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Debemos recordar que Cristóbal Colón bautizó a la isla como JUANA, en honor a la hija de los reyes católicos que tomó su reinado en 1516, como Juana I de Castilla ó Juana la Loca


La bautizó como Juana, pero no por esa razón. Te has dejado engañar por Wikipedia (no te fíes: aquí puede editar cualquiera) El honrado fue el malogrado príncipe heredero Don Juan, para el que servían como pajes Diego y Hernando, hijos de Colón.

Fuentes:


  • [1]. Bueno, es una página personal, pero está bien explicado.
  • archivocubano.org Un artículo muy interesante.
  • Estudios de lexicografía y léxico cubanos, coordinado por Milagros Aleza. En la página 85 hay un artículo de Luis Roberto Choy López, de la New Jersey City University. Puede consultarse (parcialmente) en Googlebooks
  • La biografía de Colón de Washington Irving, p. 98
  • Historia del Descubrimiento de América, Ballesteros Beretta Tomo II, p. 80.
  • Pero sobre todo, el padre Las Casas:
...así que a la quinta, que fue Cuba, puso por nombre La Juana, por el príncipe D. Juan, que entonces vivía, príncipe heredero de los reinos de Castilla
Historia de Las Indias, p. 221

Se trata de un error muy frecuente, por lo lógico que resulta suponer que la futura reina Juana fuera la destinataria del honor. Se encuentra incluso en algún autor de prestigio, como Hugh Thomas, en su Historia de la Conquista de México, p. 126 (dice «en honor a la reina de España», pero estamos hablando de 1492, y Juana no fue reina de Castilla hasta 1504, y no lo fue de Aragón hasta 1516).

Las Casas dice que los primeros nombres dados por Colón siguieron la jerarquía divina y humana: primero El Salvador (Isla de San Salvador, Guanahani), luego la Virgen (Santa María de Concepción, Cayo Rum), siguiendo con el rey Fernando (Fernandina; no era Cuba, sino Isla Larga 23°11′11″N 75°05′44″O / 23.18639, -75.09556, de las Bahamas), la reina Isabel (Isabela, Crooked Island, Bahamas) y el príncipe heredero Juan (Juana, Cuba). A Juana, tercera hija, no «le tocaba» todavía, como no le correspondía a Isabel, la primera hija. (fuente: Las Casas, Historia de las Indias, cap. XLIV).



Si te fijas en esta carta escrita en 1519, no se menciona nunca la palabra CUBA, ni tampoco SANTIAGO DE CUBA.


Porque la carta es oficial, y por tanto procura usar el nombre oficial. Pero la isla se llamaba, con preferencia, Cuba. Y ello por una sencilla razón: el nombre de Cuba era anterior, y más usado y conocido, o al menos tanto, como el de Fernandina (el de Juana fue efímero). No es ningún anacronismo hablar de Cuba ni de Santiago de Cuba refiriéndonos a 1517 o 1519, porque ambos nombres se utilizaban. Vamos con las fuentes:

  • Estudios de lexicografía y léxico cubanos, coordinado por Milagros Aleza. En la página 85 hay un artículo de Luis Roberto Choy López, de la New Jersey City University, dedicado a los nombres de Cuba en el siglo XVI. Dice que el 21 de octubre de 1492 Colón se refirió a Cuba por primera vez. Llamándola Colba. Que dos días más tarde ya escribe Cuba. Y que mes y medio más tarde la llama Juana (explica que lo hace en honor a Juan, heredero de la corona). Y data el cambio a Fernandina el 28 de febrero de 1515, por Real Cédula del rey Fernando (luego veremos que a propuesta de Diego Velázquez). Sostiene que los nombres Fernandina y Cuba «contendieron» a partir de entonces. En 1518 hay documentos que dicen «en la ysla fernandina que antes se llamava de cuba», lo que da idea de que era necesario aclarar al lector que se está hablando de Cuba, y demuestra que antes se llamó Cuba; por supuesto, muchos documentos oficiales sólo dicen Fernandina... que era lo oficial y obligado. Fragmentos del libro están disponibles en Googlebooks.

