Diferencia entre revisiones de «Anastasia Nikoláyevna de Rusia»

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Su Alteza Imperial la Gran Duquesa Anastasia de Rusia, Anastasia Nikolaevna Romanova (en ruso: Великая Княжна Анастасия Николаевна Романова) (18 de junio de 1901/5 de junio según el calendario juliano - 17 de julio de 1918), hija más joven del Emperador Nicolás II, el último zar de la Rusia Imperial, y de su esposa Alejandra Fiodorovna. Anastasia fue la la hermana menor de la Gran Duquesa Olga, la Gran Duquesa Tatiana y la Gran Duquesa Maria, y la hermana mayor de Alexis Nikolayevich Romanov, zarevich de Rusia. Fue presumiblemente asesinada junto al resto de su familia el 17 de julio de 1918, por fuerzas de la policía secreta bolchevique.

Sin embargo, los rumores de que Anastasia sobrevivió a la masacre y pudo escapar son persistentes desde 1918. Muchas mujeres a lo largo del siglo XX han afirmado ser la Gran Duquesa Anastasia, la más famosa de las cuales fue Anna Anderson, cuyo cuerpo fue incinerado tras su muerte, acaecida en 1984. A pesar del apoyo que prestaron a Anderson muchas personas que habían conocido a Anastasia, las pruebas de ADN de restos de Anderson en su pañuelo y pelo revelaron que no tenía ningún parentesco con la Gran Duquesa.[1]

Biografía

Infancia

Anastasia en 1904.

Anastasia Nikolaevna nació el 5 de junio de 1901 en Peterhof, Rusia, según el calendario juliano, vigente en ese país hasta 1918. Según el calendario gregoriano era el 18 de junio. Cuando Anastasia nació, sus padres y el resto de su familia se sintieron decepcionados por haber tenido una cuarta hija (tras Olga, Tatiana y Maria). Su padre, el zar Nicolás II, no fue inmediatamente a ver a su nueva hija, ya que decidió dar un largo paseo para asimilar el hecho de que no le había nacido un heredero varón.[2]​ La recién nacida recibiría el nombre de Anastasia. Uno de los posibles significados de su nombre sería la que "rompe las cadenas" o la que "abre la prisión", ya que la cuarta Gran Duquesa habría recibido su nombre debido a que, en honor a su nacimiento, su padre había perdonado y excarcelado a un grupo de estudiantes que habían provocado disturbios en San Petersburgo y Moscú el invierno anterior.[3]​ Otro significado para su nombre sería "de la resurrección", muy aludido posteriormente por los rumores de su posible supervivencia. El título que ostentaba Anastasia, siguiendo una traducción más precisa, sería el de Gran Princesa, aludiendo a que Anastasia, como Alteza Imperial, tenía mayor rango que las otras princesas europeas, que sólo eran Altezas Reales. Gran Duquesa es la forma más ampliamente usada en español y otros idiomas, a la hora de traducir el rango de las hijas de Nicolás II.[4]

Las hijas del zar fueron criadas de la manera más austera posible. Dormían en duros catres plegables, sin almohadas, excepto cuando estaban enfermas. Tomaban duchas frías por la mañana y se esperaba de ellas que mantuvieran sus cuartos ordenados y limpios, y se dedicaran a la costura para después vender las piezas en varios actos de caridad, siempre y cuando no estuvieran ocupadas en otras tareas. La mayoría de los habitantes de la casa, incluyendo a los criados, llamaban normalmente a la Gran Duquesa por su primer nombre y el patronímico, Anastasia Nikolaevna, y no usaban el título de "Su Alteza Imperial". A menudo se la llamaba usando la versión francesa de su nombre, "Anastasie", o por los apodos rusos "Nastya," "Nastas," o "Nastenka". Otros apodos eran "Malenkaya", que significaba "la más joven"[5]​, o "shvibzik", la palabra rusa para "duende " o "diablillo".

Anastasia (la última a la derecha) junto a Olga, Tatiana y Maria Nikolaevna, 1906

Haciendo honor a sus apodos, la joven Anastasia creció como una niña vivaz y llena de energía. Descrita como de corta estatura y algo rechoncha, con ojos azules[6]​ y de pelo rojizo[7]​ tirando a rubio.[8]​ Margaretta Eagar, la institutriz de las cuatro Grandes Duquesas, comentó que la joven Anastasia era la criatura más encantadora que había conocido.[3]​ Muy a menudo descrita como una muchacha brillante y de gran talento, no sabía asimilar las restricciones de las horas de estudio, según sus tutores Pierre Gilliard y Sydney Gibbes. Gibbes, Gilliard, y las damas de honor Lili Dehn y Anna Vyrubova la describieron como una niña muy animada, traviesa y como una actriz de gran talento. sus comentarios, ingeniosos y agudos, herían a menudo sensibilidades.[9][10][8]

Existen muchos testimonios que atestiguan que el comportamiento de la joven Anastasia rozaba, ocasionalmente, lo inaceptable. Según Gleb Botkin, hijo del medico de la corte Yevgeny Botkin, asesinado junto a la familia imperial en Ekaterinburgo, Anastasia "era la gran responsable de la mayoría de travesuras y hechos punibles de la familia, ya que en ese aspecto era un autentico genio".[11]​ Siempre intentaba engañar a los criados o bromear con sus tutores, como subirse a lo alto de un árbol y negarse a bajar, desvelando un comportamiento típicamente infantil. O golpear con una gran bola de nieve a su hermana Tatiana, con la suficiente fuerza como para dejarla tendida en el suelo.[8]​ Una prima lejana, la princesa Nina Georgievna, repetía que Anastasia "era tan horrible y repugnante como el mismo diablo" y que le gustaba engañar, golpear y arañar a sus compañeros de juegos; se sentía insultada por el hecho de que Nina era mas alta que ella a pesar de ser más joven.[12]​ Se preocupaba bastante menos que sus hermanas por su aspecto y apariencia. Hallie Erminie Rives, una exitosa escritora estadounidense, mujer de un diplomático, explicaba como veía a una joven Anastasia, de solo diez años de edad, comiendo bombones de chocolate sin preocuparse en quitarse antes sus largos y blancos guantes de ópera, en la Casa de la Ópera de San Petersburgo.[13]

