Chipilo

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Chipilo de Francisco Javier Mina
Localidad


Escudo

Chipilo de Francisco Javier Mina ubicada en México
Chipilo de Francisco Javier Mina
Chipilo de Francisco Javier Mina
Localización de Chipilo de Francisco Javier Mina en México
Chipilo de Francisco Javier Mina ubicada en Puebla
Chipilo de Francisco Javier Mina
Chipilo de Francisco Javier Mina
Localización de Chipilo de Francisco Javier Mina en Puebla
Coordenadas 19°00′19″N 98°19′53″O / 19.005277777778, -98.331388888889
Entidad Localidad
 • País Bandera de México México
 • Estado Puebla
 • Municipio San Gregorio Atzompa
Eventos históricos  
 • Fundación 2 de octubre de 1882
Altitud  
 • Media 2143 m s. n. m.
Población (2010)  
 • Total 3493 hab.[1]
Gentilicio Chipileño-a
Huso horario UTC−6
 • en verano UTC -5
Código postal 74325[2]
Clave Lada 222[3]
Código INEGI 211250002[4][5]
Código INEGI 211250002

Chipilo es una pequeña ciudad localizada a 12 kilómetros al sur de la ciudad de Puebla, en México. Se encuentra a 2150 metros sobre el nivel del mar. Su nombre oficial es Chipilo de Francisco Javier Mina. El gentilicio para los originarios de Chipilo es chipileños. La mayoría de los habitantes de Chipilo hablan el chipileño, un dialecto italiano originario del Véneto.[6]

Toponimia

Los primeros veinte años la ciudad fue bautizada como Colonia Fernández Leal. Luego fue llamada con el nombre indígena "Chipiloc".

Este nombre Chipilo (Lugar de pequeños), proviene del náhuatl, "Chipilli" (que significa: pequeño hijo consentido).

La lingüista estadounidense Carolyn McKay ha utilizado Cipilo y cipilegno al proponer una escritura para el dialecto véneto que se habla en esta localidad, teniendo una fuerte influencia de la lengua italiana al intentar italizar un topónimo del náhuatl.

Historia

Chipilo fue fundado el 2 de octubre de 1882 por inmigrantes italianos provenientes de la región septentrional del Véneto, aunque también hubo algunos piamonteses y lombardos entre los fundadores.[7]

La mayoría de ellos vinieron de Segusino[8]​ y de los pueblos aledaños en las provincias de Treviso y Belluno, como Quero, Valdobbiadene, Feltre y Maser. En este sentido, la inmigración italiana a Chipilo difiere de la de otros lugares de Latinoamérica, pero se asemeja a la de las regiones agrarias de Argentina, zonas en dónde la mayoría de los inmigrantes provienen de las regiones del Centro-Norte de Italia.

Chipilo está en la carretera Atlixco-Puebla, y salta a la vista como un pueblo poco usual. No tenemos plaza, kiosco, tampoco mercado, y en la cercanía de Cholula y entre pueblos de catedrales, la iglesia parece, por su sencillez, parroquia luterana. Estamos instalados en un extenso valle sembrado de alfalfa, a la vista de los volcanes y del cerro de la Malinche, y junto a un pequeño montículo que nosotros celosamente llamamos Monte Grappa, como la montaña cercana al pueblo alpino del que vinieron nuestros fundadores. En las calles no hay niños jugando cascaritas, ni policías; no hay pintas o pancartas de las elecciones, ni basura, ni tiendas de abarrotes en cada esquina. Hay un convento de salesianas, tres escuelas, la Casa de Italia, una biblioteca, la presidencia, una tienda de embutidos, carnes frías y quesos, y un par de cafeterías. Hay 2 Bancos, una flota de autos relativamente nuevos, calles de concreto, y establos y carpinterías en el traspatio de cada casa. Es el pueblo de los "güeros" (italianos), 2700 habitantes, descendientes de los 424 inmigrantes que llegaron en 1882. Casi todos tienen casa con agua, drenaje, luz, y educación.[9]

Los inmigrantes italianos vinieron a México en busca de tierras fértiles y huyendo de la pobreza que azotaba la región del Véneto en esa época. Muchos de ellos se dedicaron a la ganadería. Los productos lácteos se volvieron famosos en muchos lugares de México. Durante los primeros 20 años de su fundación, Chipilo fue una colonia de extranjeros llamada Colonia Fernández Leal.[10]

Los italianos de Chipilo en el pasado se han caracterizado por un vínculo importante hacia el Reino de Italia, hasta el punto de llamar "Monte Grappa" la colina sobre la ciudad. En esa colina los emigrantes se enfrentaron en batalla contra los revolucionarios mexicanos para defender la colonia, que el gobierno de Porfirio Díaz les había pactado.