La secuencia indicada por Choy López puede, efectivamente, seguirse en el diario de a bordo colombino. El domingo 21 de octubre escribió:

...otra isla grande mucho, que creo que deve ser Cipango, según las señas que me dan estos indios que yo traigo, a la cual ellos llaman Colba, en la cual dizen que ha naos y mareantes mucho y muy grandes, y desta isla otra que llaman Bofio, que también dizen que es muy grande
Diario de a bordo de Cristóbal Colón, transcrito por Las Casas. 21 de octubre de 1492

Y el martes 23 de octubre escribió:

Quisiera oy partir para la isla de Cuba, que creo que deve ser Cipango, según las señas que dan esta gente de la grandeza de ella y riqueza
Diario de a bordo de Cristóbal Colón, transcrito por Las Casas. 23 de octubre de 1492

Ese es el primer texto en el que aparece escrita la palabra Cuba


  • Fray Bartolomé de las Casas: da una explicación del nombre de Cuba y de su alcance, que refuerza la demostración de que se trata de un nombre autóctono.
...manifiesto parece, cuanto al revés entendían de lo que los indios, por señas, les hablaban, porque aquella Cuba no era la isla toda, como así se llama, ni era ciudad, como Martín Alonso [Pinzón] creía, sino una provincia que se llama Cubanacan, cuasi en medio de Cuba, porque nacan quiere decir en la lengua destas islas medio o en medio, y así componían este nombre, Cubanacan, de Cuba y nacan, tierra o provincia que está en medio, o cuasi en medio, de toda la isla de Cuba
Historia de las Indias, T. I, p. 224

El topónimo Cubanacan todavía se conserva, 22°27′47″N 83°17′57″O / 22.46306, -83.29917, pero ignoro la relación que pueda guardar con el histórico. El hecho demostrado es que «Cuba» es nombre que data de 1492, anterior a «Juana» y por supuesto a «Fernandina» (que por entonces era el nombre de otra isla). Más evidencias:

  • El capellán de Grijalva al que debemos la reseña de su expedición (1518) usa Fernandina una vez y Cuba otra vez (aunque el lío de la traducción al italiano o los editores pueden haber alterado el texto, respecto al original perdido).
  • El licenciado Alonso Zuazo habla de Cuba y de Santiago de Cuba en 1521 en su carta a Fray Luis de Figueroa.
  • Diego Velazquez, en cambio, sólo habla de «Fernandina» en su carta al licenciado Figueroa de 1519 (pero luego veremos que Diego Velázquez estaba especialmente obligado a usar ese nombre).
  • Un proceso y pesquisa de la Real Audiencia de La Española, de diciembre de 1519, usa seis veces Cuba y cinco veces Fernandina, lo que prueba que en 1519 ambos nombres se mezclaban.
  • Andrés de Tapia (me encanta que lo cites y que lo aprecies: ¿qué te parece su biografía en esta Wikipedia? Yo la veo muy mejorable, pero sé que el que la escribió no da más de sí ;-) en su Relación de algunas cosas usa 17 veces «Cuba» y nunca «Fernandina». No dice «Santiago de Cuba», como el licenciado Zuazo, pero sí la expresión «Santiago, que es en Cuba».
  • Gonzalo Fernández de Oviedo titula el capítulo VIII de su Sumario de la Natural Historia de las Indias precisamente De la isla de Cuba y otras, y que yo haya visto no utiliza otro nombre que el de Cuba (puedo haber despistado algún Fernandina o Juana al revisar el texto, que no tengo digitalizado). Escribe en 1525, en sus funciones de cronista oficial, y dirigiéndose a al césar Carlos. Además, es sabido que fue protegido del rey Fernando, así que resulta especialmente sorprendente (y clarificador) que utilice siempre Cuba y nunca Fernandina
  • Por supuesto, Hernán Cortés también la llamaba «Cuba». Y la usa dirigiéndose al César:
A esa sazón, invictísimo César, llegó al puerto y villa del Espíritu Santo, de que ya en los capítulos antes de éste he hecho mención, un bergantinejo harto pequeño, que venía de Cuba, y en él un Juan Bono de Quejo, que con el armada que Pánfilo de Narvaez trajo, había venido a esta tierra por maestre de un navío de los que en la dicha armada vinieron[...]
Tercera carta de relación, escrita en 1524
  • Cuba Hoy: desafíos de fin de siglo, de Jorge Benítez G. y otros (p. 197, está en Googlebooks). Parece que el autor comparte mi interpretación de las fuentes primarias antes reseñadas, porque tras decir que el primer nombre dado por Colón fue Juana, y luego pasó a Fernandina, aclara: «Pero desde los primeros tiempos de la conquista prevaleció el que los indios daban a la isla: Cuba». Sí, todo indica que prevaleció desde el principio.