Un soldado empuja un carrito con Anastasia, que hace muecas a la cámara, y su hermana María.Cortesía: Beinecke Library

Anastasia y su hermana mayor, María, eran conocidas en la familia como "La pequeña pareja". Las dos muchachas compartieron habitación, a menudo llevaban variaciones del mismo vestido y pasaban la mayor parte del tiempo juntas. Las dos hermanas mayores, Olga y Tatiana, también compartían habitación, y eran llamadas "La pareja mayor". Las cuatro hermanas solían firmar sus cartas con el acrónimo OTMA, resultado de las iniciales de sus nombres de pila.[9][10][8]

A pesar de su vitalidad, Anastasia no gozaba de buena salud. Padecía el mal llamado hallux valgus (juanetes) que afectaba a los dos dedos gordos del pie.[14]​ También tenía un músculo poco cargado en la espalda, que le obligaba a recibir un masaje dos veces a la semana. Su reticencia a los masajes era tal que se escondía bajo armarios o camas para no recibirlos.[15]

La Gran Duquesa Olga Aleksandrovna Romanova, tía paterna de Anastasia, reveló en una entrevista tardía que la hermana mayor de Anastasia, María, sufrió una hemorragia en 1914, mientras era operada de amígdalas. La propia madre, la zarina Alejandra, tuvo que ordenar a un acobardado médico que continuara con la operación. Olga Aleksandrovna pensaba que las cuatro niñas sangraban más de lo normal y creía que eran portadoras del gen de la hemofilia, transmitido por su madre.[16]​ Los portadores del gen estaban expuestos a los riesgos de sufrir una fuerte hemorragia.[17]​ Anastasia, como el resto de su familia, adoraba y se preocupaba de su largamente esperado hermano el zarevich de Rusia Alexis, también llamado "Bebé", que sufría frecuentes ataques de hemofilia que estuvieron cerca de matarlo varias veces.

Rasputín

Rasputín

La madre de Anastasia, la zarina Alejandra, confiaba ciegamente en los consejos de Grigori Rasputín, un campesino ruso y starets ambulante, con fama de hombre santo, cuyos rezos supuestamente habían aliviado los dolores del joven Alexis muchas veces. Anastasia y sus hermanas fueron cultivadas para ver a Rasputín como "nuestro amigo" y "confidente". En el otoño de 1907, la tía de las niñas, la Gran Duquesa Olga Aleksandrovna Romanova, fue conducida por el zar a la habitación de los niños para que conociera a Rasputín. La Gran Duquesa recordaba: "Anastasia, sus hermanas y su hermano Alexis llevaban largos camisones blancos. A todos parecía gustarles ese hombre, se les veía cómodos con su presencia".[18]​ la complicidad de Rasputín con los niños se hacía patente en muchos de los mensajes que les enviaba. En febrero de 1909 les envió un telegrama donde les aconsejaba "Amar toda la inmensidad de Dios y de su Creación, en especial en esta tierra. La Madre de Dios siempre estaba ocupada cosiendo y recogiendo flores".[19]

Sin embargo, una de las doncellas de las niñas, Sofía Ivanovna Tyutcheva, se horrorizaba en 1910 que se le permitiera a Rasputín entrar en las habitaciones de las muchachas cuando sólo llevaban puesto un camisón. El zar Nicolás le pidió al monje que evitara entrar en esas habitaciones en el futuro. Los niños, conscientes de la situación, temieron que las palabras de Tyutcheva hicieran enfadar a su madre. "Tengo miedo de que S.I. ( Sofía Ivanovna Tyutcheva) diga...cosas malas de nuestro amigo", escribió la hermana mayor de Anastasia, Tatiana, a su madre el 8 de marzo de 1910 (con doce años), y añadía: "Espero que nuestra doncella sea amable con nuestro amigo en el futuro".[20]​ Poco después la zarina despedía a Tyutcheva.

Tyutcheva informaba de lo que veía al resto de miembros de la familia imperial.[21]​ Mientras que las visitas de Rasputín a las niñas eran consideradas por el monje como algo completamente inocente en la naturaleza, el resto de la familia estaba escandalizada. Tyutcheva le explicó a la hermana de Nicolás, la Gran Duquesa Xenia Alexandrovna de Rusia, que Rasputín visitaba a las niñas, hablaba con ellas mientras se preparaban para ir a dormir y las abrazaba y acariciaba. Tyutcheva decía que las niñas habían sido instruidas para no hablar del monje en su presencia y para ocultar sus visitas a las habitaciones. El 15 de marzo de 1910 Xenia escribía que no podía entender "...la actitud de Alix (la zarina) y los niños hacia ese siniestro Grigori (Rasputín) (al que consideraban casi como un santo, cuando no era más que un vulgar khlyst)"."[20]

La zarina Alejandra y sus cuatro hijas, 1909

En la primavera de 1910, María Ivanovna Vishnyakova, una doncella real, denunció que Rasputín la había violado. Vishyakova dijo que la zarina se negó a creerle y que insistió en que "todo lo que Rasputin hace es santo". la Gran Duquesa Olga Alexandrovna declaró que las acusaciones de Vishnyakova fueron inmediatamente investigadas, pero en cambio "sorprendieron a la joven en la cama con un cosaco de la Guardia Imperial". Impidieron a Vishnyakova acercarse a Rasputín, y en 1913 sería despedida.[22]

