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Estas reformas de la [[Casa de Borbón|dinastía borbónica]] estaban inspiradas en la [[Ilustración]] y pretendían alcanzar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las élites [[criollo|criollas]] locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.
Estas reformas de la [[Casa de Borbón|dinastía borbónica]] estaban inspiradas en la [[Ilustración]] y pretendían alcanzar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las élites [[criollo|criollas]] locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.


Las reformas borbónicas llegaron del exterior, concretamente de la corte imperial de Madrid; llegaron de fuera como llegó la conquista en el siglo XVI. Afectaron a todo el imperio. Ante la situación de crisis, tanto de España como de las colonias en el siglo XVII. La dinastía borbónica francesa, ya dueña del trono español, a partir del [[tratado de Utrech]] emprendió una serie de medidas económicas y políticas para evitar el descalabro imperial pues no eran solo para la [[Nueva España]]. El objetivo último de los monarcas de [[Casa de Borbón|Borbón]] era la sujeción de las colonias para beneficio económico de la metrópoli: evitar la fuga de capitales fiscales y promover la producción, para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo, se necesitaba reformar instituciones y procedimientos viciados —a juicio de los reformadores— que se habían enquistado en las sociedades coloniales y con los que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los gobernantes de la [[casa de Habsburgo]]. El [[Consulado de comerciantes]], algunas [[corporaciones religiosas]] como la [[Compañía de Jesús]] y la misma institución del virreinato fueron el blanco de los golpes de los reformadores.
ro y nicol se aman y yo lo se, concretamente de la corte imperial de Madrid; llegaron de fuera como llegó la conquista en el siglo XVI. Afectaron a todo el imperio. Ante la situación de crisis, tanto de España como de las colonias en el siglo XVII. La dinastía borbónica francesa, ya dueña del trono español, a partir del [[tratado de Utrech]] emprendió una serie de medidas económicas y políticas para evitar el descalabro imperial pues no eran solo para la [[Nueva España]]. El objetivo último de los monarcas de [[Casa de Borbón|Borbón]] era la sujeción de las colonias para beneficio económico de la metrópoli: evitar la fuga de capitales fiscales y promover la producción, para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo, se necesitaba reformar instituciones y procedimientos viciados —a juicio de los reformadores— que se habían enquistado en las sociedades coloniales y con los que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los gobernantes de la [[casa de Habsburgo]]. El [[Consulado de comerciantes]], algunas [[corporaciones religiosas]] como la [[Compañía de Jesús]] y la misma institución del virreinato fueron el blanco de los golpes de los reformadores.


===== Reformas militares =====
===== Reformas militares =====

Revisión del 13:13 6 nov 2017

Las reformas borbónicas en la Nueva España fueron una serie de cambios administrativos aplicados por los miembros de la monarquía absoluta borbónica, españoles de la casa de Borbón a partir del siglo XVIII en el Virreinato de Nueva España. Estas buscaban remodelar tanto la situación interna de la Península como sus relaciones con las provincias ultramarinas. Ambos propósitos respondían a una nueva concepción del Estado, que consideraba como principal tarea volver a abrogarse todos los atributos del poder que había delegado en grupos y corporaciones y asumir directamente la dirección del poder español que mostraba signos de decadencia. Las constantes guerras con Inglaterra, la corrupción y la evasión de impuestos contribuía al deterioro de las finanzas. Tiempos de la conquista. Las pestes y las epidemias habían producido una crisis demográfica. Ante esta situación, los monarcas fortalecieron la economía española mediante el máximo aprovechamiento de los recursos provenientes de las colonias y unificaron así, su administración a través de la designación de ministros más eficientes.

Estas reformas de la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración y pretendían alcanzar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las élites criollas locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.

ro y nicol se aman y yo lo se, concretamente de la corte imperial de Madrid; llegaron de fuera como llegó la conquista en el siglo XVI. Afectaron a todo el imperio. Ante la situación de crisis, tanto de España como de las colonias en el siglo XVII. La dinastía borbónica francesa, ya dueña del trono español, a partir del tratado de Utrech emprendió una serie de medidas económicas y políticas para evitar el descalabro imperial pues no eran solo para la Nueva España. El objetivo último de los monarcas de Borbón era la sujeción de las colonias para beneficio económico de la metrópoli: evitar la fuga de capitales fiscales y promover la producción, para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo, se necesitaba reformar instituciones y procedimientos viciados —a juicio de los reformadores— que se habían enquistado en las sociedades coloniales y con los que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los gobernantes de la casa de Habsburgo. El Consulado de comerciantes, algunas corporaciones religiosas como la Compañía de Jesús y la misma institución del virreinato fueron el blanco de los golpes de los reformadores.