Claro que me dirás que "ya dije yo que el nombre cambió a Cuba entre 1519 y 1544"... ¡qué plazos tan largos te concedes! Ahora veremos eso. En todo caso, es claro y evidente que Cuba era un nombre utilizado desde 1492, y que nunca se dejó de utilizar, aunque también se la llamase Fernandina, sobre todo en contextos oficiales.

El hecho de que las autoridades de la Villa Rica no usen la palabra "Cuba" en su carta (que, por cierto, no es una Carta de Relación de Cortés en «versión comunitaria» ni en ningún otro modo; pero esa es otra discusión) puede ser casual, o un gesto diplomático en una carta dirigida a los reyes. Pero la palabra «Cuba»... ¡es precolombina! Colón la anotó en su Diario de a Bordo al llegar a la isla, tras escucharlo de los aborígenes. Eso dicen, creo que con razón, y para terminar las referencias, esta página del gobierno cubano y esta otra, que también parece oficial.


¿cuando cambió el nombre de la isla a Fernandina? Entre 1492 y 1512


¿De dónde has sacado ese rango de años? Creo que no aciertas. El nombre cambió entre 1514 y 1515. Posiblemente la fecha exacta sea el 28 de febrero de 1515. Te aporto las fuentes:

  • Esta fuente data el hecho en 1515 y explica cómo Diego Velázquez no consideró adecuado que el rey Fernando tuviera una isla tan pequeñaja como la que se le había dedicado, y le propuso que firmara una Real Cédula para asignarse la isla de Cuba. No es una fuente muy buena (parece una página personal de algún aficionado a la Historia), pero es muy asequible, y coincide con las que siguen, más académicas.
  • Estudios de lexicografía y léxico cubanos, coordinado por Milagros Aleza. En la página 85 hay un artículo de Luis Roberto Choy López, de la New Jersey City University, dedicado a los nombres de Cuba en el siglo XVI. Data el cambio a Fernandina el 28 de febrero de 1515, por Real Cédula del rey Fernando. Puede consultarse (parcialmente) en Googlebooks.
  • Ensayo Histórico de la isla de Cuba de Jacobo de la Pezuela, un libro de 1842 disponible en Googlebooks, p. 50. Dice, refiriéndose a Diego Velázquez: «En aquel mismo año (1514) y después de reconocida ya toda la isla, a la que mudó el nombre de Juana en el de Fernandina...»

Vista esta información, parece plausible suponer que Diego Velázquez cursaría la propuesta en 1514, y el rey Fernando firmaría la Real Cédula el 28 de febrero de 1515. Es importante, porque entonces en 1517 la decisión no era muy antigua, ni la costumbre de usar el nombre de Fernandina muy arraigada. Y vemos que ya en 1519 se vuelve a usar Cuba con frecuencia. Y antes de 1515 Juana no había tenido mucho éxito. Resultado: si se mira el índice alfabético de la Historia de las Indias de Las Casas, se observa que Cuba aparece entre 150 y 200 veces (no las he contado exactamente) y Fernandina aparece cinco veces, de las que la mayoría se refieren a Isla Larga (Bien es verdad que el autor del índice a veces pone Cuba dirigiendo a una página donde se dice Fernandina; pero en todo caso la diferencia es abrumadora). El nombre que realmente se utilizó, todo el tiempo, excepto en contextos muy formales, fue el de Cuba. El argumento que se puede aducir es que Las Casas escribía mucho después, cuando el nombre de Cuba ya era el oficial, y para ahorrarse problemas sólo usa ese. Es el mismo argumento que usaste para Bernal Díaz del Castillo: anacronismo intencionado. Pero ¿de verdad crees que si Fernandina hubiera sido lo habitual Las Casas y Díaz del Castillo no lo hubieran recordado más? Porque además, eso de que el nombre cambió de Fernandina a Cuba... vamos al punto siguiente.


