Gaspar Yanga
Gaspar Yanga, a menudo simplemente Yanga o Nyanga fue un líder de la rebelión auxiliar en México durante el período temprano del régimen colonial español.
Quien fuera un supuesto miembro de la familia real de Gabón en aquel entonces, Gaspar Yanga vino a ser el jefe de una banda de esclavos por libertad en un poblado veracruzano, alrededor de 1570.
Escapándose a las montañas de difícil acceso, él y su gente construyeron la primera colonia libre de América la cual llamaron San Lorenzo de los Negros, aunque al principio solo contaba con un grupo pequeño. Vivió por más de 30 años fugitivo, parcialmente sobreviviendo de su caza, y capturando las caravanas que traían mercancías a Veracruz.
Sin embargo, en 1609 fue tomada la decisión por el gobierno colonial español para poner fin a la comunidad y la rebelión de los esclavos, quienes ganarían la batalla por su emancipación.[1]
Historia
La migración forzada de los primeros africanos en el continente americano se debió al período de la Conquista y la Colonia entre 1519 y 1810. Éstos eran traídos para trabajar en las plantaciones de azúcar, la mayoría venía de África, aunque otros venían de las islas del Pacífico. La Corona Española había declarado regulaciones para asegurarse de que vinieran más esclavos varones que mujeres. Los barcos eran divididos en proporciones de un tercio de mujeres y dos tercios de hombres; los sobrantes en especial mujeres, eran eliminados o vendidos a otros comerciantes para uso propio.[2][1]
El primer lugar autorizado por la Corona para la importación de esclavos fue el puerto de la Villa Rica de la Vera Cruz, tiempo después serían Tuxpan y Campeche en el Golfo de México. Aunque eran destinados a trabajar en las haciendas azucareras, también fueron usados para otros deberes en el área de Orizaba. Los españoles pronto se darían cuenta de que éstos tenían una resistencia natural al clima tropical, los cuales podían desempeñarse mejor que los de población indígena, quienes por la guerra y enfermedades iban extinguiéndose. Así la Corona autorizó la creación de compañías de importación de mano de obra a la Nueva España para suplir la demanda de necesidades en la península ibérica.[1]
El trato inhumano al que eran sometidos obligaba a los esclavos a protestar de varias maneras a este sistema: en forma de insurrecciones armadas, intentos de tomas de poder y fugas, las cuales eran penadas severamente por las leyes católicas derivadas de la ética nicomáquea sobre el trato de esclavos y la prohibición de esclavizar 'cristianos' y de propiedad.[3]
Los esclavos que lograban escapar eran llamados cimarrones. Éstos construían sus palenques para vivir, también llamados mocambos y quilombos en sus respectivas lenguas. El escapar era considerado un delito grave; entre los cargos estaban el de robo de propiedad, que bajo las leyes católicas significaba que pertenecían a su amo. Esta actividad siguió por casi trescientos años hasta la declaración de libertad promulgada en 1810.[1][3]
Al cimarrón (de una cima) se le crearon imágenes míticas que contribuirían más tarde a los estereotipos raciales reflejados en las pinturas de la época. Estos estereotipos fueron que los cimarrones eran gente salvaje, feroces, indomables e indolentes, he ahí la analogía con el perro cimarrón, el cual se volvía montaraz y no domesticado.[3][1]
Lo poco que se sabe de Yanga es que fue apresado en la región de "Brang" o "Brong de Atabubu", también llamados "Bore" de la "Nación Brong" al parecer de la Guinea alguna vez perteneciente al Imperio de Ghana.[4] siguiendo la ruta hacia Cabo Verde otro principal centro comercial de esclavos, de dominio portugués. Este grupo étnico originario de Ghana lo desmarcarían en 1579 en la antigua Veracruz, y fue conducido encadenado a una de las fincas azucareras y de alcohol, en la provincia que tiene su nombre.[5]
Su descripción era la de un hombre alto, más de lo común, fuerte e inteligente, quien dominaba bien el español, quien pronto huiría de sus amos, y por treinta años encabezaría la rebelión, siendo caudillo de los cimarrones.[5]
El movimiento libertario consumado con Yanga empezaría en 1537, con la huida de los cimarrones. En 1546 el virrey Antonio de Mendoza ordenó ahorcar en la Plaza Mayor de la Ciudad de México a dos "negros fugitivos" llamados Juan Román y Juan Venegas. La cacería de negros ya llevaba tiempo y con cualquier mínimo pretexto podían ser ejecutados. En esta cacería muchos de los cimarrones huyeron por el Istmo de Tehuantepec hasta lugares remotos del Perú.