Reformas militares

La corona mandó al mariscal Pedro de Villalba, acompañado de tropas peninsulares, con la misión de institucionalizar un ejército, que asombrosamente hasta entonces no había existido, y el reclutamiento se hizo mediante la leva forzada. Cabe mencionar, que los dos enviados, Gálvez y Villalba, tuvieron conflictos con el virrey, marqués de Cruillas. Se nombró a un nuevo virrey, Carlos Francisco de Croix que apoyó a Villalba en sus tareas militares.

Al principio el ejército fue una institución desprestigiada que con el tiempo fue ganando adeptos, gracias a que se fueron otorgando una serie de privilegios. Los fueros concedían la exención de impuestos a los militares. En caso de que tuvieran un problema jurídico podían trasladar su caso de una corte civil a una corte militar, donde lo ayudarían a resolver su problema.

Las posesiones americanas de la Corona eran vulnerables a los ataques externos. En realidad, este problema ,se solucionó hasta cierto grado ya que no se creó una armada para la defensa de los puertos americanos, teniendo como dos únicas defensas la armada peninsular, que era llamada cada vez que se presentaban conflictos de alto grado y, por otra parte, la nueva institución militar que tenía guarniciones cercanas a las costas.

Desde el momento en que España colonizó América hubo un interés de otras potencias por obtener posesiones. Los ingleses con sus colonias al norte al igual que Holanda, y los portugueses al sur con Brasil.

El mar Caribe se convirtió en un área de disputa, las potencias querían hacerse por lo menos de una isla para tener presencia. De esta manera Inglaterra, Francia, Holanda, Dinamarca y Suecia se beneficiaron de la piratería y del contrabando del comercio.

La defensa española no fue efectiva, pues las milicias que salvaguardaban las costas solo podían brindar protección en los puertos. Una vez que las embarcaciones zarpaban estaban expuestas a recibir un ataque de corsarios o de piratas, por lo que era necesaria la creación de una armada americana que nunca se realizó.

Para asegurar la defensa del territorio colonial, la reforma administrativa de Gálvez se complementó con cambios en la esfera militar. Así, se emprendió la construcción y la reparación de fortificaciones, y se puso en marcha la formación de un ejército compuesto por dos elementos de importancia desigual: el ejército regular y las milicias. El primero estaba formado por soldados permanentes y tropas de apoyo que procedían de España. Las milicias estaban integradas por los vecinos obligados a recibir instrucción militar para la defensa de su territorio, que a diferencia de quienes integraban el ejército regular, nunca recibían paga por ello. El mismo esfuerzo renovadores de su casa que se dio en la Marina.

Reforma del clero y expulsión de los jesuitas

Una de las principales instituciones afectadas por el despotismo ilustrado español fue la Iglesia católica, ya que la Corona pretendió afirmar el poder secular sobre el religioso. Esto incluía la restricción de los privilegios y exoneraciones fiscales que gozaban las órdenes religiosas.

Desde los años treinta del siglo XVIII comenzaron a expandirse los ideales de la ilustración. Hubo una difusión del racionalismo y la nueva filosofía de la naturaleza en América, sobre todo gracias a los jesuitas. La tarea de la educación en la Nueva España la llevaban a cabo los jesuitas, enseñaban a indios, criollos y peninsulares. Con la llegada de la ilustración hubo una serie de reformas en todos los niveles. Hubo cambios desde la educación primaria hasta la modificación de los planes de estudio en las universidades. Todo esto dio como resultado el surgimiento de una ilustración criolla, «… se concluye que este proceso fortaleció el antagonismo entre europeos y criollos y facilitó a éstos los instrumentos intelectuales para fundamentar su identidad frente a aquéllos sobre bases histórico-culturales, y que de esta manera lograron articular sus reivindicaciones políticas».[cita requerida]

