Diosa de Tarento

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Diosa de Tarento

La diosa de Tarento. Vista frontal
Altura 151 cm
Período Escultura griega clásica
Civilización Griega
Procedencia Tarento
Fecha 480 a. C.
Identificación Sk 176

La estatua de la diosa de Tarento (originalmente llamada diosa entronizada de Tarento) es una estatua griega de 151 cm  de altura, creada aproximadamente hacia el 480 a. C., al inicio del periodo clásico.[1]

Característicos generales[editar]

Ficha técnica[editar]

Realizada en mármol y con 1,51 m de altura, representa a una diosa griega sentada (Perséfone, Hera o, tal vez, Atenea[2]​).

La estatua fue descubierta oficialmente en 1911 durante trabajos de excavación en la región de Tarento, en el sur de Italia, en una fosa de cuatro metros de profundidad. No obstante, según ciertos investigadores, incluido el profesor Vincenzo Casagrandi, los escritores Gaudio Incorpora, Adriano Scarmozzino[3]​ y Pino Macrì[4]​ y el arqueólogo Paolo Orsi,[5]​ la estatua fue encontrada, por primera vez, a principios de 1900 por un agricultor en un viñedo del territorio de Locri, en Calabria, donde se encontraba lo antigua ciudad de Locros Epicefirios.[6]​ Más tarde, la escultura fue secretamente transportada a Tarento.

El culto a Perséfone está de hecho ampliamente atestiguado en la zona de Regio de Calabria, donde se han descubierto numerosos pinakes,[7]​ que datan de un periodo comprendido entre el 490 a. C. y el 450 a. C., que representan escenas relativas al mito de Perséfone,[8][9]​ y que se conservan en el Museo Nacional de la Magna Grecia, en la Regio de Calabria.[10]

En 1914, en Tarento, un arqueólogo alemán, Theodor Wiegand, se la compró a un comerciante de arte llamado Jacob Hirsch, para los museos de Berlín. Se conserva desde 2011 en el Museo de Pérgamo (con el número de inventario Sk-176) de la colección de antigüedades de Berlín.[11]

El pueblo Mesapio[editar]

Se desconoce el artista exacto pero su(s) escultor(es) era(n) parte del pueblo Mesapio, indígenas de la península de Salento y del flanco méridional del macizo del Murge. Su territorio es, en resumen, el luego ocupado por el asentamiento griego de Tarento cuya capital era "Brentesio", hoy Bríndisi.

Esquema del poblamiento de la Península Italiana al principio de la Edad del Hierro. La parte naranja representa el territorio de los Mesapios.

El pueblo mesapio era un pueblo italiano en el sentido geográfico del término con su propia lengua, su propia cultura y sus propios dioses. La mayoría de sus recursos provenían del comercio y de la agricultura.[12]

La influencia griega[editar]

La colonización griega en el sur de Italia[editar]

Si el o los autores de la estatua son italianos en el sentido geográfico del término, su confección se ubica en un contexto bien preciso de helenización de la Italia meridional, también llamada la "Magna Grecia" (Megalè Hellas en griego antiguo). Durante el periodo arcaico, a partir del segundo cuarto del siglo VIII a. C. las ciudades griegas colonizaron parte del sur de Italia durante su importante expansión por el Mediterráneo y las costas de Mar Negro.[13]​ Estas ciudades fundadas por colonias griegas llamadas ciudades italiotas eran o bien "emporios" (puesto comercial), o bien "apoikia" (establecimiento colonial) según la relación con los pueblos autóctonos del lugar.[14]

Si bien quedan evidencias de una anterior presencia micénica en el lugar, el asentamiento propiamente griego de Tarento habría sido fundado en el 706 a. C. por un grupo de soldados exiliados de baja extracción procedentes de Esparta. Si bien estos soldados eran grandes guerreros instalados en un punto estratégico del comercio mediterráneo, el pueblo mesapio se opuso desde su llegada a toda forma de expansión terrestre.[15]

Lucha de poder entre mesapios y tarentinos[editar]

Las relaciones entre ambas entidades políticas son, por lo tanto, tensas. Las guerras son frecuentes pero los tarentinos con su caballería ligera, particularmente famosa, acaban tomando ventaja. A principios del siglo V a. C., los tarentinos aplastan a los ejércitos mesapios. Masacraron, saquearon y quemaron toda la región, tras lo cual el pueblo mesapio se inclina ante la cultura griega así como el resto de Italia del Sur después de esta demostración de fuerza.[16]

Helenización del pueblo mesapio[editar]

Después de estos acontecimientos, los mesapios construyen murallas, se organizan imitando a los griegos en ligas defensivas y adoptan por completo la cultura griega. Sólo algunos años más tarde, las ciudades mesapias invierten el orden de la fuerza y lanzan el primer movimiento llamado de "descolonización" del que se tiene rastros. En el 473 a. C., la caballería mesapia, reutilizando las técnicas de guerra griegas, aplasta al ejército tarentino y saquea la ciudad.[17]

Si el acontecimiento es una catástrofe para los griegos del sur de Italia, marca para los mesapios el comienzo de una edad de oro durante sesenta de años. Esta edad de oro marca igualmente el desarrollo más intensivo de la helenización del pueblo mesapio en particular con la llegada masiva de artistas de la metrópoli griega (Atenas fue ocupada en el 480 a. C. por los persas, los talleres de arte se exilian). Es así después de la helenización de los mesapios por los tarentinos, durante su apogeo económico, político y cultural en que la diosa de Tarento es esculpida.[18]

Las esculturas de culto en la religión griega[editar]

Descripción de la estatua[editar]

La escultura posee un fuerte papel religioso. La diosa está sentada solemnemente sobre un trono adornado de cojines y respaldo que atestigua su importante papel. En la espalda todavía se aprecian leves rastros de la policromía original. Hay tres ropas diferentes que recubren el cuerpo: una largo quitón que baja hasta los pies, un manto oblicuo mantenido por seis tirantes sobre el brazo derecho, y un hermoso chal que recubre la espalda y parte de los brazos. El trono y la estatua se calcularon al nivel de la composición para que se viese de frente. No era un simple objeto decorativo que se podía observar a 360 grados sino más bien un objeto de culto.

