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Bocio

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Bocio

Mujer con bocio.
Especialidad endocrinología
medicina nuclear

El bocio es una enfermedad endocrinológica que caracteriza por el aumento de tamaño de la glándula tiroides[1]​. Se puede reconocer exteriormente por una tumoración en la parte antero-inferior del cuello justo debajo de la laringe. Existen varios tipos desde el punto de vista morfológico: bocio difuso, uninodular o multinodular[2]​. Según su tamaño se divide en los siguientes grados[3]​:

  • Grado 0 a: no palpable o palpable con dificultad. Indica ausencia de bocio.
  • Grado 0 b: palpable con facilidad, pero no se ve al hiperextender el cuello.
  • Grado 1: detectable a la palpación.
  • Grado 2: bocio palpable y visible con el cuello en hiperextensión.
  • Grado 3: visible con el cuello en posición normal.
  • Grado 4: Bocio visible a distancia.

El bocio puede asociarse a una función tiroideal normal (bocio normofuncionante) o a una hipofunción o hiperfunción de la misma[4]​.

A las sustancias que pueden provocar bocio se les denomina bocígenos. [5]

Etiología

La causa más común de bocio en el mundo es de causa desconocida.[6]
La segunda causa es la deficiencia de yodo, estado que se conoce habitualmente como bocio endémico. El tratamiento y curación consiste en un suplemento en la alimentación con yodo (sal) (en forma de yoduro o yodato). Hoy en día constituye un problema únicamente en los países más pobres que carecen de recursos económicos para reforzar los alimentos con esta sustancia como parte del programa de alimentación pública.[7]
En la actualidad el bocio se debe fundamentalmente a un factor hereditario o a un factor fisiológico (en la pubertad). Generalmente no da sintomatología (grado I); cuando la presenta, la más frecuente es como consecuencia de la compresión de la tráquea.
Hay múltiples factores que intervienen en su desarrollo:

  • Pérdida de yodo.
  • Exceso de yodo.
  • Bociógenos: fármacos vegetales alimentarios, sustancias químicas en agua de bebida; alteración de la captación tiroidea de yodo, aumento de la excreción de tiroxina; yatrogenia (compensatorio tras tiroidectomia subtotal, administración de radioyodo).
  • Defectos congénitos enzimáticos en la biosíntesis de hormonas tiroideas.
  • Enfermedades: sarcoidosis, amiloidosis.
  • Tumores, benignos y malignos.
  • Tiroiditis.
  • Embarazo

La causa más frecuente de bocio endémico es el déficit de yodo (E01). Aunque hay otras causas como:

  • Tiroiditis de Hashimoto (E06.3)
  • Enfermedad de Graves-Basedow (E05.0)
  • Bocio juvenil, por hipotiroidismo congénito (E03.0)
  • Neoplasia de la tiroides
  • Tiroiditis (aguda, crónica) (E06)
  • Reacciones adversas a medicamentos por terapias farmacológicas (E03.2)

Clínica

Si la secreción hormonal es normal solo produce clínica local.

  • En la fase inicial es difuso, firme pero no duro, de palpación indolora y no produce otra clínica que la tumoración.

En la fase más avanzada es nodular con uno o más nódulos duros por transformación fibrosa o quística. A veces se producen compresiones en tráquea, esófago o intratorácicas, pudiendo aparecer dolor por hemorragias intraquísticas, obligando a descartar tiroiditis, o determinadas formas de carcinoma tiroideo. Un crecimiento rápido también sugiere hemorragia intranodular o malignidad

  • 1.-Las compresiones intratorácicas causan síntomas de compresión de estructuras vecinas, los más frecuentes son disnea, estertores, tos, disfagia (menos frecuente), etc.
  • 2.-En el caso de neoplasia, los carcinomas tiroideos pueden incluso causar la compresión de la vena subclavia, yugular, o vena cava superior que se manifiesta por plétora facial y dilatación de las venas del cuello, la compresión de nervios recurrentes que ocasiona parálisis de las cuerdas vocales, que se manifiesta como disnea y voz ronca bitonal.
  • 3,.En el bocio simple la función tiroidea es normal durante muchos años o siempre. Puede aparecer hipotiroidismo o hipertiroidismo esporádicamente por transformación autonómica de algún nódulo (bocio multinodular tóxico).[8]

Diagnóstico

  • Se solicitan los niveles de las hormonas tiroideas T3-T4 y de la Hormona estimulante de la tiroides (TSH)
  • La TSH es la prueba necesaria para la valoración funcional, su normalidad descarta prácticamente la alteración funcional tiroidea.