Los jesuitas constituían una amenaza para la Corona española. Tenían una economía sólida y un gran valor en la sociedad, para el rey esto significaba tener un estado dentro de su propio estado. Así los jesuitas fueron los que más se opusieron al proyecto centralizador de los borbones, por lo que fueron expulsados de España y sus posesiones ultramarinas en 1767. En este año, Carlos III decretó la expulsión de la Compañía de Jesús por medio de la Sanción Pragmática del 2 de abril de 1767. Se introdujeron párrocos seculares, misioneros franciscanos, así como un nuevo obispo. Esto trajo como consecuencia un problema con los indígenas; cuando comenzaron a considerarlos como individuos (ya que eran considerados y tratados de facto como esclavos por medio de innumerables mecanismos jurídicos, como las encomiendas y las "naborías"), éstos aún no estaban preparados, ya que solo contaban con los jesuitas que trataban de reducir los excesos, el maltrato y los reiterados intentos de esclavizarlos por parte de los peninsulares. Con la expulsión de los jesuitas quedaron desamparados.

Efectos socio económicos de las reformas borbónicas

Como es de suponerse, las reformas económicas trajeron consigo múltiples efectos y consecuencias, tanto positivas como negativas. El gobierno español tomó diversas medidas para explotar al máximo los recursos de la colonia, con el propósito de generar mucha más materia prima para la metrópolis. Con las reformas borbónicas se tocaron todas las áreas principales en la Nueva España. También estaban la pesca y el comercio en negro (pequeño). Obviamente hubo beneficios, se permitió ampliar los negocios entre ciertas colonias (Trinidad, Margarita, Cuba, Puerto Rico).

Las reformas borbónicas afectaron al Consulado de Comerciantes de la ciudad de México; esta corporación, que había acaparado el comercio exterior e interior del virreinato por medio del sistema de flotas y del control de los puertos, perdió su enorme monopolio con la expedición de las leyes sobre la libertad de comercio. Al mismo tiempo, la supresión de los alcaldes mayores, agentes comerciales del Consulado en los municipios del país y en las zonas indígenas, acabó con la red de comercialización interna y rompió el lazo político que permitía a los comerciantes de la capital controlar los productos indígenas de mayor demanda en el mercado exterior e interior.

Al parecer los reformadores borbónicos, encabezados por Gálvez, no tenían una visión completa del funcionamiento del sistema económico en la Nueva España. Aunque es cierto que muchos alcaldes mayores eran corruptos y abusaban de su autoridad, el repartimiento del comercio era mucho más que un mero mecanismo de explotación; constituía el más importante sistema de crédito para las comunidades indígenas y los pequeños agricultores. Los alcaldes mayores se beneficiaban porque proporcionaban a crédito servicios necesarios: distribuían semillas, herramientas y otros bienes agrícolas básicos; facilitaban la compra o la venta de ganado, y con frecuencia vendían los productos de algunos grupos que quizá no hubieran encontrado otra forma de colocar su producción. Todo esto fue interrumpido con el decreto que suprimía las funciones de los alcaldes mayores. También crearon escuelas e instituciones para ayudar y enseñar a los caciques y criollos.

Por otro lado, la creación de nuevos consulados provocó rivalidades entre los comerciantes de la Ciudad de México y los nuevos grupos de comerciantes que surgieron a raíz de las reformas.

La "libertad de comercio"

El comercio con América fue una de las áreas a la que los borbones le dedicaron mayor atención, ya que la consideraban como el principal motor de la recuperación de la economía española. Una de las primeras medidas fue el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz (1717), lo cual legalizaba una situación de hecho, ya que desde fines del siglo anterior la bahía gaditana fue ocupando un lugar cada vez más preponderante en el comercio con América. La Casa de Contratación debía fomentar y regular la navegación entre España y América.

Uno de los puntos más importantes del reformismo borbónico era acabar con el monopolio comercial ya que los comerciantes tenían una gran ganancia sin tener pérdidas y esto afectaba a la corona porque no tenía ganancias. La casa de moneda pasó a manos de la corona, de esa manera los comerciantes se opusieron a las reformas.

