Monstruo del Lago de Tota

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Monstruo del Lago de Tota

Ilustración de un monstruo acuático.
Por: Gustave Doré.[1]
Ésta ilustración, plantea un parecido con la descripción del Monstruo del Lago de Tota hecha por Lucas Fernández de Piedrahíta (1676),[2]​ interpretado como «diabloballena» por Manuel Ancízar (1852).[3]
Primera aparición 1652
Otros nombres «Diabloballena», «Muyso Akyqake», «Muyso».
Hábitat Lago de Tota, Boyacá (Colombia)
Raza a la que pertenece Críptido

El monstruo del Lago de Tota es un supuesto animal acuático, conocido —entre otras reseñas— como «diabloballena»,,[3]​ habitante del Lago de Tota, en (Colombia). La más antigua referencia fue dada al conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada por indígenas de la región, quien lo describe como «(...) un pez negro con la cabeza a manera de buey y mayor que una ballena» (Lucas Fernández de Piedrahíta, 1676,[2][4]​ y Antonio de Alcedo, 1788[5]​), aunque también se ha definido como «un pez monstruoso», «un monstruo negro» (s. XIX),[6][7]​ e incluso como «el Dragón» y un «divino animal arquetipal» (2012).[8]

Descripción

La descripción del monstruo del Lago de Tota se limita a sus referencias históricas, con un reporte de un supuesto avistamiento, en 1652,[2]​ y al estudio de la mitología muisca[8][9][10]

La leyenda del monstruo del Lago de Tota ha sido también analizada por la criptozoología, pseudociencia que lo relaciona con casos como el Monstruo del Lago Ness (Nessie) en Escocia, al Monstruo del Lago Nahuel Huapi (Nahuelito) en Argentina, o El Cuero de la mitología Mapuche en Argentina y Chile.

Referencias históricas

Siglo XVII

Nuevo Reino de Granada.
Historia General de las Conquistas del N.R. de Granada: a las S. C. R. M. de d. Cárlos II Rey de las Españas y d.l. Indias.
Por: Lucas Fernández de Piedrahíta
(12 de agosto, 1676).

Lucas Fernández de Piedrahíta

En el año 1676 (12 de agosto), el sacerdote e historiador colombiano Lucas Fernández de Piedrahíta (Bogotá, 1624 - Panamá, 1688), en condición de Obispo de Santa Marta; presentó su Historia General de las Conquistas del Nuevo Reino de Granada: a las S. C. R. M. de d. Cárlos Segundo Rey de las Españas y de las Indias], en cuyo capítulo primero, párrafo 13, deja la siguiente constancia de un ser monstruoso en el Lago de Tota:

«Refiérese de ella [la de Tota, en alusión a la Laguna —en realidad Lago— de Tota] que á tiempos descubre un pez negro con la cabeza a manera de buey y mayor que una ballena.»[2]

Dejando además, citación adicional encaminada a aportarle certeza al asunto, cuando hace referencia a un avistamiento:

«Quesada dice que en sus tiempos lo afirmaban personas de gran crédito y los indios decían que era el demonio; y por el año de seiscientos y cincuenta y dos [1652], estando yo en aquel sitio, me refirió haberlo visto doña Andrea de Vargas, señora de aquel país.»[2]

Siglo XIX

Una carta de viaje.
Gaspard Théodore Mollien (1796 - 1872).

Gaspard Théodore Mollien

El explorador y diplomático francés Gaspard Théodore Mollien (París, 29 de agosto de 1796 - Niza, 28 de junio de 1872), consignó en su libro El viaje de Gaspard-Théodore Mollien por la República de Colombia en 1823, capítulo V, lo siguiente:

«Al ir a Iza tenía el propósito de visitar el lago de Tota, que se encuentra un poco más arriba, pero en la misma dirección.

Salí, pues, de Iza un poco antes del amanecer; (...). La superstición no ha dejado de poblar esos lugares de espantosos prodigios: en efecto, el aspecto agreste de la región; las aguas suspendidas, por decirlo así, a una tal altura y siempre agitadas por el viento que sopla del Toxillo, páramo más elevado que el lago de Tota; la sustancia mucilaginosa, de forma ovalada, y llena de una agua insípida que hay en la arena de sus playas, todo propende a suscitar la extrañeza. Según el decir de las gentes de la región, el lago no es navegable; los genios maléficos habitan en sus profundidades, en moradas en las cuales, dicen, se ven los pórticos cuando uno se aleja de las orillas del lago hacía dentro, y hasta se ve, añaden, salir de vez en cuando de sus abismos un pez monstruoso que sólo se deja ver por unos instantes.