Si la TSH está por debajo de lo normal, se realiza la determinación de T4 libre para determinar si el paciente presenta un hipertiroidismo subclinico o clínico.

  • Con la TSH baja y T4 libre normal, está indicada la determinación de T3 para excluir T3 tiroxicosis.
  • Si la TSH esta elevada se realiza una determinación de T4 libre para saber si tiene un hipotiroidismo subclínico o clínico, estando también indicada la determinación de Anticuerpos antitiroideos para descartar una enfermedad autoinmune tiroidea.
  • La rara presencia de una TSH elevada y T4 libre elevada sugiere una secreción inadecuada de TSH desde la glándula hipófisis.
  • Se utilizan los Test morfológicos (clínica y anamnesis) sobre todo para decidir el tratamiento.
  • La Ecografía permite detectar nódulos, no la funcionalidad, ni la malignidad.
  • En presencia de una clínica compresiva, estaría indicado realizar una RX cervical o torácica, y un TAC,o una RNM Torácica para detectar la compresión de estructuras vecinas.
  • La PAAF está indicada para descartar malignidad, sobre todo en nódulos de crecimiento rápido, nódulos predominantes, o nódulos únicos de consistencia dura a la palpación.

Diagnóstico diferencial

  • 1. Bocio difuso:

Si existen signos de hipertiroidismo es semejante al basedow, pero tiene distintos resultados funcionales.

  • Los anticuerpos tiroideos y la PAAF le diferencian del Hashimoto.
  • 2. Bocio multinodular:

Si aparece dolor se asemeja a la neoplasia y la tiroiditis subaguda. En caso de duda se recurre a la cirugía y anatomía patológica.

Tratamiento

  • 1. Médico: el tratamiento es obligado si existe hipotiroidismo.

Se disminuye la secreción de TSH mediante administración de hormonas tiroideas (levotiroxina) en los estados iniciales. Cuando el tratamiento médico es eficaz no reincidirá con su retirada salvo que persista la causa.

Prevención

El yodo se puede aportar al organismo de varias formas, y entre ellas se encuentran el pan yodado, el agua yodada, sin embargo la sal yodada es la forma más apropiada para la administración de suplementos de yodo.[9]

Referencias

  1. «¿Qué es el bocio y cómo se trata?». Cinfasalud. Consultado el 15 de febrero de 2020. 
  2. «Cómo tratar cada tipo de bocio». Top Doctors. 6 de septiembre de 2017. Consultado el 15 de febrero de 2020. 
  3. Ferreira González, Lucía. «Bocio. Clasificación OMS». 
  4. «¿Qué es el bocio y cómo se trata?». Cinfasalud. Consultado el 15 de febrero de 2020. 
  5. CONSUMER (https://www.consumer.es/), EROSKI. «Sustancias bociógenas en vegetales». Consultado el 15 de febrero de 2020. 
  6. García, José María Miralles (2001). Enfermedades del sistema endocrino y de la nutrición. Universidad de Salamanca. ISBN 978-84-7800-113-2. Consultado el 15 de febrero de 2020. 
  7. García, José María Miralles (2001). Enfermedades del sistema endocrino y de la nutrición. Universidad de Salamanca. ISBN 978-84-7800-113-2. Consultado el 15 de febrero de 2020. 
  8. Bocio nodular tóxico en Enciclopedia MedlinePlus.
  9. Noa Cordero S.S. (2011). «Antecedentes, diagnóstico, repercusión y prevención del déficit de yodo en la salud humana». Rev Cubana Endocrinol (Habana, Cuba: SciELO) 22 (3). 

Enlaces externos

Mayo clinic- bocio