Sin embargo los rumores persistieron, hasta el punto que se decía que Rasputín no sólo había seducido a la zarina, sino también a las cuatro Grandes Duquesas.[23]​ Estos rumores aumentaron considerablemente cuando el propio Rasputín divulgó las cartas que la zarina y sus hijas le enviaban. "Mi querido, hermoso, mi único amigo", escribía Anastasia. "Cuantas ganas tengo de verte otra vez. Hoy he soñado contigo. Siempre le pregunto a Mamá cuando vendrás...Pienso en ti siempre, cariño, porque eres tan bueno conmigo..."[24]​ A estas revelaciones siguieron la circulación de unos dibujos pornográficos que representaban a Rasputín manteniendo relaciones sexuales con la zarina, sus cuatro hijas y Anna Vyrubova.[25]​ A raíz del escándalo el zar, a pesar de la fuerte oposición de su esposa, ordenó a Rasputín que abandonara San Petersburgo por un tiempo, con lo que éste se fue de peregrino a Israel.[26]​ A pesar de los rumores, la unión entre la familia imperial y el monje continuó hasta el asesinato de éste, el 17 de diciembre de 1916 (29 de diciembre según el calendario gregoriano). "Nuestro Amigo está muy satisfecho de nuestras niñas, dice que han pasado por duras pruebas para su edad y de que sus almas están muy desarrolladas", escribía Alejandra a su marido el zar Nicolás el 6 de diciembre de 1916.[27]

En sus memorias, A.A. Mordvinov escribió que las cuatro Grandes Duquesas se quedaron "visiblemente trastornadas" por la muerte de Rasputín y que permanecieron sentadas "abrazadas las unas a las otras" en un sofá de uno de sus dormitorios durante toda la noche en la que recibieron la noticia. Mordvinov recordaba que las muchachas estaban de muy mal humor y que parecían intuir la agitación política que ya se estaba gestando en Rusia.[28]​ Rasputín fue enterrado con un icono, firmado en su reverso por la zarina y sus cuatro hijas. Anastasia asistió a su entierro, el 21 de diciembre de 1916, y junto a su familia planearon edificar una iglesia sobre el emplazamiento de su tumba.[29]

Primera Guerra Mundial y revolución

La Gran Duquesa María(izquierda) y la Gran Duquesa Anastasia junto a soldados heridos, 1915

Durante la Primera Guerra Mundial Anastasia, junto a su hermana María, solía visitar a los soldados heridos en un hospital privado situado en los terrenos de Tsarskoye Selo (la Villa de los Zares). Las dos adolescentes, demasiado jóvenes para pertenecer a la Cruz Roja como su madre y sus dos hermanas mayores, jugaban con los soldados para levantarles el ánimo. Felix Dassel, que estuvo allí hospitalizado, recordaba que la joven Gran Duquesa "reía como una ardilla" y que caminaba tan rápido "que siempre parecía a punto de tropezar".[30]

En febrero de 1917 estallaría la Revolución Rusa, que obligó a Nicolás II a abdicar del trono. Anastasia y su familia fueron puestos bajo arresto domiciliario en el Palacio de Alejandro, en Tsarskoye Selo, pero dada la cercanía de las fuerzas bolcheviques Alexander Kerensky, del gobierno provisional, desplazó a la familia hasta Tobolsk, en Siberia. Una vez los bolcheviques se hicieron con el control de la mayor parte de Rusia, Anastasia y su familia fueron trasladados a la Casa Ipatiev, en Ekaterinburgo.[31]

El nerviosismo y la incertidumbre del cautiverio afectó más a Anastasia que al resto de su familia. "Adiós", le escribió a un amigo en el invierno de 1917: "No te olvides de nosotros". En Tobolsk, Anastasia escribió una redacción para su tutor de inglés, repleto de faltas de ortografía, sobre Evelyn Hope, un poema de Richard Browning que habla de una chica joven: "Cuando ella murió, solo tenía 16 años", escribió Anastasia. "Había un hombre que la amaba sin haberla visto nunca, pero pese a ello la conocía bien. Y ella también había oído hablar de él. Él nunca pudo decirle que la amaba, y ahora ella está muerta..."[32]

De izquierda a derecha,la Gran Duquesa Olga Nikolaevna , el Zar Nicolas II, la Gran Duquesa Anastasia Nikolaevna y la Gran Duquesa Tatiana Nikolaevna en su cautiverio en Tobolsk en el invierno de 1917. Cortesía: Beinecke Library

En Tobolsk, ella y sus hermanas escondieron joyas dentro de sus vestidos para evitar que se las robaran, pero los guardias registraron a Anastasia y a sus hermanas Olga y Tatiana en busca de esas joyas mientras iban a bordo del Rus, el buque a vapor que las transportaba a Ekaterinburgo, donde estaban sus padres y su hermana María, en mayo de 1918. Su tutor de inglés, Sydney Gibbes, recordaba haber oído a las grandes Duquesas llorar y gritar asustadas, y su propia impotencia al no poder ayudarlas.[33]​ Pierre Giliard hablaba de su último encuentro con los niños en Ekaterinburgo: "El marinero Nagorny, que se encargaba del pequeño Alexis, pasó ante mi ventana con el niño enfermo en brazos, detrás venían las Grandes Duquesas con maletas y algunos efectos personales. Traté de acercarme, pero el centinela me hizo retroceder bruscamente y me hizo alejarme del carruaje. Volví a la ventana. Tatiana Nikolayevna apareció en último lugar, con su pequeño perro y arrastrando una pesada maleta marrón. Estaba lloviendo y pude ver como sus pies se hundían en el barro a cada paso que daba. Nagorny trató de ayudarla, pero uno de los comisarios se lo impidió..."[34]​ Menos de dos meses después, el 14 de julio de 1918, sacerdotes de Ekaterimburgo prepararon un servicio especial para la familia en la que, según dijeron después, se arrodillaron durante el rezo a los muertos, cosa que no era su costumbre.[35]