¿Cuándo cambió el nombre de Fernandina a Cuba? Entre 1519 y 1544


¡A lo largo de 25 años! Pues creo que por un lado yerras por defecto, te quedas corto, tenías que haber dado un rango mayor. En 1789, en La Habana, en la imprenta de D. Esteban Joseph Boloña, se editó un librito de larguísimo título, del que sólo cito el principio: Teatro histórico, jurídico, y político militar de la isla de Fernandina de Cuba, principalmente de su capital La Habana (Fuente [2] pag. 408 Fue un libro muy popular, del que se encuentran muchas referencias en la web).

Por tanto, queda demostrado que a finales del XVIII se hablaba de Fernandina de Cuba. No se había perdido lo de Fernandina. Con el mismo sistema de investigación, googleando, encuentro un personaje que fue «oidor honorario de la isla Fernandina de Cuba» en 1796.

Y también, por otro lado, referencias a Hernando de Soto (1500-1542) con el título de «Gobernador de la isla Fernandina de Cuba» (lo fue entre 1538 y 1539, pero casi todos los textos modernos lo llaman Gobernador de Cuba, a secas, igual que hacen con Velázquez, y en ambos casos hacen bien) te dejan un poco corto en tu rango de años. Da la impresión de que para fines formales y solemnes, como el nombre de un Gobernador o de un oidor, o el título de un libro de geografía política, dejó de utilizarse Fernandina y empezó a usarse Fernandina de Cuba pasado un tercio del siglo XVI... ¿por qué sería? ¿Quizás porque el nombre Cuba tenía tanta popularidad que lo de Fernandina a secas ya no era admisible? Recapitulando, tenemos un nombre que se crea oficialmente en 1515 y deja de ser operativo, sin juntarlo con Cuba, unos quince años después... parece que no debió usarse mucho, ¿no crees? ¿Y tú crees que precisamente en 1517 nadie usaba Cuba, cuando antes sí se había usado (hasta 1515) y después se usa de forma masiva (desde 1519, al menos), y termina por prevalecer sobre cualquier otro nombre, hasta el punto de que el cronista oficial de Indias no usa otro en 1525? No me convences.

No encuentro nada más, por más que busco, que me indique si en algún momento el nombre de Fernandina caducó oficialmente (bueno, con la independencia de Cuba, seguro). Pero me atrevo a conjeturar con cierta audacia que quizá el nombre nunca cambió de «Fernandina» a «Cuba» bajo mandato español. Primero, porque nunca dejó de llamarse «Cuba» a la isla, desde el 21 de octubre de 1492 hasta nuestros días, sin interrupción. Segundo, porque en contextos muy oficiales y casi diría «solemnes», hasta el XIX nunca dejó de utilizarse de una u otra forma lo de «Fernandina», como una antigualla, si bien acompañado de «Cuba», para que el oyente supiera de qué se estaba hablando.


según algunos estudiosos no tan fiel historia, pues se duda que hubiese sido alférez en el viaje de Hernández tal y como él se autodescribe, también se duda que acompañó a Grijalva (sobrino de Velázquez) en la segunda expedición (había sido herido en la primera), y es un hecho contundente que ocultó el origen de la búsqueda de esclavos de la primera expedición


