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== El gobierno del condado ==
== El gobierno del condado ==
Los ribagorzanos no eran vasallos del conde, sino feudatarios; en cuestiones patrimoniales, se regían por costumbres locales, muy parecidas a las del [[condado de Pallars]], o por el [[Fuero de Aragón]]; que usaban como lengua vulgar el catalán ribagorzano incluso en zonas donde hoy día se habla castellano, invocaban siempre el derecho aragonés en las escrituras públicas.
Los ribagorzanos no eran vasallos del conde, sino feudatarios; en cuestiones patrimoniales, se regían por costumbres locales, muy parecidas a las del [[condado de Pallars]], o por el [[Fuero de Aragón]]; que usaban como lengua vulgar el [[Dialecto ribagorzano|aragonés ribagorzano]] incluso en zonas donde hoy día se habla castellano, invocaban siempre el derecho aragonés en las escrituras públicas.


El condado se gobernaba por el [[Consejo General de Ribagorza]], formado por procuradores de todos los lugares y ciudades, que se reunía el día de [[San Vicente mártir]] (22 de enero) en [[Benabarre]].
El condado se gobernaba por el [[Consejo General de Ribagorza]], formado por procuradores de todos los lugares y ciudades, que se reunía el día de [[San Vicente mártir]] (22 de enero) en [[Benabarre]].

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El condado de Ribagorza fue uno de los existentes en el territorio que, durante la primera mitad del siglo IX, algunos cronistas de la corte carolingia denominaron Marca Hispánica. Comprendía las cuencas de los ríos Ésera e Isábena, además de una buena parte de la cuenca del Noguera Ribagorzana.

Orígenes del condado

Dentro de la conquista franca al sur del Pirineo dirigida por Carlomagno, Guillermo I de Tolosa llevó a cabo personalmente la ocupación del Pallars y la Ribagorza, y los incorporó como pagi a su condado, a pesar de la oposición de las élites locales. En el año 833 Aznar Galindo, conde de Urgel y Cerdaña, se apoderó de estos pagi, sustrayéndolos así del dominio tolosano; gracias al sentimento indigenista, Aznar Galindo, a pesar de haber perdido el condado de Urgel y el condado de Cerdaña, concedidos el año 834 a Sunifredo de Urgel-Cerdaña por Luis el Piadoso, consiguió resistir en el Pallars y Ribagorza hasta 844, cuando lo expulsó el conde Frédol de Tolosa.

El sentimiento indigenista continuó a pesar de todo; en 872, el condado de Tolosa sufrió una crisis de poder a raíz del asesinato del conde Bernardo II de Tolosa por fieles de Bernardo Plantapilosa, reconocido después como conde por Carlos el Calvo. Entonces, un señor local, Ramón, aprovechó para independizar los territorios al sur de los Pirineos de los condados y crear una dinastía condal propia.

Ramón I de Pallars-Ribagorza (872920) era hijo del conde Lope de Bigorra y biznieto de Lope Centulo, nombrado en 818 como duque de los vascones, pueblo predominante en las zonas interiores del Pirineo. Para consolidar su independencia, Ramón I procuró constituir un obispado propio en el Pallars, conseguido gracias a las intrigas de Esclua, y encontrar aliados contra los condes de Tolosa, que aspiraban a recuperar el dominio sobre sus territorios del sur del Pirineo; por eso, el conde de Pallars-Ribagorza buscó influir en los estados vecinos: en Navarra, intervino en 905 en el golpe de estado que entronizó a su sobrino Sancho Garcés I; y en Zaragoza estrechó vínculos con los Banu Qasi. Así mismo, en 904, el miembro de los Banu Qasi Lope ibn Muhamad, rompe con la orientación seguida por su padre, dirigiendo un ataque contra los condados de Pallars y Ribagorza; posteriormente, una nueva expedición, dirigida, en 907, por al-Tawil de Huesca, se apoderó en Ribagorza de Roda de Isábena y Montpedrós; por eso, el conde tuvo que abandonar la política de entendimiento con los musulmanes.

