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Diferencia entre revisiones de «Vuelos de la muerte (Argentina)»

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Los '''vuelos de la muerte''' es una forma de exterminio practicada por regímenes dictatoriales, consistente en arrojar desde pleno vuelo a personas hacia el mar. Fue un método constantemente utilizado por la [[dictadura cívico-militar (1976-1983)|última dictadura cívico-militar]] en [[Argentina]] ―autodenominada Proceso de Reorganización Nacional―, entre 1976 y 1983, cuando miles de personas fueron arrojadas al mar vivas desde aviones militares.
Los '''vuelos de la muerte''' es una forma de exterminio practicada por regímenes dictatoriales, consistente en arrojar desde pleno vuelo a personas hacia el mar. Fue un método constantemente utilizado por la [[dictadura cívico-militar (1976-1983)|última dictadura cívico-militar]] en [[Argentina]] ―autodenominada Proceso de Reorganización Nacional―, entre 1976 y 1983, cuando miles de personas fueron arrojadas al mar vivas desde aviones militares.


Los ejecutores de estos crímenes utilizaban la denominación en código de "traslado", antes practicadas como fusilamientos, aunque dentro de los [[Centro clandestino de detención (Argentina)|centros clandestinos de detención]] el término era usado para hacerle creer a las personas secuestradas que serían trasladadas a distintos establecimientos carcelarios. La víctimas eran previamente inyectadas con [[pentotal sódico]] aduciendo ser una vacuna y arrojadas vivas, semidesnudas y en estado de somnolencia de aeronaves militares en pleno vuelo sobre el mar o el [[Rio de la Plata]], con el fin de hacer desaparecer los cadáveres y las pruebas de los crímenes.
Los ejecutores de estos crímenes utilizaban la denominación en código de "traslado", antes practicadas como fusilamientos, aunque dentro de los [[Centro clandestino de detención (Argentina)|centros clandestinos de detención]] el término era usado para hacerle creer a las personas secuestradas que serían trasladadas a distintos establecimientos carcelarios. La víctimas eran previamente inyectadas con altas dosis de [[pentotal sódico]] aduciendo ser una vacuna y arrojadas vivas, semidesnudas y en estado de somnolencia de aeronaves militares en pleno vuelo sobre el mar o el [[Rio de la Plata]], con el fin de hacer desaparecer los cadáveres y las pruebas de los crímenes.


== Testimonios ==
== Testimonios ==

Revisión del 00:23 28 sep 2017

Fokker F 28 de la marina de guerra argentina en el aeropuerto militar de Aeroparque.
Shorts SC.7 Skyvan similar al de la Prefectura, usado para los «vuelos de la muerte».
El aeropuerto militar que se encuentra en el extremo sur (izq) del Aeroparque era utilizado para los «vuelos de la muerte».

Los vuelos de la muerte es una forma de exterminio practicada por regímenes dictatoriales, consistente en arrojar desde pleno vuelo a personas hacia el mar. Fue un método constantemente utilizado por la última dictadura cívico-militar en Argentina ―autodenominada Proceso de Reorganización Nacional―, entre 1976 y 1983, cuando miles de personas fueron arrojadas al mar vivas desde aviones militares.

Los ejecutores de estos crímenes utilizaban la denominación en código de "traslado", antes practicadas como fusilamientos, aunque dentro de los centros clandestinos de detención el término era usado para hacerle creer a las personas secuestradas que serían trasladadas a distintos establecimientos carcelarios. La víctimas eran previamente inyectadas con altas dosis de pentotal sódico aduciendo ser una vacuna y arrojadas vivas, semidesnudas y en estado de somnolencia de aeronaves militares en pleno vuelo sobre el mar o el Rio de la Plata, con el fin de hacer desaparecer los cadáveres y las pruebas de los crímenes.