Estoy de acuerdo en casi todo, creo que es muy probable que Bernal mintiera en algunas cosas, y muy sorprendente que no se perdiera ni un solo viaje, y muy pocas batallas o hechos notables. A veces parece el narrador omnisciente de una novela. Conozco efectivamente análisis sobre lo del cargo de alférez y lo del viaje de Grijalva (Barbón Rodríguez), aunque también otros que dudan de alguna de esas acusaciones (León-Portilla). Pero el hecho de que no fuera alférez no sirve como prueba para negar la veracidad de su historia; ni siquiera como indicio. De hecho, sabemos que lo escribía con el objetivo de encumbrarse lo más posible a sí mismo y a sus compañeros. Para obtener favores y privilegios. Para pregonar sus hazañas. Hay que leerlo teniendo en cuenta esa nada oculta intención del autor, pero decir que salieron de La Habana no lo ayuda en nada, así que en eso no tuvo por qué mentir. Y si no estuvo con Grijalva (hay indicios de que pudo no estar, aunque no pruebas), seguramente obtuvo la información de otros testigos presenciales. López de Gómara ni siquiera estuvo en América, y su intención laudatoria hacia Cortés es evidente, y no deja de ser un cronista valioso, leído con las debidas precauciones...

Pero lo que más me rechina es lo de los esclavos: «Es un hecho contundente que ocultó el origen de la búsqueda de esclavos de la primera expedición». Me sorprende mucho esa afirmación. Juzga tú mismo:

Y como se habían ya pasado tres años así, en lo que estuvimos en Tierra Firme e isla de Cuba, y no habíamos hecho cosa ninguna que de contar sea, acordamos de juntarnos ciento y diez compañeros de los que habíamos venido a Tierra Firme y de los que en la isla de Cuba no tenían indios, y concertamos con un hidalgo que se decía Francisco Hernández de Córdoba, que ya le he nombrado otra vez y era hombre rico y tenía pueblo de indios en aquella isla, para que fuese nuestro capitán porque era suficiente para ello, para ir a nuestra ventura a buscar y descubrir tierras nuevas para en ellas emplear nuestras personas. Y para aquel efecto compramos tres navíos, los dos de buen porte y el otro era un barco que hubimos del mismo gobernador Diego Velázquez, fiado, con condición que primero que nos lo diese nos habíamos de obligar que habíamos de ir con aquellos tres navíos a unas isletas que estaban entre la isla de Cuba y Honduras, que ahora se llaman las islas de los Guanaxes, y que habíamos de ir de guerra y cargar los navíos de indios de aquellas islas, para pagar con indios el barco, para servirse de ellos por esclavos. Y desde que vimos los soldados que aquello que nos pedía el Diego Velázquez no era justo, le respondimos que lo que decía no lo manda Dios ni el rey, que hiciésemos a los libres esclavos. Y desde que supo nuestro intento, dijo que era mejor que no el suyo, en ir a descubrir tierras nuevas, que no lo que él decía, y entonces nos ayudó con cosas para la armada. Hanme preguntado ciertos caballeros curiosos que para qué escribo estas palabras que dijo Diego Velázquez sobre vendernos su navío, porque parecen feas y no habían de ir en esta historia. Digo que las pongo porque así conviene por los pleitos que nos puso Diego Velázquez y el obispo de Burgos, arzobispo de Rosario, que se decía don Juan Rodríguez de Fonseca.

A mí me queda clarísimo que no ocultó, sino más bien declaró con toda transparencia, la intención esclavista del viaje. De hecho, utiliza la palabra «esclavo». Pero luego intentó torpemente «escurrir el bulto» y de paso librar también a sus compañeros, diciendo que habían convencido a Velázquez para que «fuese buen chico», y que ellos eran unos santos que jamás pensarían en esclavizar a nadie... ¿tu crees que alguien, alguna vez, le creyó? Ten en cuenta que él mismo dice que está escribiendo «lo que conviene» en relación con pleitos legales. Además, hay otros lugares de la Historia Verdadera en los que Bernal reconoce haberle «pedido indios» a Velázquez (seguramente hablaba de encomienda o pueblo de indios, no de esclavitud, pero la diferencia era sutil) y en Guatemala tuvo indios. No es un hecho contundente, no. Yo incluso diría que si sabemos el fin esclavista de la expedición de Hernández es en parte gracias a que Bernal no lo ocultó (Cortés también informó de ello, y otros). Por otro lado, las expediciones en busca de esclavos (presuntos «caribes», que por ser presuntamente antropófagos o sodomitas, o simplemente por resistirse, podían ser esclavizados legalmente) eran muy frecuentes y no se ocultaban demasiado.