Detalles de la diosa.

Hay igualmente un diadema en el cabello con hendiduras y agujeros para un elemento decorativo metálico que no ha sido encontrado. En los lóbulos de las orejas, la diosa llevaba originalmente aretes, también en metal e igualmente perdidos. Estos elementos atestiguan a una diosa de entidad, poderosa, cuyo culto fue objeto de una atención muy particular.[19]

La representación antropomórfica de la diosa[editar]

La estatua tiene forma humana en la apariencia pero también en las dimensiones. Este modo de representar a los dioses atestigua una relación particular con ellos.[20]​ La estatua representa una divinidad bajo rasgos humanos. Por ejemplo, la representación de un dios podía ser un xoanon, una forma casi informe. En la época clásica todavía tenían lugar rituales ante postes y piedras con un simbolismo muy fuerte.[21]

La expresión de lo divino[editar]

La expresión de lo divino no trata necesariamente de imitar o de parecerse a una imagen divina inscrita en el imaginario colectivo, a diferencia del arte cristiano, por ejemplo, donde las representaciones de personajes como la Virgen María responden a características físicas institucionalizadas. De hecho, esto constituye una dificultad para los historiadores, a la hora de reconocer la divinidad representada sin un signo distintivo que ayude, como el rayo con Zeus.

Esta idea de la representación de lo divino proviene de la idea de que una estatua es solo un intermediario con las deidades involucradas. Los griegos no representan así más que una divinidad de un modo antropomórfico para halagar a esta divinidad. A esta imagen divina se le dan los atributos positivos del cuerpo humano (belleza, juventud, etc.), idea que se encuentra en muchos de los nombres dados a los dioses (Perséfone, literalmente "la que trae la muerte" también llamada Mélitôdês, que significa "similar a la miel").[22]

Referencias[editar]

  1. «Article overblog sur la déesse de Tarente». 
  2. GRIMAL Pierre (1994). Dictionnaire de la mythologie grecque et romaine (en français). Paris: Presse universitaire française. 
  3. Scarmozzino, Adriano (21 de febrero de 2019). Il mistero rivelato - Nosside di Locri, la sublime poetessa dell’Odissea Italica - Libro primo (en italiano). Youcanprint. ISBN 9788831606486. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  4. Macrì, Giuseppe Fausto (2015). Sulle tracce di Persefone, due volte rapita (en italiano). Laruffa editore. ISBN 9788872218013. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  5. «Reperti archeologici di Locri Epizefiri: La Persefone». www.locriantica.it. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  6. «The Enigmatic Persephone». Calabria: The Other Italy (en inglés estadounidense). 17 de enero de 2016. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  7. «Reperti archeologici di Locri Epizefiri: I Pinakes». www.locriantica.it. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  8. «Cultura Italia: Collezione museo archeologico nazionale di Reggio Calabria». www.culturaitalia.it. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  9. «Pinakes Locresi». Calabriatours.org (en it-it). Consultado el 17 de abril de 2019. 
  10. «Category:Pinakes from Locri (in Reggio Calabria) - Wikimedia Commons». commons.wikimedia.org (en inglés). Consultado el 17 de abril de 2019. 
  11. [<https://www.smb.museum/home.html «Site du Pergamon Museum»]. Consultado el 9 février 2019. 
  12. Jean-Luc Lamboley (2002). «Territoire et société chez les Messapiens». Revue belge de Philologie et d’Histoire (en français): p.51-72. 
  13. ESPOSITO Arianna (Mars 2013 hors-série n° 34). «Diasporas grecques autour de la Méditerranée: Les diasporas grecques: mobilités, contacts et colonisations dans l’Antiquité». Histoire antique & médiévale (en français). 
  14. POLLINI Airton (Mars 2013). «Diasporas grecques autour de la Méditerranée: Grande Grêce: trois aspects remarquables des cités italiotes». Histoire Antique & Médiévale, hors-série n° 34 (en français). 
  15. SIMON Mathilde (2011). Le rivage grec de l’Italie Romaine (en français). Rome: Ecole française de Rome. 
  16. LAMBOLEY Jean-Luc (1967). «A propos de Strabon VI». Mélanges de l’école française de Rome (en français): p.91. 
  17. Claude Mosse (1984). La grèce archaïque d’Homère à Eschyle (en français). Paris: Editions du Seuil. 
  18. Nicolas Richer (2010). Le Monde grec (en français). Paris: Bréal. 
  19. Kostas PAPAIOANNOU et Jean BOUSQUET (1993). L’Art grec, nouvelle édition revue et augmentée par Jean DUCAT et Gilles TOUCHAIS (en français). Paris: Éditions Citadelles et Mazenod. 
  20. Erwin Rohde (2017). Psyché: Le culte de l’âme chez les grecs et leur croyance à l’immortalité (en français). Paris: Les Belles Lettres. 
  21. Neritan Ceka (vol. 16 n°2, 1986). «Disa ngjashmëri Ilire-Daune në fushën e artit protohistorik / Quelques concordances Illyro-Daunes dans le domaine de l'art protohistorique». Iliria (en français): p.281-284. 
  22. Louise BRUIT ZAIDMAN et Pauline SCHMITT PANTEL (2013). La religion grecque dans les cités à l’époque classique (en français). Paris. 

Enlaces externos[editar]