Dandamis

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Dandamis o Mandanis (posiblemente "Dandi-swami") fue un gimnosofista y filósofo hindú. Fue líder de los suyos en la localidad de Taxila, donde conoció a Alejandro Magno junto a Calano. Su historia es recogida por Estrabón, Diodoro, Arriano y Paladio.

Biografía

Encuentro con Alejandro

Dandamis fue uno de gimnosofistas encontrados por la expedición de Alejandro Magno en la India. Diez de ellos incitaron a la ciudad de Sabas a levantarse contra él, pero el rey, tras interrogarlos sobre sus motivos y creencias, los indultó a causa de la agudeza filosófica que exhibieron. Aún interesado en estos sabios, envió a su propio filósofo Onesícrito, adepto de Diógenes, a visitar a un concilio de gimnosofistas que vivían en las selvas del rey Taxiles.[1]​ Allí conoció a Calano, quien le recibió con arrogancia, y a Dandamis, el mayor y más sabio de ellos, que reprendió a su colega por sus malas maneras y alabó la sabiduría de Alejandro al desear aprender de ellos.[2][3]​ Dandamis reveló además que había sido él quien había aconsejado al rey Taxiles recibir pacíficamente a Alejandro para mayor provecho de ambos.[2]

Tras dar una breve lección a Onesícrito sobre la doctrina ascética india, según la cual el dolor y el placer debían ser evitados para fortalecer la mente y la sabiduría, Dandamis preguntó si existían tales corrientes en Grecia. Se congratuló de oír las teórias de Pitágoras, Sócrates y Diógenes, aunque también objetó que los griegos erraban al valorar la cultura y las leyes por encima de la naturaleza.[2][3]

En algún momento, Onesícrito informó a Dandamis de que Alejandro, al que llamaban el hijo de Zeus, le entregaría grandes regalos si acudía a él personalmente para enseñarle, y que tal vez le haría castigar si no lo hacía. Ninguna de estas opciones impresionó al hindú, el cual replicó que Alejandro no podía ser el hijo de Zeus, ya que sólo reinaba sobre una pequeña parte del mundo; que no tenía necesidad de regalos ni recompensas, siendo un asceta como era; y, por último, que no temía por su vida, ya que la muerte no haría más que liberarle de su cuerpo anciano y reencarnarlo en una vida mejor y más pura. Impresionado por este mensaje, Alejandro ordenó que se le dejara en paz.[2][4][5]

A pesar de esto, Calano sí eligió acompañar a Alejandro en su séquito, hecho por el cual fue reprobado por sus compañeros, que lo consideraron débil a los lujos.[6]

Diálogo de Paladio

El cronista cristiano Paladio de Galacia diverge de estas fuentes, afirmando que los gimnosofistas fueron hostiles hacia Alejandro por sus formas guerreras y que sólo Calano se mostró amistoso. Además separa los encuentros con Calano y Dandamis en días diferentes, y refiere que Onesícrito debió ser enviado de nuevo con mediación de Calano para encontrar a Dandamis en su lugar de meditación, adonde el mismo Alejandro acude para dialogar con él en persona. Se cree que este episodio, tan divergente de las demás fuentes, podría haber sido una invención de Paladio como parte de sus exhortaciones cristianas, o bien una cristianización de una fábula cínica anterior.[7]

Según su crónica, el sabio preguntó al rey su objetivo, ya que los gimnosofistas no tenían riquezas, y en cambio veneraban virtudes a las que los macedonios eran impíos.[4]​ Alejandro respondió que había oído hablar de la iluminación de Dandamis y que había venido a recibir sabiduría de él.[8]​ Dandamis afirmó entonces que Alejandro era esclavo de sus deseos y le impelió a convertirse en otro gimnosofista, a lo que Alejandro, lejos de ofenderse, contraargumentó que su camino había sido trazado por el mismo dios al que el hindú adoraba.

El macedonio a continuación ofreció grandes regalos a Dandamis por el placer que su conversación le estaba brindando, pero éste los declinó, aceptando tan sólo unas vasijas de aceite ceremonial para no deshonrar su gratitud.[4]​ De vuelta al diálogo, el sabio criticó el cosmopolitismo de Calano y la religión de los dioses helénicos, observaciones que Alejandro, probablemente influido por la interpretatio graeca, tachó de dogmáticas. El encuentro terminó sin que ninguna convenciera al otro, aunque con un Alejandro impresionado por la dialéctica brahmánica.[4]

Véase también

Referencias

  1. Prabudhha Bharata by Vivekannda Swami, páginas 30 & 386
  2. a b c d Estrabón, Geografía, 15.64
  3. a b Plutarco, Vida de Alejandro, 65
  4. a b c d The Legends of Alexander the Great By Richard Stoneman. 2012. pp. 43-47. 
  5. Philo on Jewish identity and culture By Maren Niehoff. 2001. p. 154. 
  6. Alexander on the Indian sages
  7. Christian Thrue Djurslev, Alexander the Great in the Early Christian Tradition: Classical Reception and Patristic Literature, 2019
  8. Classica et mediaevalia , Volumes 34-35. Société danoise les études anciennes et médiévales. 1983. pp. 78, 81, 87.