Bien, y finalmente, hablemos de la salida de la expedición de Hernández...

En esto puede que estemos más de acuerdo, y creo que ambos hemos olvidado una cosa. Desde los primeros años de la conquista de Cuba, La Habana existe como provincia incluso más que como ciudad, y de forma más estable, porque la ciudad cambió de sitio (de la banda sur, 1514, a la banda norte de la provincia, en algún momento, quizás de 1519; Cortés todavía recala en la Habana de la banda sur, según los mapas que veo en Hugh Thomas y en Juan Miralles) en tanto que la provincia no cambió tanto. Las alusiones de Díaz del Castillo a La Habana, tanto al referirse a la expedición de Hernández como al hablar de la de Cortés, pueden aludir en algunos casos a la provincia, y no a la ciudad. Son estas:

En 8 días del mes de febrero del año de 1517 años salimos de La Habana [provincia] y nos hicimos a la vela en el puerto de Jaruco, que así se llama entre los indios y es en la banda del norte [de la provincia de La Habana]
Historia Verdadera, cap. 2

Le creyamos o no, Díaz del Castillo es coherente. No salieron del puerto de la Habana, que estaba entonces en la banda sur de la provincia de La Habana, sino del puerto de Jaruco, que «es en la banda del norte». Según Clavijero, el puerto de Jaruco estaba en el mismo sitio en que hoy está La Habana (no pongo citas; basta con que busques un poco para que lo compruebes en la web).

Si repasas en el capítulo 23 la forma en que vuelve a hablar de La Habana cuando es Cortés el que pasa por allí, verás que habla de «la banda del sur» y a veces de «la misma Habana», posiblemente refiriéndose a la ciudad, y que alude otras veces a La Habana de forma que también sugiere que se refiere a la provincia. Esto no he tenido tiempo de estudiarlo más, ni sobre todo de encontrar fuentes que lo avalen, porque si no es mera especulación mía. Sí que he visto que Las Casas también se refiere a la provincia, aunque suele ser más explícito.

Por supuesto, admitiendo que Díaz del Castillo dijo verdad, y salieron de Jaruco el 8 de febrero, eso no excluye que una parte, o todos, salieran antes de Santiago de Cuba (¡¡¡sí!!! Puede usarse Cuba), como por otro lado hicieron en la expedición de Cortés, unos por mar y otros por tierra hasta La Habana. Juan Miralles, en los mapas que adjunta (cuadernillo tras la pag. 295) sostiene que los dos viajes, de Hernández y Grijalva pudieron seguir una ruta común, entre Santiago de Cuba (¡él lo llama así, de Cuba!) y la provincia de La Habana, costeando por el norte. Cortés fue de Santiago de Cuba al puerto de La Habana propiamente dicho (en la banda sur, con escalas intermedias en Macaca y Trinidad, según el mapa de Miralles. Pero no todos los expedicionarios hicieron eso, una parte (creo recordar que el propio Bernal) fue a La Habana por tierra.

No estoy de acuerdo contigo en que la ruta de los tres fuera la misma. Creo que está bastante documentado que Cortés navegó por el sur de la isla, a La Habana de entonces (puerto), que estaba en la banda Sur.

Para el artículo, lo tenemos fácil: salieron del puerto de Jaruco, en la provincia de La Habana, banda norte, el 8 de febrero de 1517 (fuente: Bernal Díaz del Castillo), aunque otras fuentes indican que pudieron salir antes, o ese mismo día, de Santiago de Cuba (fuentes: Hugh Thomas, Juan Miralles en su mapa, aunque no en su texto, que sigue a Bernal).


Algunos libros que se citan:

  • Antonio Ballesteros Beretta (1945). Cristóbal Colón y el descubrimiento de América (2 tomos). Barcelona-Buenos Aires, Salvat Editores S.A. 

(no sé si se me olvidará alguno)