Sin embargo, en sus últimos meses de vida, Anastasia intentó llevar su cautiverio de la mejor forma posible. Junto a otros miembros de la casa organizaba juegos para deleitar a sus padres durante la primavera de 1918. Según Sidney Gibbes, las actuaciones de Anastasia "hacían estallar en carcajadas" al resto de la familia.[36]​ En mayo de 1917, en una carta desde Tobolsk a su hermana María en Ekaterinburgo, describía un momento de felicidad a pesar de la tristeza, la soledad y la preocupación por su enfermo hermano: "¡Estuvimos columpiándonos, y no podíamos parar de reír, la caída era tan maravillosa! Se lo expliqué tantas veces a mis hermanas que llegaron a cansarse, pero lo podía haber explicado mil veces mas...¡Qué bien lo pasamos! Sólo se podía gritar de alegría."[37]​ En sus memorias, uno de los guardias de la Casa Ipatiev, Alexander Strekotin, recordaba a Anastasia como una muchacha "muy amigable y llena de alegría", mientras que otro guardia dijo que era "un diablillo encantador. Era traviesa y pocas veces se la veía cansada. Le gustaba hacer números cómicos con los perros, como si estuvieran en un circo".[38]​ Sin embargo, otro de los guardias, llamaba a Anastasia "ofensiva y una terrorista" y se quejaba de que algunos de sus provocativos comentarios causaban tensión entre los soldados.[39]

Para la mayoría de historiadores, Anastasia fue asesinada junto al resto de su familia la mañana del 17 de julio de 1918, por un pelotón de fusilamiento. La ejecución extrajudicial fue llevada a cabo por miembros de la policía secreta bolchevique, al mando de Yakov Yurovsky.

La ejecución

Ultima foto conocida de Anastasia, mayo de 1918

Tras la abdicación del zar Nicolás II Rusia entró vertiginosamente en una guerra civil. Las negociaciones para la liberación de la familia imperial entre los bolcheviques (llamados el Ejercito Rojo) y el resto de la familia, muchos de ellos importantes miembros de casas reales europeas, se suspendieron.[40]​ El avance del Movimiento Blanco, cuyo brazo militar era conocido como Ejército Blanco o Guardia Blanca (compuesto por legalistas fieles seguidores del zar y de los principios de la autocracia) sobre Ekaterinburgo dejaba al Ejercito Rojo en una situación precaria. Los "rojos" sabían que Ekaterinburgo caería por la mayor superioridad y la mejor preparación del Ejercito Blanco. Cuando los "blancos" llegaron a la ciudad, la familia imperial simplemente había desaparecido. La teoría más aceptada fue que habían sido ejecutados. A esta conclusión llegó el investigador del Movimiento Blanco Nicolas Sokolov, basada en el descubrimiento de efectos personales de la familia imperial encontrados en un pozo situado en la mina Ganina Yama.[41]

Yakov Mikhailovich Yurovsky en 1918

El "Informe Yurovsky", un informe de los hechos remitido por Yurovsky a sus superiores bolcheviques tras la ejecución, fue encontrado en 1989 y reproducido en el libro "El último Zar" de Edward Radzisnky (1992). Según el informe, la noche de la masacre la familia fue despertada y se le pidió que se vistieran. Cuando preguntaron la razón, se les informó que iban a ser trasladados a una nueva ubicación por su seguridad, por la proximidad del Ejercito Blanco a Ekaterinburgo y la violencia que ello podría conllevar. Una vez vestidos, la familia y un reducido círculo de sirvientes y ayudantes (el doctor Sergio Botkin, la doncella Anna Demidova, el cocinero Iván Jaritonov, el lacayo Alexis Trupp y un perro) fueron llevados a uno de lo sótanos de la casa, y se les pidió que esperaran con el pretexto de que iban a hacerles una foto antes de partir. A Alejandra y Alexis se les permitió sentarse en sillas, a petición de la zarina, con la condición de que estuvieran vigilados por guardias. Pasados los minutos, entraron en la habitación los ejecutores comandados por Yurovsky. Sin preámbulos levanta el revolver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: "¿que?" y se gira hacia su familia, en el momento en que Yurovsky le dispara a quemarropa un tiro en la cabeza. Cuando el zar cae muerto, la zarina y su hija Olga tratan de hacer el signo de la cruz, pero son asesinadas con la primera ráfaga de los ejecutores, al recibir disparos en la cabeza. El resto de la familia imperial es asesinado con la siguiente ráfaga, a excepción de Anna Demidova, la criada de Alejandra. Demidova sobrevivió a la ráfaga inicial pero fue rápidamente rematada a bayonetazos contra una de las paredes del sótano, mientras intentaba protegerse con una almohada, repleta en su interior de joyas y piedras preciosas.[42]

El "Informe Yurovsky" añadía que una vez el humo de los disparos permitió ver el resultado de la ejecución con más claridad, se descubrió que algunas de las balas de los ejecutores se habían quedado incrustadas en los corsés de algunas de las Grandes Duquesas. Esto se debía a las joyas y piedras preciosas que las muchachas habían cosido dentro de sus ropas, para evitar que sus captores se las quitaran. Involuntariamente les habían servido de armadura contra las balas. Yurovsky escribió que Anastasia y María se acurrucaron contra una pared con las manos en la cabeza, antes de ser alcanzadas por los disparos. Sin embargo otro guardia, Peter Ermakov, le explicó a su mujer que Anastasia había sido rematada a bayonetazos. Cuando llevaron los cuerpos fuera, una o más de una de las chicas empezaron a llorar, y fueron rematadas con golpes en la cabeza, según escribió Yurovsky.[42]

