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* b) tienen como fondo una retícula trazada a base de los rumbos o líneas de dirección de la [[rosa de los vientos]]; los rayos de una o dos rosas situadas en la línea central de la carta se cruzan con los de otras equidistantes, trazadas sobre los rayos de la principal o principales; tal red forma la araña de las cartas portuláneas, y se llaman ombligos, nudos o vértices los puntos de las rosas donde se concentran sus rayos.
* b) tienen como fondo una retícula trazada a base de los rumbos o líneas de dirección de la [[rosa de los vientos]]; los rayos de una o dos rosas situadas en la línea central de la carta se cruzan con los de otras equidistantes, trazadas sobre los rayos de la principal o principales; tal red forma la araña de las cartas portuláneas, y se llaman ombligos, nudos o vértices los puntos de las rosas donde se concentran sus rayos.
* c) son mapas con escala gráfica llamada [[tronco de leguas]].
* c) son mapas con escala gráfica llamada [[tronco de leguas]].
La cartografía alcanzó un gran desarrollo gracias a los portulanos, cartas marítimas que detallaban las costas y los puertos. Nuevos aparatos como el timón, la brújula y el astrolabio permitieron guiar los barcos con más precisión y orientarse mejor. Finalmente, se construyó la carabela, una nave alta y fuerte, apropiada para la navegación de altura en el Atlántico.
La cartografía alcanzó un gran desarrollo gracias a los portulanos.


== Clases de cartas portuláneas ==
== Clases de cartas portuláneas ==

Revisión del 18:00 13 may 2010

Atlas de Cresques, 1375: Baleares y costa mediterránea ibérica.
El Mediterráneo. Atlas de Cresques, 1375.

Las cartas portuláneas, también conocidas por el nombre de portulanos, son mapas que hicieron posible el uso de la brújula. Aparecen en el siglo XIII y continúan elaborándose en varias centurias, incluso muy avanzada la Edad Moderna, aunque son productos típicos de los s. XIV y XV principalmente. Se caracterizan por tres circunstancias:

  • a) son como los actuales mapas noteados.
  • b) tienen como fondo una retícula trazada a base de los rumbos o líneas de dirección de la rosa de los vientos; los rayos de una o dos rosas situadas en la línea central de la carta se cruzan con los de otras equidistantes, trazadas sobre los rayos de la principal o principales; tal red forma la araña de las cartas portuláneas, y se llaman ombligos, nudos o vértices los puntos de las rosas donde se concentran sus rayos.
  • c) son mapas con escala gráfica llamada tronco de leguas.

La cartografía alcanzó un gran desarrollo gracias a los portulanos, cartas marítimas que detallaban las costas y los puertos. Nuevos aparatos como el timón, la brújula y el astrolabio permitieron guiar los barcos con más precisión y orientarse mejor. Finalmente, se construyó la carabela, una nave alta y fuerte, apropiada para la navegación de altura en el Atlántico.

Clases de cartas portuláneas

Hay dos clases de cartas portuláneas, las náuticas puras y las náutico-geográficas. Las primeras atienden a representar con todo detalle las líneas de costa o litoral; se ocupan especialmente de las costas del Mar Mediterráneo y del Mar Negro.

Las segundas son las que, con igual riqueza de detalles, representan los litorales y las zonas interiores; el área representada abarca, a veces, todo el mundo conocido. En esta última clase de cartas se distinguieron mucho las catalanas, llamadas así por el idioma que usan en la toponimia y leyendas, aunque salgan de los talleres de Palma de Mallorca.

Procedencia

Por razón de su procedencia, Catow distingue tres grupos de cartas portuláneas (Die Geschichte der Kartographie/"La historia de la cartografía", Berlín): italianas, elaboradas principalmente en Génova, Venecia y Roma; catalanas, con Palma de Mallorca como centro de producción más destacado; y portuguesas, en cierto modo derivadas de las catalanas.

