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Diferencia entre revisiones de «Terremoto de Santiago de 1647»

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Sin embargo, la más trascendente de estas historias es la del [[Cristo de Mayo]], un [[crucifijo]] en el [[Iglesia de San Agustín (Santiago de Chile)|Templo San Agustín]] que permaneció intacto a excepción de la [[corona de espinas]] que cayó al cuello. La imagen, que se conserva hasta el día de hoy, es llevada en procesión todos los años por el centro de Santiago y se le atribuye que cada vez que se ha intentado reponer la corona en su posición correcta, un temblor azota a Chile.
Sin embargo, la más trascendente de estas historias es la del [[Cristo de Mayo]], un [[crucifijo]] en el [[Iglesia de San Agustín (Santiago de Chile)|Templo San Agustín]] que permaneció intacto a excepción de la [[corona de espinas]] que cayó al cuello. La imagen, que se conserva hasta el día de hoy, es llevada en procesión todos los años por el centro de Santiago y se le atribuye que cada vez que se ha intentado reponer la corona en su posición correcta, un temblor azota a Chile.


Algunos días después, fuertes lluvias cayeron sobre la ciudad lo que agravó las pésimas condiciones de salubridad. Se estima que 2000 personas habrían fallecido en las semanas siguientes víctimas de la epidemia de «[[chavalongo]]», nombre con el que se conocía a la [[fiebre tifoidea]]. La gran destrucción de la ciudad y la grave crisis económica existente en esos años hicieron al gobierno estimar la posibilidad de trasladar la capital algunos kilómetros al norte de la ciudad, en la zona en que actualmente se ubica [[Quillota]], tal como ocurrió con [[Concepción (Chile)|Concepción]] en 1571. Sin embargo, la idea pronto fue desechada y se prefirió la reconstrucción de Santiago.
Algunos días después, fuertes lluvias e incluso nevadas, cayeron sobre la ciudad, lo que agravó las pésimas condiciones de salubridad. Se estima que 2000 personas habrían fallecido en las semanas siguientes víctimas de la epidemia de «[[chavalongo]]», nombre con el que se conocía a la [[fiebre tifoidea]]. La gran destrucción de la ciudad y la grave crisis económica existente en esos años hicieron al gobierno estimar la posibilidad de trasladar la capital algunos kilómetros al norte de la ciudad, en la zona en que actualmente se ubica [[Quillota]], tal como ocurrió con [[Concepción (Chile)|Concepción]] en 1571. Sin embargo, la idea pronto fue desechada y se prefirió la reconstrucción de Santiago.


== Reconstrucción ==
== Reconstrucción ==

Revisión del 19:38 27 jul 2016

Terremoto de Santiago de 1647
8,5[1]​ en escala de Richter (ML)

Mapa del Reino de Chile en 1640.
Parámetros
Fecha y hora 13 de mayo de 1647
Profundidad No establecida
Coordenadas del epicentro 33°24′S 70°36′O / -33.4, -70.6
Consecuencias
Zonas afectadas Reino de Chile
Víctimas 600 fallecidos aprox.

El terremoto de Santiago de 1647 fue un evento registrado el lunes 13 de mayo de 1647 a las 22.30 hora local. El sismo se sintió en la totalidad del Reino de Chile, por entonces gobernación colonial del Imperio español, afectando principalmente a su capital, la ciudad de Santiago de Chile. El terremoto, conocido como el Terremoto Magno, tuvo una magnitud estimada de 8,5 grados en la escala sismológica de Richter.[1]

Se estima que sobre 600 personas fallecieron producto del movimiento sísmico, que arrasó con casi la totalidad de las construcciones coloniales existentes en las ciudades afectadas. Debido a estas cifras, este terremoto es el quinto más mortífero en la historia de Chile aunque afectó a un porcentaje mucho menor de la población total del país, puesto que los eventos que lo superan en cifra de fallecidos ocurrieron durante el siglo XX, cuando la población nacional era muchas veces superior a la del Chile colonial.

Antecedentes

Luego de una serie de Alertos que afectaron al país durante el siglo XVI, siendo los más destacados el terremoto de Concepción de 1570 y el terremoto de Valdivia de 1575, hubo una relativa «calma sísmica». Según el historiador Benjamín Vicuña Mackenna, «las diversas generaciones que constituían cada familia habían perdido hasta la reminiscencia de los súbitos trastornos que inquietaron a los primeros pobladores». Un temblor pequeño ocurrió el 6 de septiembre de 1643 generando pavor en los vecinos de Santiago, pese a su baja intensidad.[2]

Descripción

A las 22.30 del lunes 13 de mayo de 1647, se sintió el terremoto más destructivo en la historia de Santiago. Según descripciones de la época, el sismo tuvo una duración del «tiempo que se demora uno en rezar entre tres o cuatro Credos». La mayoría de las construcciones de Santiago se desmoronaron de inmediato, debido principalmente al abandono de las medidas de protección antisísmico producto de la ausencia prolongada de terremotos.