Rumores de supervivencia

Aquí empieza la leyenda de la posible supervivencia y posterior fuga de Anastasia. Anna Anderson, la más famosa pretendiente a ser la Gran Duquesa, afirmaba que se había hecho pasar por muerta entre los cuerpos de su familia y los criados, y que pudo escapar gracias a la ayuda de un guardia compasivo que la rescató al ver que aun estaba viva.[43]​ Anderson fue una de las al menos diez mujeres que afirmaban ser Anastasia. Algunas menos conocidas fueron Nadezhda Ivanovna Vasilyeva[44]​ y Eugenia Smith.[45]​ Dos jóvenes que afirmaban ser Anastasia y su hermana María fueron encontradas por un sacerdote de los Montes Urales, donde vivieron como monjas hasta su muerte en 1964. Fueron enterradas bajo los nombres de Anastasia y Maria Nikolaevna.[46]

Estos rumores de supervivencia fueron avivados por varios informes contemporáneos que hablaban de registros en trenes y casas, por parte de soldados y la policía secreta bolchevique, en busca de "Anastasia Romanov".[47]​ Durante su breve encarcelamiento en Perm en 1918, la princesa Helena Petrovna, mujer de un primo lejano de Anastasia, el Príncipe Ioann Konstantinovich de Rusia, explicó que un guardia trajo a su celda a una muchacha llamada Anastasia Romanova y le preguntó si aquella muchacha era la hija del zar. Ante la negativa de Helena Petrovna, el guardia se la volvió a llevar.[32]​ Hubo más testigos que afirmaron haber visto en Perm a Anastasia, a su madre y a sus hermanas después del asesinato, aunque actualmente se considera que no es más que un rumor sin ninguna evidencia palpable.[32]​ Un informe que reviste más credibilidad por parte de algunos historiadores, reporta que ocho testigos vieron como guardias armados capturaban a una joven que intentaba huir del andén 37 de una estación de ferrocarril al noroeste de Perm, en setiembre de 1918. Los citados testigos fueron Maxim Grigoyev, Tatiana Sitnikova y su hijo Fyodor Sitnikov, Ivan Kuklin y Matrina Kuklina, Vassily Ryabov, Ustinya Varankina, y el doctor Pavel Utkin, un médico que trató a la muchacha después del incidente.[48]​ Algunos de estos testigos identificaron a la muchacha como Anastasia cuando les fueron mostradas fotos de la Gran Duquesa por detectives del Ejercito Blanco. El doctor Utkin también explicó a los detectives del Ejercito Blanco que la muchacha herida, a la que trató en la oficina de la Cheka en Perm, le dijo: "Soy la hija del soberano, Anastasia". Utkin consiguió una receta de una farmacia para un paciente llamado "N", custodiado por la policía secreta. Más tarde, detectives del Ejercito Blanco encontrarían registros de esa receta.[49]​ Durante ese mismo periodo, mediados de 1918, numerosos jóvenes fingieron ser miembros de la familia Romanov que habrían escapado a las matanzas. Boris Solosiev, marido de una de las hijas de Rasputín, María, estafó a importantes familias rusas al pedirles dinero para que un falso Romanov pudiera huir a China. Solosiev también encontró a numerosas jóvenes dispuestas a hacerse pasar por alguna de las Grandes Duquesas para beneficiarse de las familias que había estafado.[49]

Sin embargo, algunas teorías apuntan a que hubo posibilidades de que uno o más guardias pudieran ayudar a algún superviviente. Yakov Yurovsky había ordenado a los guardias que se presentaran en su oficina para devolver los objetos robados tras la ejecución. Se apunta a que durante un largo espacio de tiempo los cuerpos permanecieron sin vigilancia en el camión que los transportaría, en el sótano o en los pasillos de la casa. También se apunta a que varios soldados, que no habían participado en la matanza y que habían mostrado cierta empatía hacia las grandes duquesas, pudieron estar en el sótano con los cuerpos.[50]

Archivo:Anna1922berlin.jpg
Anna Anderson en 1922

Durante una sesión del juicio celebrado en Alemania, entre 1964 y 1967, para probar la verdadera identidad de Anna Anderson, el sastre vienés Heinrich Kleibenzetl , que vivía y trabajaba frente a la Casa Ipatiev, declaró que pudo ver a una malherida Anastasia inmediatamente después de la masacre de Ekaterinburgo, el 17 de julio de 1918. La joven estaba siendo atendida por su casera, Anna Boudin, en una casa situada justo frente a la Casa Ipatiev. Según recogió Peter Kurth, en su libro Anastasia: El misterio de Anna (Anderson), Kleibenzetl declaró haber oído disparos que provenían de la Casa Ipatiev y una de la chicas que gritaba "Mamá", y huyó corriendo de allí. Estuvo una hora y media caminando por el pueblo y al regresar vio como su casera llenaba un cubo con agua: "No entres en tu habitación" le dijo, para después decirle "Dios mio, en ti puedo confiar. Es Anastasia, la Gran Duquesa, está en tu habitación. Está herida. Estoy intentando que beba un poco de té". Kleibenzetl le dijo que le ayudaría y subió las escaleras hasta su habitación: "La parte inferior de su cuerpo estaba cubierta de sangre, tenía los ojos cerrados y estaba pálida como una hoja", declaró."Le lavamos la barbilla, Frau Annouchka y yo, y la muchacha gimió. Debía tener los huesos rotos. Y entonces abrió los ojos durante un minuto". La muchacha permaneció en la casa durante tres días, hasta que el mismo Guardia Rojo que la había traído se la volvió a llevar. Kleibenzetl nunca mas volvió a saber de ella.[51]

Kleibenzetl solía llevar ropa a la Casa Ipatiev y había visto a las Grandes Duquesas allí, aunque nunca habló con ellas. En su declaración recalcó que la muchacha herida era "una de las mujeres" que había visto paseando por el patio de la Casa Ipatiev, pero que no reconoció si era Anastasia o otra persona.[51]

