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Apoxiómeno

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Apoxiomeno de Lisipo, copia romana en mármol.

Apoxiomeno (en griego antiguo ἀποξυόμενος / apoxuómenos, del griego antiguo, ἀποξὐω / apoxúô, "raspar", "el Raspador") es uno de los temas tradicionales y predilectos de la escultura votiva de la Antigua Grecia que representa a un joven atleta, sorprendido limpiándose con un raspador el polvo, sudor y ungüento de su cuerpo con el pequeño instrumento curvo que los romanos llamaban estrígil.

El Apoxiomeno más famosos de la Antigüedad clásica fue el bronce de Lisipo de Sición, el escultor de la corte de Alejandro Magno, que la realizó en el 330 a. C.. El original, se ha perdido, pero se conoce su existencia por la descripción de Plinio el Viejo en su Naturalis Historia.

La mejor representación que ha llegado a nuestros días, en mármol, la tenemos en el Apoxiomeno de Lisipo del año 325 a. C.[1]​ En bronce, el Apoxiomeno de Croacia, también del siglo IV a. C.

Descubrimiento

En 1849, en el barrio romano del Trastevere, unos obreros descubrieron en las ruinas de lo que se creía entonces que eran las termas romanas, la estauta de un joven desnudo que se rascaba con un estrígil.[2]​ El arquitecto y anticuario, Luigi Canina, lo identifica como una copia de una obra del escultor griego Policleto,[3]​ pero al año sigueine, el arqueólogo alemán August Braun, reconoce que es una copia de un escultura de bronce atribuida a Lisipo (330-320 a. C.,[4]​ cuya existencia se conocía únicamente por una mención de Plinio el Viejo en su Historia Natural: «[Lisipo] realizó, tal y como he dicho, la mayor parte de las estatuas, con un arte muy fecundo, y entre ellas, un atleta limpiándose con un estrígil (destringens se)».[5]

La copia más famosa de la Antigüedad clásica, era según Plinio, la estatua dedicada por el general romano Marco Vipsanio Agripa delante de las termas que llevaban su nombre. El emperador romano Tiberio, gran admirador de la estatua, la hizo transportar a sus habitaciones. «Ello causó tal revuelta del pueblo romano», relata Plinio, «que las protestas que reclamaban en el teatro la restitución del Apoxiomeno, que el princeps, a pesar de su pasión por la estatua devolvió a su emplazamiento.»[5]

Braun se basa pro un apare en la postura de la estatua, y por otra en las observaciones de Plinio sobre el canon lisipeo, más esbelto que el de Policleto:[6]​ efectivamente, la cabeza es más pequeña en relación al cuerpo, si no más fina — hay que señalar que en su época, el Doríforo no había sido reconocido como tal.[7]​ En su conjunto, los argumentos de Braun son bastante endebles:[8]​ primeramente, el atleta con estrígil es un tipo común en la estatuaria de la Antigüedad. Segundo, el canon formulado por Lisipo y utilizado solo de manera intensiva por él y su escuela, no es específico de este artista: sí que se encuentra por ejemplo en los combatientes del friso del Mausoleo de Halicarnaso.[9]​ Sin embargo, a pesar de la polémica, la atribución a Lisipo es ampliamente aceptada hoy en día.[10]

La estatua goza de una gran popularidad desde que se descubrió. Fue restaurada por el escultor italiano Pietro Tenerani, que completó los dedos faltantes de la mano derecha, el comienzo, reconstruyó el estrígil desaparecido de la mano izquierda y escondió los genitlaes del atleta tras una hoja de parra.[11]​ Estas restauraciones han sido suprimidas. Se han realizado numerosos moldeados. Jacob Burckhardt lo cita en su Cicerone (guía de Roma) de 1865.[12]

Descripción

Detalle de la cabeza y de los brazos.

La estatua, realizada en mármol del Pentélico, no es de tamaño natural, sino ligeramente más grande, pues mide 2,05 metros.[13]​ Representa a un hombre joven desnudo, de pie, rascándose la cara posterior del antebrazo derecho con la ayuda de un estrígil que tiene en su mano izquierda. ladea ligeramente la cabeza y mira al frente. Un tronco de árblo sirve de apoyo a la pierna izquierda; otro apoyo, que se rompió, soportaba el peso del brazo derecho, tendido sobre la pierna derecha.

La estatua impresiona por su composición, que no es únicamente frontal, como en el Doríforo o el Discóbolo. El brazo derecho del atleta extendido en ángulo recto obliga al espectador, si quiere captar el movimiento, a moverse a los lados. Se distingue también por el empleo del contrapposto («contoneado»): el peso del cuerpo reposa solo sobre la pierna izquierda, la derecha está ligeramente avanzada y replegada. Por lo tanto, las caderas están orientadas hacia la izquierda, mientras que los hombros se giran en dirección opuesta, siguiendo el movimiento del brazo derecho, creando un movimiento de torsión que el espectador no puede comprender plenamente más que reproduciendo, imitando la postura. La musculatura está menos marcada que en las obras de Policleto. Mientras que el torso denota tradicionalmente la valentía del escultor en acometer la composición, aquí está parcialmente disimulada por la posición del brazo.

La cabeza sorprende por su reducido tamaño: representa una octava parte del cuerpo, frente a una séptima en el canon de Policleto. La historiadora del arte, Brunilde Sismondo Ridgway juzga el efecto «casi cómico».[14]​ Otra novedad es que la cabeza está tratada como un retrato: se ha representado el cabello desordenado, la frente está marcada y los ojos hundidos. Para R. R. R. Smith, estas características dotan a la cabeza de viveza,[15]​ pero Ridgway las considera defectos atribuibles al copista o a un error de presentación de la estatua: podría haber estado asentada sobre una base peraltada.[16]

Copias y variantes

Apoxiomeno de Éfeso.
Apoxiomeno de Croacia.