El lago de Tota forma un arco cuyos extremos están en dirección Noroeste y Sureste; la temperatura es muy húmeda y fría; el agua tiene un color azulado, es densa, insípida y poco potable; lo mismo que la del mar, está constantemente agitada debido a las tormentas que se forman en el Toxillo. En el centro del lago hay algunas islas; no ha habido más que un hombre que osara ir a ellas; la creencia de que el lago está encantado impide visitarlas de nuevo: el fondo del lago parece que está compuesto de una arena silícea. Las montañas que le circundan son unas murallas espesas compuestas de gres, tan fuertemente cimentadas que no dejan pasar la menor filtración; sin embargo, cabría suponer que las fuentes termales de Iza y de Paipa tienen su origen en este inmenso depósito que está situado a unas cuantas toesas más alto que el nivel de aquéllas.»[6]

Manuel Ancízar

Manuel Ancízar (1812 - 1882).

En el año 1852, el escritor, político, profesor y periodista colombiano Manuel Ancízar (Fontibón, 25 de diciembre de 1812 - Bogotá, 21 de mayo de 1882); dentro del trabajo que llevó a cabo en la Comisión Corográfica dirigida por Agustín Codazzi, dejó consignado en su libro La peregrinación del Alpha por las provincias del norte de la Nueva Granada en 1850-1851 (Alpha era el seudónimo de Ancízar), una referencia a las constancias del «diabloballena monstruo del Lago de Tota» que citó Piedrahíta en su Historia General de las Conquistas del Nuevo Reino de Granada: a las S. C. R. M. de d. Cárlos Segundo Rey de las Españas y de las Indias, cuando expuso en su capítulo XXIV, párrafo 5, lo siguiente:

«Tan autorizada quedó esta patraña del demonio de agua dulce [en referencia al «diabloballena» citado por Piedrahíta], que nadie se hallaba con valor para explorar el lago, del cual y de sus islas contaban lindezas peores que las de Piedrahíta, hasta que recientemente llegó por allí un inglés poco temeroso del diablo, y fabricando una balsa de juncos, abordó a la isla mayor, donde sostuvo una sangrienta batalla con... los tímidos venados, que pacíficamente la poseían. A ejemplo del inglés entraron otros navegantes, en balsas y canoas, ocuparon las islas y desencantaron el lago, que hoy no tiene otros peligros sino los causados por las borrascas del páramo de Toquilla, cuando agitan las tres leguas cuadradas de superficie que ofrecen las aguas a la acción de los ventarrones.»[3][11]

Manifestando Ancízar al término de ésta cita, aunque sin exponer prueba alguna para desacreditar al monstruo referido por Piedrahíta, que duda sobre su certeza, y lo expresó al final de su escrito cuando, al plantear su iniciativa de practicar desagües al Lago de Tota para aumentar la frontera agrícola, culmina el respectivo párrafo señalando:

«Los desagües parciales, ahondando periódicamente el cauce del Upía, es lo único practicable y que promete buen éxito a los que busquen tierra para trabajar, no tesoros, que allí son tan ciertos como el diabloballena de Piedrahíta.»[3]

José Jerónimo Triana

José Jerónimo Triana (1828 - 1890).

Por su parte, del botánico, explorador y médico colombiano José Jerónimo Triana (Bogotá, 22 de mayo de 1828 - París, 31 de octubre de 1890), también integrante como Ancízar de la Comisión Corográfica, es atribuible la siguiente referencia al tema, según compendio del libro Mitos, leyendas, tradiciones y folclor del Lago de Tota (Lilia Montaña de Silva, Ediciones La Rana y El Águila, UPTC Tunja, 1970; p. 46-47):

«[Lo que quiere decir —comenta Triana, respecto a que lagos y lagunas eran los principales santuarios de los indios—] (...) que aquellas lagunas eran residencia de alguna sublime divinidad en estos sentimentales indios, quienes veían en ellas una providencia llena de encantos y misterios.»[7]

Con las siguientes notas adicionales de su parte:

«La idea del campesino moderno de que en las lagunas hay monstruos dormidos que pueden despertar a sus gritos y que contestan en los huecos de los peñascos que circundan el piélago, cual si fuera la voz de un oráculo, no es sino la evocación involuntaria de la divinidad de las aguas.»[7]