También llegaron noticias desde Bulgaria de la posible supervivencia de Anastasia y de su hermano pequeño Alexis. En 1953 Peter Zamiatkin, presunto miembro de la guardia de la familia imperial rusa, le explicó a un chico de 16 años, que convalecía en el hospital con él, que llevó a Anastasia y a su hermano Alexis a su pueblo natal, cerca de Odessa, siguiendo las ordenes del zar. Después del asesinato del resto de su familia, Zamiatkin habría llevado a los niños en barco, desde Odessa hasta Alejandría. Los supuestos "Anastasia" y "Alexis" habrían vivido bajo nombres falsos en la ciudad búlgara de Gabarevo, cerca de Kazanlak. La Anastasia búlgara se hacía llamar Eleonora Albertovna Kruger y murió en 1954.[52]

La posible supervivencia de Anastasia es una de las grandes leyendas del siglo XX. En 1922 los rumores sobre que una de las Grandes Duquesas o, incluso, toda la familia habían sobrevivido propició la aparición en Alemania de una mujer, que se hacía llamar Anna Anderson. Fue encontrada a punto de suicidarse en el puente del río Spree en Berlín (Alemania), dos años después de la masacre. Fue internada sin identificar en una institución para enfermos mentales, donde dos años después aseguró ser la Gran Duquesa Anastasia, que había sido declarada muerta en Ekaterimburgo. Siempre hubo confusión en cuanto a la verdadera identidad de Anna Anderson debido a los supuestos conocimientos que tenía sobre Anastasia que, según se decía, solo la verdadera Gran Duquesa podía conocer. Algunos familiares de los Romanov declararon que probablemente Anna era la Gran Duquesa, pero otros nunca estuvieron convencidos. Pero Anna Anderson fue la que creó el mito y convirtió la leyenda de Anastasia en famosa. La batalla por conocer su verdadera identidad se convirtió en el juicio más largo de la historia de Alemania, ya que se inició en 1938 y fue oficialmente cerrado en 1970. El veredicto final estableció que Anna Anderson no pudo aportar suficientes pruebas para demostrar que era la Gran Duquesa. Pero también se estableció que la muerte de Anastasia no se podía confirmar como hecho probado.[53]

Anna Anderson moriría de neumonía en 1984, siendo su cuerpo incinerado. En 1994, usando muestras de su pañuelo, encontrado en el hospital, junto con la sangre de Felipe de Mountbatten, príncipe de Edimburgo, quien sería su pariente lejano, se le hicieron unas pruebas de ADN. Segun el doctor Gil: "Si aceptamos que estos restos son de Anna Anderson, entonces Anna Anderson no está emparentada con el zar Nicolas II ni la zarina Alejandra" . Al compararlo con familias de una lista de desaparecidos en 1918 y 1920 se descubrió que su auténtica identidad era Franziska Schanzkowska, nacida en Pomerania (Polonia) el 16 de diciembre de 1896 y desaparecida en marzo de 1920 cuando perdió la memoria trabajando en una fábrica de Berlín. Al encontrarla cerca de un puente de aquella ciudad, asumió los relatos de Anastasia que su marido le había contado como si fuera de su propia vida. Estuvo casada con el soldado Tschaikovsky (ruso-polaco), que estuvo presente en la matanza de los Romanov en 1918.[54]

Sin embargo, nuevas pruebas forenses realizadas en 1994, comparando la cara y las orejas de Anastasia y Anderson, siguiendo un procedimiento de identificación concluyeron que Anna Anderson era la Gran Duquesa Anastasia. Estas pruebas aparecieron en un documental de la televisión británica.[55]

La tumba de los Romanov

En 1991 los restos de los que se cree que es la familia imperial fueron exhumados de una fosa común, situada en un bosque cercano a Ekaterinburgo. La fosa había sido descubierta una década antes, en 1979, pero las autoridades comunistas, que aun gobernaban Rusia, la habían mantenido oculta. Una vez abierta la tumba los excavadores descubrieron que en vez de los once cuerpos que pretendían exhumar (pertenecientes al Zar Nicolas II, la zarina Alexandra, Alexis, las cuatro Grandes Duquesas Olga, Tatiana, María y Anastasia, el doctor de la familia Yevgeny Botkin, su criado Alexei Trupp, su cocinero Ivan Kharitonov, y la criada de Alexandra, Anna Demidova) solo había restos de nueve personas. Faltaban los cadáveres de Alexis y, según el experto forense William Maples, Anastasia. Sin embargo, los científicos rusos afirmaron que el cuerpo que faltaba era el de la Gran Duquesa María Nikolayevna de Rusia. Los rusos identificaron a Anastasia usando un programa informático para comparar fotos de la joven Anastasia con los cráneos de las víctimas de la fosa. Estimaron la altura y la anchura de los cráneos allí donde faltaban huesos. Los científicos estadounidenses encontraron este método inexacto.[56]

Los estadounidenses pensaban que el cuerpo perdido era el de Anastasia ya que ninguno de los cadáveres femeninos de la fosa presentaba signos de inmadurez, como clavícula o vertebras no del todo desarrolladas o la ausencia de muelas del juicio, algo que habrían esperado encontrar en un cadáver de 17 años de edad. En 1998, cuando los restos de la familia imperial fueron finalmente enterrados, un cuerpo de aproximadamente 1,69 metros fue enterrado bajo el nombre de Anastasia. Fotografías de Anastasia y sus hermanas, tomadas hasta seis meses antes de su asesinato, muestran que Anastasia era bastantes centímetros más baja que ellas. La madre de Anastasia comentó en una carta, fechada el 15 de diciembre de 1917, siete meses antes de la matanza, la corta estatura de su hija de 16 años: "Anastasia, para su desesperación, está ahora muy gorda, como antes María. Tiene mucha grasa alrededor de la cintura y las piernas muy cortas. Espero que crezca pronto".[57]​ Los estadounidenses consideraron como muy improbable que la adolescente hubiera crecido tanto en tan pocos meses, ya que su altura real debía rondar los 1,57 metros.[58]