Testimonios

En 1976 aparecieron en la costa del este del Uruguay varios cuerpos destruidos, según documentan testimonios de varios testigos en cabo Polonio. Ya en 1977, durante el régimen militar aparecieron varios cuerpos en las costas de los balnearios atlánticos de Santa Teresita y Mar del Tuyú, unos 300 km al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Los cadáveres fueron enterrados rápidamente como NN en el cementerio de General Lavalle, pero previamente los médicos policiales que intervinieron informaron que la causa de muerte fue el «choque contra objetos duros desde gran altura».[1]

Numerosos cuerpos recuperados en las costas argentinas y uruguayas pudieron ser identificados como provenientes de diferentes centros clandestinos de detención. Los primeros, arrojados al mar en mayo de 1976, estuvieron secuestrados en Campo de Mayo. Otro grupo, arrojado al mar en diciembre de 1977, provenía de la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada). Un tercer grupo arrojado en febrero de 1978 habría estado en El Campito. Los últimos cuerpos recuperados, arrojados a finales de 1978, habían pasado sus últimos días de vida en Garage Olimpo.[2]

En su Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar, el periodista Rodolfo Walsh daba cuenta de la situación, aún con la escasa información disponible en aquellos años. En marzo de 1977, Walsh escribía:

Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después de que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas. Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, «con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles» según su autopsia. Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el lago San Roque (de Córdoba), acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo, y 17 en Lomas de Zamora. En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti...
Fragmento de la Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar. Rodolfo Walsh, 24 de marzo de 1977.[3]

El argentino Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel declaró ser un sobreviviente de los vuelos de la muerte.

CONADEP

Durante el primer gobierno democrático después de la dictadura, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín, y ante la CONADEP (la comisión que investigó los crímenes cometidos por la dictadura cívico-militar), Arnoldo Bondar, empleado civil de la base El Palomar sugirió que también la policía de la provincia de Buenos Aires eliminaba a las víctimas de la represión ilegal de esta manera.

En reiteradas oportunidades vi llegar camiones de la policía de la provincia cargados de jóvenes de ambos sexos que eran embarcados en aviones a motor de dos hélices, generalmente de la Armada. Desconozco el destino.
Arnoldo Bondar.[4]

Adolfo Scilingo

Archivo:ESMA 5.JPG
Escultura ubicada en la reja de la ESMA.

En 1995, el exrepresor de la ESMA Adolfo Scilingo, narró extensamente al periodista Horacio Verbitsky, la metodología de exterminio al que los propios verdugos se referían como «vuelos». El testimonio fue luego publicado como libro, con el título de El vuelo. Scilingo, en sus testimonios, detalla el procedimiento,la utilización de inyecciones anestésicas, la participación de médicos en las operaciones, el tipo de aviones (Electra,[5]​ Skyvan[6]​) la amplia participación de los oficiales, la utilización de aeropuerto militar que se encuentra en Aeroparque (ciudad de Buenos Aires)...

Periodista: ¿Cuál ha sido su primer conocimiento sobre los vuelos de la muerte de la Esma? Adolfo Scilingo: Los vuelos fueron comunicados oficialmente por Mendía [vicealmirante de la Armada] pocos días después del golpe militar de marzo de 1976. Se informó que el procedimiento para el manejo de los subversivos en la Armada sería sin uniforme, y usando zapatillas, jeans y remeras. Explicó que en la Armada no se fusilarían subversivos ya que no se quería tener los problemas sufridos por Franco (en España) y por Pinochet (en Chile). Tampoco se podía ir contra el papa. Ante las dudas de algunos marinos, se aclaró que «se tiraría a los subversivos en pleno vuelo».
Entrevista realizada por Martín Castellano a Adolfo Scilingo el 4 de octubre de 1997.[7]

Sin bien existen pocos datos, la desaparición de los detenidos-desaparecidos arrojándolos al mar desde aviones parece haber sido un método generalizado así como las fosas comunes clandestinas. El propio Scilingo indicó que el procedimiento de los vuelos de la muerte costó la vida de unas 4400 personas y dependía directamente del Almirante Emilio Massera y un gabinete especial que lo asesoraba.[8]​ Según el testimonio de Scilingo en el libro El Vuelo, la armada en su conjunto estaba involucrada en los vuelos de la muerte, que no eran una medida aislada ni realizada por una banda dentro de la fuerza, sino por la fuerza como tal con todo el aval institucional.

