Guerra franco-neerlandesa

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 14:59 20 ago 2014 por LidZeppelen (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Guerra franco-neerlandesa

Luis XIV cruzando el Rin, por Van der Meulen
Fecha 16721678
Lugar Países Bajos, Europa
Resultado Tratados de Nimega, Tratado de Westminster
Beligerantes
Provincias Unidas
Sacro Imperio Romano
España
Brandeburgo
Francia
Inglaterra
Suecia
Obispado de Münster
Arzobispado de Colonia
Comandantes
Michiel de Ruyter
Federico Guillermo I de Brandeburgo
Guillermo III de Orange
Alejandro de Bournonville
Raimondo Montecuccoli
Luis XIV de Francia
Vizconde de Turenne
Luis II de Borbón-Condé
Abraham Duquesne
Sébastien Le Prestre de Vauban
Carl Gustaf Wrangel
Duque de York
Fuerzas en combate
Desconocidas 120.000[1]

Plantilla:Campaña Guerra Franco-Holandesa

La Guerra franco-neerlandesa, también conocida comúnmente como la Guerra franco-holandesa o la Guerra de Holanda (16721678) fue un conflicto bélico que tuvo lugar entre Francia, Münster, Colonia e Inglaterra contra las Provincias Unidas, a la que posteriormente se le unieron España, el Sacro Imperio Romano Germánico y el Elector de Brandeburgo para formar la Cuádruple Alianza. La guerra terminó con los Tratados de Nimega (1678), por los que Francia obtuvo el Franco-Condado de España y se convirtió definitivamente en la primera potencia militar, marítima y comercial de Europa.

El rey Luis XIV de Francia, molesto por el rechazo holandés a cooperar en la destrucción y la división de Países Bajos españoles, sobre los cuales actuaba más allá de los españoles, conquistó la fortaleza de Maastricht y condujo sus ejércitos hacia el interior de la República tomando Utrecht. El ejército francés, compuesto por más de 90.000 hombres, ocupó rápidamente la mayoría de los Países Bajos. Juan de Witt, máximo dirigente de los republicanos, falló al no poder asegurar una paz con Francia y fue derrocado, siendo nombrado estatúder de las Provincias Unidas Guillermo de Orange. Posteriormente, y Juan de Witt y su hermano, Cornelis de Witt, fueron asesinados brutalmente por una multitud enojada en La Haya. Hoy, la mayoría de los historiadores asume que Guillermo de Orange estuvo implicado en el asesinato.

Como Francia había prometido a Inglaterra parte de las principales ciudades holandesas, ésta no tuvo prisa en conquistarlas, pero exigió a Holanda dieciséis millones de florines y la derogación de los impuestos que gravitaban sobre los vinos franceses, a cambio de una paz por separado. Esta vergonzosa demanda intensificó la resistencia holandesa y las negociaciones dieron tiempo a la República para inundar el campo deliberadamente (la línea holandesa de agua), obstruyendo el avance francés. El obispo de Münster puso sitio a Groninga, pero fracasó. Posteriormente se intentó una invasión de Holanda desde el mar, pero el almirante holandés Michiel de Ruyter logró cuatro victorias estratégicas contra la flota inglesa (enmarcadas en el contexto de la Tercera Guerra anglo-holandesa) que forzaron a Inglaterra a abandonar la guerra en 1674. Ese mismo año, los holandeses se unieron a la marina española para evitar el expansionismo naval francés en el mar Mediterráneo, pero la derrota de su flota coligada en las manos del almirante francés, Duquesne, dieron a Francia las pautas para expandirse como la primera potencia marítima.

La alianza de Holanda con el emperador Leopoldo I, Carlos II de España y Brandeburgo tras la conquista de Maastricht, y además sus intenciones de ensancharse a costa del Sacro Imperio, habían forzado ya a Luis XIV a abandonar sus proyectos de conquistar Holanda y hubo de volver a una guerra lenta y cautelosa alrededor de las fronteras. Para 1678, Luis XIV había conseguido romper la coalición de sus opositores logrando considerables territorios que fueron reconocidos por los Tratados de Nimega, siendo los más importantes el Franco-Condado y diversas plazas de los Países Bajos españoles. Los holandeses, quienes renunciaron a los impuestos sobre vinos y aguardientes, consiguieron frustrar las ambiciones de los Estuardo y los Borbones, pero este golpe resultó suficiente para llevar al país a un puesto inferior ante las principales filas del escenario europeo.

La guerra marcó el inicio de la fragmentación y las futuras alianzas del Imperio, entre los estadistas que siguieron firmes al emperador y entre los que abrazaron una nueva alianza con el poderoso Rey Sol. Éste se convirtió en el primero de los soberanos y escarmentó duramente a los enemigos que le habían hecho frente en esta guerra. Dio comienzo la completa hegemonía francesa como primera potencia marítima y comercial (fortaleciendo además estas pautas con las nuevas conquistas coloniales), aunque también marcó la rivalidad interminable entre Luis XIV y Guillermo de Orange (quien más tarde conquistaría también el trono de Inglaterra con el nombre de Guillermo III mediante la Revolución de 1688).

Enlaces externos

Referencias

  1. The wars of Louis XIV