Y entonces, hace referencia concreta al «monstruo negro» del Lago de Tota:

«[Todavía en el año de 1880 subsistía entre los pobladores del vecindario del Lago de Tota, en la población de Cuitiva, la tradición de —señala Lilia Montaña de Silva en su precitado libro, presumiblemente respecto de comentarios históricos de Triana—] (...) un monstruo negro que vivía en las encantadas aguas de la laguna.»[7][12]

Concepción ancestral muisca

La destrucción de Leviatán, un grabado hecho en 1865 por Gustave Doré.
Ilustración de una aproximación Muisca al Monstruo del Lago de Tota, inperpretado como «MUYSO AKYQAKE el Dragón» por Mariana Escribano (2012).[8]

Para analizar el tema del monstruo del Lago de Tota desde la concepción ancestral muisca, es preciso situarlo en el contexto de su cultura, independiente y muy distinta del pensamiento colonial que ingresó con la colonización española de América en el siglo XV.

Desde la lengua muisca

Mariana Escribano, doctora en Letras, Historia y Semiología por la Universidad Sorbona de París y científica lingüista y experta en la lengua muisca[9]​ — afirmó:

«(...) sobre el monstruo de la laguna de TOTA (...). El monstruo es nada menos que el MUYSO AKYQAKE el Dragón, tiene como apócopes MUYSO y tambien QAKE, en Cundinamarca está el bosque del Dragón que es consagrado a este divino animal arquetipal es el bosque de TCHIQAKE.»
—Respuesta concedida por Mariana Escribano, vía correo electrónico, con fecha 27 de octubre de 2012.[8]

Es decir, el monstruo del Lago de Tota se trataría de una divinidad arquetipal, asociada como animal a un dragón.

En el origen mítico del Lago de Tota

Relatos del orígen mítico del Lago de Tota[10]​ dan cuenta del momento en que «Monetá», anciano y sabio sacerdote indígena, preparaba a todo el «ya extenso y poderoso imperio muisca»[10]​ para «conjurar el espíritu del mal, el cruel Busiraco»,[10]​ en la cavidad que hoy conforma el Lago de Tota antes de su formación, dejando mención de un animal monstruoso que allí habitaba:

«Y allá, en aquella inmensa cavidad natural de nuestra historia, llena de polvo y de tierra resquebrajada por el sol, habitaba una gran serpiente negra, de ojos brillantes, que avanzaba cautelosa y siniestra hasta la entrada de la gran gruta y allí se detenía en espera de la bola de fuego que ahora venía todas las noches. En ese momento, antes de entrar en la profundidad de la tierra, Busiraco dejaba oír una estridente carcajada de triunfo, que resonaba irónica en los más remotos confines llenando de terror el ingenuo corazón de los chibchas[10]

La ceremonia de conjuro contra Busiraco, encaminada a resolver los sufrimientos del verano y la escasez de agua, culminó con la creación del Lago de Tota; se menciona también aquel monstruo en forma de serpiente, cuando fue atacada mortalmente:

Monumento a Bochica en el municipio de Cuitiva (Boyacá).
«Siramena [de quien «Monetá» se refiere como «la gran danzarina»], que ahora danzaba con gráciles y elásticos movimientos dando vueltas cada vez más veloces, de pronto quedó inmóvil frente a la gran roca pintada, adoratorio de la diosa de las aguas. Levantó entonces la cabeza y sacó de sus vestidos un reluciente disco de oro que ofreció primero a la diosa; después, haciéndolo brillar un momento por los aires, lo lanzó con increíble fuerza contra la serpiente, en la cual se incrustaron profundamente los afilados bordes, perdiéndose luego entre las negras escamas del reptil. El monstruo quedó herido de muerte. Sus repulsivos movimientos fueron convulsivos y aunque quiso atacar por última vez, le faltaron las fuerzas. Levantó la cola y la dejó caer ruidosamente sobre el suelo polvoriento; después se estiró cuan largo era y su cuerpo quedó sin vida[10]

Finalizando la reseña de aquella «serpiente negra», en el momento mismo de la creación del lago:

