Acrisio

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Acrisio fue según la mitología griega rey de Argos. Hijo de Abante y Aglaya o Aglaye ("Brillante"). Mantuvo una lucha constante con su gemelo Preto. La lucha se inicia en el vientre de su madre y duraría toda su vida, fruto de estas luchas es la invención del escudo. Tuvo con Eurídice una hija llamada Dánae.

Cuando su padre falleció, los hermanos decidieron reinar en forma alternativa, pero Preto sedujo a Dánae, la hija de Acrisio, por lo que fue desterrado y huyó a Licia. Allí se casó con la hija del rey Yóbates y volvió a la Argólide al frente de un gran ejército. Tras una batalla sangrienta pero no decisiva, los mellizos acordaron dividir el reino y gobernar cada uno la mitad. Acrisio, que afirmaba descender de Belo (Baal), hermano gemelo de Agenor (Canaán), fue no sólo abuelo de Perseo, cuyas hazañas en Palestina han enriquecido el cielo nocturno con seis constelaciones - Andrómeda, Casiopea, Cefeo, Cetus, Pegaso y Perseo -, sino también antepasado de los reyes aqueos Menelao y Ascalo.

Dividen el reino de su padre; Argos para Acrisio y Tirinto para Preto

Acrisio tenía una bella hija llamada Dánae, pero él deseaba un hijo varón que no llegaba. Cansado de esperar consultó con el oráculo que le vaticinó que no tendría hijos varones y que la muerte le llegaría de manos de su único nieto que aún no había nacido. Intentando evitar el oráculo, cuando Dánae alcanza la pubertad su padre la encierra en una torre de bronce. Pero Zeus se fija en ella y se enamora, entonces se presenta en forma de lluvia de oro, seduce a Dánae y esta queda encinta de Perseo (aunque algunas fuentes dicen que la fecundó Preto). Al enterarse de la existencia del niño, Acrisio abandona a este y a la madre en un cofre a la deriva en el mar. Zeus pide a Poseidón calmar las aguas del mar para ayudar a su hijo y el cofre es rescatado por un pescador llamado Dictis que los lleva hasta su casa en la isla de Sérifos y los acoge en su casa.

Perseo crece y se convierte en un héroe, cortando la cabeza de la górgona Medusa y salvando de la muerte a la que sería su mujer Andrómeda. Tras casarse con Andrómeda, Perseo regresa a Argos. Acrisio, al enterarse, huye a Larisa para evitar la profecía. Ya en Larisa Acrisio asiste a la celebración de unos juegos sin saber que su nieto era un participante. En la prueba de lanzamiento de disco un golpe de viento desvía el lanzamiento de Perseo y el disco cae en la cabeza de Acrisio quitándole la vida. El oráculo se había cumplido. Al saber que ha matado a su abuelo, Perseo se siente incapaz de aceptar la corona de Argos y la cambia con su primo Megapentes, hijo de Preto, de modo que Perseo se convierte en rey de Tirinto y Megapentes en rey de Argos.

Los aqueos que llegaron a Siria, y a los que la Biblia llama jivitas pudieron haber llevado con ellos el mito de un enfrentamiento prenatal entre mellizos, que fue aplicado a la división del patrimonio de Abraham entre Israel (Jacob) y Edom (Esaú).[1]


Predecesor:
Preto
Reyes de Argos
Sucesor:
Perseo

Referencias

  1. Robert Graves y Raphael Patai (2007). «Cap. 38. Los nacimientos de Esaú y Jacob». Los mitos hebreos. Col. Alianza Cuatro. Alianza Editorial. ISBN 8420635448.