Debate sobre origen español o italiano

La cuestión del origen español o italiano de las cartas portuláneas está viva todavía. Nordenskiöld la puso sobre el tapete al suponer que la carta modelo fue española. Winter supone paternidad italiana a las cartas portuláneas náuticas, y española a las náutico-geográficas. Contra tal parecer se ha rebelado acremente Caracci: Italiani e catalani nelle primitiva cartografía medievale (Italianos y catalanes en la primitiva cartografía medieval), libro editado en Roma el año 1958.

Es indiscutible que la obra cartográfica balear superó a todas; que su estilística y su técnica crearon escuela, y que influye y forma a muchos italianos que acaban por hacer, cartográficamente hablando, obra balear. Por eso, cuando el infante D. Enrique el Navegante quiso enseñar a los portugueses la técnica y artesanía de las cartas portuláneas, acudió en busca de maestro a Palma de Mallorca y contrató al judío Jafuda Cresques, llamado Jaime Ribes o Jaime de Mallorca al bautizarse.

Cartas portuláneas italianas

La copiosa serie de cartas portuláneas italianas se inicia a mediados del s. XIII, con la llamada Carta Pisana, que se conserva en la Biblioteca Nacional de París. Al siglo siguiente pertenecen la Carta de Carignano, desaparecida del Archivo Nacional de Florencia donde se conservó mucho tiempo; la obra cartográfica del genovés Pedro Vesconte, el ilustrador de la obra de Marino Sanudo; la de Francisco Pizigano (1373), con influencia de la estilística mallorquina; y las de Beccario, Canepa y de los hermanos Benincasa, naturales de Ancona.

Cartografía mallorquina

La novedad de la cartografía mallorquina son las cartas náutico-geográficas, todas con estilística común en la representación de ciertos accidentes y zonas geográficas. La obra cumbre de las cartas portuláneas mallorquinas es el Atlas de Abraham Cresques, de 1375, conservado en la Biblioteca Nacional de París.

Abraham Cresques era un judío mallorquín que trabajó al servicio de Pedro IV de Aragón. En su taller de buxoler le ayudaba su hijo Jafuda. El título del Atlas es Mapamundi, o sea, mapa del mundo y de las regiones de la Tierra con los varios pueblos que la habitan. Fue confeccionada la obra a petición del infante Don Juan, hijo de Pedro IV, deseoso de una fiel representación de O a E del mundo. Forman el Atlas 12 hojas sobre tablas, unidas unas a otras por pergamino, y en disposición de biombo. Cada tabla es de 69 por 49 cm. Las cuatro primeras se llenan con textos geográficos, tablas geográficas y astronómicas y calendarios. Lo más sensacional del Mapamundi de Cresques es la representación de Asia, desde el mar Caspio hasta Catay (China), en la que se tiene en cuenta la información de Marco Polo, Jordanus y otros.

En el s. XIV destaca también la obra de Guillermo Soler, que cultiva los dos estilos, la carta náutica y la náutica-geográfica. Al s. XV corresponde la famosa carta náutica de Gabriel Vallseca, 1439, conservada en el Museo Marítimo de Barcelona; es notable por su primor de ejecución y animados detalles pintorescos. La desvaída negrura sudoesteada que puede percibirse en ella es un recuerdo vivo de la visita de Chopin, con George Sand, al palacio del conde de Montenegro en Mallorca; se trata de un detalle animadamente relatado por la escritora en Un invierno en Mallorca

Cartas portuláneas portuguesas

Las cartas portuláneas portuguesas de raigambre mallorquina, como está dicho, tienen como singularidad el sobreponer a la «araña» las líneas astronómicas del ecuador y trópicos. Por último, la ampliación del horizonte geográfico por los portugueses y españoles demandó necesidades que no cumplían las cartas portuláneas, pero aun así continuaron elaborándose en los s. XVI y XVII.

Enlaces externos

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