A la muerte de Ramón I en el 920, sus dominios se repartieron entre sus hijos: Miró y Bernardo Unifredo rigieron Ribagorza, e Isarn y Llop cogobernaron el condado de Pallars.

La dinastía de Ribagorza

Bernardo Unifredo, casado con Toda Galíndez, hija de Galindo II Aznárez, pudo recuperar los territorios ocupados por los musulmanes en 907. Como Miró falleció sin descendencia, Ramón II, hijo de Bernardo Unifredo y Tota, fue el único heredero de Ribagorza; a la muerte de Ramón II en 970, en Ribagorza, se sucedieron sus hijos Unifredo (970979), Arnau (979990) e Isarn (9901003). Cuando murió este último, su hermana Tota, casada con Suñer de Pallars, rigió el condado, al cual, en 1011, habiéndose quedado viuda, asoció su sobrino Guillermo, hijo ilegítimo de Isarn, que con la ayuda de su primo, el conde de Castilla Sancho García, resistió los ataques de los musulmanes. A la muerte de Guillermo en 1017, Ribagorza fue anexionada al reino de Navarra, que también incluía el antiguo condado de Aragón.

Los condes de Ribagorza

Sancho III de Navarra

A raíz de un enfrentamiento contra los hombres del Valle de Arán, contrarios a su dominio, en 1017 murió el conde Guillermo de Ribagorza, sin descendencia y sin haber dejado sucesor. Este hecho provocó una situación de crisis que los árabes aprovecharon para atacar el centro y el sur del condado, con lo que se apoderaron de las comarcas de Roda y de Santa Liestra.

En 1018, ya fuese por iniciativa propia o bien llamado por algunos nobles del condado, el rey Sancho III de Navarra, casado con Muniadona de Castilla una biznieta del conde Ramón II de Ribagorza, ocupó la parte central de la Ribagorza, situada al norte del castillo de Laguarres, en las cuencas medias del Ésera y del Isábena y hostigó a los sarracenos; asimismo, la parte septentrional del condado (el Valle de Sos, las cuencas altas del Ésera y del Isábena, al norte de la sierra de Ballabriga y del Turbón) juntamente con toda la cuenca del Noguera Ribagorzana, quedaron en poder del conde Ramón III de Pallars Jussà, casado con Major, nieta de Ramón II de Ribagorza.

En el año 1020, Ramón III de Pallars Jussà repudió a su mujer, la cual se refugó en la región septentrional del condado de Ribagorza, donde el conde del Pallars Jussà intentó expulsarla para quitarle el condado. Finalmente, después de una revuelta acontecida en 1025, Major fue desposeída del condado, que pasó a manos de Sancho III de Navarra; entonces, Major se retiró a Castilla, donde acabaría siendo abadesa del monasterio de San Miguel de Pedroso; de su antiguo dominio en Ribagorza, Ramón III de Pallars Jussà sólo conservó la cuenca del Noguera Ribagorzana, mientras que el resto del condado lo poseía Sancho III de Navarra.

El reino de Aragón

A su muerte en 1035, Sancho III de Navarra dividió la herencia entre sus hijos: Fernando I de Castilla, García III de Navarra, Gonzalo I de Ribagorza y Ramiro I de Aragón; cada uno de estos herederos se dio el título de rey y constituyó en sus dominios un reino independiente.

Gonzalo I murió en 1043; entonces, sus dominios –Sobrarbe y Ribagorza– fueron anexionados al reino de Ramiro I, que comprendía únicamente el antiguo condado de Aragón, es decir, la región pirenaica de Jaca.