Si usted cree que una banda de diez tipos puede llegar a movilizar aviones de Prefectura y de la Armada está un poco equivocado. Era una fuerza armada que se estaba movilizando. La gran diferencia que tenemos es que usted le llama la banda. Yo digo que la Armada actuó como Armada hasta que se me crearon dudas. ¿Por qué no se dice la verdad si se actuó como Armada Argentina, si estábamos cumpliendo órdenes perfectamente dadas a través de la cadena de comando? Toda la Armada sabía lo que se estaba haciendo.
Adolfo Scilingo en la entrevista con Horacio Verbitsky en El vuelo.[9]

Además de la ESMA, hay referencias a los mismos en el Olimpo,[10]​ en la Perla, en el Campito (Campo de Mayo).[11]​ En este último, el Centro clandestino de detención (CCD) se instaló próximo al aeródromo precisamente para facilitar el traslado de los detenidos a los aviones. La Fuerza Aérea uruguaya ha reconocido en 2005 que se realizaban vuelos de la muerte en combinación con las Fuerzas Armadas argentinas (Operación Cóndor).[12]​ Scilingo declaró también ante el juez español Baltasar Garzón, a quien le indicó que también se recogieron prisioneros en la base que la marina de guerra posee en Punta Indio (Provincia de Buenos Aires).[13]​ El CCD conocido como Quinta de Funes en Rosario se encontraba ubicado a 400 metros del aeropuerto y hay constancias de que detenidos desaparecidos allí fueron arrojados al mar, en la zona de la Bahía de Samborombón (provincia de Buenos Aires).[14][15]

Jorge Vildoza

En 2015 Javier Penino Viña, hijo de desaparecidos y nacido en la ESMA, contó a la prensa que su apropiador el excapitán de navío Jorge Vildoza, le había contado en detalle como funcionaba ese centro clandestino de detención, así como los vuelos de la muerte, en los que él era uno de los pilotos. Penino Viña confirmó que fue una decisión tomada en el más alto nivel del gobierno cívico-militar, por recomendación de la Iglesia católica:[16]

La idea era que ser tirados del avión vivos aunque dormidos, era una forma humana y cristiana de llevar a cabo la ejecución. A mi me pareció un horror.[16]

Peniño Viña transmitió también que su apropiador le contó que las personas eran arrojadas con vida y desnudas, para que no pudieran ser identificadas por sus vestimentas.[16]

Recuperación de restos humanos

Los primeros restos humanos comenzaron a aparecer a mediados de 1977 siendo recuperados por el cuerpo de bomberos de Villa Gesell con signos del impacto de la caída al mar quedando completamente destrozados (sin ser cuerpos completos) además de ser comidos parcialmente por los peces. Los cadáveres fueron trasladados por los bomberos a un centro médico donde el doctor Roberto León Dios les practicó las autopsias a dos cuerpos pero al tratar de realizarla en un tercer cadáver recibió una orden militar de no seguir realizando más autopsias sino de hacer sepultar los cadáveres como N.N..Mes y medio después de la orden el doctor Dios falleció.

En noviembre de 2004 el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) descubrió que los restos de una persona enterrada como NN en el cementerio de General Lavalle correspondía a un desparecido durante la dictadura militar. Procedieron entonces a revisar los libros del cementerio y descubrieron que esa persona y otras cinco habían sido encontradas en las playas entre los días 20 y 29 de diciembre de 1977, sospechando entonces que podrían haber sido todas víctimas de un mismo vuelo de la muerte. Pocos días después los cuerpos fueron exhumados. En el lapso de unos meses se pudo establecer que se trataba de los restos de las madres de Plaza de Mayo Esther Ballestrino, María Eugenia Ponce y Azucena Villaflor,[17]​ la militante Angela Auad[18]​y la monja francesa Léonie Duquet.[19]​ En abril de 2006 se esperaba encontrar también a Alice Domon, la otra monja francesa secuestrada y torturada con el grupo.[20]