Los superintendentes estaban aliados con los comerciantes por lo que era difícil romper con el monopolio comercial. Fue con la llegada de José de Gálvez y la apertura del comercio que se logró romper con esta red de comerciantes y superintendentes. En 1770 el libre tráfico comercial fue autorizado para las Antillas, se permitió comerciar con Perú y Nueva Granada. Hubo una serie de puertos donde se estuvo comerciando libremente y por otro lado se crearon los consulados de Veracruz y Puebla. Todo ese movimiento dio como resultado la ruina de los comerciantes y llegó a su último e irrevocable término cuando “el 28 de febrero de 1789 Carlos IV declaró que el reglamento del comercio libre se extendía al virreinato de Nueva España.”

La minería

La minería, al igual que la tierra, era la espina dorsal de la economía de la Nueva España por lo que las reformas se adaptaron a esta situación. Juan Lucas de Lassaga junto a Joaquín Velázquez Cárdenas y León propuso unas reformas encaminadas a financiar las actividades mineras, reducir las cargas fiscales, solucionar los conflictos entre mineros (originados por la posesión de una mina o el desagüe de un conjunto de minas en la mayoría de los casos), precisar o reformar el contenido de las ordenanzas mineras vigentes y dotar al gremio de los mineros de un organismo directivo.

En otras palabras, proponían la minería como actividad productiva de la cual se autorizaran varios puntos como: una organización gremial, publicar nuevas ordenanzas, crear un banco de avío, crear una escuela de minería con técnicos de alto nivel.

De esta manera se constituyó el cuerpo de minería. Velázquez Cárdenas y León quedó como presidente y Juan Lucas de Las saga, como secretario de minería. Se crearon las nuevas ordenanzas y se llevaron a cabo los puntos que se habían propuesto anteriormente. Hubo cambios en la minería, en 1784 se creó un banco de avío, en 1792 se creó el seminario de minería.

La Real Cédula de 1804

La medida que mayores desajustes provocó en la Nueva España fue la real cédula de 1804 sobre la enajenación de bienes raíces de las corporaciones eclesiásticas, que desató reacciones violentas en contra del gobierno español. Esto se debió a que, con excepción de los comerciantes más ricos, aquella disposición afectó a los principales sectores productivos del virreinato (agricultura, minería, manufacturas y pequeño comercio), y en particular a los agricultores, pues la mayoría de los ranchos y haciendas estaban gravados con hipotecas y censos eclesiásticos, que los propietarios se vieron obligados a cubrir en un plazo corto, a fin de que ese capital fuera enviado a España. De esta manera, no solo la Iglesia se vio afectada por la real cédula, sino también casi toda la clase propietaria y empresarial de la Nueva España, así como los trabajadores vinculados con sus actividades productivas. Por ello, se levantó un reclamo y por primera vez en la historia del virreinato todos los sectores afectados expusieron al monarca por escrito sus críticas contra el decreto en cuestión. A pesar de todo, la cédula se aplicó desde septiembre de 1805 hasta enero de 1809, produciendo un ingreso de alrededor de 12 millones de pesos para la Corona, que supusieron el 70 % de lo recaudado en todo el territorio hispanoamericano.

Bibliografía

  • Anes, lobo, El antiguo régimen: los Borbones, 2ª. Ed., Madrid, Alianza Editorial/Alfaguara, 1976, 516 p.
  • Florescano, Enrique; Gil Sánchez, Isabel. "La época de las reformas borbónicas y el crecimiento económico, 1750-1808" en Cárdenas, Enrique "Historia Económica de México", FCE, México, 2003.
  • Pietschmann, Horst, Las reformas borbónicas y el sistema de intendencias en la Nueva España. Un estudio político- administrativo, trad.de Rolf Roland Meyer Misteli, México, Fondo de Cultura Económca, 1996, 324 p.
  • Walker, Geoffrey J., Política española y comercio colonial, 1700, 1789, Barcelona, Editorial Ariel, 1979, 354 p.
  • Zoraida, Vásquez Josefina, (coord.) Interpretaciones del siglo XVIII mexicano. El impacto de las reformas borbónicas, México, Nueva imagen, 1992, 215 p.
  • Jairo Alberto Perez Guerrero
  • "La Minería en el México Novohispano" [En línea] [30 de abril de 2014] Disponible en la Web: http://www.ingenieria.unam.mx/paginas/historia02.htm espacio temporal y espacial no se vera.