Los análisis de ADN demostraron que los restos pertenecían a la familia imperial y sus criados, pero el destino de los dos niños desaparecidos seguía siendo un misterio. Algunos historiadores teorizan sobre lo descrito en el "Informe Yurovsky", donde se afirma que dos de los cuerpos fueron desenterrados de la tumba principal e incinerados en un área desconocida. La razón para actuar así se debió a que si el Ejercito Blanco encontraba los cuerpos, tuvieran dudas sobre si eran los restos de la familia real al tener un número inferior de cadáveres. Pero algunos historiadores creen que la total cremación de dos cuerpos en tan poco tiempo y con los medios de que disponían Yurovsky y sus hombres era totalmente imposible.[59]​ Numerosas indagaciones en el mismo terreno en los años siguientes, para encontrar el lugar de la presunta cremación de los dos niños Romanov, fueron infructuosas.[60]

El 23 de agosto de 2007 un arqueólogo ruso anunció el descubrimiento de dos esqueletos parciales quemados en los restos de una hoguera cercana a Ekaterinburgo, muy parecida al lugar descrito por Yurovsky en sus memorias. Los arqueólogos dicen que los cuerpos pertenecen a un niño de entre 10 y 13 años en el momento de su fallecimiento y a una adolescente de entre 18 y 23 años. Anastasia tenía 17 años y un mes cuando fue asesinada, mientras que su hermana María tenía 19 años y un mes, y a su hermano Alexis le faltaba un mes para cumplir los 14 años. Las hermanas mayores de Anastasia, Olga y Tatiana, tenían 22 y 23 años cuando murieron. Junto a los cuerpos se encontraron "cascos de botellas de ácido sulfúrico, uñas, restos de una caja de madera y balas de varios calibres". Los huesos se encontraron usando detectores de metales. Las pruebas para determinar si son los restos de los niños Romanov perdidos aun no han concluido.Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; nombres no válidos, p. ej. demasiados [61]

Canonización

Plantilla:Infobox Santos En el año 2000, Anastasia y su familia fueron canonizados como "strastoterpets" (en ruso: страстотéрпец; a diferencia de los mártires no han de ser asesinados solo por su fe, sino por su piedad haciaDios) por la Iglesia Ortodoxa Rusa. La familia ya había sido canonizada previamente en 1981 por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior (ROCOR) como mártires. La Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior canonizó a los Romanov como mártires junto a otras víctimas de la opresión de la Unión Soviética, lo que provocó controversias en muchas iglesias. Los que se oponían en 1981, argumentaban que Nicolás II fue un soberano débil y que su decisiones de gobierno habían llevado a la revolución bolchevique. Pero un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior alegó que el martiriologio de su iglesia no tenía nada que ver con los actos personales del mártir, sino con el porqué fueron asesinados.[62]​ Los Romanov no están considerados como mártires por la Iglesia Ortodoxa Rusa dentro de Rusia, ya que rechazan esa clasificación porque no fueron asesinados a causa de su fe religiosa. Los líderes religiosos también objetaron la canonización de la familia del zar porque lo veían como un emperador débil cuya incompetencia trajo la revolución, el sufrimiento de su pueblo y fue parcialmente responsable de su propio asesinato y el de su mujer y sus hijos. Para ellos, el hecho de que el zar fuera, en su vida privada, una persona amable y un buen marido no compensa la pobreza de su mandato.[62]

La Iglesia Ortodoxa Rusa en Rusia finalmente canonizó a la familia como "strastoterpets", o gente que han muerto con humildad cristiana. Los defensores citaron casos de zares y zarevichs previos que habían sido canonizados como "strastoterpets", como el zarevich Dimitri, asesinado a finales del siglo XVI, que sentó precedente para la canonización de Anastasia y su familia. Se destacó la piedad de Anastasia y de como su madre y su hermana Olga rezaron y trataron de hacer el signo de la cruz antes de caer muertas. Los criados de la familia no fueron, sin embargo, canonizados por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el 2000. Los cuerpos del zar Nicolás II, la zarina Alejandra, y tres de sus hijas fueron finalmente enterrados en la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo el 17 de julio de 1998, ochenta años después de su muerte.[63]

Influencias culturales

La posible supervivencia de Anastasia ha sido llevada en numerosas ocasiones al cine y la televisión. La producción más temprana, realizada en 1928, fue Clothes Make the Woman. La historia de una mujer que intenta conseguir el papel de Anastasia en una película, y acaba siendo reconocida por el soldado ruso que originalmente la rescató a ella de unos hombres que iban a matarla.

La más famosa producción es, probablemente, la muy idealizada Anastasia, de 1956, protagonizada por Ingrid Bergman como Anna Anderson, Yul Brynner como General Bounine (personaje ficticio) y Helen Hayes como la Emperatriz María Fiodorovna (Dagmar de Dinamarca), abuela paterna de Anastasia. La película cuenta la historia de una joven que aparece en París en 1928 y es secuestrada por emigrantes rusos, que pretenden que se haga pasar por Anastasia para engañar a la Emperatriz María Fiodorovna, su abuela, y obtener una gran recompensa. Con el tiempo se acentúan las sospechas de que la tal "Madame A. Anderson" es en realidad la Gran Duquesa. Esta película inspiró el musical de 1965, Anya.

En 1986, la cadena de televisión NBC, retransmitió una miniserie vagamente inspirada en el libro de Peter Kurth Anastasia: El enigma de Anna Anderson (1983). La película, Anastasia: El misterio de Anna fue una serie de dos capítulos que empieza con la joven Anastasia Nikolayevna y su familia siendo trasladados a Ekaterinburgo, donde serían ejecutados por soldados bolcheviques. La historia continúa en 1923 y, tomándose muchas libertades, la ficción se posiciona a favor de la mujer llamada Anna Anderson. Amy Irving interpretó el papel de Anderson adulta.