El Apoxiomeno del Vaticano es el único ejemplar entero de este tipo.[17]​ Un torso muy dañado se conserva en el Museo Nacional Romano. De origen desconocido, ha sido identificado en 1967, pero la postura está invertida. Otro torso, que decora la fachada del Edificio M (probablemente una biblioteca) en Side, ( Panfilia, ha sido identificada como una variante en 1973. Por último, un torso de proporciones mucho más reducidas, descubierto en Fiesole (Toscana) se ha relacionado con el Apoxiomeno, pero su autenticidad ha sido contestada.[18]​ La relativa ausencia de copias se explica mal, ya que Roma tenía varios talleres de copistas.[19]​ Además, ningún obstáculo técnico debería haber impedido la realización de modelados: Plinio no menciona ningún dorado con pan de oro.

Un tipo diferente se descubrió en Éfeso en 1898. La estatua, de bronce, se conservaba en el Kunsthistorisches Museum de Viena (Inv. 3168). Con una altura de 1,92 metros, esta copia romana representa un atleta musculado que, al terminar de rascarse el cuerpo limpia el estrígil, lo sostiene con su mano derecha y quita el sudor y el polvo del rascador con el dedo índice y el pulgar de la mano izquierda. La posición de las piernas y el movimiento de torsión están invertidos con respecto al Apoxiomeno del Vaticano. Contrariamente a este, que parece mirar al vacío, el atleta de Éfeso está concentrado en su tarea.

Otro ejemplar de bronce, el Apoxiomeno de Croacia, fue descubierto en 1996 en el mar Adriático, rescatado en 1999 y en restauración hasta 2005.[20]​ Su apariencia es similar al Apoxiomeno de Éfeso y de la cabeza que se conserva en el Museo de Arte Kimbell de Fort Worth (Texas). La particularidad del Apoxiomeno de Croacia es la de estar prácticamente completo (le falta el dedo meñique de la mano izquierda), en un estado de conservación excepcional y de estar aún sobre su antiguo plinto.[21]

Apoxiomeno de Croacia.

Galería

Referencias

  1. Albizu, José Luis (1985). Diccionario Rioduero - El arte en la antigueda. Madrid: La Editorial Católica. ISBN 84-220-1187-5. 
  2. Ridgway, p. 74.
  3. Annali dell'Instituto di Correspondenza archaeologica, 1849, p. 161-164.
  4. Annali dell'Instituto di Correspondenza archaeologica, 1850, p. 223 y sigs.
  5. a b Plinio el Viejo, Historia Natural XXXIV.62. Traducción de Marion Muller-Dufeu, La Sculpture grecque. Sources littéraires et épigraphiques, Paris, éditions de l'École nationale supérieure des Beaux-Arts, coll. «Beaux-Arts histoir», 2002 ISBN 2-84056-087-9), p. 619.
  6. « ... capita minora faciendo quam antiqui, corpora graciliora siccioraque», ibid., XXXIV, 65.
  7. No fue identificado hasta 1863. Ridgway, p. 74.
  8. Gardner, op. cit., p. 234 y Francis Haskell y Nicholas Penny (trad. François Lissarague), Pour l'amour de l'antique. La Statuaire gréco-romaine et le goût européen [«Taste and the Antique. The Lure of Classical Sculpture, 1500–190»], París, Hachette, coll. «Bibliothèque d'archéologie», 1988 (primera edición en 1981). ISBN 2-01-011642-9, p. 139.
  9. Gardner, op. cit., p. 234.
  10. Ridgway, p. 74: «[la identificación] ha resistido la prueba del tiempo», y Smith, p. 51: «el Apoxiomeno del Vaticano puede ser atribuido sin posible error a Lisipo».
  11. Haskell & Penny, op. cit., p. 169.
  12. Haskell & Penny, op. cit., p. 162.
  13. Smith, op. cit., p. 47.
  14. «Somewhat comical», op. cit., p. 74.
  15. Op. cit., p. 52.
  16. Op. cit., p. 75.
  17. Sobre este parágrafo, cf. Ridgway, p. 74.
  18. G. Hafner (1966),.Deutsche Literaturzeitung, número 87, pp. 623-625.
  19. Ridgway (1984). Roman Copies of Greek Sculpture: The Problem of the Originals, University of Michigan Press, pp. 23 y 97-98.
  20. Sphie Descamps-Lequime, L'Apoxyomène de Croatie, une révélation au Louvre, pp.66-71, Grande Galerie, núm. 22, diciembre de 2012-febrero de 2013
  21. Pinteret: El Apoxiomeno de Crocia en el Louvre (en francés)

Bibliografía

  • Gardner, P. (1905). The Apoxyomenos of Lysippo. “The Journal of Hellenic Studies” 25, pp. 234–249.
  • Brunilde Sismondo Ridgway (2001). Hellenistic Sculpture, vol. I: “The Styles of ca. 331-200 B.C”., Madison, University of Wisconsin Press. ISBN 0-299-11824-), pp. 74-75.
  • R. R. R. Smith (trad. Anne et Marie Duprat). (1996) La Sculpture hellénistique [« Hellenistic Sculpture»], Paris, Thames & Hudson, coll. «L'Univers de l'ar», (edición original 1991). ISBN 2-87811-107-9, pp. 51-52.
  • Leo Trümpelmann (1982). “Der Kanon des Lysipp”, in: Boreas 5, p. 70-77.

Enlaces externos