi:10.1006/qres.2000.2166. 
  6. Scott, D. B.; et al. (2003). «Records of prehistoric hurricanes on the South Carolina coast based on micropaleontological and sedimentological evidence, with comparison to other Atlantic Coast records». Geological Society of America Bulletin 115 (9): 1027-1039. doi:10.1130/B25011.1. 
  7. Donnelly, Jeffrey P.; et al. (2001). «Sedimentary evidence of intense hurricane strikes from New Jersey». Geology 29 (7): 615-618. Bibcode:2001Geo....29..615D. doi:10.1130/0091-7613(2001)029<0615:SEOIHS>2.0.CO;2. 
  8. Donnelly, Jeffrey P.; et al. (2004). «A backbarrier overwash record of intense storms from Brigantine, New Jersey». Marine Geology 210 (1–4): 107-121. doi:10.1016/j.margeo.2004.05.005. 
  9. Donnelly, Jeffrey P.; et al. (2001). «700 yr Sedimentary Record of Intense Hurricane Landfalls in Southern New England». Geological Society of America Bulletin 113 (6): 714-727. doi:10.1130/00167606(2001)113<0714:YSROIH>2.0.CO;2. Archivado desde el original el 9 de agosto de 2008. Consultado el 7 de abril de 2012. 
  10. Donnelly, J. P.; Woodruff, J. D. (2007). «Intense hurricane activity over the past 5,000 years controlled by El Niño and the West African monsoon». Nature 447 (7143): 465-468. Bibcode:2007Natur.447..465D. PMID 17522681. doi:10.1038/nature05834. 
  11. McCloskey, T. A.; Keller, G. (2009). «5000 year sedimentary record of hurricane strikes on the central coast of Belize». Quaternary International 195 (1–2): 53-68. Bibcode:2009QuInt.195...53M. doi:10.1016/j.quaint.2008.03.003. 
  12. Nott, Jonathan; Hayne, Matthew (2001). «High frequency of 'super-cyclones' along the Great Barrier Reef over the past 5,000 years». Nature 413 (6855): 508-512. PMID 11586356. doi:10.1038/35097055. 
  13. Nott, Jonathan; Haig, Jordahna; Neil, Helen; Gillieson, David (2007). «Greater frequency variability of landfalling tropical cyclones at centennial compared to seasonal and decadal scales». Earth and Planetary Science Letters 255 (3–4): 367-372. Bibcode:2007E&PSL.255..367N. doi:10.1016/j.epsl.2006.12.023. 
  14. Yu, Ke-Fu; et al. (2009). «Reconstruction of storm/tsunami records over the last 4000 years using transported coral blocks and lagoon sediments in the southern South China Sea». Quaternary International 195 (1–2): 128-137. Bibcode:2009QuInt.195..128Y. doi:10.1016/j.quaint.2008.05.004. 
  15. Nobu Shimizu. If Rocks Could Talk... Visto 9 de diciembre 2006.
  16. Anne L. Cohen and Graham D. Layne. Seeking a hurricane signature in coral skeleton. Visto 9 de diciembre 2006.
  17. Miller, Dana L.; et al. (2006). «Tree-ring isotope records of tropical cyclone activity». PNAS 103 (39): 14294-14297. Bibcode:2006PNAS..10314294M. PMC 1570183. PMID 16984996. doi:10.1073/pnas.0606549103. 
  18. Frappier, Amy Benoit; Sahagian, Dork; Carpenter, Scott J.; González, Luis A.; Frappier Brian R. (2007). «Stalagmite stable isotope record of recent tropical cyclone events». Geology 35 (2): 111-114. Bibcode:2007Geo....35..111B. doi:10.1130/G23145A.1. 
  19. Chenoweth, Michael (2003). The 18th century climate of Jamaica derived from the journals of Thomas Thistlewood, 1750-1786. Trans. of the American Philosophical Society 93. Philadelphia: American Philosophical Society. ISBN 087169932X. 
  20. Chenoweth, Michael; Divine, Dmitry (2008). «A document-based 318-year record of tropical cyclones in the Lesser Antilles, 1690–2007». Geochem. Geophys. Geosyst. 9 (8): Q08013. Bibcode:2008GGG.....908013C. doi:10.1029/2008GC002066. 
  21. Kam-biu Liu; Caiming Shen; Kin-sheun Louie (2001). «A 1,000-Year History of Typhoon Landfalls in Guangdong, Southern China, Reconstructed from Chinese Historical Documentary Records». Annals of the Association of American Geographers 91 (3): 453-464. doi:10.1111/0004-5608.00253. 

Enlaces externos[editar]