El 25 de enero de 1917, cien chipileños armados defendieron su tierra contra cerca de 4.000 revolucionarios de Emiliano Zapata, que trató de arrasar el pueblo de Chipilo, refugiándose en el cerro llamado "Monte Grappa". El presidente Venustiano Carranza de México nombró "general" a Giacomo Berra, el jefe de los italianos en Chipilo, por esta victoria que fue celebrada también por la prensa del Reino de Italia.

Existen también asentamientos de familias chipileñas en otras zonas del país, como en Veracruz, Guanajuato y Querétaro, que han continuado en su mayoría manteniendo la lengua véneta y trabajando en la industria agropecuaria.

Aunque en la actualidad la ciudad de Puebla está absorbiendo a Chipilo, éste estuvo aislado la mayor parte del siglo XX. En parte se debe a ello que, a diferencia de lo que ocurriría con otros inmigrantes italianos que se establecieron en México, los chipileños conservaron sus tradiciones y sobre todo su idioma.[11]​ La arquitectura de Chipilo recuerda un poco la de las aldeas alpinas en Italia[12]

En el siglo XXI, Chipilo busca una mayor autonomía en cuanto a gobierno, la municipalización de Chipilo es la respuesta a la búsqueda de una identidad propia de esta localidad que pretende gobernarse con esquemas distintos a los convencionales, la oficialización de la lengua chipileña, así como su enseñanza en los colegios de la localidad y un gobierno por usos y costumbres de manera similar a las comunidades indígenas. Son diversos los conflictos que se han registrado entre los chipileños con las autoridades de San Gregorio Atzompa, razón principal de una independencia y un nuevo modelo de municipios en todo el país.

Demografía

Mapa de 1897 donde se nota en rojo "Chipilo", cerca de la estación ferroviaria de Puebla

Los chipileños constituyen en México una minoría étnica no reconocida oficialmente, que presenta rasgos etnoculturales propios y distintivos.[13]

Hay que pensar en los terrenos de Chipiloc (o Chipilo) infestados de bandidos que en la pequeña colina que está sobre el pueblo hallaban refugio para acechar a las caravanas que transportaban mercancías por la carretera Panamericana; parece que los vénetos (de Segusino, Quero etc.) reclutados para habitar en aquella colonia (inmersa en el territorio de la etnia cholulteca) fueron tomados como mercenarios baratos. En cambio, dieron prueba de saber cultivar la tierra, criar el ganado, confeccionar de manera muy adecuada todos sus productos, de saberlos comercializar, y también de defenderse con valor, parapetados en la misma colina que recibió el nombre de Monte Grappa, rechazando a quienes pusieron en peligro a sus seres queridos o a sus bienes. Sobre la Colonia Fernández Leal que luego se llamó Chipilo...y su dialecto en el aspecto lingüístico, porque siguen hablando su dialecto, véase MacKay...[14]

Actualmente en Chipilo hay 32 apellidos italianos muy comunes: Barbisán, Berra, Bertoni, Bortolini, Bortolotti, Bronca, Colombo, Crivelli, Dossetti, Fascinetto, Galeazzi, Lavazzi, Martini, Mazzocco, Merlo, Minutti,Mioni, Montagner, Meotti, Orlansino, Pasqualli, Piloni, Précoma, Salvatori, Simoni, Spezzia, Stefanoni, Vanzzini, Zago, Zanella y Zecchinelli. Otros, como Melo, Zalot, Nanni y Facinetto tienen comparativamente pocos portadores en la comunidad.

Economía

Parte de la influencia de la cultura italiana de Chipilo en Puebla se ve reflejada, aparte de los productos lácteos que han dado renombre a la comunidad, en la creación de franquicias del "Italian Coffee Company", la heladería italiana "Topolino" (Ratoncito), y la cadena de muebles fabricados en Chipilo llamada "Segusino".