Después de la anexión de Navarra a Aragón por el rey Sancho Ramírez (1076), y de la crisis provocada en el mundo musulmán por la muerte del rey Al-Muqtadir de Zaragoza en 1081, empezó la expansión aragonesa. Pedro, hijo del rey Sancho Ramírez, en vida de su padre, tomó Estada (1087) y Monzón (1089), y, después, devino rey (10961104), se apoderó de Huesca (1096) y Barbastro (1100). Alfonso el Batallador (11041134), hermano y sucesor de Pedro, continuó la expansión con la toma de Zaragoza (1118) y, poco después, de Tudela y Tarazona; a continuación, intentó apoderarse de Lérida y Tortosa, que no consiguió tomar a causa de la alianza del emir de Lérida con Ramón Berenguer III. Alfonso el Batallador, durante el reinado del cual se habían restablecido las sedes episcopales de Huesca, Tarazona y Zaragoza, murió, en 1134, en el sitio de Fraga.

Después de la muerte, sin descendencia, de Alfonso el Batallador, acabó siendo proclamado rey su hermano Ramiro II el Monje (11341147); en 1137, Ramiro II acordó el matrimonio de su hija Petronila con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, cosa que dio origen a la Corona de Aragón.

La nueva dinastía de Ribagorza

Capítulo de las Constituciones de Cataluña, dedicado a la Paz y Tregua.

La unión de Aragón con Cataluña planteó el problema de la delimitación de estos territorios, que no estaba consolidada del todo en tiempos de Ramón Berenguer IV.

En enero de 1244, Jaime I fijó la frontera entre Aragón y Cataluña en el río Cinca, desde el valle de Bielsa hasta el Ebro, incluyendo parte del condado de Sobrarbe en Cataluña a pesar de las protestas de los aragoneses. Ahora bien, en 1300, las Cortes de Aragón reunidas en Zaragoza por Jaime II el Justo votaron un capítulo, que el rey ratificó, incluyendo el condado de Ribagorza, Sobrarbe y la comarca de la Litera, incluyendo Almacelles, dentro del reino de Aragón; en protesta, las Cortes de Cataluña reunidas en Barcelona en 1305 aprobaron un capítulo contrario a la resolución de Zaragoza, declarando que Cataluña se extendía desde Salses hasta el Cinca, ahora bien, Jaime II no aprobó este capítulo por lo que quedó definitivamente definido como aragonés.

En 1322, quizá queriendo paliar los resultados de la decisión de 1305, Jaime II decidió conceder el condado de Ribagorza, excluyendo la baronía de Castro, la baronía de Monclús, La Fueva, el valle de Gistaín y el de Bielsa y la ciudad de Monzón, a su hijo, el infante Pedro; el conde de Ribagorza sería vasallo del rey, teniendo que asistir a las Cortes de Aragón.

Los condes de esta segunda dinastía de Ribagorza fueron:

Alfonso IV y Alfonso V fueron también duques de Gandía; como Alfonso V murió sin herederos, el condado pasó al rey Alfonso el Magnánimo, que lo concedió a su hermano Juan, el cual, al llegar a ser rey –Juan II (14581479)–, lo concedió a su hijo Fernando el Católico, hasta que, en el 1469, lo atorgó a su hijo legitimado Alfonso de Aragón, duque de VillahermosaAlfonso VI de Ribagorza (14691485)–.

Los condes de Ribagorza de la dinastía de los reyes de Aragón y duques de Villahermosa fueron:

El gobierno del condado

Los ribagorzanos no eran vasallos del conde, sino feudatarios; en cuestiones patrimoniales, se regían por costumbres locales, muy parecidas a las del condado de Pallars, o por el Fuero de Aragón; que usaban como lengua vulgar el aragonés ribagorzano incluso en zonas donde hoy día se habla castellano, invocaban siempre el derecho aragonés en las escrituras públicas.

El condado se gobernaba por el Consejo General de Ribagorza, formado por procuradores de todos los lugares y ciudades, que se reunía el día de San Vicente mártir (22 de enero) en Benabarre.