«Monetá se quitó del pecho la valiosa gema. La contempló un momento. Una lágrima rodó por sus mejillas y se engastó como un diamante en el estuche verde de la inmensa esmeralda [reservada para el «Gran Sacerdote» Muisca, entregada originariamente por el profeta «Bochica» cuando instituyó el sacerdocio indígena]. Luego la levantó en la mano derecha y la arrojó con fuerza al abismo. La joya centelleó por los aires como una ascua de verdes fulgores. La muchedumbre miraba asombrada sin comprender; la preciosa piedra fue a caer exactamente sobre la negra serpiente ya sin vida. Y entonces. . . ¡Oh prodigio! La piedra perdió su natural dureza. El milagro anunciado se efectuó y las ondas verdes y purísimas fueron creciendo y creciendo. Y aquel inmenso abismo se llenó con transparentes aguas orladas de blanca espuma. Las gentes, presas de asombro, no atinaban a comprender lo que veían[10]

Véase también

  1. A Adrian Shine, en Escocia, acerca de Nessie el Monstruo del Lago Ness.
  2. A Felipe Andrés Velasco de la Fundación Montecito, en Colombia, acerca del «diabloballena» o Monstruo del Lago de Tota.

Referencias

  1. Doré, Gustave (1832 - 1883). «Ilustración monstruo acuático, por Gustave Doré». Orlando Furioso 10. «ilustración monstruo». 
  2. a b c d e Fernández de Piedrahíta, Lucas; 1676 (Biblioteca Virtual, Biblioteca Luis Ángel Arango); libro Primero, cap. Primero, párr. 13.
  3. a b c d Ancízar, Manuel; 1852 (Biblioteca Virtual, Biblioteca Luis Ángel Arango); cap. XXIV.
  4. Fernández de Piedrahíta, Lucas (12 de agosto de 1676). «Fernández de Piedrahíta, Lucas; 1676 (Biblioteca Virtual, Biblioteca Luis Ángel Arango); libro Primero, cap. Primero». Historia General de las Conquistas del Nuevo Reino de Granada: a las S. C. R. M. de d. Cárlos Segundo Rey de las Españas y de las Indias. «pez negro». 
  5. Alcedo, de, Antonio (1789). «Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales ó América] Tomo V, pg. 187.». Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales ó América. «pez grande».  Parámetro desconocido |[http://books.google.com.hk/books?id= ignorado (ayuda);
  6. a b Mollien, Gaspard-Théodore (1823). «Gaspard-Théodore Mollien, 1823 (Biblioteca Virtual, Biblioteca Luis Ángel Arango)». El viaje de Gaspard-Théodore Mollien por la República de Colombia en 1823, cap. V. «pez monstruoso». 
  7. a b c d Triana, José Jerónimo; 1880 (Mitos, Leyendas y Folclor del Lago de Tota, Lilia Montaña, UPTC; 1970 - en libro Mitos y Leyendas de Colombia, Eugenia Villa Posse; Ed. IADAP, 1993; p. 204).
  8. a b c d Correo-e, de Mariana Escribano (Dr. en Letras Historia y Semiología —U. Sorbona, Paris VI—, París, científica lingüista que ha estudiado la lengua Muisca desde la década de 1970); dirigido a Fundación Montecito, 27 de octubre/2012.
  9. a b Escribano, Mariana; 2009 (Primer encuentro científico de la lengua Mhuysqa, Boyacá; Junio/2009).
  10. a b c d e f g Mitos y Leyendas de Colombia, por Eugenia Villa Posse, vol. II, 1993, Ed. IADAP; Parte II, Leyendas y Cuentos del Folclor, num. 23 «Mitos, Leyendas y Tradiciones», «El origen mítico del Lago de Tota» por Lilia Montaña, p. 192 a 206, tomado de «Mitos, leyendas y tradiciones del folclor del Lago de Tota», UPTC de Tunja, Ed. La Rana y El Águila, Tunja; 1970, (p. 29-90).
  11. Ancízar, Manuel (1852). «Ancízar, Manuel; 1852 (Biblioteca Virtual, Biblioteca Luis Ángel Arango); cap. XXIV». Historia General de las Conquistas del Nuevo Reino de Granada: a las S. C. R. M. de d. Cárlos Segundo Rey de las Españas y de las Indias. «diabloballena». 
  12. Montaña de Silva Celis, Lilia (1970). «Lilia Montaña, 1970 (Mitos, Leyendas y Folclor del Lago de Tota, UPTC; Origen Mítico del Lago de Tota) - en libro Mitos y Leyendas de Colombia, Eugenia Villa Posse; Ed. IADAP, 1993; p. 204». Mitos y Leyendas de Colombia, Eugenia Villa Posse; Ed. IADAP, 1993; p. 204. «monstruo negro». 

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