En 1609 corrió la noticia de que los negros pretendían matar a los capitalinos y coronar a uno de los suyos (Yanga), así el virrey tomo medidas extremas contra los rebeldes. Tres años después llegarían los rumores de que muchos negros habían sido vencidos, quienes fueron descuartizados y clavados sus cuerpos en picas por los caminos principales, para que sirviera de escarmiento a los sublevados.[5]
La población negra del siglo XVI era del 6% ó 20,569. Debido a la necesidad de mano de obra se incrementarían los envíos. Ya para 1646 había un promedio de casi 168,000 esclavos negros en el territorio de la Nueva España.[5]
El ataque español
En el siglo XVI la Corona española mando un grupo conformado por indios, criollos y mestizos, así como algunos negros para "pacificar" la zona de 'revoltosos' en 1609 y poner fin a las acciones de los esclavos fugitivos. El sacerdote jesuita Juan Florencio Laurencio escribiría de esto, sobre el "Alzamiento de los Negros",[6] a la Corona.
Las tropas españolas que partieron de Puebla en enero de 1609 sumaban alrededor de 550, de los cuales quizás 100 eran soldados españoles y los restantes reclutas y aventureros, para ese entonces Yanga padre llevaba ya treinta años de fugitivo, ya entrado en edad era el líder en las montañas de Orizaba, y quien decía que si no hubiese sido esclavo ya en su país seria rey, su encargado militar o segundo después de él, era otro cimarrón de nombre Francisco de la Matosa o Matiza, estos para sobrevivir se dedicaban al asalto de carruajes y de viajeros, así como incursiones a las haciendas vecinas, aunque tiempo después serían reemplazados por la agricultura y cría de aves de corral.[5]
Las tropas "pacificadoras" ganarían algunas batallas las cuales harían esconderse a los cimarrones aún más en la jungla, pero esto no siempre fue así, las victorias de los 'rebeldes' serían más que sus derrotas, para esto pasarían muchos años antes de que la corona aceptara por fin que los cimarrones no estaban dispuestos a volver a la esclavitud, y así se vería eventualmente obligada aceptar sus reclamos.[5][3]
Los cimarrones que se les enfrentaban eran una fuerza de 100 combatientes con armas de fuego, y cuatrocientos más armados con piedras, machetes, arcos y flechas. Estas tropas eran dirigidas por Francisco de la Matosa, un angoleño. Yanga quien era anciano en aquel entonces decidió emplear el conocimiento superior de sus tropas sobre el terreno para resistir a los españoles, con el fin de causarles suficientes bajas para obligarlos a iniciar negociaciones.[7]
Cuando se acercaban las tropas españolas, Yanga envió términos de paz por medio de un español capturado. Esencialmente, Yanga pidió un tratado para dar fin a las hostilidades entre los indígenas y los españoles: solicitó un área independiente, a cambio de tributo y promesas de apoyar a los españoles si los mismos fueran atacados. Además, él sugirió que esta área propuesta devolvería a cualquier esclavo que pudiera huir e intentase refugiarse allí. Esta última concesión era necesaria para calmar las preocupaciones de muchos dueños de esclavos en la región.[5]
Los españoles rechazaron los términos, y se desató una batalla con grandes pérdidas para ambos bandos. Los españoles avanzaron en el asentamiento de Yanga y lo incendiaron. Sin embargo, la gente huyó a los alrededores que por ser terreno difícil, impidió a los españoles alcanzar una victoria concluyente. Incapaz de una victoria definitiva, los españoles acordaron entrar en negociaciones. Eventualmente los términos de Yanga fueron convenidos, con la cláusula adicional que solamente los sacerdotes franciscanos atenderían a la gente, y concedieron a la familia de Yanga el derecho a gobernar en esa nueva área.[5]
Entre 1608 y 1609 la Corona española se vio obligada aceptar los convenios, y los exesclavos se establecieron primeramente en un lomerío llamado Las Palmillas, al ir creciendo la comunidad exigieron un terreno más grande, que seria concedido años más tarde, en 1630 establecieron el primer pueblo libre del continente americano, llamado "El pueblo Libre de San Lorenzo de los Negros", en las cercanías de Córdoba, Veracruz, tiempo después se le cambiaría el nombre de Yanga en honor al libertario.[5][3]
De la descendencia de Yanga no se sabe nada o que pudo haber ocurrido, lo único que se sabe que en 1640, su hijo llamado Gaspar había sido acusado de esconder negros fugitivos de las haciendas vecinas, rompiendo así el pacto que habían hecho con Yanga padre y Yanga el general (Francisco de la Matosa) con la corona española, no se han encontrado datos de si por esto fue muerto Gaspar Yanga, terminando así con la dinastía Yanga, o si aun persiste la herencia biológica en los poblados de Veracruz o México.[3]
Durante el periodo colonial las poblaciones indígenas coexistirían con la de los negros de San Lorenzo, no sin ciertos problemas, por otro lado continuaron los españoles invadiendo el poblado, y quemando los trapiches azucareros, así como las fabricas de aguardientes de los negros, y demás propiedades, esto se debió a que la sociedad de San Lorenzo llegó a ser muy productiva compitiendo económicamente con la sociedad española colonial, pese a las leyes decretadas contra la población negra hubo una alianza entre indígenas y negros, confirmándose con matrimonios, o mestizaje, ya para los siglos XVIII y XIX, la población de San Lorenzo ya era una población mayormente parda, ya con poblaciones vecinas de indios y españoles, 300 años después de ser declarado libre, en 1930 el pueblo de San Lorenzo cambiaría su nombre a Yanga, como es conocido actualmente.[3]
La rebelión de Yanga circularía por todos los círculos raciales y sociales de la Nueva España, esto traería la rebelión continua de esclavos y la creencia de la rebelión nacional de estos, en 1612 para apaciguar a los sublevados se daría en la historia de México un triste caso que no ha sido explorado a fondo, esto es al caso conocido como La conjuración de los negros, escrito por el historiador Domingo Francisco de San Antón Muñón conocido como Chimalpahin Quauhtlehuanitzin, un noble indígena Chalco.[8] En esta conjuración serían ahorcados 35 negros, 7 mujeres y 28 hombres, temiendo la Corona perder su territorio, así como los de linaje español, salvaguardar su vida, de todos modos la lucha de independencia mexicana en general y la negra en particular seguiría.
