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Blandengues de Santa Fe

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La Compañía de Blandengues de la Frontera de Santa Fe fue una unidad militar creada en Santa Fe durante el período de dominio colonial de España en el Río de la Plata para defender la ciudad del ataque de los indígenas del Chaco. Desde 1810 una parte del cuerpo formó parte de los ejércitos que participaron de la guerra de la Independencia de Argentina agregada al Regimiento de Caballería de la Patria. Involucrándose posteriormente en las guerras civiles que condujeron a la creación de la provincia de Santa Fe.

Partidarios de la frontera

Cuando en 1680 fue creado el presidio de Buenos Aires con una dotación permanente de soldados, algunos de ellos fueron destacados a Santa Fe en momentos de conflicto. En 1716 fueron destacados de manera más permanente unos 50 soldados, parte de los cuales se hallaban en los fuertes del Rincón y Rosario.

Debido a los ataques de los indígenas del Chaco sobre Santa Fe, su cabildo envió a España a uno de sus miembros para obtener la aprobación del rey para la creación de una fuerza militar de 200 hombres destinada a defenderla. Antes de que el rey Carlos III aprobara el pedido para organizar un cuerpo de 200 blandengues mediante la real cédula del 26 de agosto de 1726 (que no se llevó a la práctica), el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, había ordenado el 21 de agosto de 1724 la creación en Santa Fe de dos compañías de 50 hombres cada una, nombrando a sus oficiales y fijando sus sueldos en $7 pesos por mes a cada soldado. La primera de estas compañías fue establecida ese mismo año. Esta fuerza de 102 efectivos se desplegó en 5 fortines de la frontera santafesina y se puede considerar como un antecedente directo de los blandengues a estas dos compañías de partidarios de la frontera. Posteriormente la fuerza aumentó a 120 efectivos, pero luego disminuyó a 60. El pago de los soldados debía realizarse con el producto del Puerto de Buenos Aires, reduciéndose hacia 1734 a $2 por soldado.

Reformas del virrey Vértiz

En 1780 el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo dispuso que las 6 compañías existentes en la frontera de Buenos Aires se constituyeran en un cuerpo con comandante y plana mayor, el de Blandengues de Buenos Aires. El comandante era a su vez el comandante general de la frontera, destinándose una de las compañías para cubrir los pueblos de Santa Fe.

Mediante la real orden del 3 de julio de 1784 los blandengues de Buenos Aires, incluyendo a la compañía destacada en Santa Fe, fueron reconocidos como "fuerzas veteranas", siendo así las únicas unidades integradas por criollos, que obtuvieron dicha distinción en el virreinato del Río de la Plata. La medida les otorgaba fueros militares, derecho al montepío y a ser incluidos en el Cuerpo de Inválidos, así como también sueldos equivalentes a las demás fuerzas veteranas, pagados por la Real Hacienda. Entre los capitanes de la compañía en este período se hallaron: Mateo de Lencina (durante 20 años), Bernardo Garmendia, Francisco Solano Frutos, Bernardo Lescano y Lencina.

Blandengues provinciales

En 1792 el virrey Nicolás de Arredondo ordenó al comandante de la frontera, Francisco González Balcarce Elat, que reformara las milicias de Santa Fe. Tomando como base la compañía de blandengues de Buenos Aires destacada en Santa Fe, Balcarce creó dos compañías de 103 hombres cada una, cuyos costos serían pagados por el cabildo de Santa Fe. Una de las compañías tenía asiento en la ciudad de Santa Fe, siendo su comandante Juan Manuel Roldán, y otra en el río Salado al mando de Atanasio Figueroa. El 3 de mayo de 1792 Balcarce pidió que se presentasen indígenas robustos para servir en las milicias. Balcarce formó varias compañías milicias más: una con milicianos de caballería de Coronda al mando de José de Echagüe; otra de caballería de forasteros, inválidos y reformados; otra de exsoldados que habían servido al mando de Roldán; otra de los que sirvieron con Figueroa; y otra compañía de gente de Coronda.[1]

El 11 de abril de 1796 el nuevo teniente de gobernador de Santa Fe, Prudencio María Gastañaduy, creó el fuerte de Sunchales, contando con 4 cañones y 80 blandengues, entre los que se contaban dos sargentos y tres cabos.