Hasta 1149, el condado de Ribagorza dependía de tres territorios eclesiásticos: la sede episcopal de Roda y las jurisdicciones exentas de los reales monasterios de Alaón, y San Victorián, (conocido en Aragonés como San Beturián). Durante toda la Reconquista, hasta mediados del siglo XII, Roda protegía e incorporaba la jurisdicción de Lérida. En 1096, mientras que la sede seguía en Roda, se trasladó el obispado a Barbastro. En 1149 se suprimió la sede de Roda, devolviendo la jurisdicción al obispado de Lérida y repartiéndose los territorios rotenses entre las jurisdicciones de Barbastro y Lérida; ahora bien, en 1571, lugares ribagorzanos que habían estado bajo jurisdicción Leridano - todo el valle de Ésera, una buena parte del de Isábena y las tierras del Cinca al norte de Monzón, pasaron a integrarse en el obispado de Barbastro.

Durante el siglo XVI el Condado de Ribagorza comprendía el territorio que va desde Benasque a Monzón en el río Cinca y los descampados de Ráfales al sur de Altorricón y Binéfar, según consta en un documento impreso en Zaragoza a finales del siglo XVI, en el que se hace inventario y descripción de cada uno de los pueblos que componen el Condado de Ribagorza y en él se hace constar que el Conde tenía jurisdicción propia, ateniéndose a litigios con el Justicia de Aragón.

Asimismo los poderes de cada jurisdicción civil en ocasiones chocaban con el obispo de Lérida que tenía más de cien parroquias en territorio aragonés, coincidiendo el límite con la margen derecha del río Noguera Ribagorzana y las poblaciones de Albelda, Altorricón y otras desaparecidas que formaban parte de dicho Condado según consta en el libro de visitas que se inicia después del Concilio de Trento y se detallan los tributos de cada parroquia aragonesa dependiente del obispo ilerdense.

La intervención de Felipe II

Durante el gobierno del conde Martín I de Ribagorza (15501578), se produjeron continuamente revueltas en el condado porque muchos ribagorzanos querían pasar a dominio real; en 1554, los letrados de la corte de Felipe II declararon la extinción del feudo, pero el tribunal del Justicia Mayor de Aragón defendió los derechos del conde. A raíz de la revuelta de Benabarre (1578), ayudada secretamente por la corte real, Martín I renunció a favor de su hijo Fernando II de Ribagorza, el cual derrotó una nueva revuelta en Benabarre en 1587, pero los ribagorzanos continuaron la revuelta con la ayuda de bandoleros catalanes y con el soporte del conde de Chinchón, tesorero general del Consejo de Aragón y enemigo de los Villahermosa.

Estas revueltas, que dieron lugar a una guerra civil en el condado entre partidarios del conde y partidarios del rey, coincidieron con las alteraciones de Aragón; entonces, en 1591, Felipe II, para restablecer el orden, obligó al conde Fernando a renunciar a cambio de una compensación económica, y el condado revirtió a la Corona.

El fin del condado

En 1633, Felipe IV concedió a Graus un segundo justicia de Ribagorza, con jurisdicción separada de Benabarre.

Durante las revueltas aragonesas contra Felipe IV, toda la Ribagorza se unió a la revuelta aragonesa hasta que el ejército aragonés fue definitivamente derrotado en Fraga por las tropas de Felipe IV y ocupar después la Ribagorza, la Litera y Lérida.

Al estallar la Guerra de Sucesión, en 1705 el condado de Ribagorza como otras partes de Aragón, se pronunció a favor del archiduque Carlos, mientras que el resto de Aragón todavía estaba en poder de Felipe V. Con los Decretos de Nueva Planta, Ribagorza es corregimiento de Aragón, que más tarde se convertiría en el partido judicial de Benabarre en 1834 al establecerse la nueva provincia de Huesca.

Patrón del Condado

Como santo patrón del Condado de Ribagorza, en un grabado del siglo XVI, impreso en Zaragoza, figura San Medardo Obispo, en el que se reconoce su valor como intercesor en tiempo de sequía para implorar las lluvias. San Medardo todavía es patrón de Benabarre y delante del santo se cantan y bailan las pastoradas de Benabarre que divulgó durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XX el investigador granadino Ricardo del Arco, en cuyos libros se pueden leer las versiones recogidas por este investigador.