Yanga en la historia mexicana
Cinco décadas después de la independencia mexicana, Gaspar Yanga fue nombrado héroe nacional de México por el trabajo diligente de Vicente Riva Palacio. El influyente Riva Palacio (nieto del presidente negro, en realidad era mestizo de mulato) de México Vicente Riva Palacio fue historiador, novelista, general militar y alcalde de la Ciudad de México durante su larga vida.[3]
Al final de la década de 1860 él recuperó de los archivos de la Santa Inquisición notas sobre Yanga, las expediciones en su contra, así como el sufrimiento de la familia de origen judío de apellido Carvajal, entre otros, y los publicaría en cinco volúmenes titulados México a través de los siglos, volúmenes que aún existen y hablan de diferentes personajes que buscaron su libertad del yugo español, empezando por Yanga. De su investigación surgió la historia que hizo pública en una antología en 1870, y como folleto separado en 1873. Las reimpresiones han seguido, incluyendo una edición reciente en 1997. Otros han escrito sobre Yanga, pero ninguno ha igualado el instinto de Riva Palacio para plasmar la imagen de los fugitivos orgullosos que no serían derrotados.[3]
Existe un mural dedicado a los héroes de México en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, tal vez el único que se conoce a nivel nacional sobre la contribución de la "Tercera Raíz" en México. Este mural es titulado "Canto a los Héroes", entre quienes se encuentra Yanga detrás de Sor Juana Inés de la Cruz y Moctezuma, pintado por el muralista José Gordillo en 1952.[3]
Véase también
Referencias
- ↑ a b c d e Yanga and the Black Origins of Mexico; Sagrario Cruz-Carretero.
- ↑ The Blacks Who Freed Mexico; Journal of Negro History.
- ↑ a b c d e f g h i j The African presence in México: from Yanga to the present;
- ↑ Yanga johntoddjr.com
- ↑ a b c d e f g h i Campaña contra Yanga en 1608
- ↑ cervantesvirtual, Florencio Laurencio
- ↑ Campaña contra Yanga en 1608; Leonardo Pasquel
- ↑ La conjuración de los negros
Bibliografía
- Yanga : el guerrero negro; Guillermo Sánchez de Anda, Círculo Cuadrado, ISBN 968-6565-68-X, ISBN 9789686565683.
- Campaña contra Yanga en 1608; Leonardo Pasquel; Juan Laurencio, OCLC: 6087282.
- Yanga and the Black Origins of Mexico; Sagrario Cruz-Carretero, The Review of Black Political Economy, 33, no. 1 (2003): 73-77, ISSN 0034-6446.
- The African presence in Mexico: from Yanga to the present; Mexican Fine Arts Center Museum (Chicago, Ill.); Museo de Historia Mexicana (Monterrey, México); National Hispanic Cultural Center of New Mexico, ISBN 1-889410-03-9, ISBN 9781889410036 .
- The Blacks Who Freed México; Journal of Negro History 1994, the Afro role in 1810 war, Ted Vincent.
- The Negro Who Freed México; Negro World, Joel A. Rogers.
- La Herencia Negra En Veracruz; Sagrario Cruz Carretero, CIESAS Gulfo Xalapa, 1992.
- Esclavos en el Archivo Notarial de Xalapa: Vol.1 1668-1699, Vol.2 1700-1800 (Univ. de Veracruz, 1994) Fernando Winfield Capitaine.
- Yanga: un guerrero negro; the meaning of Yanga for Mexican history, and the town of Yanga in the 1990s. Círculo, México, Guillermo Sánchez de Anda.