Blandengues veteranos

Las compañías se mantuvieron hasta que fueron reformadas en 1799 por el virrey Arredondo, quien ordenó formar en Santa Fe de las dos compañías de blandengues provinciales una unidad veterana independiente denominada Compañía de Blandengues de la Frontera de Santa Fe, con 93 plazas, más un capitán, un ayudante mayor, un teniente, un alférez, 2 sargentos, un tambor y 4 cabos. El uniforme era el mismo que el de los blandengues de Buenos Aires: casaca corta azul; vuelta, collarín, solapa y calzón encarnado; botón blanco, con un galón estrecho en el collarín.[2]

Durante la expedición Libertadora al Paraguay, Manuel Belgrano agregó al Regimiento de Caballería de la Patria a la Compañía de Blandengues de Santa Fe que se hallaba al mando del capitán Francisco Aldao, compuesta por 40 veteranos (entre ellos el sargento Estanislao López) y 60 reclutas. Unos 60 blandengues procedían del Fuerte de Sunchales, de donde hizo retirar los 2 cañones de a 4 que allí había, y al quedar el fuerte protegido por solo 18 soldados y 2 cañones, fue luego casi arrasado por los indígenas. Belgrano ordenó que se formara una segunda compañía con otros 100 hombres, designando para comandarla al capitán Agustín Martín Dacosta, pero no la agregó a la expedición.[3]

No van en mi ejército los doscientos Blandengues de esta ciudad porque no existen aun, pues se está levantando la 2° Compañia, he mandado unicamente que vaya la Compañía del Capitan Aldao agregada al Regimiento de Caballeria de la Pátria.
Belgrano a la Junta, 3 de octubre de 1810

Los blandengues santafesinos participaron en el combate de Campichuelo y en las batallas de Paraguarí y Tacuarí, y luego participaron de la expedición a la Banda Oriental.

En 1811 el teniente de gobernador de Santa Fe, Manuel Ruiz creó una compañía de blandengues para reemplazar a los que habían partido con Belgrano al Paraguay, nombrando al capitán López para comandarla. Éste pasó a cuchillo a un grupo de mocovíes de la Reducción de San Javier, generando tensiones con los indígenas.

Al menos dos compañías de blandengues fueron creadas posteriormente, una de las cuales lo fue en 1813 cuando el coronel José de San Martín designó a Nicasio Ramallo, teniente del Regimiento de Granaderos a Caballo, para encargarse de su instrucción al momento que era designado para comandar el Ejército del Norte:

Con la posible celeridad, haga VS marchar con destino a Tucumán al capitán Mariano Necochea y a todos los granaderos de su mando, con la prevención de que debe permanecer el espacio de un mes en esa ciudad, el teniente que tiene a sus ordenes con el objeto de instruir a los blandengues de la guarnición. Diciembre 4 de 1813. San Martín.

El 2 de marzo de 1816 la 1° compañía de Blandengues de Santa Fe al mando del teniente Estanislao López, se sublevó contra el ejército comandado por Juan José Viamonte proveniente de Buenos Aires. Hecho que llevó a la creación de la provincia de Santa Fe.

Durante el gobierno de Mariano Vera, por decreto del 7 de junio de 1816 los blandengues de Santa Fe fueron rebautizados como Cuerpo de Dragones de la Independencia, cumpliendo funciones de policía.

Al commemorarse el segundo aniversario del fallecimiento del brigadier general Estanislao López el entonces gobernador de la provincia de Santa Fe, José María Vernet, ordenó la recreación del Cuerpo de Dragones de la Independencia el cual tendrá como base la casa de Gobierno y estara integrada por hombres de la Policía de la Provincia de Santa Fe. Entre las funciones específicas estara la de acompañar al gobernador en todo acto oficial vistiendo el uniforme de epoca.[4]

Armamento

El armamento en la primera etapa, era tan improvisado y dejado de lado como el uniforme. En esta primera etapa los blandengues eran meramente lanceros, contando con armamento ligero, pero nada de armas de fuego, sólo cuchillos y algunos sables. El armamento principal, la lanza, era hecha de caña tacuara, un tipo de caña fina y muy resistente, con punta metálica. Aun así los blandengues fueron muy efectivos contra las partidas indias que asolaban la campaña.

Luego se dotó al Cuerpo de Blandengues con sables, trabucos, mosquetes, carabinas y pistolas. Los blandengues ya no sólo combatirían como caballería ligera, sino que también patrullando la campaña a caballo (que debían comprar y mantener de su pecunio), y desmontando para combatir si era necesario. Como armamento pesado, se dotó de cañones ligeros para la defensa estática en los fuertes.

Referencias

  1. Historia de la ciudad y provincia de Santa Fe (1573-1853). Tomo II. Autor: Manuel M. Cervera.
  2. El lazarillo de ciegos caminantes desde Buenos Aires hasta Lima, 1773, Volumen 25, pág. 486. Autores: Concolorcorvo, José Joaquín de Araujo. Editor: Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco, 1908
  3. Documentos para la historia del general don Manuel Belgrano, Volumen 1; Volumen 3. Pág. 270. Instituto Belgraniano Central (Buenos Aires, Argentina), Argentina. Secretaría de Cultura. Editor: El Instituto, 1982. ISBN 950-9497-03-7, 9789509497030
  4. Blandengues bonaerenses. Fundadores y pobladores. Autor: Julio César Ruiz.