La versión más reciente es Anastasia, de 1997. Musical animado que adapta la historia de la huida de Anastasia de Rusia y su propia búsqueda de identidad. La película se toma más libertades creativas que la versión del mismo nombre, de 1956.

En La profecía Romanov, novela escrita por Steve Berry en 2004, unos heridos Anastasia y Alexis son rescatados por los guardias y llevados a Estados Unidos, donde viven bajo nombres ficticios con una familia de abogados pagados por Félix Yusupov. En la novela, ambos caen enfermos y mueren en la década de los 20, pero no antes de que Alexis se case y tenga un hijo.

Notas

  1. Massie (1995), pp. 194–229
  2. Massie (1967), p. 153
  3. a b Eagar, Margaret (1906). «"Six Years at the Russian Court"». alexanderpalace.org. Consultado el 11 de diciembre.  Parámetro desconocido |access year= ignorado (ayuda) Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Eagar» está definido varias veces con contenidos diferentes
  4. Zeepvat, (2004), p. xiv
  5. Kurth (1983), p. 309
  6. Massie (1967), p. 134
  7. King and Wilson (2003), p. 50
  8. a b c d Vyrubova, Anna. «"Memories of the Russian Court"». alexanderpalace.org. Consultado el 13 de diciembre de 2006.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Vyrubova» está definido varias veces con contenidos diferentes
  9. a b Gilliard, Pierre. «"Thirteen Years at the Russian Court"». alexanderpalace.org. Consultado el 13 de diciembre de 2006.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Gilliard» está definido varias veces con contenidos diferentes
  10. a b Dehn, Lilli (1922). «"The Real Tsaritsa"». alexanderpalace.org. Consultado el 13 de diciembre de 2006.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Dehn» está definido varias veces con contenidos diferentes
  11. King and Wilson (2003), p. 250
  12. King and Wilson (2003), p. 50
  13. Lovell (1991), pp. 35–36
  14. Kurth (1983), p. 106
  15. Maylunas, Andrei, Mironenko, et al. (1997), p. 327
  16. Vorres (1965), p. 115
  17. Zeepvat (2004), p. 175
  18. Massie (1967), pp. 199–200
  19. Maylunas, Andrei, Mironenko, et al. (1997), p. 321
  20. a b Maylunas, Andrei, Mironenko, et al. (1997), p. 330
  21. Massie (1967), p. 208
  22. Radzinsky (2000), pp. 129–130
  23. Mager, Hugo. "Elizabeth: Grand Duchess of Russia," Carroll and Graf Publishers, Inc., 1998
  24. Sams, Ed. «"Victoria's Dark Secrets"». alexanderpalace.org. Consultado el 31 de diciembre de 2006. 
  25. Christopher, Kurth, Radzinsky (1995), p. 115
  26. Christopher, Kurth, Radzinsky (1995), p. 116
  27. Maylunas, Andrei, Mironenko, et al. (1997), p. 489
  28. Maylunas and Mironenko (1997), p. 507
  29. Maylunas and Mironenko (1997), p. 511
  30. Kurth (1983), p. 187
  31. King and Wilson (2003), pp. 78–102
  32. a b c Kurth (1983), p. XIV Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Kurth43» está definido varias veces con contenidos diferentes
  33. King and Wilson (2003), pp. 140–141
  34. Bokhanov, Knodt, Oustimenko, Peregudova, Tyutynnik (1993), p. 310
  35. King and Wilson (2003), p. 276
  36. Christopher, Kurth, Radzinsky (1995), p. 177
  37. Maylunas and Mironenko (1997), p. 619
  38. King and Wilson (2003), p. 250
  39. King and Wilson (2003), p. 251
  40. King and Wilson (2003), p. 203
  41. King and Wilson (2003), pp. 353-367
  42. a b Radzinsky (1992), pp. 380–393
  43. Kurth (1983), pp. 33–39
  44. Massie (1995), pp. 145–146
  45. Massie (1995), p. 157
  46. Massie (1995), p. 146
  47. Kurth (1983), p. 44
  48. Occleshaw (1993), p. 46
  49. a b Occleshaw (1993), p. 47
  50. King and Wilson (2003), p. 314
  51. a b Kurth (1983), p. 339
  52. «"Gabarevo"». 
  53. Kurth (1983), pp. 289–358
  54. Massie (1995), pp. 194–229
  55. Christopher, Kurth, and Radzinsky (1995), p. 218
  56. Massie (1995), p. 67
  57. Maylunas and Mironenko (1997), p. 595
  58. King and Wilson (2003), p. 434
  59. King and Wilson (2003), p. 468
  60. King and Wilson (2003), p. 469
  61. Los Romanov al completo
  62. a b Massie (1995), p. 134
  63. Shevchenko, Maxim (2000). «"The Glorification of the Royal Family"». Nezavisemaya Gazeta. Consultado el 10 de diciembre de 2006. 

Véase también

Referencias

Español

  • Alexandrov, Víctor (1974). El fin de los Romanov. Bruguera, S.A. ISBN 84-02-03412-8
  • Berry, Steve (2005).La profecía Romanov.Columna Edicions, Llibres i Comunicació, S.A.ISBN 84-664-0677-8
  • Lovell, James Blair (1991).Anastasia : la princesa perdida. Plaza & Janés Editores, S.A.ISBN 4-01-35183-9
  • Massie, Robert K.(1972). Nicolás y Alejandra. Plaza & Janés Editores, S.A.ISBN 84-01-33029-7
  • Massie, Robert K.(1997).Los Romanov : capítulo final. Editorial Thassàlia, S.A. ISBN 84-8237-077-4
  • Radzinsky, Edvard(2003). Rasputín : los archivos secretos. Círculo de Lectores, S.A ISBN 84-672-0149-5
  • Summers, Anthony (1978).El expediente sobre el zar : el destino de los Romanov. Plaza & Janés Editores, S.A. ISBN 84-01-33144-7

Inglés

Enlaces externos