Con tanto estruendo, fuerza y movimiento que al punto que comenzó a temblar, comenzaron a caer los edificios que se habían hecho en el discurso de más de cien años, y con notable sentimiento en toda la ciudad, ni en su jurisdicción, no quedó ninguno chico ni grande que no se hubiese de habitar, después de remendado, con grandísimo riesgo.
Relato del terremoto por el Cabildo de Santiago

De acuerdo a geólogos modernos, dadas las características de intensidad y duración, este terremoto se produjo por la activación de la Falla de Ramón, falla geológica ubicada tan sólo a 8 kilómetros al oriente de la Plaza de Armas de Santiago.

Consecuencias

Ilustración que muestra al Cristo de Mayo sobreviviendo al terremoto del 13 de mayo 1647.

La cifra de fallecidos fue de 600 según el Cabildo de la capital, aunque la Real Audiencia elevaría la cifra a más de 1000. Santiago tenía una población de cuatro mil habitantes, por lo que falleció entre el 15 % y el 25 % de la población total. A esto se debería sumar la cantidad de fallecidos en estancias rurales y otras localidades de la Gobernación. Todos los edificios públicos de Santiago se derrumbaron, a excepción de la planta principal de la Iglesia de San Francisco, que perdió su torre, la nave central de la Catedral Metropolitana, el resto de la construcción desapareció y el sagrario fue encontrado en las ruinas varios días después del suceso, y algunos muros del Templo de San Agustín incluyendo el que sostenía al Cristo de Mayo. El obispo Gaspar de Villarroel O.S.A. estimó en 710 000 ducados (987 860 pesos) las pérdidas sufridas por la Iglesia Católica mientras la Real Audiencia elevó las cifras al doble para las pérdidas totales.[2]

Ante el temor del inicio de una revuelta entre los esclavos y los indígenas, el gobierno estableció de inmediato un improvisado ejército para controlar cualquier intento de rebelión, ejecutando en el acto a cualquier persona que atentara contra el orden público. El evento despertó la religiosidad de la población y de inmediato se realizaron extensas procesiones entre las ruinas de la capital, mientras que muchas personas comenzaron a ver milagros y sucesos sobrenaturales. Entre ellos, imágenes de Dios en el cielo azotando a la ciudad con una espada y bolas de fuego que bajaron desde los aires. El mismísimo obispo Villarroel le contó al Consejo de Indias que en la iglesia de la Merced, la figura de San Pedro Nolasco se giró hacia la de la Virgen María para pedir que intercediera para salvar a los habitantes de la ciudad, mientras que Diego de Rosales afirma que la figura de Nolasco se giró hacia la del sagrario para pedir clemencia directamente hacia Dios.

Sin embargo, la más trascendente de estas historias es la del Cristo de Mayo, un crucifijo en el Templo San Agustín que permaneció intacto a excepción de la corona de espinas que cayó al cuello. La imagen, que se conserva hasta el día de hoy, es llevada en procesión todos los años por el centro de Santiago y se le atribuye que cada vez que se ha intentado reponer la corona en su posición correcta, un temblor azota a Chile.

Algunos días después, fuertes lluvias e incluso nevadas, cayeron sobre la ciudad, lo que agravó las pésimas condiciones de salubridad. Se estima que 2000 personas habrían fallecido en las semanas siguientes víctimas de la epidemia de «chavalongo», nombre con el que se conocía a la fiebre tifoidea. La gran destrucción de la ciudad y la grave crisis económica existente en esos años hicieron al gobierno estimar la posibilidad de trasladar la capital algunos kilómetros al norte de la ciudad, en la zona en que actualmente se ubica Quillota, tal como ocurrió con Concepción en 1571. Sin embargo, la idea pronto fue desechada y se prefirió la reconstrucción de Santiago.

Reconstrucción

El dantesco panorama a las horas siguientes del sismo provocó la reacción de los pobladores de Santiago quienes, alojados en un toldo ubicado en la plaza de armas, suplicaron por cartas ayuda inmediata, ya que según ellos «no hay hacienda para reedificar los templos, levantar las casas, ni sustentarse los ciudadanos». Con lo poco, la primera etapa fue la contención y auxilio básico.

Solo asistimos a enterrar muertos, a entretener la hambre, a controlar los afligidos, a parecer con ánimo, a no desmayar la gente y que se desentierren los que están debajo de las ruinas.
Cabildo de Santiago, 15 de mayo de 1647

El gobernador Martín de Mujica quien, informando tempranamente al rey el 28 de mayo de 1647, hizo una contribución de dos mil pesos, de los solo 6 mil disponibles de hacienda real en Chile, «para que a disposición de la Audiencia se repare en algo la clausura de las religiosas, esposas de Cristo, y el sustento de los pobres que, como nunca he tenido ni tengo más hacienda que el sueldo de vuestra majestad, habiéndome de sustentar de él».[3]

En junio de 1647, Martín de Mujica, en acuerdo con los oficiales reales de Concepción, resolvió —«para reparar las necesidades más precisas»— sacar 6000 pesos de la caja de dicha ciudad, la cual, a diferencia de la zona central no sufrió los efectos devastadores.[4]​ De igual forma, se relevó a la ciudad de Santiago y las demás zonas afectadas de diversos impuestos como derecho de media annata, unión de armas, alcabalas, almojarifazgo y papel sellado.[5]

Véase también

Referencias

Enlaces externos