Es la primera vez que se recuperan cuerpos del mar, se los identifica y se los vincula claramente a la detención, posterior desaparición y reclusión en un centro clandestino de detención, en este caso la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Ana María Careaga, hija de una de las víctimas.[21]

El Equipo Argentino de Antropología Forense determinó también que los cuerpos presentaban «fracturas múltiples a nivel de miembros superiores e inferiores y cráneo, compatibles con la caída desde altura contra una superficie dura que podría ser el mar».[22]

Todas ellas se reunían regularmente en la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, donde fueron secuestradas entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, llevadas a la ESMA, torturadas durante aproximadamente 10 días, trasladadas en avión y arrojadas vivas al océano, a la altura del balneario turístico de Santa Teresita alrededor del 20 de diciembre de 1977. Sus cuerpos fueron arrastrados por las corrientes hasta la playa y enterrados rápidamente por la policía local como NN, no sin antes dejar constancia de que la muerte se produjo por una caída desde gran altura.

La información suministrada por Adolfo Scilingo no fue la única que permitió reconstruir los Vuelos de la Muerte. Pese a los amplios pactos de silencio entre los involucrados, algunos miembros de la armada se quebraron con el correr de los años y narraron a otros lo sucedido. Uno de ellos fue Emir Sisul Hess, quien integró la Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros entre los años 1976 y 1977, con asiento en la Base Aeronaval Comandante Espora. Retirado de la fuerza y mientras trabajaba en Villa La Angostura, Hess contó a José Luis Bernabei, empleado del mismo complejo turístico donde trabajaba Hess, cómo «arrojaban [a las personas] al Río de la Plata y que él era piloto. Nombró como compañero a Ricardo Cavallo. Decía que los vuelos salían de Palomar o Morón, que les ponían una bolsa en la cabeza, los subían a aviones y los trasladaban hasta que eran arrojados», indicó Bernabei ante el juzgado de Juan José Galeano. La causa iniciada por los testimonios de Hess está a cargo del Juez Sergio Torres, a cargo de la megacausa ESMA, donde se encuentra también la causa 3227/02 por los vuelos de la muerte. En ese marco, la justicia argentina cuenta con una recopilación de listados y legajos de marinos que siguen sin procesamiento ante la justicia.[23]

Juicios

Durante la Megacausa ESMA, el represor Antonio Pernías admitió la existencia de los vuelos de la muerte en los cuales se arrojaba personas vivas al Río de la Plata.[24]

En 2014 se realizó la megacausa conocida como ESMA III, en la cual fueron juzgados ocho aviadores navales y de la Prefectura acusados por los vuelos de la muerte.[25]

El 23 de abril de 2014 la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la pena a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada durante la dictadura militar de la década del '70a Jorge Eduardo Acosta, Alfredo Astiz, Antonio Pernías, Oscar Montes, Raúl Scheller, Ricardo Cavallo, Alberto González, Néstor Savio, Adolfo Donda, Julio Coronel, Ernesto Weber y Jorge Radice.[26]

Véase también

Referencias

Bibliografía

  • Clarín (2005). «Uruguay: la Fuerza Aérea admite que hubo vuelos de la muerte». Clarín. Derechos humanos (10 de agosto de 2005). [12]. 
  • Guido Braslavsky (2005). «Identifican los restos de una de las dos monjas francesas». Clarín. Derechos humanos (30 de agosto de 2005). [13]. 
  • Redacción (2005). «Por primera vez hallan cuerpos de 'vuelos de la muerte'». Río Negro on line. Derechos humanos (9 de julio de 2005). [14]. 
  • Diego Martínez (2009). «Aviones de la muerte». Página 12. Derechos humanos (6 de septiembre de 2009). [15]. 

Enlaces externos