Otis tarda

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Avutarda común
Estado de conservación
Vulnerable (VU)
Vulnerable (UICN)[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Gruiformes
Familia: Otididae
Género: Otis
Linnaeus, 1758
Especie: Otis tarda
Linnaeus, 1758
Distribución

La avutarda común (Otis tarda) es una especie de ave gruiforme de la familia Otidae, el único miembro del género Otis, que da nombre a la familia.[2]​ Se distribuye como reproductor en Europa (Península Ibérica y Europa central) y a través del centro de Asia hasta China. Las poblaciones europeas son principalmente residentes, pero las asiáticas emigran al sur de Asía para pasar el invierno.[cita requerida] Existen pocos datos sobre la duración media de vida en libertad, pero se estima en 10-15 años. Tiene un porte majestuoso y tiende a correr antes que a volar cuando es molestada. Es gregaria todo el año, pero sobre todo en invierno.

Características

Macho

Pluma de avutarda.

El macho de esta especie está entre las mayores aves voladoras actuales, junto a la avutarda Kori (Ardeotis kori) y algunos cisnes (Cygnus). El tamaño de un macho adulto de avutarda común es de unos 1,1 metros en longitud con una envergadura de 2,4 metros, con un peso medio en torno a los 13,5 kg. Hay referencias de aves de 18 kg y un máximo documentado de 21 kg. Hay relatos de especímenes aún más grandes, pero no están verificados.

El macho adulto es de color terroso por encima y blanco por debajo, con el largo cuello gris y cabeza también gris. El pecho y lados inferiores del cuello son castaños. En la estación de cría, el macho presenta unas largas plumas en la base del pico de color blanco denominadas bigoteras. A estos machos se les conoce como barbones. En vuelo, las alas muestran amplias áreas de color blanco. Los machos crecen muy deprisa en sus primeros meses de vida y se dice que siguen creciendo, aunque muy lentamente, durante toda su vida. Las avutardas adultas machos se distinguen por la bigotera, que a los 6 años está plenamente desarrollada.

Hembra

La hembra es un 30-70 % menor que el macho, con un promedio de 4,5 kg (3 a 6,5 kg). Su plumaje es similar al del macho, pero algo más apagado. Ambos sexos son por lo general silenciosos, aunque los machos emiten un sonido similar a una pedorreta difícil de escuchar en la naturaleza. Los ejemplares todavía inmaduros tienen una apariencia similar a la de las hembras.

Reproduccion y cría

Las avutardas crían a partir de marzo. El tipo de reproducción se basa en leks poligínicos dispersos, que son áreas donde los machos agrupan a las hembras y exhiben su cortejo para aparearse. Este cortejo se denomina "rueda" y tiene su punto álgido en España desde mediados de marzo a principios de abril.

Una vez que la hembra se ha apareado, se dedica en solitario a las tareas de la crianza. La época de nidificación va de abril a junio y la puesta suele ser de dos a tres huevos de color oliváceo, ligeramente moteados de pardo-oscuro.[2]​ No construye nido, únicamente excava superficialmente en el suelo, donde deposita los huevos. La hembra incuba sola durante 25-28 días. Los pollos recién nacidos son nidífugos, es decir, son capaces de andar y abandonan en nido en compañía de su madre, a la que acompañarán durante varios meses. Los machos jóvenes se independizan antes, pero las hembras jóvenes permanecen con las madres hasta la siguiente temporada de cría. Los machos adquieren la madurez reproductiva a los 4-5 años, unos 2 años antes que las hembras, aunque muchos individuos de ambos sexos no logran reproducirse con éxito hasta años después.[2]

Hábitat

Avutardas levantando el vuelo en la meseta castellana (Alaejos, Valladolid).

Su hábitat original son las estepas y praderas naturales del centro de Asia, pero con el avance de la civilización, se ha adaptado a vivir en las llamadas pseudoestepas o agroestepas (terrenos abiertos con pastoreo extensivo y cultivos de secano, sobre todo de cereal). Por esta razón se expandió en tiempos históricos hacia el oeste de Europa.[cita requerida]

Su hábitat óptimo está constituido por estepas cerealistas de secano, completadas por un mosaico de parcelas en barbecho, de leguminosas, viñas, pequeños olivares, almendrales y algunas áreas de vegetación natural.[2]

Estado de conservación

Se trata de una especie calificada como especie vulnerable según criterios UICN, debido al declive que han sufrido la mayoría de sus poblaciones por la pérdida y fragmentación de su hábitat. Los factores principales que han determinado está reducción han sido la intensificación agrícola, la extensión de los cultivos de regadío, la construcción de infraestructuras (carreteras, líneas eléctricas, urbanizaciones), la caza y el uso de pesticidas.[3]​ En el pasado su área de distribución fue mucho mayor, extinguiéndose en la mayor parte de Europa durante los siglos XIX y XX (por ejemplo en las Islas británicas en 1832 y en Rumanía en 1967).

Poblaciones actuales

Sus poblaciones han sufrido descensos importantes durante los últimos años en toda su área de distribución.

Las poblaciones centroeuropeas están casi extinguidas, quedando sólo algún núcleo de interés en las estepas húngaras, existiendo proyectos de recuperación en Alemania y Gran Bretaña.[2]​ Las poblaciones asiáticas son mucho menos conocidas, pero parecen encontrarse en un estado de conservación muy desfavorable.

En la Península Ibérica

Amenazas

A pesar de la prohibición de su caza desde 1980,[4]​ en la Península Ibérica la avutarda se encuentra amenazada por la degradación y reducción de su hábitat natural debido a roturaciones de zonas esteparias; conversión a regadío de los secanos; concentración parcelaria; desaparición de linderos, barbechos y rastrojos; desaparición de mosaicos de cereal, olivar, viñedo y almendral; así como al aumento de la presencia humana; vallado de fincas; tendidos eléctricos;[5]​ uso de plaguicidas, furtivismo, etc. Otras amenazas sobre el hábitat son la proliferación de infraestructuras[6]​ o las molestias derivadas de actividades de ocio (caza o vehículos todo-terreno).[2]

Distribución

Hasta los años ochenta la avutarda fue pieza cinegética en España, situación que provocó un gran declive de sus poblaciones y la desaparición de muchos núcleos de reproducción. En las últimas décadas, la intensificación agrícola (implantación de regadíos, abandono de prácticas extensivas tradicionales, roturación de pastizales naturales, pérdida de barbechos de larga duración, etc.), la expansión urbanística y proliferación de infraestructuras, caza ilegal y colisión con tendidos eléctricos son las principales amenazas responsables de su delicada situación de conservación actual. Todo ello ha supuesto su inclusión en la categoría de Vulnerable para España.[7]

No obstante, la población ibérica es la mayor del mundo, acogiendo casi la mitad de la población mundial. En 2005, SEO/BirdLife publicó una monografía con los resultados de los censos efectuados en la Península Ibérica entre 2000 y 2005 según el cual el tamaño de la población existente actualmente es de unas 25 000 avutardas, casi la mitad en la Comunidad de Castilla y León (dónde destacan la comarca de Tierra de Campos y la Reserva Natural de Lagunas de Villafáfila), unas 6 000 en Extremadura, 4 500 en Castilla-La Mancha, 1 200 en la Comunidad de Madrid y menos de un millar en Andalucía (núcleos de Bujalance y Osuna).

Subespecies

Archivo:1894 Birds 150.jpg
Sello húngaro de 1968.

Se conocen dos subespecies de Otis tarda :[8]

Curiosidades

Es el ave nacional de Hungría.

Referencias

Véase también

Enlaces externos