Los chipileños son reconocidos por su gran labor artesanal de muebles, una influencia estilistíca que llegó de la región del Véneto y que hoy en día es el sustento de muchas familias que han prosperado gracias a esta actividad.[15]

Lengua y Cultura

Hoy en día la gente en Chipilo todavía habla la lengua véneta de sus bisabuelos. La variante véneta que se habla es el feltrino-belunés. Resulta sorprendente que el véneto chipileño no haya sido muy influido por el español, en comparación a Italia que ha sido alterado por el idioma italiano. Aunque el gobierno estatal no lo ha reconocido, por el número de hablantes, el dialecto véneto es una lengua minoritaria de inmigración en Puebla. Sin embargo, desde hace algunos años los chipileños están trabajando por el reconocimiento de su lengua con conversaciones con el INAH y sobre todo con el trabajo cultural que realizan de manera constante[16]

La fiesta de la Befana se celebra en Chipilo, Puebla cada año, es herencia intangible de esta comunidad.

Varios lingüistas locales y extranjeros han tratado de establecer un sistema de escritura para el dialecto véneto de Chipilo. Un sistema fue creado por la lingüista estadounidense Carolyn McKay mientras realizaba su investigación de posgrado en la Universidad de Las Américas. Ella propuso un sistema basado principalmente en el alfabeto italiano, y publicó su propuesta en un libro titulado: Il dialetto veneto di Segusino e Chipilo. Este sistema ha sido utilizado en varias publicaciones hechas por los chipileños, pero no ha recibido total aceptación, ya que la mayoría prefiere utilizar el alfabeto español que aprenden en la escuela, aunque éste no tenga grafías específicas para las sonidos inexistentes en el español mexicano, como lo son la S sonora y la [θ].

El lingüista y escritor Eduardo Montagner Anguiano ha sugerido la creación de un sistema de escritura estandarizado basado en el alfabeto español (propuesta de escritura castellanizada) y el grupo cultural "Véneti a Chipilo" ( Venetos en Chipilo ) ha adoptado este sistema en la publicación del boletín cultural "Al Nostro", además de existir desde 2002 un foro cibernético creado por Montagner con el fin de que vénetos chipileños y de otras partes del mundo se comuniquen en su lengua, sin importar la grafía utilizada. Sin embargo, más que estandarizar creando rígidas reglas ortográficas para esta lengua minoritaria en proceso de desplazamiento por el español, la propuesta de escritura castellanizada busca lograr eficiencia comunicativa entre los chipileños recurriendo a la grafía que les es enseñada en las aulas.

El historiador de la comunidad es el licenciado en Filosofía por la Universidad Salesiana de Roma, José Agustín Zago Bronca, nacido en 1935 y autor de varios libros como "Breve historia de Chipilo" (1982), "Los Cuah'tatarame de Chipíloc" (1999, reedición en 2002, traducido al italiano como "Grandi e grossi da Chipilo"), "Chipilo: 120 años" (2002). También registra por escrito la tradición oral, compone música y escribe poemas y relatos en lengua véneta y español.

El escudo de Chipilo, que reza "labor omnia vincit", para cuyo diseño la presidencia auxiliar realizó una convocatoria pública, muestra al León Véneto, y fue oficializado en 1982, al cumplirse el centenario de la fundación del pueblo. Ganador de dicha convocatoria resultó el joven Bernardo Stefanoni Berra, siendo estudiante de tercer grado de educación secundaria.

La primera novela escrita íntegramente en véneto chipileño se titula "Al prim" (El primero), del escritor Eduardo Montagner Anguiano y trata sobre Giuseppe Roman (1870-1896), nacido en el municipio de Quero, provincia de Belluno, en la localidad de Cilladon, que emigró a los doce años con su familia y fue el primer muerto fundador del cementerio de la comunidad (a los 26 años de edad).

El himno de Chipilo fue escrito, en italiano, por Humberto Orlansino (1913-1987) en 1982

Otra tradición de Chipilo es el juego de las bochas que es un deporte vinculado estrechamente con los bolos y la petanca, y con un ancestro común en los juegos practicados en el imperio romano. La forma en que se practica actualmente se desarrolló en Italia (donde es llamado bocce), y es jugado en distintos países de Europa y también en los países que recibieron inmigrantes italianos, como Australia, Perú, Argentina, Chile, Uruguay, México (Chipilo y Huatusco) y Venezuela.


Ciudades Hermanas

Referencias

Bibliografía

  • MacKay, C. J. Il dialetto veneto di Segusino e Chipilo. Cassamarca. Treviso, 1993.
  • Peconi, Antonio Italianos en México: la emigración a través de los siglos. Istituto Italiano di Cultura. México, 1998.
  • Zilli Mánica, J. B. Italianos en México. Documentos para la historia de los colonos italianos en México. Ediciones Concilio. Xalapa, 2002

Véase también

Enlaces externos